Hola! traego un nuego fic, jaja, la idea surgio de una cancion, o mejor dicho de un cover en español, espero y la disfruten (:


Caminaba por las calles desoladas, era temprano, iba en dirección a la universidad, tenía tiempo de sobra, pero un examen importante me esperaba a la primera hora, el clima era fresco, como todas las mañanas, las flores del cerezo caían creando un sendero rosa, me dirigía a la estación que me llevaría a la universidad, al llegar me senté en la banca a esperar el tren, estuve un par de minutos hasta que llego, subí, no había mucha gente, pero prefería ir de pie, y así fue, viendo el camino, pasamos por unas cuantas estaciones más, y después, si, pasamos por aquel campo que me traía tanta felicidad y tristeza a la vez, aquel en el cual una vez jugamos futbol, aquel en el cual pasábamos horas y horas practicando, donde conocí a mis mejores amigos, pero también donde los perdí, todo había cambiado, ¿y porque?, ¿Por qué habíamos dejado de jugar futbol?, fácil, habíamos crecido, ya no éramos unos niños. "Tienen que pensar en su futuro, no podrán vivir del futbol siempre", solían decirnos, al principio nos negamos a creerlo, pero con el tiempo, la separación comenzó.

La parada me saco de mis recuerdos, salí del tren y camine por las calles que comenzaban a llenarse de gente, seguí caminando hasta llegar a la universidad, como todo era distinto, a diferencia de Raimon, el edificio se sentía tan frio y sin vida, me quede contemplando la entrada, hasta que sentí que alguien chocaba contra mí y caía al piso.

-Lo siento, no me fije- dijo la persona que se hallaba en el piso

-¿Estas bien?- pregunte agachándome a ayudarle con sus libros que se habían esparcido por el piso

-Si…- cuando me vio a los ojos se quedó callada.

-¿Aki? ¿Eres tú?- claro que era ella, sabía que había entrado a la misma universidad, pero jamás la había visto, hasta hoy.

-Endo… lo siento tengo que irme- me quito los libros de mis manos y se fue a paso rápido.

Si, lo olvidaba, las cosas habían cambiado, desde que entramos a la universidad, todos se evitaban…

Entre al salón, y me senté en el lugar que me correspondía, las horas pasaron rápido, hasta que llego la salida.

Caminaba por las calles, no me apetecía tomar el tren, tenía muchas cosas que pensar, era el segundo año de universidad y cada vez nos alejábamos más, al principio había tenido contacto con Kazemaru, hablábamos seguido y los fines de semana nos reuníamos a hablar de la universidad, pero poco a poco nuestros encuentros fueron disminuyendo…

Era viernes, la semana pasada no había podido hablar con Kazemaru, una semana antes me había dicho que hablo con Goenji, quería saber que le dijo, tal vez, las cosas habían cambiado, y todo volvería a ser como en la secundaria, así que me decidí a marcarle. Tome el teléfono y marque su número, el teléfono sonó dos veces y después contesto.

-¿Hola?- pregunto

-Kazemaru, soy Endo, ¿tienes tiempo para vernos?- hable sin rodeos

-Endo… lo siento, no tengo tiempo, tengo muchos trabajos pendientes, no creo poder verte, lo lamento, hablamos luego ¿sí?, tengo que estudiar para un examen

-Está bien, suerte amigo, adiós

-Sí, adiós.

Después de eso no volví a verlo ni hablar con él, sus padres me dijeron que se había ido, pero no sabían a donde. Con los demás, no sabía mucho de ellos, Fubuki, Tsunami, Tachimukai, Kogure, Rica y Toko habían regresado a sus respectivas ciudades, por boca de Kazemaru supe que Goenji se iría a Tokio a estudiar medicina y que Kido estaba estudiando para hacerse cargo de las empresas de su padre adoptivo. Haruna estudiaba periodismo, Toramaru entro a una escuela para hacerse Chef, y del resto, no tenía noticias.

Deje de pensar en eso y me di cuenta que inconscientemente había llegado a la torre de acero, el lugar que más recuerdos me traía, no quise acercarme más, me di media vuelta y comencé a caminar en dirección a mi casa.

-Ya estoy en casa- dije, pero no escuche nada, claro, mis padres ya no estaban, habían comprado una casa en París, ahora vivían haya, yo no quise mudarme, he tenido la esperanza de que algún día alguno de mis amigos toque la puerta y las cosas vuelvan a hacer como antes, pero cada vez ese sueño se hacía más pequeño, los días pasaban y nada parecía cambiar, admito que también renuncie al futbol, seguía amándolo más que a nada, pero no era muy alentador jugar solo.

Subí a mi cuarto y me tire en la cama, aun no me hacía a la idea de que mis amigos ya no estaban, el hecho de que todo lo que habíamos logrado se acabara, no era algo que quisiera aceptar pero… ¡eso!, ¿porque aceptarlo?, el futbol nos había reunido hace mucho tiempo, ¿Por qué no podría volver a hacerlo?, ¡no me rendiré!, lograre hacerles ver que el futbol nos mantiene unidos, y estoy seguro que lograre recordarles lo maravilloso que es este deporte, ¡lo hare!.


No se si dejarla a si, o agregarle mas capitulos, ustedes decidan, gracias por tomarse la molestia de leerlo, nos leemos pronto byye!