Sentir esas manos sobre su cuerpo era una de las cosas más increíbles que jamás en su vida había sentido, eran suaves pero firmes, era tan diferente ah otras ocasiones en donde había compartido su intimidad con otra persona
Esa lengua juguetona recorriendo todo su cuello, dejando un imperceptible rastro que en cierta manera lo marcaba como suyo, se sonrojo al pensar en eso, él nunca había sido de nadie, ni de Scarlett ni de nadie más en su vida
Sintió de nueva cuenta esos labios posesivos sobre los suyos, tan demandantes como a la vez apasionados, su mirada se nublo por unos pocos segundos, algo que ni si quiera al ver a la muerte a la cara le había sucedido jamás excepto con esa persona en cuestión
Esos rubios cabellos esa mirada intelectual, esos dientes blanco perla que lo invitaban a volverse a enfrentar a una lucha de lenguas
Una mano juguetona se detuvo exactamente sobre sus calzoncillos en una actitud por demás provocativa
-Di mi nombre – fue una orden oh un deseo o quizás ambas entre mescladas en ese momento, trajo saliva, no se sentía capaz de decir ese nombre – creí que te gustaban los retos Buttowsk – reto esa voz antes de ser acallada por un beso apasionado que simplemente dejo fuera de combate a su interlocutor
-Reynaldo – susurro castaño completamente sonrojado mientras observaba al rubio sobre el dispuesto a volverlo a besar con más pasión como si fuera de nueva cuenta su primera vez
