Los personajes no me pertenecen.

¿Cómo era la existencia humana? Frágil, efímera, tan ínfimamente patética. Así consideró durante mucho tan nimia existencia. A su parecer tal existencia ni siquiera era digna de su atención. Sin embargo para su exasperación aquellos conceptos fueron replanteándose tras cruzarse con aquella «inusual» chiquilla la cual durante años le acompañó.

En principio le fue imposible comprender a aquella criatura tan débil y frágil que a pesar de sus rechazos y su obvia molestia seguía acercándose a un yōkai como él. Asimismo, tampoco comprendió del todo su propio actuar cuando por su espada le regresó a la vida tras hallarla muerta. Sin embargo luego de eso fue indudable el apego que aquella nimia humana desarrolló hacia el yōkai mientras que él empezaba a cuestionarse el porqué permitía que alguien tan débil y frágil le acompañara, mas si de algo tuvo la certeza era que si permitía semejante cosa siendo Rin de esa manera, entonces él habría de asegurarse de que nadie osara dañarla. Y así lo hizo durante años, siempre veló por ella incluso cuando la dejó en aquella aldea humana para que tomara una decisión cuando tuviera la edad adecuada, incluso cuando ella tomó aquella decisión de acompañarle, y sobre todo cuando ella decidió ser su compañera.

Aquello fue algo inesperado para él. ¡Quién diría que el gran Sesshomaru tomaría por compañera a una mera humana! Puesto que a pesar de todo no dejaba de ser una humana; una criatura frágil y de existencia efímera. Y ese pensamiento le acompañó durante todos aquellos años.

Ella desaparecería de manera inevitable, mas igualmente lo que él había decidido era irrevocable, por eso se dedicó a apreciarla, a cuidarla, a disfrutar de cosas tan nimias que nunca creyó apreciar, hasta que finalmente aquella humana que profería un afecto tan «inusual» e incomprensible para otros humanos hacia un yōkai, alguien tan dulce y cálida, cesó su existencia en un soplo efímero, sin dejar huellas como todos los humanos. Mas luego de años, mientras contemplaba a aquella joven híbrida de cabellos plateados y suaves orejas perrunas; a aquella joven fruto de su unión con Rin tenía la revelación de una indudable certeza: los humanos no eran tan efímeros como creyó puesto que su existencia dejaba una huella. Y aquella joven y sus recuerdos con Rin eran la prueba irrefutable de la existencia de aquella mujer que le acompañó hasta su suspiro final.