Este es el primer capitulo de un pequeño viaje al pasado de Natasha Romanoff, por que todos sabemos que estuvo en el cuarto rojo, que es una asesina maestra, pero no sabemos de donde vino, si recuerda algo de su familia pasada o de como llego a ser la espía que es. Esta es mi versión de la historia, tomando un poco de los cómics y lo casi inexistente que hemos podido ver en las películas.

Sin más aquí esta el primer capitulo:


Antes del cuarto rojo...

La pequeña de 5 años Natalia Romanova caminaba alegremente por las calles de un pequeño pueblo de Rusia. A sus costados sus padres, una bella mujer de ojos verdes y un robusto hombre pelis rojo sonreían viendo a su hija.

Todo iba bien, hasta que de pronto la niña vio a su madre palidecer y a su padre cambiar su expresión alegre por una de aprensión. El hombre tomo a Natalia y protegiéndola con su cuerpo camino hacia la dirección contraria a la casa de Dasha, una amiga de su madre, que les había preparado un postre y que quería que pasaran a buscarlo. La pequeña no pudo evitar sentir curiosidad y se las arregló para ver por sobre el hombro de su padre. La imagen no era muy comprensible para su mente infantil; Dasha con la cabeza baja siendo escoltada por un par de hombres que portaban uniformes militares y grandes armas negras.


Natalia estaba preocupada.

Una semana había pasado desde aquel incidente y sus padres ya comenzaban a mostrar su nerviosismo frente a la niña, aparte no habían sabido nada de "Tía Dasha" desde que la vieron irse. Y la pequeña a pesar de su corta edad no podía evitar pensar que no todo "iba bien" como su madre le decía cada vez que preguntaba…


Natalia tenía miedo.

Papá no había aparecido desde que se fue a trabajar hace ya un día y medio y desde entonces su mamá no hacía más que abrazarla de forma protectora.

Lo peor era la maleta.

Mamá le había asegurado a Natalia que debían hacer la maleta para irse en la noche, la niña no quería irse ¿y si papá volvía y ellas no estaban ahí? Papá se preocuparía y ella no quería que su papá sufriera por su culpa.

Y aunque la niña había exteriorizado sus miedos a su madre, la respuesta de esta solo la hiso sentir peor:

Papá no volverá en un tiempo cielo, y nosotras debemos hacer lo mismo

¿Los hombres con armas se llevaron a papá?

La madre de la niña se congelo por un momento, era tan pequeña, ¿Por qué se daba cuenta de cosas como esa?

No cielo, no fue así, papá solo tuvo que viajar y volverá en un tiempo, nosotras iremos a buscarlo cuando todo termine.

¿Cuándo volverá?

No lo sé, esperaremos juntas ¿de acuerdo?

Sonrió a su hija tratando de infundirle valor pero, la niña sabía que también quería infundírselo a sí misma…


Natalia estaba horrorizada.

Mamá corría rápido entre la nieve que cubría el bosque ruso, ambas mujeres lograron escapar a penas de los soldados que parecían empeñados en seguirlas por entremedio de los árboles. La niña no entendía nada ¿Por qué las seguían? Ellas no habían hecho nada malo ¿no? Se agarró más fuerte del vestido de su madre mientras observaba como uno de esos macizos hombres armados comenzaba a alcanzarlas

¡Mamá!

No pudo evitar exclamar la niña al ver al hombre casi pisándoles los talones.

Fue entonces que la ojiverde mujer, quizás ante la presión de que sus captores la alcanzaban, quizás ante el grito de su hija o por el hecho de que había estado corriendo durante una media hora con una mochila y la niña en brazos por la densa nieve rusa, cayó al suelo, mientras se aferraba con más fuerza a Natalia, esta producto del impacto no atino a nada más que apegarse más a su madre, mientras comenzaba a sollozar.

¡No!

Grito la mujer, mientras aparecía otro hombre armado y junto con el que las había alcanzado intentaban separar a la madre de la niña.

Suelta a la cría mujer, ¿o quieres que las matemos a las dos en este bosque?

La madre de Natalia se congelo en ese lugar, la habían derrotado, ¿cómo podían amenazar la vida de su pequeña con tanta frialdad? por su parte la niña comenzó a sollozar más fuerte, no podía pensar en nada que no fuera el miedo que la recorría. Los hombres al ver que la mujer ya no oponía resistencia separaron a las dos féminas.

¡Mamá!

Gritaba Natalia estirando su infantil bracito hacia la mujer, mientras su madre con las pocas fuerzas que le quedaban y aguantando las lágrimas que amenazaban sus ojos gritaba de vuelta

¡Natalia, sobrevive!

¡Mamá!

¡Sobrevive!

Dijo la mujer mientras observaba como un soldado se llevaba a su niña, a su Natalia.


Dasha: diminutivo del nombre Ruso Dariya