Primero que nada, muchas gracias Dana (DanaLovesOhana) por tenerme tanta paciencia haha y por los spoilers que te hice u.u
Disclaimer: Los personajes le pertenecen a Hiro-Troll Mashima, salvo OC (sí, algunos)
Ahora sí, gente del mundo cool! Les traigo por fin un Gajevy, con Gruvia ok etto... Bueno primero que nada es el primer trabajo que hago de comedia y así... Pero está en T porque me encantan los encuentros íntimos y la pasión desbordante entre estos dos y otros cuantos, sólo que no los verán pronto ;) creo que lo he puesto en todos mis fics (sino es porque este es el primero que subo de Fairy Tail después del Gruvia XD) aclaraciones:
Flashback (he visto que ponen Flashback, Fin del Flashback), pues a mí en lo personal no me gusta, hehe yo lo pongo: En cursivas
Sueños: "En cursivas y entre comillas"
Pensamientos: "Estos sólo van entre comillas, lo sé es medio revolcado, pero cuando lo leen en el contexto de la historia créanme que no se van a confundir entre sueños, recuerdos y pensamientos, o eso espero."
Diálogos: —Con guiones largos, ya que los guiones cortos son para cosas como "ex-novio" o así... Incuso cuando pongo a alguien balbuceando: Ho-hola...
Y bueno en una oración si ven una palabra en cursivas es porque la quiero resaltar, no es flashback haha creo que eso es muy obvio, pero lo menciono por si acaso, también si de repente hay algo "entre comillas" como: escuchó un "ajá" es que escuchó un ajá, generalmente cuando piensan algo pongo: "Hace mucho frío" pensó al tiempo que bla bla bla...
Y por último:
Jose (el de Phantom): He visto qu e muchos escriben "José" ejem yo no. Porque yo lo pronuncio Yose XD
Si llega a salir Orga, muchos ponen Olga, pero a mí me suena como nombre de mujer e.e entonces lo dejaré como Orga, y si sale otro nombre más adelante lo aclararé XD
Sin más, los dejo leer :D
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¿Tú?
Actualidad, Magnolia
Magnolia es conocida en todo Fiore por ser un lugar grande y ameno, tranquilo. No cuenta con los bullicios de las ciudades normales, pero tampoco es un lugar de provincia, es más bien como la mezcla de ambos. Es un sitio en el que la mayoría de la gente se conoce, al menos la que lleva viviendo ahí toda su vida.
Levy Mcgarden, estudiante de literatura, creció en Magnolia. Huérfana, siempre trabajó para superarse y poder salir adelante por su cuenta, a los quince años se escapó del albergue y fue acogida por Makarov Dreyar, a pesar de ser una cría, el señor Dreyar le ofreció un lugar donde quedarse y cuando cumplió los dieciséis años le ofreció trabajo en su bar, Fairy Tail.
Muchas cosas pasaron desde ese entonces, ella dejó la casa del señor Dreyar y de su nieto Laxus en cuanto pudo pagar un departamento con Lucy, su mejor amiga a la cual conoció en el Fairy. Levy estaba buscando cambiar de trabajo, Fairy Tail había evolucionado con los años y ahora era un lujoso restaurante. Pero Levy quería dedicarse a otra cosa...
—Por cierto Levy —dijo Lucy mientras se colocaba las orejas de conejo en el espejo—. ¿Ya encontraste otro trabajo? —la aludida alzó levemente el rostro ante la interrogante.
—No, aún no... —aceptó con una mueca en el rostro y un ápice de tristeza. Suspiró tomando el antifaz de la mesita pero no se lo puso. Ese era su último día trabajando con Laxus Dreyar.
—¿De qué quieres trabajar? —Lucy ya estaba lista, en unos minutos empezaría su horario y Levy aún no terminaba de arreglarse, últimamente Lucy la sentía distante, en las nubes.
—De niñera —se colocó las orejas de gato—. Lu, ayúdame con el cierre —le pidió dándole la espalda para que Lucy le abrochara el traje de cuero negro.
—¿Hum? —La rubia terminó y la miró fijamente—, debes estar de broma...
—Siempre me han gustado los niños... Se dejan contar cuentos... —dijo encogiéndose de hombros con una sonrisa adornando sus labios. Si algo amaba Levy era leer, una manía que compartía con la rubia y lo que las había llevado a volverse las mejores amigas desde que se conocieron el día que Makarov la llevó al viejo Fairy Tail.
—Pero no les gustan todos los cuentos... —Levy dejó escapar una carcajada entendiendo a lo que Lucy se refería con cuentos.
—No, sólo a ti te gustan las novelas románticas... Bueno tal vez a mí también, pero no les pienso leer eso —volvió a reírse—. Anda vamos tarde —apresuró a Lucy.
—No te has maquillado... —dijo sentándola en el banco frente al espejo—. Es tu último día, deja que te ponga guapa...
—¡Oye! —se quejó la McGarden y Lucy rió.
—Perdón, más guapa —se corrigió al tiempo que comenzaba a maquillar a la pequeña peliazul—. Por cierto Levy —dijo pasando la brocha por la cara de su amiga, recibiendo un "hm" por respuesta—. El miércoles cumples veinte años —le recordó—, hay que celebrar...
—Lu —le dijo seria—, sabes que no me gusta celebrar mi cumpleaños...
—Sí, lo sé —dijo ella dejando salir el aire, como si ese comentario la hubiera detenido antes—. Pero son veinte años por dios, Levy... —Lucy amaba las fiestas y Levy siempre terminaba cediendo ante las ganas de su amiga por celebrar cualquier cosa.
—Está bien, está bien —aceptó ella resignada, nunca podía decirle que no a Lucy y ella lo tenía presente y le sabía sacar provecho—. Pero no le digas a todo el mundo...
—¿Cómo? Nadie se puede perder tu cumpleaños... —dijo ella pasando el delineador líquido por los párpados de Levy—. Jet y Droy ya deben saber que planeo algo, incluso pienso que ya han de tener una idea en mente... —dijo pensativa, Levy suspiró, sus dos mejore amigos hombres nunca se habían olvidado de su cumpleaños antes, pensar que lo haría ahora sería engañarse a sí misma.
Desde que empezó a trabajar en el Fairy no pudo quitárselos de encima, la protegían a cada rato y se preocupaban por ella, pero Levy siempre fue sincera con ellos respecto a sus sentimientos. No obstante Droy se le declaró al año de conocerla y ella lo rechazó, entonces él comenzó una relación amorosa Droy-comida y en cuatro años había logrado aumentar su tamaño unas dos o tres veces. Por su parte Jet se había guardado sus sentimientos por ella y Levy lo agradecía eternamente, pues no quería rechazarlo, su lazo con él era un poco más grande que con Droy, pero a ninguno lo veía con ojos de amor.
—Seguramente ya están pensando en una fiesta sorpresa, como en los últimos tres años —rió Levy, ya que cada una de ellas había acabado con un Natsu sumergido en ponche de frutas, una Cana ahogada en alcohol antes de la "sorpresa" o un Fullbuster corriendo desnudo por Fairy Tail mientras algunos gritaban "sorpresa" y otros tantos "¡Gray vístete!". Lucy se carcajeó con ella.
—Debes de aceptar que Gray corriendo desnudo es algo muy divertido —dijo la rubia entre risas, Levy sólo atinó a asentir—. Sobre todo porque trata de taparse a toda costa... Yo no entiendo cómo es que pierde la ropa sin darse cuenta...
—Sea como sea —Levy recuperó la compostura—, debo agradecerles porque siempre han estado ahí para mí...
—Te quieren mucho —aceptó la Heartfilia mientras terminaba de arreglar a la pequeña peliazul—. Antes eran muy cerrados y algo huraños, pero desde que llegaste han cambiado... —Lucy era dos años mayor que Levy, pero eran inseparables.
—Somos familia —dijo haciendo referencia a todos los miembros de Fairy Tail, desde que llegó a ese lugar se había sentido realmente acogida, más de lo que pudo llegar a imaginar en su pasado—, de no ser por ustedes yo habría acabado quién sabe dónde...
—¿En qué pensabas cuando escapaste del orfanato? —Lucy nunca había tocado el tema, pero sentía mucha curiosidad ya que la pequeña McGarden nunca hablaba de ese lugar.
—La verdad sentía que no pertenecía al lugar —Levy no mentía, se sentía muy sola y nunca congenió con nadie, pensó que escapando podría lograr algo por su cuenta, y de no ser porque Makarov la había encontrado sucia, cansada y hambrienta esa noche de verano, ella pudo haber muerto poco después por falta de alimentos.
—Bueno, ahora sí vámonos porque si no Laxus se va a molestar —dijo levantándose, seguida por Levy.
—Y para el carácter que tiene —sonrió la peliazul.
—Sí... —suspiró Lucy, sólo se controlaba cuando Mirajane estaba cerca para amenizar el ambiente que se generaba alrededor del Dreyar cuando parecía lanzar chispas.
Levy se sentía muy extraña, hacía un buen rato que no usaba ese traje de gatita, ahora se le veía más ceñido de lo que solía ser y sonrió porque sus pequeños senos habían crecido aunque fuera un poco. Se acomodó el antifaz como cuando salía a atender a la gente del bar años atrás. Sonrió, ahora Fairy Tail era un restaurante y esa noche había en la ciudad un festival de otoño, los disfraces eran por una gran fiesta y no parte de un uniforme.
Apenas llegaron a la barra y lo primero que vieron fue la típica pelea de Natsu contra Gray, el Dragneel traía puesta una máscara de dragón mientras que Fullbuster ya se hallaba sin camisa, con unos pantalones negros y una capa que parecía ser de un conde vampírico. Ambos se retaban con la mirada y gruñían con fiereza.
—¿Acaso ustedes planean pelear? —sonó la voz de Scarlet sobre el bullicio del lugar y ambos sintieron un aire helado en sus espaldas, bajaron la guardia y rodearon los hombros del otro, pretendiendo un acercamiento amistoso. Lucy y Levy se aguantaron las ganas de reír.
—Pa-para na-da —ambos hablaron al unísono y la pelirroja alzó una ceja.
—Más les vale...
—Vale, Vale —sonó una dulce voz—, ¿por qué tanto alboroto? —Mira traía una charola con algunas bebidas, Natsu tomó una y estuvo a punto de tomarla—. No Natsu, estas son para los comensales —el pelirosa suspiró y la regresó a la charola.
—Vamos muévanse —dijo Erza—, a trabajar —los cuatro comenzaron a avanzar por el lugar y pronto estaban tomando órdenes por aquí y por allá.
—Este lugar ha cambiado, ¿no? —le preguntó la albina que llevaba un vestido negro ceñido hasta el suelo y un poco de maquillaje gótico en el rostro. Erza se cruzó de brazos.
—Bastante... Debo de aceptar que me gusta más ahora —sonrió de medio lado—. Nunca pensé que las ganas de Makarov de ayudar a la gente hicieran que su preciado bar se convirtiera en un restaurante tan decente e importante... —la ojiazul sonrió.
—Un bar no podía ser atendido por puros jóvenes —Scarlet sonrió.
—Sin embargo todos han crecido —la peliblanca asintió aún con su sonrisa—. Y él ya se ha retirado...
—Supongo que Laxus quiere conservar este lugar como algo memorable...
—Era memorable aún cuando era un bar... —replicó Titania, pues a pesar de que era atendido por chiquillos era un gran bar. Aunque después del incendio se habían suscitado algunos cambios, pues Makarov comenzaba a tener problemas por contratar a menores de edad en un lugar para gente adulta, lo que lo llevo a remodelar el lugar, pues el Dreyar no pensaba dejar desamparados a sus hijos como él solía llamarles.
Esa noche todos llevaban un disfraz, y era especial, pues era la última noche de Levy en el lugar como empleada. Dos hombres llegaron tras ella con lágrimas en los ojos, uno vestido de una calabaza, dada la estructura de su cuerpo, y el otro de calavera. Jet y Droy no querían que Levy dejara Fairy Tail.
—Chicos —dijo ella—, seguiré viniendo, me queda muy cerca de la universidad —los trató de calmar. El lunes empezarían las clases, y al ser su último viernes sentía nostalgia y estaba con los nervios de punta. A punto de cursar su quinto semestre en la academia de Arte y Literatura de Magnolia, estaba lista para dejar atrás la etapa de su vida como camarera. Una faceta de ella que la llenaba de buenos recuerdos.
—¡Pero ya no te tendremos todo el día! —ambos sonaban muy desesperados. Estaban acostumbrados a seguirla todo el día y pasar con ella los fines de semana en algún campamento o balneario por diversión, si conseguía un trabajo diferente, su tiempo sería absorbido y ellos no pasarían más esos ratos llenos de su amena presencia.
—Pero nos seguiremos viendo —ella les regaló una enorme sonrisa. A pesar de que parecieran unos acosadores, Levy los estimaba, los quería muchísimo y ellos a ella. Eran como sus hermanos mayores.
—Pero todavía no has conseguido otro trabajo —dijo Droy.
—Deberías quedarte al menos hasta que lo tengas... —continuó Jet. Levy dejó escapar un prolongado suspiro, aún no tenía el trabajo, pero iría a su entrevista al siguiente día, estaba segura que lo conseguiría.
—Venga no se desanimen —dijo evadiendo el tema—. Ayúdenme a llevar esto —dijo dándoles un plato a cada uno. Ambos asintieron y la siguieron por todo el restaurante.
—Yo no sé cómo los aguanta —dijo Gray con voz fría mientras se acercaba a la puerta de la cocina con Lucy, ambos llevaban órdenes en sus pequeñas libretas.
También era el último día de Gray en el Fairy Tail, pues al graduarse de la universidad, debía trabajar para ella para pagar su financiamiento. Ur le había conseguido un trabajo en el área de asuntos estudiantiles y prefería tratar con algunos alumnos unas cuantas horas a la semana que estar todos los días parado al frente de un grupo dando clases.
—Así es la amistad —le contestó al rubia con una sonrisa—. No me digas que estás celoso —Gray frunció el ceño, haciendo que sus grises ojos se vieran más obscuros de lo que eran y ella se rió a carcajadas, sabía que eso no era cierto pero la expresión del Fullbuster había valido la pena.
—Que boba —dijo él entregándole el papel de sus órdenes al cocinero Yajima y ella hizo lo mismo.
—Debiste ver tu cara —dijo ella aún con tono burlón y un brillo peculiar en sus enormes ojos marrón—. Sé que perdiste la fe hace un año... —Gray alzó ambas cejas confundido. Él nunca le había dicho a nadie, ni siquiera a Ur. Hizo una nota mental, tendría que ir a verla al día siguiente para que le diera información sobre su nuevo puesto de tutor.
—¿De qué hablas? —Lucy enarcó ambas cejas con una pícara sonrisa en el rostro.
—No creas que no me di cuenta de que no sólo Jet y Droy cayeron ante los encantos de mi mejor amiga —dijo suspirando—. Tú sentías algo por ella pero nunca lo demostraste.
—Te equivocas —su tono sonaba algo irritado, y la verdad Lucy se había dado cuenta porque lo había descubierto viéndola en varias ocasiones. Y él muy rara vez le prestaba demasiada atención a alguien en particular, pero de eso ya hacía un poco más del año.
—Como digas —dijo Lucy tomando los platillos que Yajima y Freed habían estado preparando. Gray sonrió, había sentido una ligera atracción por la pequeña devora libros tiempo atrás, pero no era una atracción romántica, simplemente sentía que tenía que cuidarla por ser tan pequeña y frágil. Pero con el tiempo se dio cuenta que ella era capaz de cuidarse por sí sola.
—Las mujeres como Lucy o como Mira tan alegres, creen que nuestras intenciones siempre son de índole romántica —le dijo Yajima mientras le extendía los platos que debía llevar a los comensales.
—Dímelo a mí —dijo el pelinegro poniéndolos en la charola. Salió de la cocina
El restaurante solía cerrar sus puertas a las nueve de la noche, pero celebrarse algo importante como el festival de otoño, el horario se había extendido hasta las once. Y aparte debían esperar a que los comensales que se hallaban dentro terminaran de comer y los que tenían el horario de la noche recogieran y cerraran todo el lugar. Para su suerte Levy estaba en ese horario.
—Va a ser una noche larga —le dijo a Lucy mientras entraba a la cocina a dejar los platos sucios que había recogido de sus mesas asignadas.
—¿Tienes algo que hacer mañana? —le preguntó con una sonrisa sugerente y Levy rió, adivinando los pensamientos de su mejor amiga.
—Sí, y no —amplió su sonrisa—, sí tengo algo que hacer y no. No es una cita con Rufus Lohr —dijo depositando su charola sucia en el enorme fregadero. Lucy suspiró vencida.
—¿Cuándo le vas a dar el sí? —preguntó esperanzada, Levy achicó los ojos.
—¿Estás de broma Lu? —le preguntó seriamente—. Es un engreído...
—Un engreído muy apuesto —le recordó la Heartfilia con un gesto retador, a veces le preocupaba que su amiga estuviera tan sumergida en sus estudios que descuidara su inexistente vida amorosa.
—No me lo parece tanto —contestó Levy al tiempo que Yajima le ponía los postres que debía llevar.
—Dejando de lado si es apuesto o no —comenzó Lucy recargándose en la pared de brazos cruzados—, es alguien a tu altura intelectual... Incluso diría que es un genio...
—Un genio malvado —dijo Levy haciendo una mueca.
—¿Todavía no le perdonas que te haya vencido en el concurso de oratoria? —le preguntó con cierto sarcasmo.
—No tiene nada que ver eso —replicó Levy—, además yo sólo entré a ese concurso para probar suerte. Nunca imaginé llegar a las finales...
—Bueno, bueno —continuó Lucy tomando su charola con los patos que Freed le sirvió—. Yo sólo me preocupo por tu súper activa vida romántica...
—Pues deberías pensar en la tuya —le sonrió victoriosa—. Loke cada vez se aparece menos por aquí —enarcó una ceja ante el notable sonrojó de la rubia.
—Es... eso no... Él y yo —balbuceó nerviosa. Y Levy ensanchó su sonrisa.
—Vamos a trabajar, anda —le dijo saliendo de la cocina.
Lucy y Loke tenían una amistad algo diferente a las relaciones normales con las personas. Loke era un conquistador nato y Lucy la primera en no caer en sus encantos, lo cual representaba un reto para el ojiazul. Pero muchas veces sus intentos se quedaban frustrados por la incondicional amistad que la Heartfilia mantenía con Natsu. Y si éste veía que Loke molestaba demasiado, lo ponía en su lugar.
La noche fue más agitada de lo normal, y es que en fechas especiales como festivales, Halloween o navidad, el restaurante de los Dreyar estaba a reventar y los trabajadores aprovechaban las fechas para salir del usual uniforme de meseros y vestirse con disfraces fuera del evento. Esa noche habían acordad vestirse como si fuera Halloween, y en Halloween usarían los disfraces del desfile de primavera. Esa idea se le había ocurrido a Mavis y todo el mundo había estado de acuerdo.
Una vez terminada la noche, todo el mundo se fue a su casa, Jet y Droy se habían ofrecido a llevar a Lucy y a Levy, pues la McGarden se había ido a pie en la tarde, y a Lucy la había llevado Natsu, pero el Dragneel se encontraba ahogado en alcohol junto con Cana, todo por un concurse de "quién aguanta más" el cual había ganado la castaña. Elfman y Mira propusieron llevarlos a sus hogares, pero Laxus se ofreció a hacerse cargo para que la Strauss no tuviera que andar de chofer a altas horas de la noche.
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A la mañana siguiente Gray se despertó temprano, y a pesar de su cansancio se obligo a llegar temprano a la universidad donde empezaría a trabajar. Él y Lyon estaban en la misma área gracias a su vieja maestra y amiga Ur, ambos chicos la consideraban parte importante de su viva. Ur siempre les había dado un trato muy maternal y ellos la apreciaban muchísimo.
Tomó un baño y salió en moto sin casco, cosa que rara vez hacía, pero ese día quería sentir el fresco de la maña en el rostro. Llegó a la universidad y buscó la oficina de Ur, vio a Lyon salir con unos folders y respiró hondo.
—Ur está en la sala de maestros —le informó Lyon y el pelinegro asintió.
—¿Cuántos alumnos te ha dado? —le preguntó avanzando para ponerse a la par con el peliplata.
—Cuatro, dice que este año muchos egresados harán servicio para pagar el financiamiento, entonces nos han tocado pocos...
—Ya veo —dijo Gray aliviado. Cuatro era una cifra pequeña, pero eso implicaba ocho horas de su preciado tiempo.
Se quedó fuera de la sala de maestros, Ur lo había citado, al ser el último año de su carrera le tocaría ser el tutor de alguien de nuevo ingreso, su maestra le iba a asignar a alguien.
—Pasa —escuchó antes de siquiera tocar la puerta, seguramente Ur lo había escuchado hablando con Lyon.
—Hola Ur —saludó sentándose frente a ella en una de las mesas.
—Hola Gray, encontré a algunas personas que van muy bien contigo —sonrió extendiéndole un folder, Gray lo tomó y lo leyó.
"Loxar Juvia, 19 años. Matricula 0274848. Profesional: Diseño industrial."
Los datos venían acompañados de una fotografía de la chica, tenía la mirada más seria que él había visto jamás, se lo pensó un momento, sin leer las otras tres hojas, sólo con ver las fotografías sabía que no causarían problemas y asintió.
—Perfecto —prefería trabajar con alumnos serios como él. Además sólo estaría trabajando con ellos un año.
Ur sonrió, como si supiera algo más. Ella había sido maestra de Gray los primeros semestres, pero la habían ascendido a directora de asuntos estudiantiles. Ella tenía que citar a los alumnos de primeros ingresos y hablar sobre su plan de carrera y plan de vida, y después asignarles un tutor para que les ayudara más adelante, debían de verlo dos veces por semana una hora mínimo.
—Bueno eso es todo, en las demás hojas viene anexo el horario de los jóvenes, deberás buscarlos para que se pongan de acuerdo para sus citas, y no se te olvide llenar los formularios en cada una...
—Ya sé —dijo Gray levantándose—, nos vemos Ur...
—Cuídate —le dijo con voz cálida y Gray sonrió de manera casi imperceptible.
Tenía que apañárselas con dos mujeres y dos hombres. Cuando empezó su carrera y solicitó el financiamiento, lo último que le pasó por la cabeza había sido cuidar amateurs, pero eso sólo sería el primer año, el segundo estaría haciendo algo más importante, o algo así le había comentado Ultear, la hija de Ur.
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Levy se levantó un poco tarde y descubrió que tenía la habilidad de bañarse y arreglarse en veinticuatro minutos exactos. Se puso lo que ya había apartado para esa entrevista, no tuvo tiempo de desayunar, apenas pudo tomar su currículum y salió del departamento sin despertar a Lucy. Se montó en su motoneta amarilla y se colocó del mismo color para llegar a tiempo a la mansión de los Redfox.
Salió del departamento al cuarto para las diez, su cita era a las nueve y media, por suerte no había mucho tráfico, en menos de diez minutos ya se encontraba llegando a los condominios adinerados de Magnolia, agradeció su capacidad de memorizar cosas y le dijo al portero la calle a la que iba y el apellido del dueño, el hombre le pidió una identificación y con cansancio ella se la extendió, tenía prisa, él la pasó por un lector de datos y se la regresó, abriéndole una reja a control remoto.
Ella arrancó y buscó la calle donde se encontraba la mansión, estacionó su motoneta en la entrada y se quitó el casco. Se acercó a la enorme puerta de madera y vitral y tocó el timbre de la casa, un hombre moreno, muy moreno y de penetrantes ojos cafés obscuros le abrió la puerta. Una cicatriz se titulaba desde su ceja hasta un poco más por debajo de su ojo izquierdo, sin tocarlo, más bien rodeándolo. Se sintió ligeramente intimidada.
—Diga... —su voz ronca le hizo dar un leve respingo. Ese hombre era dos veces más grande que ella. Y posiblemente tres veces más pesado. Parecía un guardia de seguridad con músculos en donde Levy ni siquiera sabía que se podían tener.
—Bue-buenos días —balbuceó nerviosa—, mi nombre es Levy McGarden... Ve-vengo por lo del puesto...
—Oh, buenos días señorita McGarden, soy Lily —dijo con una leve sonrisa y ella se sorprendió por la repentina amabilidad—. Pase por favor, el señor Redfox la espera en su despacho —Levy tragó duro y asintió. Siguiendo al imponente hombre que caminaba despreocupado delante de ella. Si por fuera la casa se veía grande, por dentro lo era mucho más, el amplio recibidor llevaba a la sala por el camino que estaba tomando el moreno.
Pasaron de largo la enorme estancia, dos gatos jugaban cerca de un sofá y un niño rubio lanzaba sus juguetes por todas partes. Era un niño hermoso. Mientras en un rincón otro pequeño de cabellos obscuros se dedicada a hojear un libro. Levy no podía verle bien la cara por el corte de honguito que llevaba.
—Cuidado —Levy detuvo al pequeño niño de ojos azules y cabellos de oro antes de que se cayera encima de los gatos. Éste se removió un poco por el repentino agarre de la McGarden.
—Suele ser muy activo —río Lily—. Venga Sting no te vayas a lastimar... —Levy lo depositó con cuidado en el suelo. El niño le sonrió de oreja a oreja.
—¡Mamá! —se abrazó a su pierna y Levy le regaló la mejor de sus sonrisas, aunque no sabía qué decir al respecto.
—Déjala ya Sting —dijo Lily un poco más serio.
—Oh, no pasa nada... —el pelinegro dejó su libro y se acercó a ella. Levy le sonrió, el pequeño se le hacía muy familiar. Ya había visto esos ojos rojos antes... No eran de un color muy común.
—No te confíes —le dijo el moreno—. Son unos niños muy hábiles... Parecerá que les caes bien y de pronto ¡pum! Saldrás corriendo como todas las demás... —Levy frunció levemente el ceño, no podían ser tan malos unos pequeños niños de no más de cinco años.
—Verdad que serán unos buenos niños —miró a Sting, éste la soltó y le sonrió. Rogue por su parte sólo la estudiaba con la mirada, como si se tratase del libro que había estado hojeando.
—Bueno vamos —le señaló una puerta por el pasillo, avanzaron y Lily tocó y asomó la cabeza—. Metalicana, la señorita McGarden vino por lo del trabajo de niñera...
Gajeel dejó de hacer lo que estaba haciendo, acomodó un poco su escritorio que era un desorden, más tarde haría cuentas con su padre. Se quitó su estorbosa chaqueta de cuero e hizo su cabello hacia atrás con las manos.
—Mi padre salió hace diez minutos, llega tarde —espetó mientras terminaba de acomodar papeles—. Que pase —dijo poniéndose de pie, detrás de Lily apareció una joven delgada con cabello azul, algo alborotado pero adornado con una bandana amarilla, a juego con un primaveral vestido anaranjado con mangas separadas, dejando sus hombros al descubierto.
Los ojos avellana de la joven se toparon con los rojizos de él. Ambos se quedaron estáticos un minuto que a Lily le pareció eterno. Así que carraspeó, interrumpiendo los pensamientos de ambos.
—Tú —dijeron al unísono.
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Es la hora de la verdad XD ¿Qué les parece? Quiero escribir comedia por aquí... El próximo capítulo será un "Cuatro años antes..." Y bueno se explicará lo que ocurrió en ese entonces. Quiero ver si después de eso puedo hacer variaciones explicando historias dedicadas a los personajes principales XD
Ya saben que acepto tomatazos con amor y críticas constructivas, XD los que me han leído antes saben que soy una obsesa de la ortografía y que cualquier cosa que encuentren y me digan, les estaré muy agradecida :3
Sé que este cap. dejó varias dudas XD pero todo se irá explicando más adelante (:
Es mi primer GaLe *.* y si les gusta abajo está el botoncito de reviews :P
