Por Remus Lupin.
Por Thonks.
Veía al pequeño Teddy correr por los jardines de la vieja casa de su abuela. No estaba solo, estaba con Harry. Bueno "pequeño" en sentido figurado. Ya el hombre de la casa cumplió 14 años este año. Era apenas de mañana.
Nació el mismo año en que yo morí.
-Vamos Teddy, juguemos un rato con las escobas, de acuerdo? –Le dijo Harry con una sonrisa juguetona. Veía la tristeza en sus ojos, yo no solo la veía, la sentía en su corazón.
-Claro. –Respondió mi hijo con una sonrisa falsa en sus ojos. Veía que su cabello caía liso hasta su cuello, de color negro, no un negro brillante si no un negro apagado. Sus ojos color ojimiel, como eran los míos, tenían un brillo ausente. Dolía tanto verlo así.
-Harry…
-Si, Teddy? –Dijo Harry mientras están por los aires con su escoba.
-Quisieras hablarme de mi padre? Y… mi madre? –Harry solo atino a sonreír. Por más que lo negara tenía un nudo en su garganta que para hacer saber a Teddy que tenía que ser fuerte, no dejaba que fluyera en lágrimas.
-Tu padre… Te diré algo. Qué tal si vamos a la vieja casa de Sirius hoy? Allí tengo algo que estoy seguro que querrás ver. –Teddy solo asintió y bajo suavemente de su escoba. Yo logre ver como una lagrima caía por su mejilla al susurrar el nombre de su madre, no estoy seguro si Harry logro verla, pero si vi como desde más arriba de donde estaba yo cayo una lagrima del mismo Harry.
A Harry tengo muchísimo que agradecerle, nunca ha dejado a mi dulce niño solo, me quede con él mientras que una hermosa mujer con cabello rosado andaba detrás de Teddy, mi mujer Thonks.
Harry se fue no mucho después de eso, invitando a la abuela de Teddy a almorzar con ellos en la vieja casa de Sirius. Ya eran alrededor de la una de la tarde cuando los dos llegaron, Kreacher, muy amablemente les había preparado un almuerzo a los dos, a decir verdad, a todos los que sufrieron pérdidas en aquella batalla que acabo con mi vida. George y su familia estaba allí. Estaba Molly con su esposo, lloraban solo al recordar la muerte de Fred, todos los Weasley se acompañaban, la inteligente Hermione y la dulce de Ginny estaban en el patio cuidando a sus hijos y a sus sobrinos.
Harry le abrió la puerta Tedd y a Andromeda y dejo que se reunieran en la fiesta. Al rato, cuando Tedd estaba aparentando ser feliz y estaba jugando con los demás Harry lo llama desde las escaleras.
-Ted, está aquí arriba lo que te quiero mostrar. Ven. –El lo siguió y lo llevo hasta la vieja sala de estar que pertenecía a Sirius Black. Era una sala Dorada y Roja, como los colores de Gryffindor y estaba llena de fotos y de fotos y de fotos y de historias y de recuerdos.
-Quiero que te quites esa idea de que los hombres no lloran. –Dijo Harry mientras veía una foto de Lily y James. Al verla, los reales Lily y James se acercaron a nosotros, a ver la escena. – Yo, perdí a mis padres más o menos cuando tenía tu edad. El único recuerdo que tenía de ellos al entrar a Hogwarts fue a mi madre gritando mi nombre antes de que los asesinaran. Por no llorar, por hacerme el fuerte, mi niñez y mi adolescencia fue por mucho más dolorosa que todos mis enfrentamientos con Voldemort. –Teddy lloraba en silencio. Harry se le acerco. Me voltee y vi a una pelirroja con ojos verde esmeralda con lagrimas a punto de salir. Su querido hijo. Ahora la entiendo.
-Se que no los recuerdas, que no sabes casi nada sobre ellos, pero mira a tu alrededor. –Dijo señalando las fotos. –Tu padre fue el mejor profesor de Defensas de Artes Oscuras que he tenido. Tu padre, desde que tenía 13 años hasta ahorita, fue la primera imagen paternal que tuve, que llego a mí. Fue la primera persona que me hablo de mi madre, me dijo lo especial que era. Me reconoció no por el parecido que tengo con mi padre, si no por los ojos de mi madre. Fue uno de los hombres más valientes que alguna vez hayan pisado la tierra. Fue hombre lobo. Amo a su mujer como nunca ha amado a otra. La adoraba. –Al decir esto Harry se rio un poco. Teddy lloraba, se sentaron en una butaca. – Al principio estaba rehusado a envolverse sentimentalmente con Thonks. Siempre decía "Es muy joven", "Soy pobre y no tengo nada que ofrecerle", "Es un peligro que este cerca".
"Eras un viejo gruñón." Mi esposa dijo a mi lado.
-Pero solo al verle la mirada, el brillo de sus ojos cuando miraba o hablaban de Thonks en la habitación… Sabias que era el amor de su vida –Continuo Harry. – A tu padre, después de mi 3er año de Hogwarts, lo despidieron por los quisquillosos y ridículos que eran los padres del colegio. Se enteraron que era hombre lobo. Pero a tu padre eso no le afecto, el siguió adelante, era tan especial, fue como un padre para mí –Harry ahora también lloraba. – Luego de la muerte de Sirius, el estaba allí conmigo, siempre. Siempre me apoyo, nunca tuvo excusas, y el… el no me veía como el hijo de James Potter, el niño que vivió, el me veía como si fuera…. Solamente Harry, un niño triste que perdió a sus padres, que ha pasado por mucho y que tenía que pasar por mas. Tu padre era especial y te amaba como no tienes idea, cuando me llego con la noticia de que Thonks estaba embarazada… Estaba preocupado, si, no sabía si ibas a salir hombre lobo como él, el no quería eso, pero el brillo de su mirada, el tono con que lo decía, te convertiste en su mundo. Su tierra, su aire, su sol. Su todo.
-No hables mas –Teddy dijo. – Por favor.
- Seguro que no quieres eso? Todavía no te hablo de tu madre. Ay Thonks, torpe como ella sola. –Teddy rio. – Quiero que te des cuenta que no debes estar triste por su muerte, ellos murieron luchando por un mundo mejor, gracias a ellos, a su ayuda, lo conseguimos Teddy. Voldemort ya no está, los mortíferos tampoco. Gracias a ellos.
-Mi madre… como era ella?
-Ella era… Muy divertida y muy torpe –Yo reí, Thonks me fulmino con la mirada. –Ella me fue a buscar cuando me sacaron de casa de mis tíos en el 5to año de Hogwarts, pensé que Dumbledore había enviado una loca. Pero resulta que ella era aurora, no sabía eso. Se sentaba en las noches, a la hora de la cena, al lado de Hermione y de Ginny y siempre transformaba su cara en algo: Su nariz en cochino, orejas de conejo, la boca en el pico de un pato. Y siempre, siempre tenía el pelo de un rosa chicle, menos cuando estaba triste, que lo tenia de un negro apagado, así como tú lo tienes hoy. –Dijo Harry, mirándolo. –Cuando se dio cuenta de que estaba enamorada de tu padre y que él no le correspondía por idiota, -Thonks rio a mi lado. "Te lo dije!" me dijo. –Su patronus cambio, cambio a un hombre lobo, no recuerdo lo que era antes de eso… Yo la recuerdo, siempre la recordare como esa mujer divertida, fuerte, segura de sí misma. Ella era muy especial. Yo la quiero mucho.
"Ay Harry, estoy tan orgulloso de ti." Decía mi amigo Cornamenta justo al lado de su pelirroja, si Harry nos viera ahorita.
-Pero… como no puedo estar triste? Todos ellos… se fueron, no los conocí, nunca los tuve, yo…
-Nunca los tuviste porque ellos murieron más temprano de lo que debieron, todo por un bien, todo por un mundo mejor Teddy. Tuviste a los padres más valientes que alguien ha tenido james. Tienes que estar orgullosos de ellos. –Teddy asintió, Harry se fue dejándolo solo, contemplando las fotos de mis años de Hogwarts. Como hizo Hagrid con él, mando lechuzas a mis profesores y a todos mis conocidos y a los de Thonks para reunir fotos y regalárselas a Teddy, el era un niño increíble. Lo admiraba mucho. Y lo amaba demasiado…
Ya después del almuerzo, el día termino. Se fueron a su casa y Teddy paso todo el día pensando en la charla que había tendió con su padrino Harry. Teddy quería mucho a Harry, fue como un padre para él.
-Teddy, hola hijo. –Dijo Thonks con una media sonrisa en el sueño de Teddy. Nosotros los magos, podíamos aparecernos en los sueños de nuestros seres queridos, ayudaba mucho que ellos no nos dejaran ir, que nos extrañaran, en los sueños intentábamos hacerlos sentir mejor. La primera vez que aparecimos en sus sueños fue en la noche que morimos.
-Mama? Papa? –Teddy dijo, nosotros asentimos. El empezó a llorar.
-Oh, no, no, por favor no. –Dijo Thonks en una dulce voz sobre protectora, abrazándolo, protegiéndolo, secándole las lagrimas. –Teddy, quiero que recuerdes algo. Tu padre y yo, siempre, siempre estaremos a tu lado. Nunca te dejaremos solos. Eres nuestro mundo. Aunque estemos muertos en cuerpo, nuestra alma sigue viva gracias a ti.
-Te extraño mama. –Le dijo Teddy soltando unas lagrimas mas. Thonks lo abrazo y yo me uní al abrazo.
-Teddy recuerda, siempre hay una forma de unirse a sus amados, por más lejos que estén. En tu corazón, en tu mente, a tu lado. Siempre estamos ahí. –Le respondí, ya estaba dejando caer lagrimas. Se escucharon unas sonrisas de bebe. No muy lejos de nosotros, aparecían imágenes, todos los recuerdos que teníamos con Teddy, se los mostrábamos y el reía y lloraba con ellos.
-Los amo. Gracias. Como Harry dijo, son valientes, los padres más valientes que alguien ha tenido..
-Te amo, hijo. –Le dijo Thonks, sonriendo, llorando, riendo. No podíamos aparecer siempre en las noches en su cabeza, solo de vez en cuando. –Nunca te dejaremos solo. –Teddy asintió.
-Creo que es hora de irme. No me olviden, no olviden lo orgulloso que estoy de ustedes.
Teddy despertó ese 3 de mayo, sonriendo. Ahora sabia que siempre íbamos estar ahí, no nos había visto desde la noche en que morimos, probablemente de eso no se acuerde.
Siempre estuvimos ahí con él, viendo sus juegos de quidditch, como aprobaba los exámenes, como intentaba recuperar las malas notas, equivocándose, mejorando a cada momento. Siempre intentando hacernos sentir orgullosos, por que el sabia que nosotros estábamos ahí, con él, siempre. Thonks lloraba, siempre lloraba, de alegría, tristeza, preocupación, felicidad, miedo…
-Extraño vivir, no saber que va a pasar contigo, depender de alguien y dejar de hacerlo. Extraño sentir mis lágrimas. Quiero sentir cuando abrazo o toco a mi hijo. Extraño que el sienta eso. Extraño estar ahí… Extraño comer. –Thonks lloraba, y claro, con su última frase, reía.
-El en algún momento estará con nosotros aquí y nosotros estaremos más que dispuestos a aceptarlo, a estar con él, como siempre hemos estado. Thonks lo amamos, él lo sabe.
-Te amo Remus. –Dijo Thonks mientras me besaba y nuestras manos se unían, se unían nuestros dedos, tocándose de igual forma que se tocaban la noche que caímos muertos, profundizaban el toque. Dando a entender que un felices para siempre si existe, si estas con la persona que amas, sabiendo de la persona que adoras. Estés donde estés, el felices para siempre estuvo con nosotros.
Y nosotros con él, con Teddy.
Llore mientras lo escribía. Espero que les guste, dejen reviews y vamos a honrar la batalla de hogwarts!
