Ninguno de los personajes me pertenece, todos son creaciones de Sir Arthur Conan Doyle. Sherlock y John son adaptaciones de la BBC y Holmes y Watson son adaptaciones de la Warner. Las localidades y alguno personajes son propiedad y creación de J.K. Rowling. Mi único único fin es por diversión.

¡Hola a todos! Vengo con otro fic, uno a largo plazo, como estoy en clases ahora no sé cada cuanto tardaré en actualizar, pero no pienso dejarlo solo e incompleto.

Este fic es totalmente anacrónico, no llegó Doctor Who y se llevó a Holmes y a Watson en su T.A.R.D.I.S. el universo de Harry Potter puede ser de igual manera anacrónico. Esta idea nació gracias a mi colega Andrea, que de hecho este fic es dedicado y es para ella. Espero les guste y lo disfruten.


Doble Holmes, doble problema.

Septiembre

Primer encuentro

John Hamish Watson pensaba que no había mejor persona en todo el colegio que Sherlock Holmes, Sherlock Holmes pensaba que Watson era uno los mayores lame botas de Hogwarts, Watson lo sabía y le a su amigo y colega que lo orillaba siempre a que fuera detrás de él en todas sus movidas. Y esa noche no fue la excepción. Watson ya se disponía a dormir tranquilamente, se sentía bastante satisfecho por la cena de bienvenida del curso. Recordó los últimos momentos que pasó en el Gran Comedor junto con su novia Mary Morstan. No se preguntó donde se encontraba Holmes, ni siquiera lo había visto en la Ceremonia de Selección, pero no se preocupaba realmente que había sido de él, pues con los años siempre pasaba lo mismo y cuando después de reaparecer, la mayoría de las veces jalaba a Watson hacia algún lado.

Watson era un muchacho recto, disciplinado, tranquilo, cuidadoso, bien alimentado, normalmente dormía todas sus horas, un gran estudiante, gran hijo, buen novio, buen amigo y comía bien. Holmes era en muchos aspectos lo contrario a él. Sherlock Holmes no era alto como Watson, faltaba muy a menudo a las clases, era rara la ocasión en la que se le podía ver en el Gran Comedor cenando o desayunando, tenía varios reportes por estar usando en laboratorio de pociones a horas nocturnas, a veces pareciera que había tomado demasiado whisky de fuego, trasnochaba casi todos los días; pero a pesar de ello era tan buen estudiante como Watson.

Decía… nuestro John Watson ya se encontraba dentro de las cálidas cobijas de su cama con cortinas color escarlata. No le había sorprendido la ausencia de Holmes, pues como ya dijimos, era muy normal que se desapareciera así. Estaba apunto el rubio de quedar profundamente dormido cuando sintió cómo estaba Holmes casi sobre él. Abrió los ojos y se encontró con los ojos castaños de su amigo asomándose por entre las cortinas.

- Arriba Watson, la noche es joven – La voz de Holmes sonaba grave y decidida. Watson se volteó molesto e intento aparentar que no le había escuchado – Watson – Holmes le quitó las cobijas de encima, Watson inmediatamente soltó un ligero temblor de frío.

- ¿Ahora dónde estabas? – Le dijo Watson levantándose totalmente resignado, Holmes sonrió triunfal mientras se quitaba la capa del colegio.

- Esa pregunta, mi querido Watson es la acertada – Puso una mano en el hombro de Watson, este lo miro esperando ya una nueva aventurilla – He descubierto por fin como entrar a la casa de Hufflepuff.

Watson volteó los ojos sonriendo de lado. Esa aventurilla no pintaba ser como otras que ya habían tenido anteriormente… después de seis años se les estaban terminando las ideas. Sí, ese era el último año de Holmes y Watson en Hogwarts.

- Holmes ¿cenaste algo? – Le decía Watson mientras se cambiaba el pijama por algo cómodo por si necesitaban correr. Watson había sido en quinto año prefecto, pero gracias a la influencia de su amigo, este perdió la insignia junto con sus privilegios.

- El comer habrá distraído mis objetivos Watson, sin embargo, sabes que sé como se sabrá entrar a la cocina.


John bostezó harto de haber comido tanto, se estiró perezosamente y se levantó lentamente de la mesa de Hufflepuff. Había pasado la gran mayoría de sus materias y sabía que al día siguiente las clases estarían bastante pesadas. Dio un último trago a su jugo de calabaza que estaba en su copa y se alejó con demasiada lentitud del Gran Comedor. Se sintió profundamente agradecido por no tener que subir hasta lo más alto de alguna torre, como lo hacían los Ravenclaw y los Gryffindor, o el tener que bajar hasta las húmedas mazmorras como cual Slytherin se desliza todas las noches. Arrastraba los pies con una eterna pereza, el primer día siempre era así, solo deseaba no encontrarse con alguien que le detuviera en su camino hacia su Sala Común y al dormitorio de los alumnos de sexto año. La única razón por la que bien podría desvelarse estaba a los pies de la Gran Escalinata. Sherlock estaba mirando con atención a una chicas de primer año se reían tímidamente ante la mirada (aparentemente acosadora) del chico de cabello rizado. Cuando John se percató de su presencia estuvo a nada de darse media vuelta y volver al comedor, pero fue demasiado tarde, Sherlock le había llamado sin dejar de ver a las niñas, quienes ya iban en el tercer piso hacia arriba.

- John – El chico tenía la mirada hacia arriba, se pudieron oír una risillas nerviosas en lo alto.

- Sherlock – Le contestó John a forma de saludo y despedida, nada lo detendría para dormir.

- De nuevo has sido de los últimos en salir de ahí, ¿por fin, cuál será? ¿la rubia de tercer año? ¿la pelirroja de séptimo de tu Ravenclaw? ¡Ah! La pelirroja, no lo creo John, esa chica, Mary Morstan tiene novio – Sherlock había dejado de observar a las chiquillas y miraba a John, quien ahora estaba mas rojo que un jitomate.

- ¿Y cómo sabes todo esto? – John ya sabía que Sherlock le diría cosas que, al escucharlas, le parecerían totalmente obvias. Sin embargo, nunca había dejado de sorprenderse por las habilidades de su amigo.

John había conocido a Sherlock el primer día de clases cuando él ya iba en segundo año, Sherlock era de primer ingreso y había sido recién elegido en la casa de Slytherin. John iba perezosamente a la Sala Común cuando vio algo insólito: un muchacho de primer año entrando a la sala por sí solo y por primera vez… días después descubriría que chico que había entrado no era Hufflepuff, sino más bien un Slytherin que era mayor en estatura que John. En realidad muchos eran más altos que John. John Hamish Watson era responsable pero no de más, destacaba por tener varias novias (nunca al mismo tiempo) y de hacer las cosas a tiempo. Sherlock Holmes destacaba por ser un genio antisocial que se juntaba mucho con un Hufflepuff, que al parecer no tenía mucha gracia.

Sherlock cerró los ojos y soltó aire, después llevó su mirada hacia unos chicos Gryffindor que comenzaban a subir las escaleras.

- Por supuesto y estúpidamente obvio John, cuando mencioné a la pelirroja tus orejas adquirieron una coloración colorada, a diferencia que cuando mencioné a la rubia apenas y reaccionaste. Pero no te hagas esperanzas, aparte de que es terriblemente distractora una relación, la señorita Morstan ya tiene novio, al parecer, por lo que estuve viendo se trata de un Gryffindor que acaba de ingresar al séptimo año.

A John le pareció todo aquello tan impresionante como siempre, sin embargo no dijo nada, ya que con los años había llegado a la conclusión de que solamente le inflaba el ego a su amigo.

Sherlock, totalmente erguido y con su bufanda esmeralda y plateada miraba a todos y cada uno de los alumnos que pasaban hacia sus Salas Comunes, John, con la capa casi cayéndosele por los hombros bostezaba de sueño.

- John, estoy aburrido – Sherlock sacó su larga varita negra y comenzó a mirarla como pensando que hechizo podría lanzarle a la pared más cercana.

- Felicidades Sherlock, tan sólo no me metas en problemas y… buenas noches – John se dio la media vuelta, totalmente dispuesto a irse a la cama, pero Sherlock le lanzó un inmobilus y John se quedó parado donde estaba.


- Mira, una pelea, ese Slytherin se ve un tanto aburrido – Le dijo Watson a Holmes señalando desde el segundo piso como un chico menor que ellos, de la casa de Slytherin, inmovilizaba a un chico de Hufflepuff que parecía ser de cuarto año. Sherlock los miró por un par de segundos y después dejó de darle interés a lo que veía, era demasiado obvio: los chicos eran amigos y el Slytherin estaba deteniendo al otro, pues estaba aburrido y quería pedirle que hicieran algo divertido esa noche, pero no sabía como decirlo. Pobre Watson que aún no sabía cómo hacer una buena deducción, pero no se preocupaba, después podría estar entrando a su fiel amigo en el fino arte de la deducción.

- Son un par de niños jugando Watson, no perdamos el tiempo.

Para ese entonces ambos ya estaban casi a dos metros de distancia de los chicos, Watson era partidario de terminar las peleas, pero Holmes le dijo que no valdría la pena detener ese encuentro.

Justo cuando iban pasando uno al lado del otro el Slytherin miró a Holmes y este supo que el chico iba en realidad en quinto año, pero era realmente alto, pues lo estaba más que Holmes.

- Holmes ¿cómo sabes que entraremos a la Sala de Hufflepuff y no terminaremos bañados en vinagre? – Watson claramente le había preguntado a su colega, pero una voz grave fue la que le contestó:

- Entré en mi primer día aquí, por cierto John, este es el novio de tu Mary Morstan.

Holmes se detuvo y giró curiosa y lentamente hacia el chico que había contestado. Watson se detuvo en seco, pues había escuchado su propio nombre. El muchacho Slytherin los miraba indiferentemente. El Hufflepuff los miraba (al igual que Watson) sin comprender.

- En tu primer año chico, ¿qué más has hecho? – Le preguntó Holmes con un extraño brillo en los ojos. El chico Slytherin le prestó la atención por completo al Gryffindor y sacó del hechizo al Hufflepuff.

- No mucho, el colegio tiene secretos evidentes, muchos de ellos me parecen de lo más aburridos, mi interés total está sobre la gente – El tono con que lo dijo el chico de cabellos rizados le pareció un poco prepotente a Watson, mas Holmes tenía una enorme sonrisa en el rostro.

- ¿Helga Hufflepuff de forma rítmica? – Preguntó Holmes rápidamente, el otro chico no movió ni un músculo, Holmes estudiaba al chico y se encontró con una barrera muy parecida a la que él mismo ponía a veces cuando no quería ser leído. El chico Hufflepuff se quedó totalmente paralizado, Holmes sonrió triunfal.

- Se más obvio John – Le dijo sarcásticamente el muchacho alto al Hufflepuff. John se volvió hacia él y le dijo en tono molesto.

- Entiende Sherlock, no soy como tú, soy normal, tú eres un maldito genio.

Watson abrió mucho los ojos totalmente sorprendido, aquello era increíble. Volteó hacia Holmes un tanto sorprendido, pero intentó tranquilizar su sorpresa, pues al ver su colega se encontró con un rostro divertido que tenía un gran asomo de curiosidad.

- Debo contarle esto a Lestreade – Dijo Watson asombrado. La respuesta que recibió fue la de Holmes y la de Sherlock, ambos hablando al mismo y tiempo y en sus bocas las mismas palabras:

- Lestrade es un idiota, no tienes porqué decirle cosas que van más allá de su entendimiento.

Eso fue suficiente para Watson, quien ya había olvidado completamente la travesura que él y su colega tenían planeada para la noche. Se puso a lado de John miró al moreno de ojos azul agua marina, lo analizó de pies a cabeza y al no poder leerlo hizo la pregunta que había querido hacer desde hace ya bastantes minutos.

- Tú eres Sherlock Holmes – Dijo en tono dubitativo. El muchacho lo miró a Watson como si este fuera un completo idiota, puso los ojos en blanco y se dirigió a John.

- Te lo decía ya hace algunos meses John, Gryffindor está infestada de comunes.

- Y Slytherin de víboras – El que contestó en esa ocasión fue Holmes. Tenía en su rostro una enorme sonrisa, la cual no ocultó en ningún momento. Se adelantó un par de pasos y extendiéndole la mano a Sherlock le dijo entusiasmado: – Mi nombre es Sherlock Holmes – Sherlock ahora era quien miraba al moreno de cabellos rebeldes de arriba abajo. Lo sucedía era algo insólito. Holmes señaló a Watson y después señaló a John – Y si no me equivoco los dos son John Hamish Watson.

John, totalmente confundido primero miró al alto y apuesto rubio que se hacía llamar exactamente igual que él. Después le dirigió a Sherlock una mirada incomprensiva. Aquello iba por ahora más allá de su entendimiento.

– Interesante – Dijo tranquilamente Sherlock. Llevó su varita negra al interior de sus bolsillo y después se dio media vuelta llevándose consigo a John – Vámonos John, hay mucho de qué hablar.

– ¡Emocionante! – Holmes exclamó y tomó el camino de vuelta hacia la torre de Gryffindor. Por alguna extraña razón deseaba pensar con la cabeza en la almohada.

– ¿Qué sucede aquí Holmes?

– Algo totalmente nuevo y divertido mi querido Watson.


Este fue el primer capítulo, es más que nada una breve introducción. El largo de los capítulos variará, y serán varios pues pienso que el fic dure los meses de clases en Hogwarts más la subdivisiones (hacer capítulos tan largos puede ser aveces pesado de leer).

Espero este primer capítulo les deje satisfechos, no olviden dejar un review, ya sea queja, sugerencia o lo que sea =D, nos vemos en el próximo capítulo. Y sí, sólo habrá una Mary Morstan (hasta ahora).