Vieja amiga, Nueva aliada


Hola, este es mi primera historia.

Espero les guste


Día de mutación

Hamato Yoshi salía de la tienda de mascotas en una de las calles de Nueva York con su más reciente adquisición: cuatro tortugas domésticas. Se dirigía de nuevo a su hogar luego de un ajetreado día intentando reconstruir lo poco que le quedaba de su antigua. En su camino iba jugando con sus pequeñas mascotas, y una que otra vez ayudándoles a darse vuelta cuando caían de cabeza.

Había caminado un par de cuadras cuando vio a un hombre de traje con actitud sospechosa, así que decidió seguirlo. El hombre iba vestido con un traje negro recién planchado, lo cual le daba una apariencia impecable, su rostro era inexpresivo y su caminado decidido y monótono, portaba un maletín del mismo color que su traje, demasiado grueso para contener solamente papel pero no demasiado como para llamar la atención de las personas, o al menos no de todas, Yoshi estaba consciente de eso.

Después de caminar unas calles el hombre doblo bruscamente a la derecha, hacia un callejón. Yoshi se dirigió hacia el pero decidió quedarse fuera, asomo la cabeza para saber que pasaba en el interior. El hombre que había visto llegar con el maletín se encontraba ya muy cerca del final del callejón, se detuvo a unos nueve o diez metros de donde se encontraba, se quedo inmóvil por un momento y de entre las sombras aparecieron dos hombres, Yoshi quedó con la boca abierta, el parecido entre estos hombres era asombroso, pudo haber jurado que eran hermanos o clones sacados de una película de ciencia ficción.

Ante la sorpresa no había notado hasta ese momento que es lo que llevaban los otros dos hombres, a una niña. Por su estatura dedujo que no tendría más de cinco años, su cabello era completamente blanco llegándole hasta el medio de la espalda, vestía ropa completamente negra en contraste con su pelo, su cuello estaba rodeado por una fina cadena de plata y en ella un pequeño dije de corazón, llevaba la mitad de su cara cubierta con una mascarilla dejando a la vista solamente sus ojos color azul con una mezcla de celeste, impregnados de pánico.

Los hombres la tenían sujeta de un brazo cada uno, ella utilizaba todas sus fuerzas para poder zafarse de su agarre, sin éxito.

- Inició de prueba con sujeto S56-17 - dijo el hombre con el maletín

Yoshi contemplaba todo esto desde una distancia segura, preguntándose si ayudarla o no, cuando un pequeño animal paso corriendo entre sus piernas, casi pierde el equilibrio pero pudo sostenerse a tiempo, volvió a mirar al fondo del callejón y vio que el pequeño animal que casi lo había derribado era un gato, este corría velozmente hacia donde estaban los sujetos de traje negro, al alcanzarlos trepo para llegar a una de las manos que sujetaban los brazos de la niña comenzando a morder y rasguñar con el fin de soltarla .

El hombre con un fácil movimiento tomo al felino y lo arrogo a dos metros de distancia, la niña ante esto detuvo su forcejeo para lograr ver si el pequeño animal se encontraba bien, aunque un poco aturdido intento levantarse pero solo logro levantar la mitad superior de su cuerpo quedando sentado, al verlo, la niña halo sus brazos con toda su fuerza logrando liberarse. Corrió hacia el pequeño gato, pero al estar a un metro de distancia calló de rodillas, comenzó a gritar tomándose de la cabeza y hablar cosas sin sentido.

"Es esquizofrénica" pensó para sí Yoshi. La hubiese dejado de no haber sabido de su estado. Yoshi aun con la pecera en las manos corrió hacia donde estaban los hombres de traje y con una ágil patada derriba a los dos hombres que habían aprisionado a la niña, se arrodilló para colocarse al lado de esta y dejo en sus manos a las pequeñas tortugas.

- Cuídalas, yo me encargare de que no se acerquen – la niña al parecer no había reparado en su presencia, dio un pequeño respingo y asintiendo con la cabeza tomo entre sus manos la pequeña pecera, casi se resbala ya que estaba un poco mojada, la sujetó con fuerza contra su pecho para que no cayera, su mascota se acercó y la niña comenzó a acariciarla para calmarla.

Yoshi se inclina un poco más para poder ver los ojos de la niña. Unos ojos azules muertos en el rostro de la pequeña miraban algún determinado punto del callejón, esto por alguna razón que no entendía le trajo cierta tristeza a Yoshi.

Pero no había tiempo ya que el hombre con el maletín lo atacó con su brazo, Yoshi lo tomo y lo alejo de la niña, intentó hacerlo caer pero logro liberarse y volvió a atacar, Yoshi esquivaba un golpe tras otro, lanzó un golpe pero el hombre se apartó y golpeó el maletín, se alejó y vio a su enemigo revisando si el contenido se encontraba bien. Eso podría utilizarlo de ventaja.

En sus ataques intentaba dar al maletín, pero el hombre se interponía recibiendo los golpes. Yoshi logro dar una patada al maletín el hombre trastabillo y cayó sobre sus compañeros; ante el impacto el maletín se abrió y su contenido voló por los aires.

Era una especie de cilindro que contenía un líquido verdoso y aqua, en sus extremos habían unas extrañas piezas de metal; al contemplarlo era como si el tiempo se detuviese, podías ver con detalle las vueltas que daba, de manera elegante casi graciosa, Yoshi lo miraba inmóvil.

- No -se escuchó un pequeño susurro. Yoshi miró a la derecha, al parecer la niña se había levantado en silencio y puesto a su lado.

La caída del contenedor parecía durar siglos. Yoshi logro dar un paso hacia atrás, pero piso la cola de una rata que en defensa lo mordió, se limitó a dejar salir un gruñido y volteó su vista de nuevo al contenedor, este parecía había acelerado su marcha, ya estaba muy cerca del suelo, se estrelló con el tradicional ruido de vidrios rotos y el líquido cayó sobre él, el pequeño felino y la niña.

Sintió que la piel le quemaba, le ardía, tenía las ganas de arrancársela y alejarse lo más pronto posible, pero no pudo. Dio unos pasos sin darse cuenta que la tapa de un alcantarilla no estaba, fue directo hacia ella y cayó a la gran oscuridad que reinaba abajo. El suelo bajo el comenzó a temblar y a dar vueltas y sin más perdió la conciencia.

En la superficie, la niña contemplo la escena sin mover un musculo, al ver caer al hombre se acercó a la alcantarilla y observó el interior y vio al hombre inconsciente en la oscuridad. No sabía qué hacer.

No podía irse, tenía a sus mascotas, así que con mucha dificultad logro bajar con un solo brazo ya que con el otro cargaba la pecera, logró llegar pero casi cae. Ya en el suelo vio hacia arriba a su gatita mirándola, dejo en el suelo la pecera y extendió los brazos hacia arriba invitándola a saltar, esta hizo caso y cayó en sus brazos.

-¡Ay Scarlett! no sabes el susto que mediste allá arriba - decía abrazando a su mascota.

La dejo en el suelo y tomo de nuevo la pecera, sabía que Scarlett la seguiría; dio un par de pasos y se encontró con el hombre que había intentado ayudarla.

Su rostro era otro, parecía que hubieran tomado su nariz y boca para alargarlos, de entre su pantalón y su camisa salía lo que parecía ser una cola, la imagen le daba la impresión de que hubieran unido al hombre con una rata. Imposible. Solo era un juego, su mente siempre le hacía juegos, unos más crueles que otros, por lo cual no le tuvo miedo. Se acercó a él y colocó la pecera a su lado.

No se había dado cuenta hasta ese momento que las pequeñas tortugas se movían de forma extraña, pero no sabía porque. Lo único que quería en ese momento era alejarse, como lo había hecho antes.

Siguió uno de los largos pasadizos de las alcantarillas. No podía volver a la superficie por donde había venido por temor a que los hombres estuvieran aun ahí. Pero ¿A quién le importaba si volvía? Ya no quedaba nadie que se preocupara de ella.

-¿Sabes quiénes eran? - le preguntó una voz que ella muy bien conocía

-No -le respondió de forma cortante. A pesar de su edad era una niña muy inteligente. Lamentablemente su acompañante también

- No te da curiosidad - Le dijo con un tono de superioridad. La niña dudo ante la pregunta - saber porqué de toda esa gente te llevaron a ti, podríamos investigar si lo deseas.

- Si, admito que tengo cierta curiosidad, pero a eso hombres ya los hemos visto antes.

Su querida hermana, tan real para ella como las personas que alguna vez pasaron a su lado, pero cada vez que preguntaba a alguien si también podían verla se alejaban y más de alguna le había dicho loca.

De pronto todo le comenzó a oscurecerse, sus piernas se doblaron y cayó boca arriba, el mundo le daba vueltas, intento moverse pero no pudo, no podía ver con claridad, sintió como sus fuerzas la abandonaban.

Sin poder luchar, se dejo llevar a la oscuridad.

Bien, hasta aquí con este capitulo, si tienen alguna pregunta no duden en hacerla.

Espero sus review sean buenos o malos

Se despide

Sara Hamato