Brillo labial (Una broma pesada)

Era un día normal de clases en la escuela St. Paula. Los chicos y las chicas yendo de aquí para allá, comiendo su almuerzo, jugando en el patio o, como Rafael, buscando chicas con la cámara u.u… Eso hacían todos los alumnos del salón 2-A, excepto dos: Mimí Cardona y Daniel Astro ¿Qué hacían? Bueno, pues, dormir …

La misión de anoche había terminado bastante tarde, se podría decir que sólo llegaron a su casa para cambiarse y partir a la escuela. Ella normalmente solía sobrellevar esta clase de cosas con facilidad, pero en esta ocasión habían ido de un lado para otro de la ciudad y fue un golpe de suerte el que la salvó: a Daniel le venció el sueño. Iban cerca del estanque principal del acuario cuando ella estaba casi acorralada por Daniel y la horda de policías (medio torpes por cierto XD), Daniel se lanzó para atraparla y ella logró esquivarlo. Daniel se levantó de nuevo, pero por el sueño todo se le hizo borroso, no pudo más y se fue al agua. Todos los policías tuvieron que sacarlo del estanque y ella aprovecho el momento para huir. Había estado muy cerca.

Y mientras ella dormía apoyada en el respaldo de la banca dejando ver lo hermosa que se veía incluso dormida, él estaba sobre la paleta de su banca, cruzados los brazos y su cabeza acurrucándose sobre éstos.

La mejor amiga de Mimí, Sara, iba entrando al salón viendo la cómica escena, y más cómica para ella por que sabía el motivo del desvelo de ambos. Ella, que siempre se daba cuenta de lo que sucedía en el interior de Mimí, decidió darle "un empujoncito". Realmente era extraño porque Sara no se prestaba para cosas de estas, pero había decidido "ser el Cupido de ellos dos" así que trazó una idea sencilla, pero que sería un escándalo en cuanto todos se dieran cuenta de "lo sucedido".

Sacó un brillo labial de la mochila de Mimí, de esos que logran que los labios de una chica se vean más dulces y deliciosos a la vista con sólo hacerlos brillar un poco, éste brillo tenía un ligero tono en rosa, detalle que ayudaría al plan.

Tomó la cara de Mimí y le aplicó el brillo, con ella no hubo ningún problema; ahora fue a la banca de Daniel y levantó su cabeza, pero cuando el brillo tocó los labios de Daniel, Sara se asustó un poco porque Daniel habló en sueños:

"¿Oye Siniestra, que estás haciendo? Eso no fue justo"

Sara terminó el trabajo rápido, dio una vuelta rápida por la puerta de la entrada para que nadie la viese; una vez que comprobó que no había nadie cerca prosiguió. Levantó a Daniel tratando de no despertarlo. Sara quería llevarlo a la tercera fila, donde estaba Mimí, y ponerlo en la banca que estaba frente a ella. En el trayecto se tropieza con un pie de Daniel y estuvo muy cerca de pegarse (y pegarlo) en el suelo. Apenas le dio tiempo para abrazarlo por la cintura y evitar el impacto, "fiuuu".

Una vez que lo llevó hasta aquel lugar colocó la cara de él muy cerca de la de su amiga., a una distancia de sólo milímetros. No hacía falta que estuvieran en contacto, con sólo mirarlos cualquiera diría que se habían quedado solos y se habían besado. Y cualquiera ya estaba por llegar, la campana del fin del recreo indicaba claramente eso.

Rita, Karla, Rafael, Rina entraron al mismo tiempo y miraron completamente idos la escena. La primera en reaccionar fue Rina, que salió corriendo sin rumbo definido, sin importar que la clase estuviera por comenzar. Los otros todavía estaban bajo el efecto alucinógeno de lo que estaban viendo.

Los gritos, cuchicheos y demás pararon en los oídos de ambos. Daniel, quien estaba durmiendo como tronco, empezó a levantar los párpados, Un mechón cobrizo de cabello fue lo primero que abarcó su visión, después unos brillantes y rosados labios. Y unos ojos azules que estaban abriéndose al mismo tiempo que los suyos, se miraron como si no hubiera mañana, tan cerca...

¡KYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!