Estos personajes no me pertenecen, como todos saben, es posible que a lo largo de la historia ponga algún personaje creado por mi, pero de momento todos pertenecen a la autora de CCS
Fic de CCS
Amor entre príncipes
Capítulo 1.
-¡¡¡Tomoyo!!! – gritaba una princesa alegre de ocho años mientras corría con su amiga-. Te alcancé.
-Sí, princesa, ahora usted deberá correr –dijo en tono amable y dirigiéndole una sonrisa.
-¡Tomoyo! –dijo ahora molesta la pequeña de ojos verdes-. ¡Te dije que me trataras de igual y que me dijeras por mi nombre! Repite mi nombre –dibujando una sonrisa en su rostro-. Sa-ku-ra.
-Sa-ku-ra –respondió Tomoyo.
-¿Ves? No es tan difícil.
-Alteza, el rey quiere hablar con usted –dijo un soldado acercándose a las niñas.
-Enseguida voy, Shinji –respondió al soldado.
Acto seguido, la princesa Sakura salió de los jardines dejando a su mejor amiga junto a la fuente. Caminaba por los pasillos rápidamente a encontrarse con su padre, cuando tropezó con Touya.
-¿A dónde vas tan rápida? –preguntó frente a su hermana.
-Papá me mandó a llamar –respondió Sakura-. ¿Y tú, a donde vas?
-Yukito y Yue vinieron a verme. Hasta luego, monstruo.
Sakura se sonrojó ligeramente al escuchar el nombre de Yukito, pero enseguida reaccionó pensando en lo que le había dicho su hermano.
-Hasta lue... ¡¿Qué me dijistes?!
-Oh, vamos, me están esperando hablaremos más tarde –finalizó Touya alejándose por el pasillo contrario a su hermana pequeña.
La princesa siguió su camino hasta llegar frente a los aposentos del rey, allí abrió lentamente la puerta hasta poder distinguir al rey Fujitaka Kinomoto sentado tras su mesa de trabajo. Entró en la sala y se inclinó ante él haciendo una pequeña reverencia.
-¿Me mandó llamar, padre? –preguntó.
-Por favor, toma asiento –dijo mientras le indicaba un comodo sillón frente a él. Sakura en un gesto rápido se sentó para que su padre pudiera continuar-. Bien, hace un rato hablé con Ieran Li.
-¿La mamá del príncipe Li?
-La mamá de tu prometido.
-¿Prometido? –preguntó confusa.
-Si, cuando Li y tu crezcáis, os casareis, todavía eres muy pequeña, tienes ocho años y él solo tiene diez, a Ieran y a mi nos interesa unir los reinos –explicó el rey.
-Pero...
-No te preocupes, no estaréis prometidos oficialmente hasta dentro de dos años, justo cuando tu tengas diez años, hablaremos de ello más adelante, solo quería informarte.
-Bien..., Touya lo sabe?
-No, aún no le dije, hoy salió con Yue y Yukito.
-Padre, volveré a los jardines con Tomoyo.
-Hasta luego, hija.
Sakura, cerrando la puerta al salir, se dirigió a los jardines donde pudo ver la figura de Tomoyo jugando con el agua fresca de la fuente. Entró muy seria, y su amiga lo notó.
-¿Qué te pasó, Sakura?
-Nada... -respondió ella sentandose en la hierba.
-Oh, vamos, somos amigas.
-Mi papá me dijo que dentro de dos años estaré oficialmente prometida con el príncipe Li –explicó la princesa con algo de preocupación en su voz.
-¿Qué? –preguntó Tomoyo levantandose rapidamente-. ¡Eso es genial! ¡Sakura te casarás con un principe! ¡Y yo diseñaré tu vestido de boda! –gritaba animada.
-Tomoyo... suspiró Sakura dejandose caer sobre el césped.
-Vamos princesa, llegaremos tarde – dijo con algo de impaciencia una chica de ojos azules y pelo largo y ondulado.
-¡Te dije que no me llamaras así! –gritó ella cuando salía por la puerta de su dormitorio.
-Lo siento, Sakura, era para ver si así salías- respondió alegre.
-Ah... -consultó su reloj- ¡Dios mío! Llegaremos tarde.
Sakura cogió a Tomoyo por el brazo y bajaron corriendo todas las escaleras hasta llegar a la entrada del palacio donde esperaban dos caballos vacíos reservados para ellas y cuatro más donde iban, ya montados, Fujitaka, Touya, Yukito y Yue, seguidos por un grupo de unos veinte soldados.
-¿Dónde estabais? –preguntó Touya molesto.
-Su alteza se quedó dormida –respondió Tomoyo con una amplia sonrisa.
-Tomoyo... -dijo Sakura, tan bajo que solo las dos chicas pudieron oírlo.
-Bueno, ya, suban a sus caballos, si no salimos ya, llegaremos tarde.
Las dos chicas obedecieron. A pesar de tener tan solo diez años, ambas montaban a la perfección.
-Espero que el viaje no sea muy largo –suspiró la pequeña princesa.
-¡Oh, vamos! Anímate, Meiling también estará presente.
-Ese no es consuelo –respondió un chico de unos doce años de edad.
-De todas formas, te casarás con la princesa Sakura, su padre y yo así lo acordamos, pasareis todos los veranos juntos.
El joven chino abrió la boca para responder a su madre, pero alguna cosa lo interrumpió.
-¡¡¡Shaoran!!! –gritó una voz femenina mientras se lanzaba contra el chico.
-¡Meiling! ¿Qué haces aquí? –preguntó Shaoran confuso.
-¡Vine antes de tiempo! –dijo alegremente-. Ve a tu cuarto, tienes el tiempo justo para arreglarte, llegarán a las doce.
-Meiling tiene razón, debes estar preparado.
Media hora después
Unos caballos junto a un grupo de soldados, llegaban a la puerta de un gran palacio, donde esperaban cuatro chicas de unos quince años, una mujer de unos treinta y un chico de unos doce años. Vestían con elegantes trajes chinos que los hacían verse poderosos y ricos. Todos reflejaban sonrisas en sus rostros excepto el más pequeño que tenia un aspecto serio.
Fujitaka bajó de su caballo junto a Touya, también serio.
-Bienvenidos, espero que durante vuestra estancia aquí todo sea de vuestro agrado.
-Todo está perfecto, creo que esta unión nos beneficiará a ambos. Sakura, por favor, acércate, debemos presentarte ante el joven Li –respondió un Fujitaka sonriente.
-Shaoran... -llamó su madre haciendo que se acercara.
Sakura bajó del caballo y se acercó a Shaoran, ambos hicieron una reverencia.
-Soy Sakura Kinomoto, un placer conocerte –dijo alargando su mano con una gran sonrisa.
-Shaoran Li –respondió serio mientras estrechaba la mano de la chica.
-Bueno, ahora que os conocéis, pasaremos adentro para comer, y más tarde, anunciaremos vuestro compromiso ante todo el reino.
Dos horas más tarde
Bueno, Shaoran, llévate a tu ahora prometida a dar una vuelta por el palacio, enséñale su habitación. Mailing, puedes hablar con Tomoyo, te lo pasarás bien con ella –dijo Ieran Li tras el anuncio del compromiso.
-¡Podemos ir de compras! –anunció Meiling emocionada.
-¡Claro! Debo comprar tela para hacer nuevos vestidos a Sakura.
-¡Perfecto! –cogiendo a Tomoyo por la mano, ambas salieron corriendo.
Shaoran salió del salón, se dirigió a los jardines y se tumbó sobre la hierba.
-¿No te gusta mucho mi compañía, verdad? –Shaoran se levantó rápidamente, quedándose sentado y con las piernas estiradas. La chica se sentó a su lado -. Tranquilo, solo quería hablar contigo, estamos prometidos.
-Esa unión no la elegí yo –respondió en tono frío.
-Yo tampoco. Oye, ¿siempre eres así con todo el mundo?
-Sí, y tanto si te gusta como si no, yo soy así.
-Pues creo que deberíamos llevarnos mejor –dijo levantándose -. Me voy a mi habitación, espero que lo pienses.
Siete días después, fue la despedida
-Bueno, querida Ieran, nos veremos el próximo verano –dijo un sonriente Fijitaka desde su caballo listo para salir.
-El verano próximo viajaremos nosotros –respondió la señora Li alegre.
Estaban todos reunidos en la entrada del palacio, los del reino de Kinomoto a los caballos y los del reino de Li despidiéndose en la puerta. Entre todos ellos se encontraba una chica de unos diez años de edad. Estaba triste y miraba en suelo.
-¿Meiling también podrá venir? –dijo una esperanzada Sakura. En esos días, ella, Meiling y Tomoyo se habían hecho buenas amigas.
-Si, usted lo desea, alteza –respondió educadamente la señora Li.
-¡Claro! –exclamó la princesa mientras Meiling levantaba la mirada rápidamente y sonreía a Sakura.
-Creo que ya estamos listos para salir, Yukito, Yue, todo listo?
-Si, alteza –respondieron los hermanos Tsukishiro a la vez.
Dicho esto, ambas familias se despidieron, no sin antes acordar que el próximo verano todos estarían juntos en el reino de Kinomoto.
-¡Volveremos a ver a Sakura! ¡Que nervios! ¡Estoy ansiosa! –gritaba una entusiasmada joven que viajaba sobre un hermoso caballo de color rojizo.
-Meiling, si no paras de gritar tu caballo acabará con dolor de cabeza y dudo que podamos ver a tu querida amiga hoy –respondió su primo en tono serio y despreocupado.
Ante esta respuesta, la chica se calló de golpe. Iban en un grupo de caballos guiado por una mujer de unos treinta años, seguidamente iban los dos primos, Shaoran y Meiling seguidos de cerca por un grupo de veinte soldados.
Llevaban dos horas viajando y aún les quedaba la mitad del camino.
-Alteza, el rey Kinomoto desea que baje a recibir a los invitados, estan a punto de llegar-dijo un joven soldado.
-Enseguida bajo, Suichi, ¿te importaría decirle a Tomoyo que venga? Tengo un problema con el vestuario.
-No hay problema, alteza, voy a buscarla.
-¡Gracias!
Minutos más tarde Tomoyo llamaba a la puerta del dormitorio de la princesa.
-Hola Sakura, Suichi vino a buscarme.
-¡Tomoyo! Que alegría verte –dijo Sakura aliviada.
-¿Qué haces que aún no estás vestida?-preguntó su amiga acercandose a la preocupada princesa.
-Es que... No se que ponerme –respondió la joven con un ligero sonrosado en las mejillas y bajando la mirada.
-Sakura... -suspiró Tomoyo.
Media hora más tarde
Sakura, Tomoyo, Fujitaka y Touya esperaban en la entrada de palacio viendo como varios caballos se acercaban.
Cuando estuvieron lo suficiente cerca para identificarlos, Sakura y Tomoyo salieron corriendo al encuentro de una de sus mejores amigas, Meiling, la cual había bajado del caballo y también había empezado a correr junto a sus amigas. Una vez juntas, las tres se fundieron en un tierno abrazo, Sakura dejó escapar alguna lágrima de la emoción, cuando se separaron, vieron al resto de los Li, aún en caballo, que acaban de llegar a donde se encontraban las tres chicas. Ieran y Shaoran bajaron de los caballos.
-Bienvenidos a nuestro reino –dijo Fujitaka acercándose al centro de atención seguido de cerca por Touya.
-Un placer volverte a ver, Fujitaka.
-Lo mismo puedo decir, querida Ieran –respondió el rey.
-Meiling, Shaoran, traigan su equipaje, les ayudaré a subirlo a sus habitaciones -dijo una amable Sakura.
Los dos primos, Sakura y Tomoyo subieron con los equipajes de los recién llegados a las que serían sus habitaciones durante todo el verano. Mientras el rey acomodaría a la reina y Touya iría a buscar a los hermano Tsukishiro para la cena que tendría lugar esa noche.
-Os he echado mucho de menos, no sabéis lo sola que estaba, en la aburrida compañía de mi primo Shaoran –explicó la chica de ojos rojizos.
Ante este comentario, Sakura y Tomoyo dejaron escapar una leve risita que hizo que Shaoran, ofendido, saliera de los aposentos que ocuparía Meiling.
-Crees que nos pasemos? –preguntó Sakura preocupada.
-¡Oh, no! Tranquila, se le pasará –respondió Meiling abriendo su maleta y empezando a colocar toda su ropa en el armario.
-Eso espero –añadió Tomoyo preocupada.
Después de la cena
Tomoyo y Meiling habían subido al dormitorio de la segunda para terminar de deshacer el equipaje. Shaoran había subido a hacer lo mismo en su recamara. Fujitaka y Ieran charlaban animadamente en el comedor. Touya y Yue miraban la tele en la sala. Sakura había pedido a Yukito que la acompañara a los jardines.
Era una noche clara y por lo tanto podían observarse montones de estrellas. Ambos se sentaron en un banco cercano a la fuente.
-Bueno, Sakura, ¿que querías decirme? –preguntó Yukito cuando llevaban un rato observando el cielo estrellado.
-Pues... Yukito... Yo quería decirte que... -cada vez se sonrojaba más bajó su mirada y el chico la cogió de la mano.
-Vamos, Sakura, ¿que querías decirme? –Yukito le inspiraba mucha confianza, podía hablar con él de cualquier cosa, pero podría ser que aquello le costase un poco más.
-Pues... lo que quería decirte es que... me... ¡Me gustas mucho, Yukito! Ya se que solo soy una niña y... -pero el chico no la dejó terminar.
-Tu también me gustas mucho, Sakura –a la chica se le iluminó la cara.
-De verdad?
-Si, pero es un amor entre hermanos, creo que yo siento por ti lo mismo que tu por mi, Sakura, eso no es verdadero amor, es solo un cariño especial, un cariño como el que yo te tengo. Si te das cuenta y piensas unos momentos, te darás cuenta de que lo que sientes por mi, se parece mucho a lo que sientes por Touya.
Sakura pensó un momento en silencio.
-Si... Es posible...
-¿Ves? No te preocupes, pequeña Sakura, llegará el día que encontrarás el verdadero amor, solo pensarás en esa persona. El verdadero amor llegará cuando estés dispuesta a darlo todo por esa persona, y él a darlo todo por ti.
-Muchas gracias por escucharme, Yukito.
-De nada, sabes que me tienes para cualquier cosa. Voy a buscar a Yue, creo que ya es hora de volver a casa.
-Hasta pronto.
-Adiós, Sakura.
Yukito se marchó dejando a Sakura sola en los jardines. Cuando se hubo alejado suficiente, la joven se levantó y se sentó en el borde de la fuente, se quedó bastante rato mirando el agua cristalina que no dejaba de salir, tenía la sensación de que sus lágrimas también querían salir, pero debía ser fuerte y no rendirse, no dejaría que cayeran.
-Tomoyo te anda buscando –dijo una vez masculina detrás suyo.
Sakura se giró y pudo ver el rostro de Shaoran iluminado por las luces que había encendidas dentro del castillo.
-¿Te sientes bien? –preguntó acercándose a ella.
-¿Eh? Ah, si, claro, no pasa nada, estoy bien.
-Oye... A mi puedes contármelo, después de todo... acabaremos juntos, debes confiar en mi.
-Le confesé a Yukito mis sentimientos hacia él –dijo Sakura bajando la cabeza y entristeciendo la mirada.
-¿Y que pasó? –preguntó el joven sentándose junto a ella.
-Me rechazó me dijo que sentía un amor de hermanos, que no era amor verdadero, es posible que tenga razón, pero me ha dolido que me dijese eso, aun teniendo razón –lágrimas empezaban a bañar su rostro.
Shaoran se puso de pie frente a ella.
-Te comprendo, pero no debes llorar por eso, debes ser fuerte y seguir adelante, la vida no es solo color de rosas.
Sakura, sin darse cuenta abrazó fuerte a Shaoran mientras él le entregaba un pañuelo de tela con las iniciales "S.L." grabadas en color verde.
Notas de la autora:
Wolaaa!!! Espero que les guste el fic, seguramente, habrán notado que és el primero que hago.
Ya tengo listo el segundo capitulo, pero si nadie me lo pide no lo pienso publicar.
Sango-chan95
