Bueno, aquí estoy otra vez después de varios meses sin aparecer por fanfiction. La verdad es que mis escusas ya están muy gastadas, los estudios, vida personal, más estudios, vacaciones...Pues eso, muy vistas, así que quería pedir perdón a las que dejé colgadas con mis otros dos fics (estaréis pensando que soy un muermo, y que me centre en los otros fic...), bien, sólo deciros que seguiré, no se cuando, pero seguiré con todos los fics que tengo empezados, sólo pido tiempo, al igual que con este, ya sabéis que soy muy impuntual n.ñ'

También deciros que este fic vinó espotáneo, así que no se lo que saldrá, tendreís que darle una oportunidad ).

Otra cosita (ya,ya, ya va el fic :3) si quereis y podeis ¿os podriais pasar por este Foro? lo he creado yo y la verdad es que está un tanto solo, así que os animo a uniros - lasmariposasmoradas.

Y sin más dilación os dejo con el primer capítulo.


P.D: Todo lo que escribo no me pertenece, soy medio rubia y me gusta escribir, pero definitivamente no soy millonaria, ni me llamo J.K. Rowling. No lo hago con ganas de lucro blablabla...Pero como me plagies(¬¬)te meriendo.

1. Todo por un libro

-Ese libro es mío -siseó entre dientes Hermione.

Draco negó con la cabeza mientras chascaba la lengua.

-Siento decirte Granger, que lo he cogido yo primero.

-¡Pero YO lo he visto primero! –exclamó irritada.

-Recuerda Granger, aquí el que gana es el más rápido, no el más inteligente.

Hermione inspiró con fuerza cerrando los ojos. No soportaba a Malfoy. Él y su estúpido ego, aunque si sólo fuera ego… lo que mejor describiría a Malfoy sería el orgullo, sí, "Draco Orgullo Malfoy", era perfectamente perfecto para el rubio oxigenado que tenía delante con esa petulante sonrisa.

-Necesito el libro, así que dámelo ya.

Draco volvió a chascar la lengua. Realmente se lo pasaba bien haciendo rabiar a la sangre sucia Granger. No sabía cómo explicarlo pero cuando la veía sentía la necesidad de llamar su atención, y como mejor lo hacía era fastidiándole la existencia, así que lo hacía de ese modo.

-No, no, Granger, te falta algo ¿cómo lo llamaban los muggles?... ¡oh si! La palabrita mágica –dijo con burla el rubio.

Hermione lo miró con ira y después dirigió su mirada al gran reloj que presidía la entrada de la biblioteca, apenas faltaban cinco minutos para que empezara su clase de pociones con el profesor Snape, y lo último que quería –y necesitaba- era llegar tarde a esa clase. Ya no porque sería algo único que ella, Hermione Jane Granger, llegara tarde a una clase, si no, porque no quería ganarse una reprimenda de parte de Snape.

-Malfoy, el libro –volvió a pedir.

-Me temo que tendrás que esperar a que me lo termine, hasta nunca sangre sucia –se despidió Malfoy con una sonrisa ladeada.

-¡No espera! –exclamó la chica, cuando se dio cuenta de que había gritado se tapó la boca con una mano y dio una suave disculpa a la bibliotecaria que la miraba con el ceño fruncido.

Draco, con su famosa sonrisa arrogante, se dio la vuelta para mirar a la chica.

-¿Decías algo Granger? –preguntó con burla.

La castaña inspiró con fuerza y cerró los ojos, ni en mil años estaría preparada para hacer lo que iba a hacer, así que prefería que fuera rápido y a poder ser sin ver esa petulante sonrisa en la cara del rubio oxigenado.

-Malfoy ¿me puedes dar el libro?...

-¿Si?

-…Por favor –murmuró entre dientes.

Nadie sabía, ni sabría, lo que le había costado decir eso, ¡sudor y lágrimas!, como diría su abuela.

-¿Disculpa Granger? Es que creo que no lo he oído bien –dejo caer Draco.

¡Ah no! ¡Eso si que no! Sólo le faltaba que encima jugara con ella. Ni loca iba a volver a repetir lo que había dicho. Con ella no se jugaba.

-Malfoy, no lo voy a volver a repetir, así que ya me puedes dar el libro.

-Estás muy equivocada Granger –canturreó el rubio, y sin que Hermione se lo esperara echó a correr.

La castaña al principio se quedó sin saber qué hacer, ¿acaso Malfoy era tan estúpido para creer que ella se iba dedicar a correr sólo por un libro? Dedicó dos segundos para replantearse la pregunta y echo a correr.

Sí, definitivamente Hermione correría por un libro y más si el susodicho era para una clase la cual contaba para nota final.

Y ahí estaban, Draco Malfoy arrastrando su orgullo hasta las mazmorras donde Snape estaría impartiendo su clase y Hermione rozándole los talones.

-Como corre la condenada ¡y es sólo por un libro! –murmuró Draco.

-¡Te he escuchado asquerosa rata!

-Disculpa que te diga "querida" Granger, que aquí, la única rata que hay eres tú –declaró el rubio.

Hermione apretó la mandíbula e hizo chirriar los dientes.

En ese momento Draco vislumbró la puerta de la clase de pociones y en dos zancadas se situó delante de ella parando, obligando a la castaña a frenar a centímetros del pecho del rubio.

Se quedaron así por unos segundos, Hermione con la respiración entrecortada por la carrera y aspirando el terriblemente dulce aroma a menta de Malfoy y Draco disfrutando del nerviosismo de su enemiga.

-¿Querías esto Granger? –susurró el rubio a milímetros del oído de la chica.

BUM, BUM

-¿Se te ha comido la lengua el león? –se mofó Draco al ver que Hermione no le contestaba.

BUM, BUM

La castaña sentía como todos sus sentidos se habían nublado, se sentía paralizada, como si lo único que pudiera percibir fuera el aroma y olor del estúpido de Malfoy. Hubo un momento en el que la chica perdió el equilibrio, mareada, y por instinto se apoyó en el pecho del rubio.

Draco se quedó estático, no sabía cómo reaccionar ¿a qué venía aquello? ¿Acaso era una broma –de mal gusto, había que decir- para joderle?

-Aparta tus sucias manos de mi, asquerosa sangra sucia –escupió el rubio apartando a Hermione de él.

La chica perdió el equilibrio y cayó al suelo. Estuvo unos segundos ahí quieta, terminando de digerir todo lo que había pasado y cuando llegó a la parte en la que el petulante hurón la había empujado sus mejillas se tiñeron de un chillón color escarlata ¡como había sido tan estúpida de haberse apoyado en Draco Orgullo Malfoy! Al principio sintió vergüenza que poco a poco se fue convirtiendo en ira. Hermione alzó sus ojos castaños y posó en el rubio que tenía delante.

Draco tragó en seco, acababa de meterse en la boca del lobo. Se desajustó un poco el nudo de su corbata cuando vio a Hermione levantarse sin apartar su mirada de él. Los ojos color chocolate de Hermione parecían dos trozos de fuego a punto de estallar, y eso a Malfoy no le parecía nada bueno. Sabía que cuando alguien enfadaba a Hermione Granger no salía bien parado.

-Malfoy, estás… ¡muerto! –gritó la castaña abalanzándose al chico, el cual intentó esquivarla, pero no midió bien y se tropezó con la puerta del aula de pociones, ésta se abrió y lo demás fue historia.

Una historia que se recordaría hasta que se acabara el curso de Hogwarts. Hay que recalcar que para el Trío Dorado –al igual que sus amigos y enemigos- era su último año.

oOo

La clase de pociones estaba en silencio, lo único que se podía oír eran los: "¡Estás muerto Malfoy, MUERTO!" de Hermione, y los: "¡Por Merlín, que alguien me quite a esta loca de encima!" de Draco.

Todos sin excepción estaban paralizados con la escena. Hermione encima de Draco dando arañazos y p0uñetazos a diestro y siniestro como si estuviera poseída, y Malfoy con los ojos muy abiertos la camisa echa girones, el pelo como si no se hubiera peinado esa mañana e intentando esquivar los ataques de la castaña.

Snape lo miraba todo desde la pizarra donde, antes de la interrupción, estaba escribiendo la receta de una poción. Con paso silencioso llegó hasta donde se encontraban los dos pintorescos personajes.

-Ya-está-bien –siseó.

Apenas fue un murmullo pero todos y cada uno de los alumnos, tanto Slytherins como Gryffindors, les recorrió un escalofrío. Hermione se quedó estática encima de Malfoy, poco a poco levantó la cabeza hasta quedar mirando a su profesor de pociones.

-Pro-Profesor Snape –balbuceó ahogando un grito.

Draco se levantó haciendo que Hermione cayera otra vez al suelo, y con el poco orgullo que le quedaba se arregló un poco el embrollo de pelo que llevaba. Se oyó alguna que otra risa entre los Gryffindors.

-Profesor Snape –dijo en forma de saludo el joven Malfoy.

Snape rodó los ojos y suspiró.

-Espero que tengan una buena explicación, porque la necesitaran para el director.

Hermione se hundió más aún en el suelo.

-¿Por qué a mí? –murmuró la castaña mientras se frotaba la cara con las manos.


¿Qué tal os ha parecido? ¿bien, mal, regular, se podría mejorar, nena deja el boli que no es lo tuyo? acepto cualquier critica mientras no sea ofensiva. Ya sabeis "Un FanFic con RR es un FanFic feliz"

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Besos,

Ann