Los personajes de KHR no son mios...


Capítulo uno: "Llegada"

Y de nuevo en la misma posición, ¿es que acaso no podía darse por vencido y ya?, al parecer no, y es por eso que de nuevo estaba ahí, junto a él caminando hacia el patio trasero para conversar de quien sabe qué cosa. Durante el trayecto llevaba su infaltable ceño fruncido y miraba a cualquier lado que no fuera donde estaba su compañero. Odiaba cuando la sangre subía a sus mejillas y su corazón se aceleraba con el solo hecho de que el otro le tomara y tocara, ya fuese para detenerlo de cometer una locura como pelear o para saludarlo y darle apoyo; ni que fuera una quinceañera enamorada, bueno, estaba enamorado sí, pero ya tenía diecisiete años. Ok, eso no servía de mucho consuelo. Dejó escapar un suspiro resignado en cuanto se vio en el lugar destinado, no sabía realmente para qué había ido hasta ahí, aparte claro de haberle dicho al otro que quería hablar con él…bah, no sabía qué decir, ni que fuera una niña tímida…

-¿Qué querías decirme?-la voz del moreno le sacó de sus pensamientos.

-Tsché-soltó un poco dudoso, pero frunciendo más el ceño disimulando cualquier cosa.

Pasó del otro y se apoyó en el tronco de un árbol, si iba a decir cualquier ñoñada primero quería estar cómodo siquiera. El más alto sólo se limitó a acercarse un poco quedando a dos pasos de él con una enorme sonrisa despreocupada. Un silencio un tanto extraño se instauró entre ambos, el peliplata tenía una guerra interna entre su orgullo y sus sentimientos, problemas típicos en un tsundere enamorado; mientras el moreno sólo sonreía como si tuviese la sonrisa tatuada al rostro.

-Yamamoto-fue la manera tosca en la cual quería iniciar la conversación, aunque no contaba con una interrupción como la que vendría.

-¡Kenya-chan~!-Fue lo único que se escuchó antes que Yamamoto volteara a ver.

Gokudera sólo pudo observar un bulto que voló sobre el moreno ocasionando que éste cayera cuan largo es al suelo, con la cosa esa en la espalda.

-Eso dolió-se quejó el beisbolista girando el rostro para apartarlo de la tierra.

-Kenya-chan, hallo-saludó una chica de cabellos calipso y ojos aguamarina.

"-No era un bulto, era una persona-" pensó el peliplata-¡Oye tú, ¿quién demonios eres?

-Ryuusei-pronunció el chico intentando sonreír-No puedo…respirar…

-Verzeihung mein lieber-se disculpó quitándose de encima.

El moreno se levantó y sacudió sus ropas, sonriéndole luego a la joven tendiéndole una mano para que se pusiera de pie.

-Gokudera, ella es mi prima Ryuusei-presentó el más alto aumentando su sonrisa.

-Así que él es el famoso…-comentó la joven tendiendo su mano como saludo.

-Hola-dijo de mala manera el nombrado, respondiendo el gesto de forma cortante. Sí, estaba de mal humor por haberle interrumpido su momento…esperen, ¿qué momento?

-¿Viajaste sola?-preguntó mirándola con cierta preocupación, cosa que molestó sobremanera al italiano, porque el moreno no le prestaba atención; aunque Yamamoto no se dio cuenta de ello, la chica sí lo notó.

-Nein, vine con…-un ruido sordo y un quejido interrumpieron la frase, haciendo que ambos miraran donde debió provenir aquello-Dino-chan…Ya vengo-dijo antes de salir corriendo en dirección donde se escuchó todo.

-¿Qué ocurre?-interrogó extrañado al ver el semblante molesto de su amigo.

-Nada, tendré que soportar a ese pesado-se quejó haciendo referencia al décimo Cavallone.

-¡Oi!-exclamó una voz conocida para ambos.

-Dino-san-saludó Yamamoto sonriente.

-Hola chicos-saludó el Capo con una sonrisa apenada, venía apoyado en la joven, cojeaba levemente de una pierna.

-No pregunten qué pasó-advirtió la joven a lo que el rubio rió nervioso.

-Yo me voy a clases-anunció el peliplata de mala gana dando media vuelta.

-Te alcanzo luego-dijo el deportista-Llevaré a Dino-san a la enfermería.

Así, los tres jóvenes se dirigieron a dicho lugar, donde un conocido médico de los mayores estaba ahí, supuestamente haciendo su trabajo, claro, si a mirar revistas XXX se le llama trabajar.

-Shamal-pronunció la joven mirando al hombre con el ceño fruncido.

-Pero si es Ryuusei-chan~-dijo el médico yendo hasta la chica para besarla.

-Primero atiende a Dino-tomó al nombrado por los hombros y lo interpuso entre ella y el otro.

-Está bien-respondió a regaña dientes.


El camino de regreso a casa fue de lo más extraño, y no sólo porque en la salida de la escuela se encontrara su amigo Cavallone en ella siendo acompañado por una joven, sino que aparte de ellos ir a su casa, también lo hicieron Gokudera y Yamamoto, uniéndose luego Kyoko, aunque claro, no le molestaba que ella fuese. En el camino se les unió Haru y para terminar, una vez llegados a casa del décimo Vóngola, una pelea entre les recibió: I-Pin perseguía por todas partes a un odioso Lambo mientras le reclamaba que le devolviera algo.

Pasando de ellos, la madre de Tsuna les abrió la puerta justo en el momento en que una bala real salía de la casa con dirección a la joven que estaba pendiente del Capo Cavallone. Ésta en un rápido movimiento sacó lo que parecía ser un naipe con el cual detuvo el proyectil, el cual cayó al suelo partido a la mitad. La cara de asombro en todos los presentes menos en Dino se hizo presentes, claro está, la madre del castaño ni cuenta se dio de lo ocurrido.

-Tiempo sin verte, Reborn-dijo a modo de saludo la joven, sonriendo de medio lado de forma arrogante.

-¿Us-ustedes se conocen?-tartamudeó Tsuna con asombro.

-Así es, ella es una mercenaria que trabajó para la familia Vóngola por un tiempo, luego fuimos rivales-afirmó Reborn haciendo acto de presencia.

-Bueno, sabes cómo es la vida ¿no?, además que no sirvo para estar atada a un solo lugar-argumentó ésta encogiéndose de hombros.

-¿Pe-pero entonces es peligrosa que la atacaste?-intervino el décimo Vóngola de nuevo.

-No, es sólo que escuché que había desaparecido del mapa, creí que había perdido habilidad-contestó el pequeño, como si lo que hizo fuese de lo más normal.

-Y ya ves que no es así-comentó la chica con arrogancia.

-Será mejor que entremos-dijo el castaño sintiéndose aún un poco nervioso.

Todos asintieron y entraron de una vez en el inmueble. La dueña de casa les indicó que fuesen a la habitación de su hijo mientras ella les preparaba una merienda. Así todo los jóvenes subieron murmurando entre ellos, más atrás, la joven y el rubio venían más lento, ella le ayudaba a subir las escaleras evitando que fuese a caer y no hiciera mucha presión en su pie lastimado. Una vez en el cuarto, todos se sentaron en el suelo, alrededor de la mesa del menor.

-¿Cómo es que se conocieron?-preguntó Yamamoto, que por distraído ni le había extrañado que su prima llegara a su escuela acompañada del capo Cavallone.

-Es una larga historia-dijo Dino sonriendo apenado al recordar el hecho.

-Fue en la universidad, el muy menso cayó de la escalera y tuve que atraparlo-explicó la joven suspirando con resignación-Desde entonces me dio pena dejarlo solo y me preocupo por él como si fuera mi hijo.

-Típico de ti, ¿no?-rió su primo.

-¿A qué te refieres?-inquirió Haru, interviniendo por primera vez.

-Ryuusei nunca le niega su ayuda a nadie, a menos que sea algo que se interponga en su trabajo-comentó el Hitman tutor-Es uno de sus puntos débiles.

-No dijiste lo mismo aquella vez-se quejó la pelicalipso un poco ofendida-Nee Kenya-chan, ¿Cómo es que te hiciste subordinado de los Vóngola?

-¿Kenya?-interrogaron todos mirando a quien se refería la chica.

-Es algo de nuestra infancia-respondió el japonés más alto con una sonrisa avergonzada-Creí que ya lo había olvidado…

-Ni que tuviera amnesia-reclamó la joven-Sólo soy dos años mayor que tú.

-Tsuna-llamó Cavallone con seriedad, tomando la atención del susodicho y todos los presentes-Hemos venido a hacerte una prueba.

-Supongo que es por "aquello"-soltó Reborn sorbiendo té.

-Así es-siguió el rubio-Varia se está moviendo, creemos que es cuestión de tiempo para un enfrentamiento con ellos por…aquel lugar.

-Reborn, ¿qué tal está la banda?-preguntó la chica con seriedad.

Bien, aquella conversación había excluido notablemente a la mitad de los presentes, aunque no es que no pudiesen intervenir en la charla, sino que otra cosa es lo que ocurría. Primero estaban Hayato y Lambo, el primero perseguía al segundo con dinamitas apunto de encender mientras la "vaca estúpida" corría sacándole la lengua; segundo, Kyoko y Haru al ver que la plática no era para ellas estaban hablando de los últimos anuncios sobre una nueva pastelería que abriría la próxima semana e I-Pin sólo escuchaba callada en medio de ambas jóvenes.

-¿Banda?-preguntaron poniendo atención nuevamente.

-¿Cómo es que sabes lo de la Banda?-inquirió Gokudera deteniendo su persecución.

-¿Reborn no les dijo?-respondió olvidando sus modales con otra pregunta, mirando luego de forma reprobatoria al pequeño. Ante esto todos negaron con la cabeza.-Las familias se están moviendo para organizar una "guerra"-con sus dedos indicó que en la última palabra usaba comillas.

-Así es, hemos acordado hacer una "Batalla de Bandas" a modo de evitar otra posible batalla entre familias-acotó el rubio con expresión cansada-La idea es hacer que bandas de todas las familias del mundo compitan "sanamente" de manera que la ganadora será quién participará en la decición del "Consejo".

-Y ahí es donde entramos los asesinos como nosotros, ¿no Reborn?-soltó la joven de manera traviesa, el otro sólo asintió.-Me gustaría hacerles una prueba, si no te molesta-dijo Ryuusei mirando al Hitman. Éste sólo negó con la cabeza en forma afirmativa-Bien, ¿tienen donde tocar?


Bueno, les dejo este fic que salió de no sé donde pero que tenía escrito de hace unas semanas en mi pc xD

El primer es más como una introducción a la historia, pero si bien el fic se centrará en KHR, también habrá un Cross Over con otros anime.

Espero les guste

Dejen sus ideas, comentarios, críticas, opiniones, etc en review, tomo en cuenta de todo para escribir ^^

Se cuidan

Bye~