DISCLAIMER: Los personajes de Naruto son EXCLUSIVOS y PERTENECEN a Kishimoto Masashi.
El fanfic "ANBU" es propiedad de Corsaria. (Excepto el título que fue producto de la prodigiosa mente de Kishimoto Masashi para nombrar a este selecto escuadrón de shinobis!)
Agradecimientos: Gracias a *Inner Angel* por inspirarme para hacer posible este fanfic, sin sus adorables e ingeniosas historias, de hecho, no estaría publicando este curioso Título. jejeje. Arigato! E insisto, mí querer una secuela de 'Un Comienzo', jejeje.
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ANBU ― Capítulo 01 ― Supremacía
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Konoha ― Oficina del Hokage ― 2:00 a.m.
La rubia de pechos exuberantes, antes conocida como una de los 'sannin de Konoha' y ahora como la máxima autoridad de la aldea ninja, la Godaime Hokage, observaba a través del gran ventanal de su oficina, el basto recorrido de casas que resguardaban a los ninjas y sus familias.
«Confío en ti Sakura, lo difícil no es ingresar a ANBU, sino, descubrir al traidor», pensaba ensimismada, ya ni el sake le atraía en estos momentos. «Espero me perdones, pero esto es algo que deberás hacer sola», este pensamiento endureció su semblante, pues, para ser sincera, aquella misión sería la más difícil en toda su carrera como kunoichi, porque infiltrarse en su propia aldea, entre sus propios amigos y compañeros, era algo sumamente difícil, sofocante y hasta aterrador, porque una misión similar, por no decir idéntica, ocasionó la exterminación total de uno de los clanes más poderosos de Konoha, el clan Uchiha.
― ¿Ahora, a quién le tocará extinguirse entre las llamas? ―se cuestionaba con voz cansina―. ¿Qué precio deberás pagar Sakura? ―Terminó por espetar en un ligero suspiro; la traición, para bien o para mal, se pagaba y muy caro, así sea por el bien de a aldea o para su mera destrucción.
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3:30 A.M. - Haruno Sakura se encontraba en medio de su evaluación de ingreso a ANBU, en el bosque de entrenamiento de Konoha.
«Recuperar el pergamino de Fuego de un grupo de 5 shinobis clase S en menos de 4 días, menudo examen», pensaba para sí la kunoichi, llevaba su banda sobre los ojos, esta era la especialidad de Sakura, moverse en todo tipo de terreno con los ojos vendados y con solo la mínima percepción de chakra; había sido sin duda alguna su mayor reto bajo la enseñanza de Tsunade, ahora era cuando debía demostrar que era capaz de cumplir con las expectativas de la Hokage y no estarían sus amigos para ayudarle, no, ahora era ella la que daría sus propios pasos en su camino del ninja.
«Me recuerda cuando aún era genin y tenía una prueba similar, ahí fue donde perdí a Sasuke, cuando Orochimaru le instaló ese maldito sello», pensaba con algo de pesar.
No pudo evitar bajar la guardia, tan solo 2 segundos le bastaron para ser interceptada por su competencia. Le habían tendido una trampa en la que había caído gustosamente. Una explosión la lanzó contra un viejo roble. Allí la esperaba un shinobi que ella no había notado.
―¿Te crees lista por ser mujer, eh? ―masculló el shinobi, la había aprisionado contra un viejo roble con 4 kunais―. Eres una lástima. ¡Y UNA BELLEZA! ―prosiguió a examinarla con la mirada, no dudó en repasar lentamente su estudio visual por su figura, no dudó en darle una estocada en el hombro y un simple '¡pof!' Le anunciaba que la muy maldita había hecho una sustitución de sombras y que un mortífero puñetazo lo dejaría descalificado del examen.
―¡Y te haces llamar ninja de Konoha! ―masculló furibunda, la misión se le estaba tornando difícil, no entendía por qué tenían que estar en ese mismo maldito lugar que hacía tiempo había tenido la maldita desdicha de estar.
Los recuerdos del pasado la invadían como gotas de lluvia y su inner no dejaba de recordarle lo grandioso que sería ser una kunoichi médico entre tantos cueros enmascarados con la patente de soltería ilimitada de por medio.
Debía llegar antes que su competencia o estaría frita, no le gustaba pelear como una cría por un patético pergamino, aunque significase la prueba de su valía para el examen.
Dos ANBU la observaban de lejos, el Jabalí y la Hiena, al parecer, aquellos resguardarían el pergamino de fuego. Lo curioso es que los aspirantes, no sabían que cada shinobi de élite llevaba un pergamino cada uno.
«¡Hay algo rancio aquí, no puede ser tan fácil llegar al maldito lugar!», gimoteó la inner de Sakura ante tanta sospecha que percibía en un ambiente tan silencioso y tranquilo.
«No, encontrar el pergamino y depositarlo en la urna ubicada en el centro del bosque», se repitió ignorando a su inner. Eso ya era una pista para ella, encontrar un pergamino quería decir que alguien tendría que tenerlo y lo peor es que siendo el segundo día ya significaba demasiada ventaja para el supuesto enemigo.
«¿Estaré siendo observada?», se preguntó Sakura.
Su inner no perdió el tiempo en pensar en otras provechosas alternativas. «¡Por esos cuerazos!»
«Maldición». Entre la verdad y la suposición, tendría que comer algo, era eso o escuchar a su voz interna.
La kunoichi de cabellos rosas se escabulló entre las enormes raíces de un viejo roble, había cogido raíces comestibles y algunas plantas medicinales; a pesar del sueño, no podía detenerse a dormir. Ya eran como las 5:00 a.m. y el cielo comenzaba a dar fin a la oscuridad de la noche.
―Quién diría que estas raíces me mantendrán activa en lo que dura el examen ―murmuró animada, aunque poco sabrosas, esas raíces eran el ingrediente principal para sus píldoras especiales de soldado; unas de las cuales, Sai preferiría tragar su propia tinta, a comer tan solo un bocadillo de su infame pero efectiva píldora, algo se le vino a la mente.
«¡EUREKA!»
Un muy malévolo plan se le venía a la mente, con la inner riendo siniestramente a sus adentros no tenía por qué expresar nada, no, claro que no. «Si algún inepto se traga las de emergencia no tendría que preocuparme por mucho, todo depende de quién lo encuentre», pensó muy motivada.
«Aunque, corro el riesgo de no obtener resultados », pensó esto último, empezando a elaborar unos rudimentarios enrollados. «Necesitaré de algunos…», se interrumpió, observando el cielo gris. «Lloverá».
El cielo parecía ir cubriéndose de nubes, impidiendo que los rayos solares se asomaran y por algunas gotitas de agua que iban cayendo de intervalos, le auguraban que sería una tormenta.
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En otro lado del bosque, otros dos anbu habían sido rodeados por cinco aspirantes que estaban entre los árboles y sobre una colina, al parecer, habían hecho una especie de alianza a pesar de estar todos contra todos y los atrajeron hacia aquel paraje utilizando a uno de cebo.
―¿Querías diversión, no? ―Musitó el anbu con la máscara de Lobo con sorna a su compañero, era obvio que de ésta, al menos uno de esos 5 aspirantes caería muerto, puesto que habían otros 5 postulantes más, incluyendo a Sakura, que no se mostraban por deambular por otros lugares; y los anbu solo harían aprobar a la mitad, si es que así lo creían conveniente.
El anbu de máscara de Lobo, representaba a uno de los capitanes máximos del escuadrón, que son 5 en total, tan siniestro como intuitivo, aquel sería un enemigo digno de combatir, pero un distintivo en la manga derecha de su brazo, indicaba que era el comandante, el segundo al mando que ahora reemplazaba a su capitán, cada anbu del mismo escuadrón utilizaba la misma máscara; su capitán, por razones internas de su escuadrón, se hallaba ausente. Su escuadrón es el N°5 de Espionaje e Infiltración.
―Bah, si pueden quitármelo de la cabeza en los próximos 10 minutos, aprobarán, de lo contrario, les romperé alguno de sus miembros, y por cada 10 minutos que tarden les romperé otro, hasta que mueran. ―La confianza lo demostraba a sobre manera, cogiendo un pergamino rojo enrollado sobre su cabeza, como quien hacía equilibrio.
Su compañero portaba la máscara de Rata, jugaba con su carga como si fuera ajeno de la actual situación. Es shinobi más temido en esta organización de elite, ocupaba el puesto desde los 15 años y no ha habido nadie que haya podido ganarle en un combate cuerpo a cuerpo contra aquel ninja, aunque tiene un secreto que muy pocos han logrado saber y aún viven para contarlo. Su escuadrón es el N° 3 de Escolta y Defensa.
Los aspirantes sonreían con ironía desde sus posiciones, 5 contra 2 y ellos asumían que tenían el factor sorpresa, estaban en los mejores lugares y las posibilidades de fallar eran casi nulas hasta para un grupo de genins. Pero ninguno había notado que un tercer ANBU, Buey, los vigilaba de entre unos frondosos árboles.
El anbu Buey, el veterano de mayor rango en esta organización, muy poco se ha sabido de este shinobi; hay rumores que dicen que fue alumno del segundo Hokage, pero su trato hacia sus subordinados lo diferencia del resto, jamás deja a un hombre en combate, por ello su escuadrón, es el N° 2, de Refuerzo.
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No muy lejos de esas colinas, se hallaba Sakura, ella pudo escuchar los estruendos de una batalla, sabía de antemano que aquello significaba que habían ubicado al pergamino de fuego.
Antes de llegar al lugar, otra lucha comenzó a suscitarse, aunque ésta sería más esporádica que la anterior, por lo que optó por la que mostraba menor fuente de chakra en el lugar, pero no solo encontró 2 cuerpos decadentes suplicando por ayuda, sino que además dos anbu, la Hiena y el Jabalí jugaban a: torturando al perdedor.
Aquellas imágenes fueron algo crudas para ella, por lo que tuvo que hacer hasta lo imposible por no arrojar en aquel lugar.
El anbu Hiena, el shinobi conocido como el cazador 'nocturno' gracias a su gran capacidad para ver sin problemas en la noche; nadie sabía cómo, pero lo que sí es bien sabido, es que jamás dejaba escapar una presa, su ingreso a este escuadrón fue tras perder la oportunidad de suceder al antiguo capitán del escuadrón N° 5, actualmente liderado por Lobo. Su filosofía se basa en el trabajo de una sola persona, el esfuerzo y la capacidad, muy pocos logran ingresar a su escuadrón y casi nadie se ha quedado para seguir bajo su mando. Pertenece al escuadrón N° 4, de Protección y Ataque.
El anbu Jabalí, es el comandante de Hiena, su particular forma de ser no concuerda con el rango que posee, menos con la relación amical que se lleva con su capitán, más sale de misiones dadas por éste que por la misma Hokage, por ello casi nunca está en Konoha, su historial de misiones es el de un típico shinobi, pero a la hora de cumplir con su cometido, es siempre el más aplicado.
Ambos shinobis detectaron a la peli rosada en cuanto ella soltó discretamente su chakra, como si se hubiera confiado de su absurdo escondite tras unos arbustos.
―Bueno, solo porque eres chuunin te dejaré elegir tu modo de tortura ―exclamó Hiena con júbilo apareciendo frente a ella―. Ni siquiera has intentado esconder tu chakra ―espetó preparando su katana.
La kunoichi de cabellos rosas sonrió sin más, antes de contestar con toda la tranquilidad del mundo―. ¡Cómo no! Solo estoy buscando el lugar de encuentro para depositar el pergamino. ―Aquello debía funcionar, así que lo dijo de la forma más verídica del caso. Su plan ya estaba en marcha.
Los anbu se miraron, la miraron a ella, que aún tenía los ojos cubiertos por la banda de su cabeza y desenfundaron sus armas para atacarla, ella no movió ni un solo músculo, esperaría a que se le acercaran para tratar de repeler sus ataques, su plan debía funcionar o no se llamaría Sakura Haruno; éstos la pasaron de frente y fueron al encuentro de su clon que hacía de la real, la cual dio un fuerte golpe hacia la tierra y comenzó a escapar como alma que lleva el diablo.
Comenzaba a morder sus labios por no creer lo que había pasado, trataba de contener sus risa por aquella situación en la cual no volvería a retratar a menos que en verdad fuera la última estúpida idea aceptable del momento.
«Mientras mi clon ocultaba su chakra, yo lo expondría como si se tratase de un clon de sombras, inner, voy a compensarte si salgo viva de esto», pensó sorprendida de sí misma.
Miró hacia su mano derecha, tenía el pergamino de la Hiena, lo había extraído al fingir repeler el ataque, pero eso no era todo, además lo había reemplazado por un tronquito. El detalle sería cuando se dieran cuenta.
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La persecución de los anbu había acabado en menos de diez minutos, la sorpresa y humillación a la que habían sido lanzados, los había cabreado de lo lindo.
―Ahora es cuando planeo asesinarla…muy… lentamente. ―Hiena tenía a la clon de Sakura sobre el suelo boca abajo y ésta solo se reía a carcajadas. Jabalí se hallaba a su lado, parecía haber captado la bromita de la kunoichi. Pocos segundos después de haber pescado a la supuesta Sakura, Hiena se percató que no había escuchado la explosión de la supuesta clon que habían dejado atrás; después de todo, ella sí era una auténtica ninja médico que sabía escapar de cualquier situación y se había escapado con SU pergamino, el pergamino del fuego.
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Retornando con la kunoichi de cabellos rosados…
«Plan A, un éxito», maquinaba Sakura en su mente. «Ahora debo evitar que el enemigo me encuentre, Plan B».
El bosque aún no aclaraba, al contrario, el suelo comenzaba a humedecerse cada vez más con las esporádicas gotas de lluvia que iban cayendo sobre el lugar; eso significaba una pausa para Sakura, aunque ya mirándolo desde su perspectiva sería ridículo hacerlo, era llegar pronto o morir en el trayecto.
― Aligerar la carga ―escondió entre unos matorrales su kit médico de emergencia junto a sus shuriken y su bolsito de enrolladitos hechos rústicamente hacía unas horas atrás, que sustituían sus ya famosas píldoras soldado. Antes, se metió una un tanto rara a la boca y partió del lugar, hizo un supuesto trago forzoso antes de saltar al árbol más próximo para alejarse del lugar.
Hiena, obsesionado con aquella kunoichi que le había engañado brutalmente; había estado vigilando durante un rato, no por gusto era uno de los 5 capitanes de ese grupo élite, aquella planeaba algo y él revertiría su plan antes de torturarla; por lo que se acercó al lugar en donde se encontraba el kit médico y resto de cosas abandonados.
― Nadie puede pasar esta prueba sin sentir el verdadero dolor del sacrificio ―espetó con enfado, deshaciendo uno de los enrollados con un puño, inclinó ligeramente su rostro por sobre uno de sus hombros.
«Va a llover, mala suerte para el lobo sarnoso, no podrá revolcarse en el suelo como de costumbre», pensó asqueado, manteniendo el mal humor en su semblante oculto por la máscara.
Desgraciadamente, no sería el único en encontrarse en la zona, un shinobi de cabellos rubios, un aspirante, se encontraba camuflado ahí, aguardando a que alguien pasara, ni siquiera la popó de las aves lo había importunado cuando había traspasado su cubierta de hojas.
Hiena no estaba lista para atacar ni de lejos.
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3:00 p.m.
«Árbol, rama, insecto, tronco…», reconocía mentalmente Sakura, su trayecto hacia la salida era sin duda alguna más estresante que cuando recién había iniciado el examen, por lo que debía al menos pensar solo en el camino que seguía. «…ardilla, tronco caído, saltar, rama, anbu, shuriken, ¿anbu?».
El anbu de máscara de jabalí se detuvo en seco a 2 metros del árbol paralelo que la kunoichi había tomado como ruta hacia el lugar de salida.
―Hiciste enfadar a Hiena senpai, por ello, mejor lucha conmigo, necesitamos ninjas, no civiles lisiados, ni tumbas en esta aldea ―musitó esto último con algo de crudeza en sus palabras, en verdad no quería desperdiciar tanta creatividad de un ninja médico. Pero tampoco podía ser tan suave, estaban en un examen en donde el más apto llegaba al cuarto día con un pergamino que bien debía arrebatarlo a la fuerza o simplemente perdía en el intento.
Algo se le había escapado al shinobi.
«¿En dónde estarían los otros o es que yo soy la última?», reflexionó preocupada. Asumió que quizá los otros anbu estaban con ellos o que ella era la última entre los ganadores; no estaba segura. ¿Quién podía saber en ese instante?
―Densaba adaerlos a dos odos a-akí. ―musitó como si tuviera algo en la lengua que no le permitiese hablar.
Jabalí se extrañó por esto, aquella kunoichi no era de fiar en lo absoluto o es que solo actuaba por pura suerte.
«Supongo que debo recuperar el pergamino por él», pensó ya despreciando a aquella kunoichi.
Los truenos en sí no le fastidiaban a Sakura, de cierta forma, ella podía ver a aquel sujeto como si no llevara la banda sobre sus ojos, como si fuera de día y hasta podía ver su flujo de chakra ir directamente hacia su mano derecha.
«Ah, es diestro», pensó la kunoichi, por más que quisiera, no podía ubicar al otro, por lo que optó por iniciar con la lucha. «¡Como adoro la lluvia!», pensó animada mientras percibía la energía de los robles aledaños.
Con una fuerza casi descomunal, Sakura cogía los troncos viejos y anchos como si se tratasen de almohadones gigantes de plumas. Estos arremetían contra el que quería inmovilizarla para recuperar la información.
Jabalí estaba desconcertado.
«¡Era la pura y maldita verdad!», reflexionó el shinobi para sus adentros.
Ni siquiera sus jutsus más rebuscados daban con ella, a diferencia que se sentía acorralado con el paso del tiempo, hasta que claro, usó su carta final. Sakura recibió un rayo que el mismo Jabalí había redirigido con ayuda de un jutsu especial, con Sakura tirada en el suelo, las cosas parecían más simples; ahora, podía recuperar el pergamino y estrujarlo frente a su raro compañero que hasta hacía un buen rato atrás estaba observando la situación. «Si en verdad no conociera a este tipo, juraría que solo la está menospreciando», pensó este, aunque la realidad fuese otra.
No había ni una sola pizca de humor en la kunoichi, solo tenía que continuar la contienda, puesto que escapar sería peligroso para ella, por lo que decidió escupir el enrollado que había permanecido en su boca todo ese tiempo―. Gomen, pero no puedo tragarme el laxante ―musitó haciendo una mueca de desagrado.
―Laxante ―repetirlo ya de por sí le daba más miedo que haberlo oído de la kunoichi.
―Bueno, solo me sirve para diseminar la corriente eléctrica explicó Sakura―. ¿No creería que me lanzaría a atacarlo con un montón de árboles bajo esta tormenta así por así, verdad? ―espetó desenfadadamente tratando de reincorporarse sobre sus adoloridos pies, ya le era de por sí forzoso, pero tenía que iniciar la contienda antes de que alguien más apareciera, aún no descartaba a los otros anbu que estaban por ahí, menos a los otros aspirantes.
Ajustó sus percudidos guantes antes de reiniciar la contienda y cargándolos de chakra se encaminó hacia su oponente, el cual correspondió dirigiéndose a su encuentro, después de todo, el taijutsu parecía primar en ambos.
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―¿De qué están hechos esos dos mocosos? ―inquirió con recelo Hiena, para desgracia del otro aspirante rubio, Sakura ya le había quitado el pergamino a este shinobi, así que solo optó por dejarlo herido y marchar en pos del segundo grupo anbu.
Para Hiena, no parecía ir tan bien ese día, su estómago burbujeaba como si se tratase de una bebida gaseosa, jamás en toda su maldita existencia se había fiado del enemigo, mucho menos de equipos que hubiese confiscado o preparaditos que ofrecían mayor resistencia durante las misiones, no creía que aquella kunoichi cargara con un arsenal de enrrolladitos venenosos, muy a su pesar, aquella maldita kunoichi era la que les proporcionaba los equipos médicos y las píldoras soldado que podían requerir para sus misiones.
«¿Por qué tuve que tragar esa estupidez justo en este mismo instante?», pensó furioso.
Jamás lo había hecho y ni siquiera había tragado las que había encontrado recientemente, sino las que le habían entregado una semana antes de iniciar aquella estúpida prueba. No sabía con exactitud qué maldito veneno había tragado, pero en aquel kit no había más que vendas, antisépticos y las asquerosas píldoras hechas rústicamente, no tenía ni la más remota intención de analizar aquel contenido.
Su penoso intento de recuperar fuerzas y coger al iluso que escapó gracias a su repentino malestar, se veía cada vez más lejano.
―¡Dentro o fuera de este lugar juro que la mataré! ―El córrele que te al canso* ya era un indicio de lo que estaría por sufrir dentro de poco; la lluvia se iba intensificando y no había nadie a su alrededor, sus compañeros se estarían encargando de aquella kunoichi y los 4 restantes, podía saberlo con tan solo sentir el chakra fluctuando a unos metros por el sur, norte y este (Sakura estaba en esa dirección), pues no era tan sencillo ver por una máscara cubierta por agua, sin olvidar el burbujear que se suscitaba dentro de sus intestinos.
Sobre el hombro derecho tenía unas agujas clavadas, no le había tomado mucha importancia, aunque también podría ser otra cosa. «Quizá estoy envenenado, maldición», continuó observando a Jabalí y a Sakura mientras éstos se machaban de una forma honorablemente estúpida.
Sakura respiraba agitadamente a unos metros de su oponente, éste tenía una catana con doble filo, los cortes que le había provocado la estaban fastidiando, sus brazos querían adormecerse y una de sus piernas ya comenzaba a flaquear.
«Tengo que salir de aquí», pensó casi ya al borde de la desesperación.
Los truenos y rayos iluminaban paulatinamente al anbu que estaba próximo a acercase a ella, su figura fornida y reacia no mostraba ningún tipo de agitación, era obvio el brutal entrenamiento que tuvo que pasar.
― Solo devuelve el pergamino y te romperé una pierna, con eso bastará ―espetó sin expresión alguna. No había duda que ellos eran los reyes de la tortura física y mental.
― Anbu sama, mi radio de alcance es de 2 metros ―musitó divertida.
―Ya no tienes chakra para atacar niña ―bufó tras medir la distancia entre ambos. «1.5 metros sin posibilidades de realizar un solo ataque», pensó ya más confiado.
Sakura dibujó en su rostro una media sonrisa, a un lado de ella pasaba una pequeña serpiente que no dudó en rozar para absorber su chakra, aunque minúscula, pudo realizar la transferencia de chakra y además, curarse a sí misma, esperando el momento de atacar.
En ese preciso instante, un remolino de agua los absorbió hacia el centro, una embestida de agujas arremetió contra el remolino, por lo que al terminar el jutsu, tanto Sakura como Jabalí habían recibido el impacto casi total del segundo ataque y además, las agujas habían encontrado nuevos huéspedes en ellos.
―Oh, pero qué fácil es todo esto ―exclamó una voz masculina de entre las sombras.
―¿Hey Kureno, esa no es la aprendiz de la Hokage? ―Inquirió otro que emergía del agua con total naturalidad, ambos aguardaron hasta el final para atacar.
Una sonora y grotesca carcajada le indicaba algo a Sakura, que no podía estar en tan mala posición en el ranking top de los bombones de Konoha, pero pasando eso de lado, y la posible bajeza que tenían en mente esos dos, analizó sus circunstancias.
«¿Desde cuándo estaban aquí?», pensó sin salir de su asombro. «Para que hayan escondido muy bien su chakra…».
«¿Ah? ¡Ahora sí que les rompo la cara! ¡No han hecho más que utilizarte Sakura!», chilló su inner furibunda.
«¿Y no es obvio? Aquí están los restantes o al menos eso parece», pensó Sakura mientras trataba de quitarse las agujas que llevaba incrustadas. Un leve vértigo empezó a alertarla.
―Quién lo diría, el pergamino del fuego será mío, mi escalafón como capitán anbu en mis manos y una tierna cita romántica con Sakura Haruno, un deleite para mis sentidos ―masculló sumamente animado uno de los aspirantes.
«¿Qué, queé que, qué? ¡QUE ASCO! ¡NOOO LO PERMITIRÉ SHANNARO!», su inner decidió tomar el control.
Ambos aspirantes comenzaron a reír, cuando de repente, una importante emanación de chakra comenzó a fluctuar de la kunoichi, quien ahora estaba absorbiendo chakra de la lluvia.
La arremetida contra el shinobi que se hallaba a 3 metros fue el primero en recibir el brutal puñetazo de Sakura, mientras que los dientes del desdichado comenzaban a fusionarse con las gotas de lluvia; el que había mencionado 'cita' en su oración junto a 'Sakura Haruno' se quedó boquiabierto con el ataque presenciado y no sería lo único, Sakura cogió un enrrolladito que traía en su bolsito canguro y miró de reojo Jabalí con malicia, éste solo dejó escapar un bufido cruzando sus piernas a un lado, no pensaba mover un solo dedo contra los aspirantes.
«Tú lío, tú problema mocosa»
Nuevamente, Sakura hacía volar a alguien con el tronco de un roble, como si se tratase de un juego de béisbol y se buscara un home round. El árbol cayó a un lado y el cansancio ya la estaba consumiendo, pero aún quedaba alguien más, se giró hacia el anbu que la había estado observando.
Jabalí volvió a su habitual formación de ataque, pero solo para guardar su catana, Sakura estaba de rodillas sobre el verdeado y húmedo suelo. Todo había acabado para la kunoichi, eso era lo que él decía para sí.
«Sin duda alguna sería una perfecta anbu si lograse entregar el pergamino, pero ni modo».
Sakura cerró lentamente los ojos esperando a que su oponente se acercara a ella, la lluvia sobre su rostro comenzaba a disminuir, levantó levemente su mano para llamar al anbu, tenía que decirle algo importante, sí, eso.
Él se inclinó lentamente hacia ella y esta articuló unas palabras que él no podía comprender. ―Esdá usd ed elca ―balbuceó, de hecho el anbu no comprendió nada, así que inclinó su rostro un poco más hacia ella, ya solo faltaba poco para que la besara si es que no tuviera esa máscara de Jabalí.
Para poder hablar mejor, decidió dejar salir al enrrolladito de su boca―. Cerca, está cerca―espetó serena.
―Ah eso ―bufó él con sarcasmo preparando su katana.
Para Sakura, solo bastó mandarlo a volar varios metros golpeándolo en la frente con su dedo (N/A: recordemos a Tsunade cuando hace lo mismo con Naruto, ne!)
―¡Oh! Completé el jutsu de transferencia y manipulación de chakra ―sonrió para sí misma, se reincorporó y se alejó de aquel lugar a paso lento, pero seguro, concentrarse en ubicar la maldita salida era lo primordial en ese momento―. Mañana me dolerá todo. ―Trató de mentalizarse.
El Jabalí yacía semiinconsciente sobre la yerba, jamás pensó recibir un certero golpe de esa magnitud, a partir de ahora lo pensaría dos veces antes de acercarse a una chica. Antes de acercarse a Sakura Haruno.
…..:::::::::::::FIN DEL CAPÍTULO:::::::::::::…..
Notas:
*Córrele que te alcanzo: necesidad super urgente de ir al baño y ocupar con el número 2. :3
1: Lo admito, ahora me ilusiono con Naruto, pero es de la purita verdad que seguiré solo hasta cierto punto con lineación con el manga, por ello, no hay mucho peligro de spoilers (no me suele gustar mucho, jeje) y bueno, con esta primera entrega espero poder satisfacer sus expectativas.
2: Hiyooooooo! Aquí estoy, ya edité este cap, espero que esta vez sea mucho más placentero. Saludos!
Es un KakaSaku! (al puro estilo Corsaria…jejeje)
Solo les pido encarecidamente… si hay algo que deba corregir, avisadme! Y si les encantó, mucho mejor! jeje.
Jejeje, weno, en este fic no se va a dar directo a un amor de momento que de repente Kakashi sensei (jejeje) y Sakura se notan como hombre y mujer y fin del asunto, nop! En este fic, el amor se va dando con ciertas pautas, me explico:
"Si bien ella es algo testaruda y sobre protectora con sus amigos, recordemos que aún no ha dejado a Sasuke de lado, ha sido herida por amor y no cree poder amar a nadie más…"
"Él, por su parte, es un tipo que evade la responsabilidad de un hombre común, él solo se 'compromete' a sus compañeros de equipo por igual, por el bien de la villa de Konoha, por tanto, no cree en el amor, o eso pretende, mucho menos cree poder llevar a cabo una relación…"
Para esto les recomiendo 'Kakashi Gaiden' (Parte intermedia del manga de Naruto)
Espero sus reviews, nos leemos y cuídense muyto!
