Hola a todos, después de mucho tiempo de no escribir, me animé y decidí subir esta historia, espero que les guste y pasen un buen rato, o por lo menos, les sirva para pasar el tiempo.
Les agradecería todo comentario, sugerencia, critica o amenaza ( XD ), lo que sea, lo que gusten, puesto que, como siempre digo, yo escribo por y para ustedes y me gusta que caminemos de la mano con esto, cambiar detallitos o toda la historia si no les gusta… y eso.
Bueno, basta de bla, bla, bla. Gracias de antemano y espero que les guste.
/El avatar y sus personajes no me pertenecen, de ser así, no los dejaría ni respirar/
Las Cosas Cambian
Por: Chris Mc.Raven
"Querido hermano:
No pasa un solo día en el cual no piense en ti, un solo día en el que me pregunte como estas y ni un solo día en el que no sienta tu presencia. La vida es así, hoy en casa, mañana no; pero bueno, nadie dijo que ser representante de la Tribu Agua era fácil.
Justa mente nos dirigimos a La Nación del Fuego, el mismo nombre, pero con distinta gente. Quiero adivinar que estas por llegar al Reino Ttierra, se que odias estas cosas, pero todos saben que tú eres bueno en tratos como estos.
Si te soy sincera, la diplomacia y las relaciones exteriores es lo último que me preocupa.¿Dónde estás ahora?, ¿Cerca, lejos?... ¿Cómo está ella?. Te juro que ya no es la misma.
Cuídate, cuídate mucho, y ten cuidado con lo que dices y haces, ya que en cada una de tus palabras y tus acciones, está el orgullo y la cultura de las Tribus Agua del Norte y del Sur, no las deshonres.
Besos,
Katara"
Leía Sokka cuidadosamente la carta que había recibido unos días atrás, al parecer la tenía grabada en la mente, era como la octava vez que la leía. Se sentía nervioso, pero era un nerviosismo diferente, el que provocaban las ansias, no podía esperar más tiempo.
Habían pasado más o menos cinco o seis años desde que no se veían, cada quien tomo su rumbo y ella dijo que el suyo no estaba con ellos; al principio creyeron que se trataba de un sarcasmo más de la chiquilla necia y obstinada, no lo tomaron en cuenta. En un inicio, las visitas eran comunes, después se convirtieron en cartas frecuentes, luego en mensajes esporádicos, para luego terminar en nada.
Sokka posó su mirada vacía en una esquina del carruaje impulsado por maestros tierra en el que iba. Era apuesta segura que la espera se acortaba más y más. Ciertamente las cosas habían cambiado… ¿Cuánto?, esa era la pregunta.
El Reino Tierra era gigantesco, colosal se podría decir, al igual que su tierra natal; por eso, La Tribu Agua y El Reino Tierra, cuyos líderes tenían mayores dificultades para asistir a reuniones, decidieron nombrar representantes. Katara y su hermano recibieron el gran honor, mientras tanto, en El Reino Tierra, la prestigiosa familia Bei Fong había sido la afortunada.
Le agradecía a los dioses que no estaba en La Nación del Fuego, ya que ahí el calor llegaba a temperaturas intolerables, para un nativo del hielo. Recordó la ocasión en que Katara y él, en una visita a ese lugar, buscaban, de manera desesperada, una forma de acondicionar la temperatura para ellos, lo cual pudieron resolver con bolsas de hielo atadas bajo sus ropas.
Vio a lo lejos aquella enorme mansión, pero ahora con algunas hectáreas de más, al parecer les iba muy bien. Se sintió ansioso como nunca pensó, tenía tantas ganas de ver a esa chiquilla necia otra vez, de contarle todo acerca de su tribu para sentir que el tiempo no había pasado.
Cruzó las puertas que marcaban la entrada a la residencia Bei Fong; imaginó como debía comportarse… lo mejor sería no ser grosero, que pensarían su papás si actuaba como siempre lo hacia con ella, después de todo él, su hermana y el avatar habían "secuestrado" a su indefensa hija, debían guardar algo de rencor… en el peor de los casos.
Vestido con ese estúpido y pesado traje, orgullo de una tribu entera e incomodidad para un solo hombre, cruzo la entrada principal de la lujosa casa, siendo recibido con todos los honores del caso, saludando como es debido y aliviado en sus adentros de ver que, tanto el padre como la madre de Toph no clamaban por su cabeza.
Comentaban de la alegría de tener como invitado al amigo intimo del avatar además de otras cosas que no alcanzó a escuchar, estaba demasiado ocupado buscándola disimuladamente.
-Necesita descansar- aseguro al señora Bei Fong guiando a Sokka a sus habitaciones, comentando también que el resto de los invitados llegaran en unos días, siendo su arribo temprano una grata sorpresa, o sea, cosas que lo tenían sin cuidado.
Contaba las horas que faltaban para la cena. Todos sabían sobre la famosa comida del Reino Tierra, no pudo evitar recordar la última ocasión en la que todos cenaron en esa casa, en la cual no probó casi nada gracias a Toph y a Aang, pero esta vez no, se juró que arrasaría con todo.
-Lo estábamos esperándolo Sr. Sokka-
-Disculpen por hacerlos esperar, no me di cuenta de la hora- dijo mientras tomaba asiento, sonrió amablemente mientras intercambiaba algunas palabras con sus anfitriones. Y por fin, ahí estaba, la persona a la que deseaba ver desde hace tanto tiempo, sentada al lado de su madre como la última vez, pero ya no era la misma niñita que recordaba. Se contuvo de manera sobrehumana para no hablarle como en aquellos viejos tiempos, no enfrente de sus padres.
Todavía conservaba esa belleza infantil que la caracterizaba, y como era de esperarse, los años habían pasado por ella para bien.
-¡Toph!, ¿Sabes quien está aquí?, tu amigo Sokka-
-am… enserio… ¿Cómo estás Sokka?-
Apenas pudo articular para palabra responder, acaso… ¿no lo había visto aun?.
No existía la suficiente carne en el mundo para soportar eso, aunque la conversación con los señores Bei Fong no estuvo del todo mal, la conversación con Toph no llego ni a eso. Apenas le dirigía la palabra, actuaba distante, seria. Sokka por poco escupe todo lo que había tragado al oír que la "Bandida Ciega" le preguntaba a su madre donde estaba cada utensilio en la mesa y como le pidió a un guarda que la llevara a su habitación. "No ha pasado tanto tiempo" pensó preocupado Sokka al dirigirse a su habitación.
Cuanto tiempo debía tolerar esa indiferencia y la maldita pregunta "¿Qué le pasa?" en su cabeza. En el desayuno ocurrió la misma situación que en el día anterior, unos padres que por mucho no se parecían a aquellos de hace 5 ó 6 años, y una amiga irreconocible ante sus ojos incrédulos. Conservo la compostura lo mas que pudo, su hermana estaría orgullosa si lo viese, pero era demasiado.
La "Bandida Ciega" se excuso por su pronta retirada y le pidió a una doncella que la asistiese en su partida, Sokka intento acortar el momento lo mas posible y pronto imito a su amiga, si se podía llamar así a esa extraña, se levanto de la mesa agradeciendo absolutamente todo y se fue de ahí con un asco en la garganta que solo los dioses podían entender.
Decidió entonces dar un paseo por los jardines de la mansión Bei Fong, después de todo, su estadía no sería eterna y debía aprovechar las maravillas que ese lugar ofrecía. Era una tarde fresca y húmeda, el viento soplaba en su rostro ya no tan infantil y un aura de tranquilidad invadió su ser lleno de dudas y confusiones. Recorría arbitrariamente los jardines, pronto el cielo se vio cubierto por colores rojos y naranjas, sería un bello atardecer, como aquellos que vivió en el lomo de Apa con sus amigos, los cuales no apreció en aquel entonces.
Un vacío se apodero de él al ver a Toph sentada en el césped del jardín, bajo un árbol, aparentemente deleitándose de las energías que la madre naturaleza le ofrecía. Más por inercia propia que por otra cosa, decidió acercarse a ella, pero ¿Por qué el miedo?, ¿Acaso no era la misma niña que vivió con el aquellas aventuras?, ¿No era ella acaso Toph?. Se aproximó dando un saludo cortes y sincero, como siempre, raro entre tan grandes amigos. Simplemente ella respondió de la misma manera, no sarcasmos, ni burlas, ni nada parecido, solo un "hola" y ya.
Intento buscar algún tipo de plática, lo que sea, solo para pasar el rato, para saber que había hecho, para saber si las cosas seguían igual.
-Y… seguiste en los torneos de tierra-control-
-No, la verdad, ya ni practico tierra control-
¿¡QUE!?, ¡El mundo se había vuelto al revés!. Sokka tuvo que buscar fuerzas de donde no las tenía para no caer de espaldas.
-¿Por qué?, ¿Acaso no te gustaban?-
-Si, pero después de un tiempo me canse, nadie me podía derrotar, todo era muy monótono; una cosa llevo a la otra, y lo deje todo, prefiero estar aquí.
No, era una pesadilla, Toph, su amiga Toph, nunca diría algo así, ¿Quedarse ahí, el lugar que más odiaba?, ¡no!, era una pesadilla, eso era seguro. Aprovechándose de la mirada inexistente de la chica, se pellizcó a si mismo y comprobó que todo era real.
Alterado, hizo mil preguntas las cuales Toph respondía áspera y fría, -las cosas cambian- dijo ella antes de retirarse con la doncella que la llego a buscar. Al ella levantarse, Sokka logró descubrir lo que su largo vestido ocultaba a la vista de todos "¿Zapatos?" dijo para si, y Toph se perdió entre las paredes de la mansión Bei Fong.
Espero que les gustase y gracias por llegar a este punto. Deseo sinceramente "verlos" la próxima. Mil gracias de verdad, y por favor dejen algún comentario, bueno o malo, amenazante o no, no saben lo feliz que soy al leerlos. Besos, chao!!
