Prólogo

En algún lugar de la Mancha...

Se iba a tragar la pelota

Lo estaba viendo venir

Se olía en el ambiente

-¿Te vas a estar quieta con la pelota de los cojones?-Preguntó Iñaki incorporándose hacia su prima

-Intenta obligarme pri- Respondió Sara lanzándole la mini pelota de basket a la cara.

Todo sucedió a cámara lenta. La pelota dio en la pared, rebotó y fue derecha a la colección de antigüedades griegas de la abuela Raquel.

Estaba siendo una tarde tranquila en casa de la abuela, aburrida algo animada por la constante relación de amor-odio entre los primos. Mucha gente no entendía como se aguantaban, pero ahí estaban tarde de domingo tras tarde de domingo, fingiendo que estudiaban en casa de la abuela. Pero todo se había torcido, la pelota iba derecha hacia la colección y...

-Bonita manera de estudiar filosofía teneis los jóvenes de ahora.

La abuela había entrado a una velocidad impropia de una mujer de 72 años atrapando la pelota al vuelo.

-Estábamos poniendo en práctica una teoría del movimiento de Aris-Empezó Iñaki con poco convencimiento.

-Sí y yo soy Batman-Le cortó Raquel-Ya que no estudiais venir conmigo a hacer un recado y haceis algo útil para variar.

Los primos se miraron. Su abuela no era una abuela al uso la verdad, de lasque te dicen que estas delgado y te cosen bufandas. Era ágil, inquieta, inteligente, pero lo que sin duda la caracterizaba era su enfermiza obsesión con la cultura griega. Sara solía bromear diciendo que no se le podía culpar por añorar su infancia, pero lo cierto es que en ocasiones era bastante preocupante. Es decir, ¿Qué abuela entrañable tiene una armadura completa en casa?

Se montaron en el coche de la abuela, que por alguna razón apestaba a gato y se alejaron de la casa de campo de la abuela.

-¿Adónde vamos abu...-Empezó a preguntar Sara aunque las palabras murieron en su boca.

Una criatura enorme con cabeza de toro perseguía el coche.

-Agarraos muchachos que vienen curvas-Dijo la abuela con un brillo en la mirada ante las atónitas y aterrorizadas miradas de sus nietos.

El coche aceleró, pero la bestia se acercaba, más y más y más y de repente, cuando parecía que todo estaba perdido, el monstruo perdió la cabeza y antes de que esta tocara el suelo se disolvió en polvo, descubriendo tras de si la causa de su muerte: Tres jóvenes montados en un gigantesco perro negro , que les hacían señas para que detuvieran el vehículo.

-¿¡Abuela que coño haces!?-Gritaron los dos primos al observar como Raquel obedecía las indicaciones y permitía que los tres jóvenes se acercaran, con lo que pudieron verlos mejor.

Eran tres, deberían andar en torno a los 17 años y eran dos chicos y una chica; uno de pelo negro ojos verdes y musculado (Si no fuera por el estado de shock, Sara lo habría calificado como follable) la chica rubia y de ojos azules y atlética (Iñaki la habíria calificado como follable) y el otro pálido, gótico y de pelo negro (ambos lo habrían calificado como siniestro)

-Mm ¿podría abrir la ventanilla?-La chica rubia estaba golpeando el cristal.-Supongo que tendreis un par de preguntas.

Bueno espero que os haya gustado, dejar vuestra opinión e intentaré actualizar pronto ;)