¿Convivencia? Ricos Bastardos. (Tercera Temporada)
Autora: Ibrahil
Rating: NC-17
Category: J2
Pairing: mencion Jared/OC, Jared/Jensen, Jensen/Jared, Christian Kane/Steve Carlson, Alex O'Loughlin/Danno, Alona/Chad, Tom/Mike
Advertencia: Kink Sex, no con, hurt, hurt/comfort, deathcharacter
Summary: Aquí están ellos de Nuevo, girando en torno a su tormentoso estilo de vida, que no da tiempo para el amor que ellos quieren profesarse, ¿Como superaran cada obstáculo que la vida se encapricha en ponerles?, La esperanza es lo ultimo que se pierde…después del amor.
NsDA: Solo queda decir que después de tanto tiempo al fin me digne a publicarla…
Personajes que aparecerán con frecuencia en escena y que probablemente no conocerán algunos (a mi decir):
Alexia Durst: Este personaje esta basado en Voss, alias Amanda Reed, un personaje de NCIS, quienes lo hayan visto sabran quien es, quienes no: pues es un hombre trasvesti que de verdad luce como una mujer, quien aparece en el episodio Dean Man Talking de la season 2.
Jahod: Esta basado en el personaje de Alfred, mayordomo de Batman o Bruce Wayne.
Mark Harmon: Actor del mismo nombre xD protagonista de NCIS.
Daniel "Danno" "Danny" "Dan" Willians: Perosnaje protagonista de Hawaii Five 0.
Alex O'Loughil: Actor protagonista en Hawaii Five 0.
Sophia Bush: Actriz de One Three Hill.
Chace Crawford: Actor de Gossip Girls, de la cual vi un solo capi xD pero me enamore xD
Fic Main Song: All That I Am – Rob Thomas
/song/Rob-Thomas/All-That-I-Am?m=0
Prologo.
Closer – Nine Inch nails.
You let me violate you. (Me dejaste violarte)
you let me desecrate you. (Me dejaste desacreditarte)
you let me penetrate you. (Me dejaste penetrarte)
you let me complicate you. (Me dejaste complicarte)
La habitación es oscura, con una pequeña luz de piso en una de las esquinas, esta ilumina suavemente la negrura de la habitación, como una luz en el mismo infierno, la luz titila suavemente sobre las paredes color rojo sangre.
Hay un cuerpo en el medio de la sala, tan rojo como las paredes, con manchas mas rojas aun sobre sus caderas y su pecho, hay cicatrices que se han vuelto a abrir. Esta en cuatro, con sus manos ardiéndole y sus rodillas abiertas de tanto frotarse con el piso de cemento rustico que hay bajo el.
- Tan patético…siempre me ha sorprendido lo patético que puedes ser… - la melosamente asquerosa voz de "su reina" se escucha desde una de las esquinas de la habitación.
Su cuerpo tiembla de frio y de dolor, un dolor que le invade cada vez que necesita moverse para respirar. Hay lagrimas secas en sus mejillas y en su pecho, en el suelo y sobre sus brazos y manos, y hay lagrimas nuevas brotando de sus adoloridos ojos, lagrimas manchadas de sangre roja que brota de su mejilla.
- Abre tu boca…la quiero realmente abierta para mi… - le escucha ordenar a ella…o el…no lo tiene bien en claro aun después de estos meses.
Abre su boca y escucha su mandíbula crujir con el esfuerzo de mantenerla abierta de lo temblorosa que esta solo le esta dañando mas sus suaves y hermosas líneas. Su barbilla cortada también vuelve a sangrar, a sangrar una herida que estaba supuestamente cerrada ayer, pues hoy se abre de nuevo, y arde con las lágrimas saladas.
Sus nalgas también están rojas, y en la posición en la que esta solo hace que el frio de la habitación de en ella de manera cortante, el frio le duele, le duele demasiado en todas partes, pero en especial en su maltratado pene, que esta casi en carne viva, desgastado de tanto follarse a la zorra de Durst…la odia, odia el día en que escucho a su padre, odia todo lo que le rodea.
Se odia mas asimismo por haber dejado a Jensen, por no haberle escuchado, por haberse despedido de el de esa manera, se odia. Se odia.
- Eres un cachorrito hermoso. – ella/el sonríe acariciando sus rotos labios con su polla. – Abre cariño…tómala toda en tus labios…como siempre haces…
Vomitara, después de que ella/el se corra en su boca vomitara, lo hará hasta que su bilis comience a salir por su boca y su boca este llena de ese sabor desagradable. Hasta que quede vacio de su presencia.
Se viene realmente rápido cuando la mano de Durst esta en su miembro acariciando su apretada entrada, que el prefiere así.
Cuando llega a su habitación es todo muy confuso, escucha una sirena cuando esta a medio vestirse luego de haberse dado una ducha, su camisa de mangas largar cubriendo todas y cada una de las cicatrices nuevas, a excepción de las de su rostro que las cubrirá con vendas mas tarde.
Su puerta, la de la cutre habitación donde vive, con una manta en el suelo y sus perros ocupando la mayoría de ella, un pequeño escaparate en una esquina donde guarda la poca ropa que ella/el le deja guardar, una pequeña nevera donde tiene toda la comida de la semana, la cual no le importa comer si esta caducada, no le importa en lo absoluto, lo que si odia es la puerta ser azotada, lo detesta, así que no puede evitar que su cuerpo se tense cuando esta se abre de golpe dejando ver a una muy sonrojada Durst.
- ¡Los llamaste! ¿¡Quién te crees que eres maldito imbécil! – grita, como si tuviera algún derecho, cuando ella no era nadie Jared era el niño mas rico del mundo. - ¡No eres nada, ni nadie sin mi, no eres mas que una perra!
Ni siquiera se molesta con el insulto, esta demasiado concentrado en las sirenas que se escuchan afuera, son sirenas de policía.
- ¡Responde maldito desgraciado! – y con una fuerza nada femenina ella/el le empuja contra la pared fuerte, violentamente.
El solo escucha un sonoro crack, antes de que el SWAT entre por la puerta como en una película de acción, con sus armas apuntando y sus trajes negros, tomando a Durst de las manos, sus hermosos senos dejando ser vistos por la bata de baño que llevaba puesta.
- ¡Jared! – la voz preocupada de alguien que le parece jodidamente familiar, entra en su sistema, pero es imposible que la reconozca, su brazo roto no le deja pensar mucho.
Se lleva una mano allí donde puede ver el hueso salir de su carne. Asustado, muy asustado pero no puede decir una palabra.
– Esta bien…todo estará bien solo te sacare de aquí para siempre…te sacare de esto…lo juro Jared…protegeré…culpa…yo…
Se desmaya, cayendo sobre esos brazos que le abrazan como si le conocieran de toda la vida, su mente traicionera regalándole la imagen de su salvador siendo Jensen.
(Peace of Mind - Boston)
I understand about indecision (Entiendo acerca de la indecisión)
But I don't care if I get behind (Pero no me importa retrasarme)
People livin' in competition (La gente vive en competencia)
All I want is to have my peace of mind. (Todo lo que yo quiero es tener paz en mi mente)
Cuando se despierta no hay Jensen, ni un Ackles a la vista pero tampoco un Padalecki, lo cual es muy ventajoso. Mira con recelo donde esta, parece un lugar…publico, con demasiado ruido en la habitación, como si hubiera mas personas en esa habitación que el, como si no fuera el único ahí, considerando que el siempre pedía habitaciones privadas, esta parece de algún hospital de esos que atienden a negros (NDA: no soy racista pero en USA los hospitales si lo son y digamos que Jared si es un poco racista) y a latinos. Odia estos lugares, el olor a inmundicia le hace querer vomitar.
- …despertar es lo mas seguro…brazo volverá a…bien muy bien luego de que…si…lo se… - escucha una voz fuera de las cortinas que ahora se fija bien cubren alrededor de su camilla, no puede escucharla bien por que hay demasiado ruido.
- Gracias doctor. – escucha una cansada y anciana voz…es Jahod. La cortina se abre para confirmar sus pensamientos.
- Jahod… - intenta decir pero su voz sale tan rota y ronca que no se le entiende mas que un balbuceo.
- Oh Jared… - escucha al viejo hombre decir mientras le acaricia el cuello y luego delicadamente el rostro, sus arrugados dedos suavizando las heridas con su amabilidad. – Lo siento mucho…me costo mucho llegar a Mark…demasiado…no pude hacer nada por ti mi hijo…
"Mi hijo"
Suena tan bien y llenan el corazón quebrado de Jared con un sentimiento que solo ha sentido con una persona que prefiere no mencionar.
- Ahora esta bien y ese bastardo bueno para nada…el…es un maldito cobarde…pero se ha ido…para siempre…se ha ido…
- ¿Quién? – logra preguntar en su agonía.
- Tu padre. – responde Jahod, apartando las finas hebras marrones de su frente.
- No… - dice con dolor, su mirada volviéndose triste, Jahod le ve con confusión. –Tu…mi…padre…tu eres mi padre… - susurra.
- Lo soy Jared… - sonríe el anciano, apretando su mano.
Lo es.
Las cosas cambian, de forma…sorpresiva cambian, son dolorosas y de repente ya no lo son. Cambian rápido, como una brisa de otoño, y algunas veces el se siente como una de esas hojas que vuelan lejos, como los pétalos de las diente de león se dejan llevar por el viento, así es como se siente.
- Señor… ¿puede venderme unas flores? – aun se siente raro, ver todos esos niños pequeños caminar de una lado a otro por ese pequeño espacio, tocándolo todo con sus pequeñas manos.
- ¿Cuántas veces he decirte que me digas Jay? – pregunta Jared agachándose al lado de la pequeña niña asiática, que le mira sonrojada. – J-A-Y no es muy diferente de Yaisu… ¿cierto? – pregunta sonriente.
- Jay…Jay… - dice la pequeña antes de cubrirse el rostro con sus manitos pequeñas.
- Ok Yaisu, ¿de que quiere las flores tu madre?
- Quiere Dalilas…
- Dalilas serán. – responde antes de girarse a buscar las flores que ya tiene preparado para la señora Long, del restaurante chino al final de la calle.
- ¡Jay! ¡Jay! – la voz de Maika le hace voltear sonriente a la pequeña chica de color que se acerca a el enganchándose a su cintura.
- Señora Chad es un placer verla por aquí. – sonríe, por que sabe que la mujer siempre le brinca el corazón cuando lo hace, ella misma se lo dijo hace unos pocos días.
- Maika bájate del señor Padalecki por favor. – regaña la mujer jalando a la pequeña que solo se pega mas a Jared. – No tiene remedio, y tampoco tu, mira que te he dicho que nada de esas sonrisas que me dan un vuelco al corazón, ya estoy vieja para eso.
- Señora Chad, usted no esta vieja esta justo en su edad. – sus ojos recorren el cuerpo de la mujer con lujuria, aun no pierde su toque, haciendo que esta sonría y le de una palmada en el hombro.
- Controla tus ojos chico que mi marido me espera en casa. – le reprende haciendo reír a Jared, alto y feliz.
- Esta bien, esta bien. – Jared se inclina frente a la pequeña asiática y la da las flores a la chica que le entrega el dinero antes de marcharse corriendo.
Hubo un día hace no mucho en que la pequeña Yaisu se cayo sobre el asfalto y un chico en bicicleta piso el ramo de flores de 150 dólares, Jared lo repuso sin regañarla, solo la levanto del suelo, la limpio un poco y le entrego un ramo nuevo. Fue muy amable de su parte, incluso para el mismo, quien al observar a la pequeña irse caminando lentamente no pudo hacer nada mas que pensar en como había cambiado su corazón y su actitud en estos meses.
- ¡Quiero Rosas! – exclama Maika, jalando los pantalones de Jared, por que sabe que eso y su carita de cachorro perdido nunca fallan. – Rosas…
- Ok, dos rosas para la princesa.
- Reina. – corrige la pequeña de forma petulante.
- Reina y señora… - la levanta en sus fuertes brazos, acomodándola entre ellos. - …de eternos reinos de hadas y leones.
- Y algún día vendrá mi rey y me salvara de la soledad. – terminar la chica, enterrando su cabeza en el cuello de Jared que saca varias flores de una de las macetas y las coloca sobre la mesa sin soltar a la pequeña. - ¿tu tienes un rey también Jared? – pregunta curiosa, bajito para que su madre no le escuche.
- Tengo uno… - responde, soñador, hermoso.
- ¿en serio?
- Si.
- ¿algún día vendrá por ti?
- Eso espero pequeña.
- Yo también…rezare por ti cuando vayamos a la iglesia este domingo Jared. – el nunca ha creído en dios, pero cree en esto, en esta inocencia que sostiene en sus brazos.
- Gracias.
Esta hambriento, muy hambriento, el estomago le ruge fuerte y le deja completamente mareado, esos mareos que te dan cuanto estás apunto de morir de inanición. Se toca el estomago y se acaricia suavemente, esta desnudo en su habitación, sin ganas de cocinar por nada y los perros rasguñando la puerta pidiendo por lo mismo que su estomago.
Tiene hambre, pero también esta caliente, su erección morada y un poco humedecida en la cabeza lo deja ver claramente.
Pone una mano sobre ella, tentado a aliviarse, pero no puede, su estomago no le da tregua.
- Jodete… - susurra, justo antes de comenzar a acariciarse mas fuerte, jalándose la polla de manera deliciosa que le hace temblar de pies a cabeza. – Jensen…Jensen…oh dios…Jensen…me gusta la manera que me tocas…- gime patéticamente, corriéndose rápido frente a la cómoda que tiene enfrente. – Oh…oh…soy patético…
Tiene que bañarse de nuevo, con agua horrorosamente fría que casi le quema la piel de lo congelada que esta, se peina el cabello de modo que quede su amplia frente a la vista al igual que sus ojos, a diferencia de cómo su madre le peinaba siempre con el cabello pegado al cuero de su cabeza, como si una vaca le hubiera lamido.
Decide ir a un local de comida rápida, no tiene una mierda de dinero, lo ultimo lo gasto en ese pantalón de Yves Saint Laurent que vio en la tienda el otro dia, el ni sabia que los armanis eran tan caros, ni siquiera sabia que en la maldita tienda no le dejaban entrar sino tenia un traje costoso de corbata.
Jahod tuvo que ir a comprárselo, luego de que Jared le hiciera caritas heridas que hicieron al anciano rodar los ojos y aceptar. Una vez se los puso se sintió de la clase alta también, aunque un poco obsceno de lo mucho que le apretaban la entrepierna, aunque era un dolor placentero que le haría endurecerse un poco con su propia figura en el espejo "¿Qué? Soy un poco narcisista, lo se." Le había dicho a Jahod mientras se acomodaba el día que se los había comprado, el anciano había soltado una carcajada.
Así que se pone esos jeans, o semi jeans, y sale a la fría calle con su bufanda blanca alrededor del cuello y una camisa negra de mangas largas. Camina rápido hasta el próximo WacDonalds, a pocas calles de allí, ha alimentado a los perros así que no tiene nada de que preocuparse, mientras sus pequeños y sus flores estén bien todo esta bien, aunque el se este desangrando por dentro.
Entra en el local, suspirando cansado cuando nota que los precios han aumentado de nuevo, aunque la economía del país caiga toda mierda sigue subiendo.
Compra solo una hamburguesa sin papas solo con una coca-cola pequeña, esto ayudara al menos hasta el mediodía cuando la señora Long le traiga un poco de comida mañana.
Se sienta en una solitaria mesa y justo cuando va a darle una mordida a su hamburguesa una mano se posa sobre su hombro.
- ¿Disculpe…es usted el señor Padalecki? – pregunta una voz que no recuerda haber escuchado en la vida.
Se voltea y ve allí una rubia, una rubia muy familiar.
- Señor Padalecki…es usted… - sonríe la chica sentándose a su lado.
- Señorita…
- Tal, Alona Tal. – sonríe ella.
- La secretaria de Ackles…
- Si señor…oh Chad ponlo por aquí… - pide al chico rubio de ojos azules, señalándole que coloque la bandeja a un lado de la mesa. – No esperaba verlo por aquí…de verdad.
- No hay mucho a donde escapar cuando no se tiene dinero. – sonríe el, viendo como el tal Chad le mira con recelo. Debe ser por que esta haciendo hormonar a su novia allí mismo.
- ¡Alona! – una voz les hizo sobresaltarse a un poco. Jared se voltea, justo a tiempo para ver esos pozos verdes que tanto extrañaba. – Jared…
- Jensen… - dijo Jared de vuelta, sonriendo de felicidad al verle allí, tan igual, tan hermoso, con su traje costoso adornándole el cuerpo, su frente brillante, sus ojos relucientes y con ese dolor que los de Jared conocen.
- Creo que debo irme… - susurra Ackles caminando rápidamente a la salida.
- ¡Jensen! - le grita Alona levantándose de su asiento, Jared se levanta también pero el si le sigue, hasta el estacionamiento, sus piernas largas llevándole rápido a donde Jensen intenta huir.
Lo toma de los hombros y le da la vuelta, sin saber que coño esta haciendo.
- ¿Qué quieres? – pregunta Jensen, con un poco de miedo en su voz, eso Jared puede notarlo.
- Que te quedes. – intento sonreírle al rubio.
- ¿Qué me quede…? ¿Para que diablos me quedaría? ¿Eh? – Jensen se suelta brusco del agarre, girándose a su camioneta de nuevo.
- Jensen por favor…te lo pido…solo hablemos de esto…de lo nuestro. – suplica, y esta casi a punto de llorar por su perdón.
- ¿de lo nuestro? No hay nada entre tu y yo Jared. – Jared ve como el rubio abre la puerta y enciende la camioneta.
Le deja allí, de pie en la fría noche. Y su maldito estomago gruñe de nuevo.
Al día siguiente se siente muy impotente, sucio y manchado, los recuerdos de Durst le hacen vomitar de nuevo en el baño, con los perros mirándole triste desde la puerta. Después de vomitar su vida por la borda descubre que Jahod se ha pasado por ahí y le ha dejado unos bollos grandes y calientes, los devora uno por uno sin importarle nada.
De pronto todo no es tan malo y se esta poniendo su ropa de nuevo, vistiéndose para ir al lugar donde debía haber ido cuando todo eso termino.
Llega temprano, Jensen aun no llega y teme que no lo haga, Alona le hace pasar con una sonrisa cómplice a su oficina, es amable con el, le trae café, galletas, mas café y un poco de torta, le trae desayuno hecho, café y un poco de gomitas que ha comprado en la maquina expendedora para el. Es agradable. Le gusta.
Por eso se ve en la necesidad de defenderla cuando Jensen llega con sus gritos de ogro, tiene toda la razón, pero no es culpa de la chica.
- Voy a ser directo, ¿Qué mierda haces aquí? – sus palabras salen con odio, como si con ellas quisiera destrozar la poca alma que le queda a Jared, pero Jared esta demasiado emocionado con la presencia de Jensen como para importarle
- Hola Jensen. – saluda con una sonrisa.
Esta sentado en la pequeña silla que había en una esquina de la habitación, es una silla pequeña donde tiene que acomodar sus caderas para no rompérselas o romper la silla.
- ¿Qué haces aquí Padalecki? – pregunto un poco más calmado a la vista de Jared
- Vine a verte y a impedir que despidas a una inocente. – señalo con la cabeza hacia la puerta. Quiere hacer esto primero, por ella.
- Habla no tengo todo el día para ti. – gruñe mientras se sienta en su flamante sillón, evitando frotarse la frente, Jared sabe que se siente un poco impotente por tenerle allí.
- Alona no tuvo nada que ver en lo de anoche, ella de verdad iba a reunirse contigo…yo solo me aparecí en el camino…
- ¿desde cuando sabes que ella es mi secretaria? – le corta, visiblemente molesto. Jared suspira.
Se embarca en explicarle como le conoce, donde le ha visto y esas cosas, bajo la mirada un poco menos enfadada de Jensen. Hablan unas cuantas líneas antes de que Jared se marche, con el corazón latiendo emocionado de que ha respirado el mismo aire de Jensen.
De repente no todo es tan malo.
Continuara... Es un poco triste que aqui no se puedan poner Banners ni cabeceras, que las de este fic son hermosas!
Editado: 18/07/2011
