Hola , bien intentando escribir algo de mi otro fic se me ocurrio esta idea, espero que puedan ser pacientes para conmigo u.u, el fic es AU desde el quinto libro, despues de la batalla en el ministerio, todas las dudas de Harry toman forma.
Capitulo 1: Peor que una pesadilla, real.
Corría desesperadamente por los pasillos de Hogwarts, una mezcla de sentimientos le nublaba la mente, Ira, odio, impotencia, miedo, la oscuridad en su corazón no hacían que la razón se nublara.
"y uno de ellos deberá morir a manos del otro, porque ninguno puede vivir mientras el otro sobreviva..."
Su corazón se encogió, no podía creer que se resumiera a eso, no quería creerlo.
Siguió corriendo hasta que se topo con el baño de Myrtle, necesitaba desahogarse, se giro para ir hacia la sala multiproposito.
-Ven…- un escalofrió le recorrió la espalda, miro por todas partes en busca del dueño de la voz.
-…Ven…Ven a mi- Harry se quedo de piedra, ya había identificado de donde venía la voz, pero era imposible.
El había destruido el diario y al basilisco, no era posible.
-Ven-
Se acerco a los lavabos, allí la llave con una pequeña serpiente brillaba reluciente, como si recién hubiera sido instalada, el resto de los lavabos estaban en mal estado.
Se acerco al espejo y una sucesión de recuerdos le invadieron.
Ron, Hermione y el discutiendo sobre la poción multijugos, Ron y El entrando en la cámara de los secretos, Ginny en el suelo de la cámara, Hermione petrificada. Sintió un vuelco en su corazón, había arriesgado a sus amigos en tantas ocasiones.
"Te alegrara saber que tus amigos están bien"
Claro que le alegraba, pero una culpa terrible le carcomía por dentro, no solo sus amigos estaban heridos, sino que su padrino, la persona que llego a querer como a un padre estaba muerta, por su culpa.
-Olvídalos-
No, no quería hacer eso, después de estar once años debajo de una alacena, no después de descubrir lo que era un amigo, no después de sentirse querido.
Alzo su mano y limpio el moho del espejo.
-Ellos te hacen débil-
Se quedo de piedra, frente a el se encontraba su reflejo, igual en todo aspecto, excepto por los ojos, su reflejo tenía los ojos rojos, como los de Voldemort, tan solo que estos no despedían aquella maldad característica del señor tenebroso.
"Tuve miedo, miedo de mirarte y encontrarme con la mirada de Tom …Cuando te vi aquella vez, después del ataque al señor Weasley, vi en tus ojos una sombra de el"
-No puede ser, ¿Quién eres?- Increpo el joven mago.
-Yo soy tu, y tu eres yo- Le respondió su reflejo, entonces reconoció que le hablaba en Parsel.
-¿Qué quieres?- su reflejo lo miro intensamente antes de responder.
-Quiero que no nos vuelvan a hacer daño-
-¿Cómo?-
-Eliminando a todo lo que pueda dañarnos-
-¿A que te refieres?-
-A tus amigos, si los matamos ya no nos podrán hacer daño en un futuro- No podía ser posible, era algún truco de Voldemort, no podía ser real.
-¿Qué dices?, yo no voy a hacer nada parecido- Su reflejo sonrió.
-No espero que lo hagas, yo lo haré por ti- Justo después el reflejo desapareció dejando la imagen de un Harry muy asustado.
Pestañeo un par de veces, y se acerco al espejo no había nada extraño, sus ojos eran los de siempre, verdes como los de su madre. Se masajeo las sienes, mientras cerraba los ojos, tal vez estaba pensando mucho, no había dormido ni comido en todo el día quizás necesitaba descansar.
Volvió a sentir un escalofrió y abrió los ojos, frente a el lo miraban un par de ojos rojos, sus ojos.
Intento correr pero no pudo.
-No te esfuerces, relájate e intenta no pensar- El niño-que-vivió miro aterrado como su cuerpo se movía solo, y sin poder controlarlo salio corriendo del baño.
Durante todo el trayecto Harry intento zafarse de lo que fuese que lo mantenía atrapado, se sentía peor que estando bajo la maldición Imperius, la impotencia de no poder hacer nada mientras su cuerpo se movía solo lo desesperaba.
Llego a la puerta de la enfermería, y como un balde de agua fría la comprensión llego, de verdad iba a matar a sus amigos.
En contra de su voluntad su mano tomo el pomo de la puerta y con cuidado abrió la puerta. La enfermería le ofrecía un panorama desconcertador, las blancas cortinas se movían con gracia, una corriente de aire le hizo darse cuenta que una ventana estaba abierta, lentamente su cuerpo se fue moviendo entre las camas mientras miraba por entre las cortinas, reconoció a Luna, Neville, y Ginny, siguió avanzando, pero le asalto una duda, el le había dicho que iba a matar a sus amigos pero no había hecho nada cuando paso, tuvo que dejar de pensar en ello cuando vio que su brazo movía la cortina que estaba enfrente de el, la deplorable imagen de Ron se le grabo a fuego en la memoria, sus brazos… sus brazos estaban destrozados, como si hilos de fuego se le hubieran enrollado en ellos y luego cortaran sus músculos. Recordó lo que paso en el ministerio, nunca imagino el daño que los cerebros podían hacer.
Se movió hacía la ultima cama que quedaba en la enfermería, con lentitud corrió las cortinas, le dio un vuelco al corazón, Hermione estaba durmiendo tranquilamente, su rostro se mostraba sereno a la luz de la luna, se quedo durante unos minutos mirando como su pecho subía y bajaba lentamente, luego retiro la mirada para percatarse de la enorme cantidad de frascos de pociones que se encontraban en la mesita de noche, sintió un pinchazo en su corazón, el ataque de Dolohov casi la mata, todo por su culpa.
-¿Harry?- se sobresalto, Hermione había despertado.
A toda respuesta, el Joven mago levanto su brazo y la apunto con su varita.
-¿Harry… que?- La joven castaña no entendía lo que pasaba, se asusto cuando escucho el comienzo de la maldición.
-Avada Ke…- Pero Harry de alguna manera había logrado detenerse, su mano comenzó a temblar, y lentamente logro bajar la varita.
-Perdóname Hermione, yo no quise- dijo mientras su cuerpo temblaba por completo, cerro los ojos intentando controlar su cuerpo por completo.
-¿Qué tienes?-
-Nada- La fría voz con la que le respondió hizo que un escalofrió recorriese el cuerpo de la joven.
-Nada que Importe- Harry abrió los ojos y Hermione pudo ver que ya no eran verdes, sino rojos.
Sonrió de lado y la apunto con su varita.
-Hasta nunca Hermione, no nos volverás a hacer daño… Avada Kedabra-
