Recuérdame

Hola mundo.... GOMEN pero como se bajo mal aquí otra vez se los vuelvo a mandar.

D.M.- No me molesto por tu review, pero si me hace dudar porque ya tengo......
bastante tiempo con esté Fanfic, lo que si te confieso es que hace ya unos 2 o 3
años publique mi fanfic en una página, y una amiga me dijo que lo había leído
en otra lugar (ósea que me lo habían pirateado); por esa razón deje de publicar
mis historias, y como ahora una amiga leyó mi fanfic y se inspiro para hacer
como una...... ash no tengo una palabra en estos momentos, ¿pero tú me
entiendes no??? De no ser así (que es lo mas probable) lee Memorias de Nub,
bueno pues ella me animo para que enviara mi historia y pues aquí está...
espero que hallas aclarado tus dudas ^^

Y ahora si con el fanfic....

Capítulo 1: Presencias que siempre quedan.

Apareció en la casa con una sonrisa en los labios. A pesar de estar cansado por su trabajo, siempre le alegraba poder llegar a su casa. Bajó la mirada hasta la caja plateada con un listón azul. Sin poder evitarlo, su sonrisa se hizo un poco más dulce. Estaba seguro de que le gustaría.

- Bienvenido, señor Malfoy.

Dijo levemente un elfo doméstico. Draco asintió levemente, dejando su capa de satín negra en las manos de la pequeña criatura
.

- ¿Hubo algún inconveniente mientras no estuve?

- No señor, claro que no. Cuidamos a su familia, como lo pidió. Mitsy cuidó de su señorita, señor.

El elfo se vio pedante al decir eso, y Draco dedujo que él era Mitsy
.

- De acuerdo. Gracias. Puedes retirarte.

- Si, señor, ¿no va a cenar?

- No tengo hambre por el momento. Voy a ir a ver a mi hija.

En menos de un destello, apareció en una habitación grande, pintada con suaves tonos pasteles. Sonrió al notar el aroma de bebé que impregnaba la recamara.

Simplemente estando ahí sentía que el haberse aparecido desde Francia a la mansión Malfoy valía la pena. Sin lugar a dudas, la recamara de su hija era la mejor de toda la casa. Eso era bueno. Así era como lo había pedido. Pensando que podría estar dormida, se acercó con cuidado, sólo queriendo ver su cabecita rubia, y dejar un beso en su frente.

- ¡¡Da-da!!

La sonrisa en sus labios se amplió cuando vio a la pequeña de un año sentada en su cama, jugando con un viejo oso panda. Los ojos miel con pecas verdes brillaron, y en cuanto vio a Draco, dejó el muñeco, y se acercó gateando hasta las rejillas de su cuna.

- Amanta.

Dijo suavemente, antes de dejar la caja en el suelo, y luego, levantar a la bebé en sus brazos.

- ¿Pensaste que papá olvidaría tu cumpleaños?

- ¡¡Da-da!!

Dijo moviendo su pequeña cabeza en forma de negación, su alegría era notoria por estar en los brazos de su padre. Él rió levemente y acarició suavemente los bucles de cabello platinado, y escondió su rostro entre las caras ropas de dormir de la niña, nuevamente el aroma que escapaba de su pequeño cuerpo haciendo que todo lo que había tenido que pasar ese día valiera la pena.

- Me alegra que lo sepas. Te tengo un regalo.

Sosteniendo a su hija con sólo un brazo, se inclinó hasta poder tomar la caja, y fue, con el regalo y su hija, hasta un sofá. Cuando se sentó, puso a la pequeña en sus piernas, y con la ayuda de su varita desenvolvió el regalo. Metió su elegante mano, y luego salió con lo que parecía ser un joyero de madera.

La pequeña Amanta lo observó curiosa, antes de voltear a ver a su padre con curiosidad.

- Es una cajita mágica, hija, puede hacer que escuches cualquier voz cantando cualquier canción que quieras.

- Da-da.....

- Probablemente aun eres muy pequeña para apreciarlo..... pero estoy seguro que lo harás.

Dijo con un suspiro. Dejó la caja encantada a un lado suyo, y luego sostuvo su varita en lo alto
.

- Accio Sr. Yoko.

Cruzando la habitación, el oso panda de peluche con el que había estado jugando Amanta antes de que entrara Draco, estuvo en sus manos. Se lo dio a la bebé, que chilló contenta antes de abrazar al muñeco. Sonriendo, él dejó a la niña en el suelo, y rodeo a lo más importante de su vida con los cojines del sofá.

- Sospecho que aun no tienes sueño, preciosa. ¿Te parece bien que tu padre te haga compañía mientras tanto?

Un alegre chillido de la niña, que hasta la fecha la única palabra que podía decir era 'Da-da' fue su respuesta. Con un suspiro, Draco se acomodó en el sofá. Observando a la pequeña Amanta jugar, súbitamente la melancolía envolvió su ser.

- Samantha.....

Volteó a ver a la niña, que estaba ocupada jugando con el osito y con los cojines. Ahora, lo más cercano que tengo a ti, es a mi hija.

Pasó una mano por sus cabellos platinados, sintiendo la misma angustia que había anidado en su pecho cuando la había perdido. ¿Cuánto había pasado? Un leve sonido como de risa surgió de su garganta, pero era una risa triste. Se estaba engañando.

Sabía muy bien cuánto había pasado desde la muerte de Sam. Hacía una semana había ido a su tumba a dejar un ramo de rosas blancas, por ser Navidad. En Junio serían dos años de haberla tenido como su esposa. Se volvió a sentar bien, y tomó la varita que había dejado junto a la caja de música.

- ¡Accio diario de Samantha Drake!

En segundos estuvo frente a él, un pequeño contenedor de metal. Lo tomó con manos temblorosas, y recorrió el nombre grabado 'Samantha Drake' con los dedos por unos momentos, antes de abrirlo. Lo primero que lo recibió fue un olor indiscutible a fresas seguido por el diario que se encontraba dentro de la caja.

Encontró varias cosas dentro de la caja además del diario de su difunta esposa, una de ellas era una fotografía muggle, de una chica de dieciséis años, con cabello castaño rojizo largo y lacio cayendo alrededor de su cuerpo, un ramo de rosas blancas en sus brazos, y sus ojos miel brillando. Había una leve sonrisa en sus labios rozados, y en sus pálidas y lisas mejillas brillaba un leve rubor. Pasó un dedo tembloroso por la fotografía, acariciando el rostro en ella suavemente. Dejó la fotografía inmóvil, para tomar una de las mágicas. En esta, estaban él y la misma joven de la fotografía anterior. Él, de unos diecisiete años aproximadamente, y ella de dieciséis, estaban abrazados, sin moverse. Lo único que se movía de vez en vez era el largo cabello rojizo que volaba con el viento, y el movimiento del sol ocultándose, al reflejarse en el lago. Sonrió con pesar. Nunca pudo recordar quien había sido el que les había tomado esa fotografía. Siguió observando las fotografía, el dolor que nunca lo había dejado por completo al perderla, golpeándolo con fuerza.

Casi sintió el peso de las lágrimas derramadas hacía sus ojos grises. Y sin poderlo evitar, volvió a recordar a esa chica, Samantha Drake, que lo había salvado de ser un mortifago, y a quien le debía todo...... Inclusive la vida.

*** Ohhh que horrible mate a la esposa de Draco, espero que me perdonen pero tenia que poner algo triste ¿no creen?, Reviews, tomatazos, virus... acepto de todo (de acuerdo puedo mal pensar de eso ¬¬...). Si quieren el segundo capitulo solo pidanlo, pero eso si, me tardo Eones en inspirarme. Bueno cuídense.... STREYA ***

B) Romina-Hiwatari1