Sé que estoy tardando mucho en actualizar mi otra historia de Twilight: "La alumna y el profesor". Pero no es por falta de ganas, sino por inspiración. Pero os prometo que antes de que se terminen las fiestas actualizo. Aquí os dejo uno que me vino a la mente, recordando otro fic que leí.
La familia de Edward me había invitado a su casa para comer. Llegué y comimos- comí- mantuve una charla muy interesante con Esme sobre la cocina, estuvimos compartiendo opiniones, aunque claro, no sobre cual nos parecía más sabroso y eso. Puesto que ella no creo que tuviese mucho que aportar al respecto. Ahora, a Alice se le ocurrió hacer una maratón de películas Disney. Al principio éramos ella, Edward y yo, pero cuando Emmett se enteró no lo pensó dos veces y se apuntó y a Rosalie no le quedaba otra que hacer lo mismo. En cambio Jasper, en cuanto vio a Alice tampoco dudó en acercarse.
-Bueno, yo empiezo porque soy la pequeña- dijo Alice con emoción.
-¡No es justo! ¡Quiero empezar yo!- dijo Emmett, increíble.
Y así comenzó una discusión entre duende y niño medio oso pardo. Hasta que alguien decidió devolver la "calma" a la sala.
-Paz, chicos.-dijo Jasper en plan Dalai Lama- En realidad no es Alice la pequeña y tú, Emmett no eres un niño. La más pequeña y más niña entre nosotros es…-Edward hizo un ruido de tambores- Bella.
WTF? Reaccioné de nuevo cuando sentí un fogonazo en mi cara. Miré al causante de tal inmunda luz.
-¡Mira! ¡Le hice una foto a tu cara! Es que las colecciono. ¿Sabes? Cuando tienes un hermano lee mentes, otra vidente y otro emo… No se ve mucho por aquí ese tipo de expresiones.
Lo miré de mala manera y, de repente sacó dos marcos de fotos. Uno plateado y otro dorado.
-Por ser tú te doy a elegir. ¿Este o este?- dijo señalando a tales objetos
-El plateado- dije sin poder evitarlo.
Luego sentí cómo el pecho de Edward se sacudía levemente. Lo miré y vi que estaba luchando por no estallar a carcajadas. Miré a los demás y (menos Emmett) estaban iguales.
-Bueno qué, ¿elijo yo película?-todos asintieron salvo Emm y Alice que lo hicieron, pero a regañadientes.
Edward me indicó donde debía elegir y me acerqué. Guau. Todos los cásicos Disney; tanto antiguos como modernos estaban ahí. TODOS. Fui pasando poco a poco las carátulas cuando vi una que me llama la atención.
-¡Caperucita Roja!-Edward sonrió, Emmett se carcajeó, Alice se rió, Rosalie bufó y Jasper sólo asintió, muy en estado 'zen'.
Mi mejor amiga metió la película en el DVD y ésta comenzó.
. . .
-¡Hola!
-Hola linda niña ¿A dónde vas tan solita? -contestó cierto lobo con sospechosa dulzura.
-A casa de mi querida abuelita ¿Por qué? ¿Qué desea?- preguntó la niña de capucha roja.
-¡Nada, nada! Solo venía a aconsejarle. No le recomiendo que vaya por ahí, es más largo ese camino, id por aquí que es más corto.
-¡Mentira! ¡No le hagas caso!- grité con cierta histeria. Sólo llevábamos quince minutos de película y ya estaba así.
-¡Ese es Jacob!-dijo Emmett con diversión.
-¡Oye! ¡No te metas con él!
-¡Pero si es verdad! Es un lobo del tamaño de un caballo, habla y ¡puede ir a dos patas! Son igualitos.
Edward no pudo más y estalló a carcajadas. Yo me enfurruñé y continué viento la película.
. . .
-¡Qué ojos más grandes tienes!
-Son para verte mejor.
-¡Qué orejas tan grandes tienes!
-Son para oírte mejor.
-¡Qué nariz tan grande tienes!
-¡Son para olerte mejor!- dijo con voz tenebrosa el lobo disfrazado de abuela.
-No soporto esta parte- dije en un susurro, que, por cierto, oyeron todos.
El lobo perseguía a caperucita por toda la casa cuando, de repente un leñador irrumpe por la puerta, rompiéndola de un hachazo.
-¡Y ese es Edward!- dijo Emmett.
Edward gruñó y Emmett rió.
. . .
-Bien, ¡ahora me toca a mí!- chilló Alice.
Rebuscó entre los CDs y eligió una que no me esperaba.
-¡Hansel y Gretel!
. . .
-Hansel, ¿hueles eso?
-¡Sí! Huele a dulce.
Y siguieron el caminito. Y entonces… ahí está la casa de dulces; puerta de chocolate, río de limonada, ventanas de miel, árboles de algodón de azúcar.
Sin darme cuenta estaba llorando, por un momento sentí que estaba dentro de la película.
-Bella, ¿quéte pasa? ¿Por qué lloras?
-Porque-snif, snif- por un momento pensé que podía comerme todo eso. Pero es sólo una película.-y lloré con más fuerza.
-Shh…-dijo Edward con cariño- ¿quieres que te regale una casa como esa? Porque sabes que lo haré.
-No, da igual. Se me pasará.
Y continuamos viendo la película. Aunque juré haber visto a Alice y Emmett taparse la cara con un cojín (N/A para que Bella no les vea partirse de risa).
. . .
-Ahora a mí, por favor.- dijo Emmett poniendo la cara de pena estilo 'Gato con Botas'.
-Vale, elige.
Emmett se dirigió todo contento a elegir y….
-¡Toy Story!
¬¬ Muy típico de Emmett.
. . .
¡Gof, gof!
-Comandante, el perro se dirige a la habitación a gran velocidad. ¿¡Qué hacemos!
-Luchar por nuestro territorio.- dijo el general de los muñequitos verdes que se comunicaban por los Walkies.
-¡Qué mono es el perro! ¿Verdad?- dijo Emmett emocionadísimo.
. . .
-¿Jasper? ¿Quieres elegir?
-No gracias.- dijo cordialmente el aludido.
Alice se enganchó a su brazo y le dijo algo que le asustó mucho y le hizo cambiar rápidamente de opinión.
Jasper fue a escoger.
-El libro de la Selva.
No me lo esperaba de ti, Jasper.
. . .
-Acuna matata… ¡sé feliz! Ningún problema y ahora a vivir… ¡Acuna Matata!
Jazz se sabía todas las canciones. Eso es flipante. Se le veía feliz. Había dejado el estado emo y ahora estaba… revolucionado. Todos nos quedamos sin palabras, cosa que Emmett aprovechó para sacar unas puñeteras fotos…
. . .
-Rosalie, ¿lo intentas?
Emmett la miró, nuevamente suplicante y ella cedió.
Se acercó al baúl y escogió.
-El rey león.
. . .
Se te antoja una carne bien jugosa a ti ,
deberías a mi amigo entero devorar
y te gustara
tu ya lo veras
solo te tienes que formar
tienes ganas {sipsipsip}
de tocino {yop yop yop}
es un cerdo{yop yop yop}
quieres ser un cerdo tu también
¡paata negra!... ¡ES UN CERDO DE VERDAD!
¡SÍ!
¿Patético verdad? Pues imaginaos a Rosalie cantando esto… Ni Emmett pudo hacer fotos. Ni siquiera pudo enmarcar las anteriores…
. . .
-Edward, te toca.
-¿Yo también?
-Tú también- volví a responderle.
Se levantó y eligió una película.
-Bambi.
. . .
-¡Flor!
-Nooo, ella no es flor es mofeta.- dijo un conejito gris a un cervatillo.
-¡Flor!- y el conejo suspiró, rendido.
-¿Yo? ¡Gracias!- dijo la mofeta salida del prado lleno flores.
El pequeño cervatillo se arrodilló como pudo para rozar con su naricita negra la cabeza de 'Flor'.
Miré a Edward y sonreí. Estaba muy sensible, faltaba poco para el momento muerte y para él es muy duro. No lo ha superado todavía, lo que no sabe es que no fue un cazador quien mató a la madre de Bambi… fue Emmett.
FIN
Os ha gustado? Eso espero!
