Ohayo! n.n... aquí les traigo mi segundo fanfiction xD! Debo agradecer a Sea quien fue la que me dio la idea para hacerlo. Bueno, en realidad, Sea siempre me da ideas para Fanfiction xD. Pronto subiré más pero mientras tanto.... disfruten de este y si les gustó el comienzo... dejen Reviews! xDDD

Bleach, los personajes y su historia le pertenecen a Tite Kubo.


El secuestro de Matsumoto

La tarde comenzaba a caer en la ciudad de Karakura. Las sonoras campanas escolares podían escucharse por todos los lugares, la misma anunciaba la hora de salida de los estudiantes. Dentro de las aulas, los jóvenes, agotados por las intensas lecciones de los profesores apurados por llegar con el programa, guardaban sus útiles y cuadernos dentro de sus portafolios con el fin de poder ir a su hogar a descansar o salir ya sea con sus respectivos novios o amigos. Dentro de las aulas de primer año, Inoue Orihime guardaba sus cosas con más ánimos de lo normal.

-¿Qué vas a hacer después de clases, Orihime?- le cuestionó su mejor amiga, Tatsuki al ver el entusiasmo de la pelinaranja.

-Iré a hacer algunas compras. Una amiga me pidió que la acompañara a comprar algo de ropa- respondió la joven sonriendo ante ello- ¿Quieres venir, Tatsuki-chan?

Tatsuki negó con la cabeza ante aquél interrogante. Comprar ropa no era su especialidad y, a diferencia de cualquier chica normal, no era algo que le agradase demasiado.

-Tengo que ir al club de Karate- contestó y aquello era realmente cierto. No podía saltearse las actividades del club, especialmente porque pronto serían los interescolares.

-Que lástima… ¿Kuchiki-san quieres venir a comprar ropa conmigo?- le preguntó a la shinigami que se encontraba cerca suyo guardando sus útiles con ayuda de Ichigo.

El pelinaranja comenzó a reirse. Rukia lo miró con cierto enfado mientra que Orihime permaneció confundido ante la reacción de su amigo.

-Dudo que a Rukia le gusten esas cosas tan femeninas- comentó Ichigo a modo de burla.

Como respuesta a ello, el shinigami sustituto recibió una fuerte patada en su rostro por parte de la pequeña estudiante.

-Cállate, baka!- gritó la joven- Claro que me gustan esas clases de cosas u.ú…

-Entonces ¿vendrás conmigo, Kuchiki-san?- preguntó nuevamente Orihime sin entender demasiado la situación.

-Lo lamento. Hoy pasan "Chappy conoce al Embajador Alga" y le prometí a nii-sama que iría a la Soul Society a verlo con él- respondió la pelinegra.

La risa de Ichigo, quien ya se había recuperado del golpe, se volvió a escuchar por todo el Instituto.

-No puedo creer que Byakuya también mire esa caricatura para niños de 6 años- comentó entre risas. Ante ello nuevamente recibió un golpe, esta vez, en su estómago- Oye!! ¿Por qué hiciste eso, enana?!

-¿Cómo osas cuestionar los sublimes gustos de nii-sama?!! u.ú- cuestionó una Rukia muy molesta.

Ichigo simplemente desvió su rostro con cierto enfado. Orihime por su parte se quedó allí, observando la pelea sin hacer demasiado al respecto. Los minutos pasaron y cuando todos estuvieron listos para abandonar los terrenos de la escuela, se dirigieron a la salida.

Para sorpresa de muchos, Rangiku Matsumoto y su usual super escote, se encontraba en la puerta del Instituto Karakura. Al ver al grupo de Ichigo, levantó su mano y comenzó a moverla en señal de saludo. Antes de que alguien pudiese hacer un comentario al respecto un camino de polvo comenzó a levantarse a causa de un desenfrenado Keigo quien se dirigió a toda velocidad hacia el encuentro con Matsumoto, saltando con intensión de abrazarlas. Sin embargo, antes de poder hacerlo, fue interceptado por el puño de la teniente del décimo escuadrón quien lo mandó muy lejos de allí. Al ver la escena una gotita recorrió la frente de los presentes.

-¿Qué haces aquí, Rangiku-san? ¿Acaso es una misión del Seireitei?- preguntó Ichigo con cierto tono de seriedad.

La mujer lo miró algo divertida, rió un poco y negó con la cabeza.

-Claro que no! ¿Estás lista, Orihime?- preguntó la mujer.

-Hai!- respondió la recién nombrada con todo su entusiasmo.

Era claro que el motivo de la llegada de Matsumoto eran las compras que realizaría con su amiga humana, Inoue Orihime y no porque su trabajo requiriera su presencia en la ciudad de Karakura.

-Eso me recuerda… ¿Irás al Seireitei?- cuestionó la shinigami del décimo escuadrón mirando a la pequeña pelinegro que se encontraba frente suyo.

Rukia asintió algo extrañada por aquél interrogante.

-Genial! Entonces hazme el favor de avisarle a mi taicho que me tomé el resto del día libre- comentó Rangiku como si aquella petición fuera algo sumamente normal.

Todos se sorprendieron ante aquello. ¿Acaso Hitsugaya Toushiro no estaba enterado de que su teniente había faltado al trabajo para ir a comprar ropa en el mundo humano? Al parecer no y nada debía sorprenderles de una persona como Matsumoto.

-Realmente está bien que ella esté a aquí?- se cuestionó Ishida con una gota de sudor en su frente.

-No te preocupes. Mi taicho entenderá- respondió la pelinaranja actuando con cierta inocencia fingida. Tomó de la muñeca de su amiga y, luego de despedirse de los demás, decidió salir de allí.

- Que irresponsable…- murmuró el Quincy al verla partir

Chad simplemente se limitó a asentir.


En el Hueco Mundo.

El sonido de los pasos monótonos del cuarto espada era escuchado por los pasillos de Las Noches. La posición de cada lugar, de cada artefacto y de cada recoveco que, en conjunción con el silencio general del Palacio, ampliaban el sonido. Pronto se detuvo frente a una enorme puerta. Se mantuvo allí durante algunos segundos y, finalmente, decidió adentrarse a la habitación.

Aizen se encontraba sentado en su trono, por encima del nivel normal del suelo. A su lado se ubicaban, de pie, sus dos fieles subordinados, antiguos capitanes del Seireitei, Ichimaru Gin y Tousen Kaname.

-Me mandó a llamar, Aizen-sama?- preguntó el espada con aquél tono inexpresivo que siempre utilizaba.

Aizen sonrió y luego asintió.

-Necesito que vayas al Mundo Humano, Ulquiorra- comenzó a explicarle- Quiero que traigas a la humana llamada Inoue Orihime.

Aquella petición pareció sumamente particular. ¿Por qué Aizen necesitaba la presencia de una humana en Las Noches? Ulquirra, como buen subordinado incodicional, evitó preguntar al respecto.

-Como usted ordene, Aizen-sama- respondió.

Aizen le había encomendado una misión y él la cumpliría lo más pronto posible…