Fairy tail y todos sus personajes pertenecen al señor Hiro Mashima.
La historia es de mi entera autoria.
Prologo:
"No llores más, dáme la mano contáme tu suerte,
de esta manera quizás no sea la muerte,
la que nos logre apagar el dolor."
Se incorporó exaltada. Aun vivían en ella los extraños sucesos del día anterior. Se volteo hacia su diestra y observo que allí descansaba de forma serena Gray sama. Su respiración era tranquila y su rostro demostraba un severo ceño fruncido, no era más que lo habitual en él, pero al verlo le gusto, fue como recordar los viejos tiempos. Contemplo el cuerpo torneado por el severo entrenamiento en las heladas montañas. El cabello negro le caía suave como una brisa de invierno. El tatuaje del hada sobre su pecho brillo fantasmagóricamente con la luz de la luna del invierno.
Juvia se desenvolvió de las cálidas sabanas y toco con sus delicados pies el suelo de madera. Estaba helado y no pudo evitar un escalofrío. Se acercó a la ventana y observo el panorama. La noche era fría, quieta e iluminada por una gran luna llena. Toco su pecho, sensible por lo que acababa de suceder con Gray sama, generando una escasa calidez.
No podían descansar, se estaban refugiando en una cabaña abandonada en medio de un bosque disperso. Los víveres se les agotaban, apenas tenían una horma de pan viejo y duro y dos odres de agua dulce. Las esperanzas mermaban, allí fuera algo los estaba acechando, persiguiéndolos, escondiéndose en cada sombra, animando su dulce agonía, ansiando su dulce sangre y deseando con todo su ser tomar una revancha roja. Nada podía detenerlo, ni siquiera ellos, ya que cuando una fuerza tan poderosa, casi divina, se posa sobre alguien, solo queda ser fulminado y convertirse en cenizas.
Un gorgoteo anormal la puso alerta. Se volteo para enfrentar a la mismísima muerte a sus ojos vacíos. No había nada ni nadie, solo la escasa quietud de una cabaña abandonada. "Juvia está nerviosa y asustada, eso es todo" Se dijo a sí misma. Desnuda y helada decidió regresar al cálido descanso con su querido Gray sama.
Una mano viscosa la detuvo en seco. Con toda su fuerza de voluntad logro detener un grito de terror que se trabo en su garganta. No había escapatoria, Gray sama estaba indefenso y no podía ayudarla. Juvia respiro profundo para calmarse y recuperar el valor para enfrentarlo. Pero la fuerza de su enemigo era tal que no podía detenerlo, lo intentaría por su vida y por la de su amado Gray sama. Pero cuando vio el rostro de la muerte enfrente de ella solo pudo rogar por la vida de ambos.
Capítulo 1:
La hechicera caminaba raudamente por un camino serpenteante de gravilla. A los lejos, se podían contemplar las extensas murallas de la ciudad. El tenue brillo del sol invernal no la ayudaba a recuperar sus fuerzas. Aunque vestía una pesada gabardina negra con botones dorados. En la cintura portaba un bello cinturón de cuero curtido de color marrón. Del cuello le caían dos tiras de hilo grueso que en las puntas se convertían en pompones blancos. Su sombrero del mismo color que la gabardina la refugiaba del azote del viento y para evitar que la despeinara. Toda su ropa, en la parte de adentro estaba abrigada con fina lana blanca.
Las granjas de las afueras de Fiore siempre la alegraban. Eran bulliciosos y estaban aromatizados con el aroma de las frutas de estación, en este caso naranjas y mandarinas. Pero su favorita era la del verano, con jugosos kiwis, dulces melones, fruta de la pasión y por supuesto las mejores uvas de todo el mundo. Pero amaba el invierno, ya que su amado Gray sama se sentía más feliz con las heladas temperaturas.
Un carromato impulsado por dos enormes bueyes la adelanto. Llevaba pescado fresco, carne en salazón y unos barriles de vino especiado. El mercader la saludo amistosamente y la invito a subir. La hechicera lo rechazo, deseaba caminar.
Al llegar a la puerta de Fiore dos guardias se le acercaron. Vestían sendas armaduras de láminas de hierro y lanzas en su mano hábil. Lista y emprendedora se corrió el corte de su vestido negro y mostro su muslo izquierdo. Allí se encontraba el tatuaje con forma de hada del gremio. Los guardias regresaron taciturnos a su puesto.
Las calles eran ruidosas desde muy temprano. Los mercaderes se peleaban a muerte por lograr vender la mayor cantidad de mercancías que podían. Había una gran variedad de productos que se ofrecían, pero eran tantas que no lograba enumerarlas. Varias personas intentaron detenerla para venderle lo que sea, pero a todas las rechazaba. Debía apurarse y llegar al gremio, allí vería a su amado Grey sama y le diría cuanto lo amaba.
"Eso hará Juvia y luego lo invitara a su habitación. Allí, Grey sama arrojara a Juvia a la cama. —Oh, Grey sama, haga lo que quiera con el cuerpo de Juvia..."
—¡Oye!—Dijo una voz que la hizo regresar a la realidad—Si, tu, la que sueña despierta. Ven aquí.
La persona que le hablaba era una mercader. Vestía un pesado vestido de seda fría de color verde musgo. Botas altas de cuero y el cabello lo llevaba recogido en una cola de caballo. Sobre la mano diestra se encontraba el tatuaje de un gremio desconocido. En la tienda había extrañas pociones, cataplasmas, bálsamos, esencias, almizcles y perfumes de todas clases, colores y formas.
—Pareces la típica mujer enamorada. Y dime, ¿dónde está la persona por la que deliras?
—Grey sama debe estar en el...
—Que interesante, ¿él te ama?—Dijo interrumpiéndola.
—¡Sí! Solo que Juvia tiene que esforzarse más para...
—Entiendo—Dijo disimulando una sonrisa maliciosa—Mira, no hago esto con cualquier persona que veo.
—¿No?
—Por supuesto que no, soy una mercader, pero antes una hechicera y siempre me gusta ayudar a una compañera de profesión— Dijo mientras Juvia sintió un escalofrío al saber que era una hechicera sin mostrarle el tatuaje del hada—Te ayudare a conquistar a tu amado, solo vierte el contenido del almizcle en la tina del tal Grey. Cuando él se esté dando un baño, tú debes ingresar desnuda y allí te poseerá instantáneamente. ¡Totalmente garantizado!
"Juvia verterá el contenido del almizcle en la tina. Luego Grey sama ingresara a darse un baño. Entonces Juvia entrara desnuda y él se acercara con su virilidad y luego..."
—¡Niña!—Grito la mujer para que Juvia regrese a la realidad—Págame por el almizcle y ve a conquistarlo.
Juvia pago sin dudar la astronómica suma de cinco monedas de oro y se retiró corriendo en dirección al gremio. En la parte más alejada y elevada de la ciudad, en un edificio que necesitaba una reparación urgente, yacio la sede del gremio, Fairy Tail. Juvia dio un portazo y a los gritos hizo notar su presencia.
—¡Gray sama te amo!
No hubo respuesta. Juvia contemplo taciturna el hall del gremio. Allí se veían pocas personas. Natsu y Happy estaban comiendo desaforadamente cerdo asado y pescado respectivamente. Lucy le mostraba los avances de su novela a Levy que leía muy interesada y de vez en cuando le comentaba algún detalle que encontraba. Cana bebía sola cerveza en la barra del bar. Gajeel estaba solo, aburrido y cerca de la chimenea. Juvia se dirigió hacia allá para absorber un poco de calor.
—¿Juvia puede sentarse?
—Haz lo que quieras.
Juvia tomo asiento, ya que esa respuesta es una especie de invitación. Lo conocía bien, ambos compartieron muchas misiones y alguna que otra aventura. Lo contemplo, llevaba el cabello largo, negro y enmarañado de forma salvaje. Vestía una chaqueta de cuero desprendida y sin mangas. Su pecho era abultado, musculoso y con gran cantidad de vello; todo un pecho masculino. Bebía cerveza pura casi al mismo nivel que Cana y aun así parecía bastante sobrio. Sus ojos negros como el abismo del infierno se fijaron en ella.
—¿Que sucede? ¿Te gusto?—Dijo Gajeel y Juvia no pudo evitar ruborizarse. Intento responderle pero el dragón slayer lo hizo antes—Ten cuidado con mi novia, que puede ser más peligrosa de lo que crees— Acto seguido esbozo una media sonrisa socarrona.
—Los ojos y el corazón de Juvia son solo para Gray sama.
—Bueno, pero te aviso que te pierdes de lo bueno por insistir con ese flacucho histérico—Juvia lo fulmino con la mirada, él se la sostuvo con firmeza. Escucharon un poderoso estruendo desde el cielo. El dragón slayer dudo y habrá pensado "¿No era un día soleado?"
—Calma Juvia chan.
Una mano se posó sobre su hombro, era Mirajane. Llevaba un vestido largo sin mangas de color rojo. Su pronunciado escote quedaba a la vista de Juvia, que sin dudas era la culminación de los deseos de todos los hombres y algunas mujeres del reino. El cabello blanco le caía suave, fino, lacio, como si fuera una nevada invernal, pero en ella no era helada, sino cálida. Sus ojos eran alegres y la invitaban a calmarse luego del ataque a su querido Gray sama. Le extendió una taza de cerámica.
—Bebe este té, esta caliente y te ayudara a reponerte del frio.
—Gracias.
Dio un ligero sorbo. Estaba delicioso, de finas hierbas de un reino lejano y endulzado con miel. Lo apuro y se lo termino mientras Mirajane estaba aun ahí. Los ojos de ambas hechiceras se encontraron.
—Creo que Gray se va a una misión mañana a primera hora. A lo mejor está en su casa preparando todo o bien...
Juvia se le acerco en un parpadeo.
—¿No será algo que inventas para alejar a Juvia de Gray sama? Eso es algo que haría una rival del amor.
—No... no estoy interesada en Gray— Respondió Mirajane con rostro sincero.
—Ya te lo dije, nadie quiere al flacuchento histérico—Dijo Gajeel.
Juvia lo volvió a fulminar con la mirada y otro estruendo sonó muy cerca de donde se encontraban.
—Calma Juvia chan, no atentes contra la naturaleza. Deberías ir a ver la casa de Gray antes de que se vaya.
—¡Sí! Juvia ira a visitar a Gray sama.
Salió corriendo olvidándose de todos su compañeros de gremio. Contemplo como el cielo se iba despejando y los tenues rayos de sol volvían a calentar un poco la helada mañana. No era ninguna sorpresa para los ciudadanos de Fiore los cambios bruscos en el clima. Estaban acostumbrados a Juvia y a sus cambios de humor, por lo que las tormentas pasajeras y sorpresivas eran un pequeño precio comparado a que desde que llego la hechicera elemental no tenían más problemas de inundación o de sequía.
Doblo por un hermoso bulevar con árboles frutales. El perfume era embriagador. Luego atravesó un callejón de mala muerte, donde el peligro acechaba, pero como es una hechicera nadie la molestaba. Finalmente un pequeño mercado de pulgas que abastecía esta escasa zona. Finalmente, detrás de una bella fuente municipal de la cual un niño retiraba agua en un cuenco, se encuentra el hogar de Gray sama.
La vivienda se ubicaba en una zona tranquila, alejada de las bulliciosas calles y avenidas del centro de Fiore. A simple vista se nota que Gray sama busca aislarse. Es un solitario, pero no implica ser una persona sin afectos. La vivienda en sí, se encontraba en un tercer piso, era de madera de pino barnizada y contaba con dos ventanas, una daba al living y la otra a su habitación.
Utilizando la magia elemental de agua se impulsó y dio un gran salto. Se sujetó de una baranda que sobresalía y observo la primer ventana. El comedor estaba impecable, una mesa de pino barnizado y cuatro sillas eran el comienzo de una rustica y sencilla decoración. También había un sillón de un cuerpo de pluma de ganso y una vieja biblioteca que contenía algunos tomos de magia de creación hielo, de la historia de Zeref y algunos apuntes sobre Acnologia. Luego se dirigió con sumo cuidado hacia la otra ventana. Allí la madera se encontraba más gastada por todas las veces en que Juvia iba a observar a Gray sama dormir. La habitación se la sabia de memoria. Un escritorio de pino gastado donde separaba siempre notas apuntes sobre los avances en sus distintas búsquedas. Al costado un ropero herrumbrado con las escasas prendas que le pertenecen a Gray sama. Un morral de viaje de cuero, descansa en el suelo y el cual contiene todo lo necesario para sobrevivir a cualquier aventura en la intemperie. Finalmente en una cama de fina madera de roble descansa un colchón de agua, que vibra suavemente con cada movimiento. Allí los más oscuros deseos se hacen realidad.
"Juvia y Gray sama besándose apasionadamente. Él le quita la ropa a Juvia, enseñando sus pronunciadas curvas femeninas. Gray sama encuentra listo, con su cuerpo marcado por el entrenamiento y con su pene erecto, húmedo y listo para dar el placer tan anhelado. Juvia lo toma con ambas manos y lo acerca hacia su humedad."
—¡Mami! ¡¿Que hace esa chica ahí arriba?!
Juvia regreso a la realidad, ruborizada y escandalizada.
—No la mires, debe estar loca o algo por el estilo—Dijo la madre y se fueron tan rápido como llegaron.
Juvia decidió no perder más tiempo. Utilizo su magia elemental de agua y con un ligero chorro de agua forzó los pestillos. Levanto la ventana e ingreso a la habitación de Gray sama. Se tentó de revisar y oler la ropa de su amado, pero aún le quedaba un cuarto que revisar. Abrió la puerta silenciosamente, deseosa de que estuviera allí, pero no había nadie. Era el baño, con su retrete personal, un bidet, un lavabo y una brillante tina de latón. Se acercó y supo inmediatamente que aún no fue utilizada.
"El almizcle" Recordó.
Busco a toda prisa en los bolsillos de su pesada gabardina negra, sintió el frio vidrio sobre sus dedos y alzo el almizcle. Era una botellita de color caramelo, dentro había un ligero líquido. Lo destapo y utilizo la magia elemental de agua. El contenido quedo flotando frente a sus ojos azules. El almizcle era verde y olía a pino, de consistencia acuosa y ligeramente extraño. Se lo vendieron como un elixir mágico. Quizás lo era y gastaría lo que no tenía por conseguir la atención de su querido Gray sama. Finalmente uso sus poderes para introducirlo en la canilla.
"Cuando Gray Sama abra la llave del agua lo primero que caerá es el almizcle, diluyéndose en el agua y logrando el efecto tan deseado. Luego entraría Juvia, desnuda y le haría sentir su humedad a su amado. Gray sama la corresponderá y la penetrara con fuerza viril. —Gray sama, hazlo más fuerte, aunque me lastimes hazlo con todas tu fuerzas"
Juvia miro en todas direcciones, se había quedado a oscuras. Se acercó a la ventana y corroboro que era de noche. Salió a la calle desde la ventana y camino de regreso al gremio. Por desgracia no había regresado Gray sama. A lo mejor fue con Natsu a algún lugar o con Erza, su rival del amor. Apuro el paso. La noche estaba helada y las calles oscuras, apenas iluminadas por lámparas de aceite de ballena o por simples velas.
Llego nuevamente al gremio, abrió la puerta silenciosamente, ya que por la ventana estaba iluminado de forma muy tenue. La única persona que se encontraba en el hall era Cana. Dormía con el rostro sobre la barra del bar y un ejército de jarras de cerveza la rodeaba. Por fortuna para ella alguien se apiado y la tapo con una pesada frazada de tela de oveja de color negra. Juvia decidió no molestar y continúo escaleras arriba. Iría hacia su habitación a descansar, intentaría encontrar a Gray sama a primera hora para poder comentarle cuanto lo amaba.
Al doblar en el pasillo hacia su habitación capto un leve aroma a frutos rojos. "Es el perfume de Gray sama" Recordó. Se guio por su olfato y llego a la habitación del líder del gremio. Dio un portazo.
—¡Hola Gray sama!
Lo que Juvia vio la dejo sin aliento. Gray sama se encontraba desnudo y arrodillado en el suelo. Su cuerpo se encontraba empapado de sangre fresca y salada. Sobre su mano hábil una gran esquirla de hielo con la punta ensangrentada. Jadeaba intento recuperar un poco del aire perdido. Su cabello sucio y enmarañado le caía sobre el rostro ocultándoselo. En el suelo, acostado sobre un charco de su propia sangre yacía Makarov. Luchaba desesperado contra el dios de la muerte, pero era en vano. Tenía tres graves heridas de las cuales brotaba una cantidad abismal de sangre. La primera que vio era sobre su ojo izquierdo, dejando tuerto. Otra sobre el corazón, de la cual brotaba la mayor cantidad de líquido vital. La ultima sobre el estómago y el maestro intentaba en vano sostener sus tripas. Makarov la vio con un último destello de conciencia y con un resoplido de fuerza que saco de lo más profundo de su ser dijo.
—Ju... Ju... Ju... Ju... via...—El maestro tomo aire con fuerza—A... A... A... A... yu... yu...
Finalmente murió, con un rostro desesperado y aterrorizado.
N/A: Bueno este es mi primer fanfic. Espero que lo difruten tanto como yo difrute ecribiendolo. Criticas y comentarios serán bien recibidos. Muchas gracias!
