Hola! Este es mi primera historia publicada, así que por favor recomendadme cosas para mejorar con el tiempo! Saludos y besos :D.
No recordar
Recuerda que, cuando era joven, la risa le salía ocn facilidad y no se cansaba nunca. Jugaba mucho, tal vez no con sus hermanos, y tal vez no con juegos de niños, pero lo hacía. Jugaba con Gellert, aquel hombre que tantas vidas destuyó, como la suya, a dominar el mundo, a dominar a los muggles.
Pum, pum, decían que hacían los muggles para pelear. No usaban varitas, se daban puñetazos, y eso estaba muy mal visto. Y decían que los pum, pum iban a ser muy malos para ellos, porque después venía el chisporroteo de ls llamas de una hoguera y la varita rota, sin vida, sin amo, y el amo sin protección contra a el fuego.
A Albus le asustaba ese fuego.
Recuerda que cuando hablaba del fuego y los ruidos y las peleas con Gellert, el único con una mente tan prodigiosa como la suya y que además fuera de su misma edad, más o menos, no se reía tan fácil. Si o hacía era con satisfacción, como ara burlarse de lo inferior. Y se lo pasaba bien porque no tenia preocupaciones familiares en la cabeza, porque aún era un irresponsable tonto. Sabía mil cosas sobre la sangre de dragón pero estaba hecho un estúpido por dentro, uno de esos que no sabe comportarse.
Recuerda que se reía (otra vez, porque reían mucho, ellos) y que se sentía importante, pensando en varitas de saúco y cuentos de niños que él sabía él presentía que eran verdad. Cualquier otro se hubiera burlado de él, pero no Gellert.
Él era su amigo. Lo recuerda muy bien, eso también. Gellert no se reía tanto, tenía ojos seros y el pelo rubio, ondulado, muy bonito. Pero cunad sonreía a medias, siempre a medias, estirando las comisurs de los labios, Albus era feliz.
No se reía pero el corazón ambicioso se sentía el doble de bien.
Lo recuerda perfectamente, siempre tuvo buena memoria.
Gellert murió, cuando se sobrapasó con los crímenes. No murió de verdad, solo para Albus y su corazón ya sin risa, pero eso era lo que le importaba a él, simplemente arrogante ocmo siempre, sin fijarse en otros dolores. N podría decir que le doliera más la muerte extraña de Gellert que la de Ariana, porque la de ella era real, tenía nombre, tenía situación. Tenía una làpida sencilla, blanca, que a Albus no le gustaba.
Recuerda que no le gustaba nada y que ya no reía con facilidad y se cansaba de todo.
Murió un poco, o bueno, mucho, sin Gellert ni Ariana ni su madre ni Aberforth, porque a él solo le importaban las cabras saltarinas tan estúpidas como él.
Eso pensaba, arrogante, egoísta.
Ahora lo recuerda, se lo cuenta a Fawkes con la mirada, y quiere ser cualquier otro. Un pobre, un squib, un muggle de esos a los que una vez odió por culpa del hombre al que amó y aún ama, una mujer maltratada, un viejo a punto de morir...
Sería, daría cualquier cosa por no recordar.
