Ya empezaba a atardecer, se podía sentir dentro de la habitación el calor de los últimos rayos del sol. En cada minuto que pasaba el cuarto iba perdiendo la iluminación natural proveniente del astro, hasta quedar en penumbra. Pero para él todo pasaba desapercibido, su mente estaba en aquel rompecabezas que Watari le trajo como obsequio. Ya se podía apreciar el paisaje que formaban las piezas encajadas, mil piezas no era gran desafío, esa misma noche ya lo terminaría.
Unos suaves golpes en la puerta lo alertaron, acto seguido entró un viejo de mirada dulce y compasiva.
-¿Joven Near interrumpo?- preguntó el anciano al ver a Near con su rompecabezas.
-No Watari, solo terminaba el puzle que me regalaste ¿sucede algo?- preguntó ahora mirando al anciano.
-L lo está esperando para cenar joven Near.
-Bajare de inmediato Watari, gracias- dijo levantándose del piso y caminando hacia la puerta.
El abuelo bajaba las escaleras junto con Near, llegando al comedor, donde L lo esperaba ya sentado.
-Near…- se alegro al ver al chico mostrando una suave sonrisa- ven, siéntate.
Sin apuro, se acerco a la mesa, tomando su lugar. Watari sirvió los platos con comida y se sentó frente a Near. Todos juntos, en una misma mesa, así lo quería L. él y Near no habían tenido una familia, así que cuando Near cumplió los 13 años, se lo llevó de Wammy's House, se hizo cargo de él, como un hermano mayor y como quien lo debía suceder como "L", quería darle el calor de tener una familia, y claro, también él quería sentirla. Así que su primera decisión fue que los 3 comieran en la misma mesa. Watari no podía faltar, era como el padre que nunca conoció.
-¿L cómo vas en tu investigación? – preguntó el albino.
-¿Hm? … bien- respondió L con un trozo de Pie de Limón dentro de la boca- terminare pronto aún que me falta unos archivos… ¿Watari los conseguiste?-preguntó mirando al anciano.
-Claro joven L, y por favor, no hable con la boca llena ¿no querrá que el joven Near lo imite?- preguntó inquisitivo el abuelo.
-Tranquilo Watari- dijo Near con una leve sonrisa al ver la acción de L, éste podía ser el mejor detective del mundo, pero su forma de vivir podía ser lo menos esperada para tener tal rango.
-Ya oíste Watari-dijo sonriente el pelinegro, a lo que el anciano solo respondió con una sonrisa.
Tal vez no era la familia convencional, con unos padres, hermanos y un perro, pero estaba el cariño, el respeto y la confianza de una.
Ya en la noche, ambos chicos se encontraban en el salón, uno jugando con unos robots en suelo mientras que el otro estaba sentado igualmente en el piso, leyendo unos papeles desordenados encima de una pequeña mesa, a la vez que escribía en su notebook y se mantenía alerta a la televisión, cualquier información con respecto su caso le serviría.
Un sonido le llamo la atención era Near haciendo el efecto de una pistola disparando, jugaba animadamente con dos robot, le hacia gracia que a su edad de 15 años aún jugara con robot, pero no le diría nada, ya que lo quería ver feliz, y además, no tenia cara para reprocharle algo si él consumía cuantos dulces deseara.
-Joven L su café- dijo el anciano dejando una pequeña taza con café en la mesilla
-Gracias Watari, oye Watari sobre ese asunto…- dijo lo último casi en susurro.
-Sigo investigando joven L, es un poco escurridizo- dijo en casi igual tono.
-Ya veo…- dijo tomando su café- cualquier información será de ayuda.
-Si joven L, con su permiso…- dijo el anciano retirándose del salón, bajo la mirada del azabache, que al verlo desaparecer del lugar, volvió a mirar el montículo de papeles y carpetas.
Ese acto no paso desapercibido por Near, que aún jugando, pudo escuchar la breve conversación entre L y Watari. Su mente procesaba la información, él no sabía que L estuviera resolviendo dos casos, siempre se enteraba cuando el pelinegro tenia que resolver un caso, incluso, él ayudaba a éste cuando no tenían gran complejidad.
Siguiendo su actuación de jugar, miró a L por sobre su hombro, no parecía preocupado, seguía con su apacible rostro. Se fue hacia la cocina y Watari no se encontraba allí, era común ver al anciano preparando algún capricho del detective. Dirigiéndose al gran refrigerador buscó el jarrón con leche natural, buscando entre las tartaletas, kuchen, tortas, frutas, salsas dulces, galletas, queques, rellenos… ahí está, sacó la jarra que le pesaba, estaba muy complicado, tenía que sostener con sus dos manos la jarra y tratando de cerrar la puerta del refrigerador con su pie.
-Déjeme ayudarlo joven Near- entrando Watari, tomó la jarra con una mano y dejándola encima del mesón. Sacando un vaso de vidrio, le sirvió- tome.
-Gracias Watari- dijo yéndose a su cuarto.
Eran pasada las 3 de la madrugada, nuevamente estaba en el baño, mirándose al espejo, otra vez había tenido ese sueño. No era una pesadilla, pero era muy recurrente, y eso lo extrañaba. Le extrañaba que fuera un rubio el de sus sueños, el que no lo dejara dormir. Lo recordaba en sus sueños en el despacho de Roger, discutiendo con el anciano, mientras él se ocupada de ignorar los gritos del rubio. Estaba aburrido de esa discusión, Mello no aceptaba la idea de tener que trabajar con él si quería ser reconocido por L.
-¡Ya he dicho que no quiero!- Gritó Mello golpeando el suelo con su pie.
-Escucha Mello por favor, tienes que cooperar, L quiere que ustedes trabajen juntos, no seas necio- trato de hablar relajado el viejo.
-¡He dicho que no quiero estar sirviendo a la pelusa! No lo soporto. Se cree mejor que yo- dijo airadamente apuntando al albino que solo trato de hacerse el desentendido.
-Mello tú no estarás sirviendo a Near, trabajaran a par-
-¡No me interesa!- grito el rubio interrumpiendo al anciano.
-Roger yo no tengo ningún problema en hacer el caso por mi mismo- dijo el alvino por fin hablando, de una manera calmada haciendo desesperar a Mello.
-¡Ves! ¡Su aire de grandeza es lo que me cabrea! ¿¡Cómo quieres que haga equipo con éste!- gritó cerrando fuertemente sus puños.
-¡Mello por favor! ¡Ya compórtate, déjate de berrinches!- gritó Roger ya desesperado por la forma de actuar de rubio- … además no tienes opción, mientras estés aquí, debes obedecer además… lo pide L-dijo ya más calmado.
-¿¡Que no tengo más opción!- pensó sus ojos entrecerrados miraban ahora el suelo, después miraban al albino, apretando más los puños- claro que hay otra opción…- suspiro, dirigió su mirada a Roger que se encontraba detrás de su escritorio, con las manos entrelazadas- L debería saber que yo no conecto con Near, no entiendo por qué pide aquello.
-Mello, el quiere que aprendan a convivir entre ustedes-
-Me importa un maní lo que quiera- dijo enojado interrumpiendo nuevamente a Roger- si lo que quiere es que termine de nuevo 2º lugar, yo no cooperare como siempre, me aburrí de aquello…
Roger y Near ahora ponían atención al cambio de actitud de Mello, ambos presentían que el rubio no aceptaría fácilmente.
-Así que déjenle todo Near, de seguro él no lo arruinara…- dijo girándose y caminando hacia la salida- así que despídanme de L, me voy de este maldito lugar- dijo cerrando la puerta detrás de él, caminando hacia su habitación.
Los dos hombres que estaban allí tardaron en reaccionar, la decisión de Mello los había tomado por sorpresa.
-Roger…¿habrá que hacerle caso a lo que dice?- dijo aún sin dejar de mirar la puerta.
-Ese Mello, siempre haciendo problema, tranquilo Near, hablare con Watari sobre lo del caso, y sobre lo que ha dicho de irse… no hay que hacer mayor caso, le gusta llamar la atención- expresó el anciano suspirando, el rubio si que sabia sacarlo de sus casillas.
-Bueno de Mello no estoy preocupado… es más bien por el caso, no quiero se sea una interferencia- dijo mirando nuevamente a Roger.
-Tranquilo, no lo será, ya te puedes ir a descansar Near, gracias.
Sin que se lo tuvieran que repetir Near salió del despacho, se sentía un poco agotado del comportamiento del rubio, de verdad, gradecía que tomara la decisión de dejarlo a él solo en el caso.
A la mañana siguiente, no había rastro del rubio.
Ese era el sueño que no le permitía dormir fluido. No entendía el por qué le preocupaba, no se sentía culpable de la huída del rubio, no era su culpa ser más inteligente que él.
Pero tal vez si había algo que le preocupaba… en esos dos años no había sabido nada del rubio. Para él era un misterio que había sido de la vida de Mello, si aún vivía o no, en que condiciones si lo estaba, que tan solo estaba. Él se encontraba con L y Watari, tenía una "familia" y seguía siendo el sucesor de L, pero Mello… simplemente no sabia que tan solo podría estar.
Ya cansado nuevamente, volvió a su cama y se metió bajo las sábanas.
