Como veran... de una idea...a veces me salen varias particiones u otras historias deribadas de un mismo comienzo... por lo que tienen muchas similitudes. Igualmente espero que disfruten leerlas.
¿Puedes calmar este dolor que siento en mi pecho? De mil y una formas posibles me has herido esta noche, y una de esas heridas es porque el destino mismo ha decidido separarnos.
Capitulo I
¿El fin?
-.Chicos celebren de lo lindo, porque mañana Numero 5 dejara a los KND CON ORGULLO.- agrego una joven morena de unos pronto 13 años, mientras bailaba a todo dar en su fiesta de despedida.
Un evento lleno de emociones mezcladas y sentimientos a flor de piel, como no estarlo, perderían pronto a un valeroso aliado, que probablemente se convertiría pronto en un molesto enemigo. Era el destino de la mayoría de los cadetes de-comisionados, y obviamente de los no de-comisionados, el atacar a la organización que tanto se esforzaron de proteger siendo unos chicos.
Aquí todos intentaban divertirse, como muestra de respeto hacia Abigail Lincon, quien parecía disfrutar el evento, como no, intentaba verle el lado amable a las cosas, pero aun así, podía notarse en su rostro la mascara de felicidad que porta para ocultar su tristeza, al menos ante los ojos de su muy pronto antiguo líder, Nigel Uno.
El le miraba fijamente desde las escaleras, alejado de la música y el movimiento, observando fijamente a las parejas que allí disfrutaban de una u otra manera el momento.
Había notado que al cumplir los 11 años, Kuki se estaba desarrollando a paso veloz, en más de una forma, logrando que poco a poco su relación con Wally mejorase irremediablemente. Ahora eran extraoficialmente, novios. Pero ambos aun no estaban preparados para serlos de una manera legal, no, era demasiado formal para el gusto de los dos.
Wally ahora contaba con 11 años, dentro de unos meses cumplirá los 12, colocándolo irremediablemente en su último año como funcionario de los KND. No podía evitarlo, nadie puede evitar crecer… solo hay una manera de que tu cuerpo permanezca eternamente en un mismo numero sin avanzar en el tiempo, y a nadie le agradaba tan siquiera vislumbrar la posibilidad de tomar esa vía. A que loco le agradaría morir.
Por un momento perdió la vista de su objetivo, su mejor amiga, esa joven de piel oscura y suave voz que robaba su corazón en más de una forma.
Y fue allí que lo recordó nuevamente, hacia no unos meses que su relación con Lizzy se fue al caño desde que la casa del árbol se volvió completamente loca. Logrando acabar con las ultimas despensas de paciencia en la chica, que no soporto mas la idea de que los KND, siempre serán mas importantes en su vida que ella misma.
Desde ese entonces, el ha crecido en muchas formas, mas ameno, cariñoso con aquellos que quiere y aprecia, en especial dos chicas que corrompen su corazón con el dulce veneno del amor. Consumiéndolo con dudas, de a cual de ellas realmente ama…
Y fue allí donde vio a su segundo amor, conversando grácil junto a sus amigas al lado de la mesa de bebidas. Parecía amena y divertida por la ocasión, disfrutando el tiempo libre que esta fiesta a pesar de su significado, le otorgaba fuera de su oficina repleta de trabajos formales.
Rachel… mejor conocida como 362, líder suprema de los KND, era ahora una de las chicas más cercanas que conoce, y junto con Abigail, lograba llenar su corazón de dudas, por quien amaba realmente.
Esa noche debía hacer una decisión, de confesarle su amor a Numero 5, terminaría siendo una confesión inútil en dos sentidos, el primero es que aun siendo correspondido, en cuestión de horas Abby seria de-comisionada. Y el otro camino era impensable para el… o al menos lo era por ahora, y seria convencer a numero 5 de escapar la de-comisión, para así no perder el recuerdo de su amor.
Impensable, conociendo la rectitud propia y la de su amiga, era probable que jamás optaran por esa vía, además había que pensarlo bien, que oportunidades de que una chica mayor que el, este enamorada de alguien 1 año menor que ella.
JE, las relaciones son algo caprichoso en el ser humano, están estigmatizadas a una doctrina no escrita de cómo deben ser las parejas.
El chico siempre debe ser mayor que la chica, nunca lo contrario… No se acepta en la sociedad que una chica sea la mayor en la relación… de alguna forma es mal visto por muchos.
El chico siempre debe dar el primer paso, es tomado como una mala señal que sea la joven quien decida dar un paso adelante en la relación.
La chica, siempre debe ser mas baja que el chico… jamás lo contrario… rompería con el orden ya establecido de cómo deben ser la cosas.
Je ahora que lo examino de esta manera… se que aun hay mas razones por las que el mundo femenino rechaza esta sociedad, en todos los ángulos, una chica fuerte y decidida, que rompa los estereotipos ya enfundados, se considera una mala mujer.
Tal vez por esto Fanny odiaba en tal medida a la mayoría de los chicos, numero 86 sufría el peor trabajo de todos, Como líder del escuadrón de "purificación" se quedaba siempre sola y odiada, destinada a no tener amigos hasta que sea luego de-comisionada por crecer.
De hecho, ahora que pienso en ello, jamás la he visto en la fiesta, al parecer se encontraba en su casa descansando para la labor que pronto tendría que cumplir mañana. En fin, mas tarde intentaría darle un poco de pastel, claro luego del de-comisionamiento, ya que si llegase a ocurrírseme entregarlo antes, pensaría que es una treta para salvar a mi camarada.
Desperté unos minutos después gracias a la canción que habían colocado, curiosamente, era una canción romántica, logrando que los grupos lentamente se dispersaran y fueran formándose las parejas.
Maaron 5, parecía haberlo logrado con este trabajo, She will be love, es en mas de una forma, era una canción que te haría tomar una decisión mientras la escuchas. Y el observar a Abby mirándome fijamente mientras saluda, había logrado un efecto casi hipnótico sobre mí.
Había reunido el coraje suficiente como para acercármele una última vez, y confesar mi amor aunque sea en vano, no deseaba perder la oportunidad.
Me levante de las escaleras y lentamente camine hacia donde le había visto por ultima vez, pero un mar de niños bailando la suave melodía me impedían el caminar mas rápido.
En mi pecho crece un sentimiento o mejor dicho, una presión enorme, logrando que tan solo sienta un vació sobre mi corazón, siento mis latidos fuertemente en mi garganta, mientras mis venas saltan a su ritmo. Por fin escucho su voz, y acelero el paso un poco mas, supero la muchedumbre inquieto, temeroso y asustado, pero al fin puedo verla… lastima que no en la forma que yo esperaba.
Allí frente a mi, se encontraba la razón por la que mi cuerpo se tambaleo completamente, mi corazón parecía detenerse, dándome la leve ilusión de que todo estaba en cámara lenta, mis manos temblaban descontroladas, y por mis mejillas pude sentir el tibio roce de mis lagrimas. Gracias a Dios aun uso mis lentes, que ocultan mi humor ante la pareja que veo frente a mí.
De alguna forma sabia que esto estaba ocurriendo, pero iluso me negaba a admitir la verdad, pero ahora mas claro no podía ser, frente a mi estaba la prueba máxima, un momento que creí jamás llegaría. El primer beso de Abby con Hoagie. Fue corto, pero ambos parecían disfrutarlo, se separaron casi de inmediato al percibir mi presencia, Abby dio un pequeño respingo al notar mis mejillas siendo invadidas por lágrimas.
De alguna manera podía fingir lo suficiente como para, gritarles de alegría, que ya era hora de que hubiesen confesado sus sentimientos mutuamente. Abby no parecía creérselo, lo sabía por su mirada, algo en ella se sentía decepcionada por su elección. Me acerque a ella, calmando su pronta pregunta, -. Tranquila, solo estoy emotivo por que pronto te marchas… créeme estoy (sob) muy feliz…- no se de donde saque las fuerzas para controlarme, y entregarle un sonrisa a ambos, junto con mi aprobación. Estreche la mano de mi compañero mientras les confesaba, debía encontrarme con alguien cerca de la mesa de bebidas.
Abby me miro fijamente, yo esquive su mirada por un segundo y creo ella lo noto, por lo que decidí separarme de ellos cuanto antes, Numero 2 le invito a bailar, y ella con una gran sonrisa en su rostro decidió aceptar su invitación.
Mis piernas me fallaban a medida que me alejaba del lugar, por alguna razón necesitaba refugiarme en los brazos de alguien en quien confiaba, y en estos momentos la única que se encuentra libre es Rachel… camine medio camino cuando una pareja choco conmigo, me di la vuelta para disculparme por irrumpir en su baile cuando para mi sorpresa me encuentro con la mismísima Rachel, mirándome preocupada desde los brazos de otro chico. Para ser exactos con numero 671, director de la división de tácticas y entrenamiento en la base lunar, Steven Smithson. Ambos se veían preocupados por la forma en como los miraba, realmente esto si no me lo esperaba. -.Oh numero 1, se que es sorprendente que yo tenga vida social, y mas aun un novio, pero no es para tanto.- comento inocente la rubia mientras miraba como mi rostro cambiaba prácticamente de color ante la situación, lastima que no había acertado en la razón por la que mi rostro se volvía rojo con rapidez.
-. ¡Oh! discúlpame Ra… Digo 362, señor, jejeje es que me tomaste desprevenido, pueden… proseguir, yo tengo que irme a mi casa para buscar algunas cosas, si… algunas cosas jaja.- mi tono no era para nada convincente, Pero gracias a Dios y a Maaron 5, por llamar la atención de la pareja.
Antes de que se dieran cuenta, ya me había escabullido por entre la multitud, saliendo como un rayo de la casa del árbol, no pude evitar tropezar en la puerta, cayendo como un saco de papas en el suelo.
No tenía fuerzas para levantarme, mis manos temblaban horrorizadas, mientras mi corazón no paraba de latir con fuerza en mi pecho.
No podía creer lo que estaba ocurriendo, había perdido a las dos chicas que tanto apreciaba en una sola noche, y al mismo tiempo. No sabía porque estaba siendo castigado de esta manera, pero realmente lo único que me cruzo por la cabeza era vengarme… SI… VENGARME, y fue allí que no pude soportar el llanto.
Llore por unas dos horas sobre el suelo, gracias al cielo esa ridícula idea de venganza se fue junto con las lagrimas, ahora solo quedaba el malestar, la vergüenza, la autocompasión, Dios, eran las 2:45 AM, y lo que estaba a punto de hacer se salía de toda escala posible en lo que a locuras se refiere.
Nuevamente subí a la fiesta, aunque esta vez todo estaba calmado y en silencio, inesperadamente de fiesta, esto se había transformado en pillamada, con la mayoría del los chicos dormidos unos con otros.
Mientras subía a mi cuarto, intentaba no buscar a las chicas con mi mirada, aun cuando mi corazón me imploraba buscarlas, quizás el muy tonto no había recibido suficiente dolor por hoy, al entrar en mi cuarto, encendí las luces y busque lápiz y papel… redactando una carta. Era lo menos que podía hacer, y en mi cabeza de alguna forma era la única manera en la cual podía olvidar todo este dolor.
Salí con calma de mi habitación, camine silente hasta que una chica me dio el susto de mi vida, Kuki, tomaba mi hombro preocupada por mi, no era normal que anduviese a estas horas por la casa del árbol.
-. ¿Qué sucede numero 1, no puedes dormir? O acaso hay una misión por cumplir si es así iré a.- tape su boca antes de que terminara la frase, tenia que inventar algo bueno para convencerla.
-. No tranquila, solo iré a entregar esta carta, no tienes porque buscar a los demás, yo solo puedo encargarme de todo.- solté sus labios para alejarme un poco de ella, sabía que lo más probable es que tenía que ir al baño, por el continuo danzar en sus pies.
Pero ella parecía poder leerme por completo, por lo que decidí usar un poco de psicología con ella.
-. Si no te apuras alguien mas va a tomar el baño he.- con la sola mención de la palabra ella se sobresalto, tenia razón, una de las desventajas de estar en una fiesta era que los baños casi siempre estaban eternamente ocupados. No tardo en correr hacia el suyo propio, esperando que por ser su cuarto, nadie más haya tomado el atrevimiento de usarlo.
Sonreí ante la escena, Kuki de alguna u otra forma siempre se encargaba de mantener una sonrisa en el grupo.
El camino hasta mi destino se me hizo largo y penoso, parecía que aun no me había sacado del sistema este terrible dolor. Por lo que mi decisión no estaba del todo equivocada.
A pesar de la hora, y de que a sabiendas no saldría ileso de esto, lance una pequeña piedra a la ventana de mi visita. Debido a su entrenamiento no tardo en responder a la señal, lanzando un ataque frontal en contra de mi humanidad.
-. MALDICION, TIENES IDEA DE QUE HORA ES, QUE DEMONIOS HACES AQUÍ NUMERO 1, MAS TE VALE TENGAS UNA BUENA EXCUSA.- tuve que reunir coraje para alzar mi mano y darle la carta, sabia que esta chica no tenia buen humor, pero al parecer cuando no duerme es mas aterradora todavía.
Ella me arrebato la carta bruscamente, leyéndola y simplemente sonriendo ante lo que estaba allí escrito.
-. ¿Que clase de tonta crees que soy? .- argumento mientras me tomaba del cuello de mi camiseta, amenazando con golpearme por lo que ella consideraba una broma.
-.No es una broma, en realidad quiero que me de-comisionases, los motivos no tienes porque saberlos, solo has tu trabajo 86.- Al parecer estas no fueron la mejor elección de palabras para enfrentarme a esta jovencita, que sin esperar a que terminara, golpeo mi rostro con todas sus fuerzas.
Mis lentes salieron volando por el aire, descubriendo mis ojos vidriosos de tanto llorar, ella me miro con lastima, mientras se burlaba de lo que ella creía era la razón de mi condición.
-.Así que el gran numero 1, no soporta la idea de perder a Abigail Lincon, pero que galán, enamorado de un adolescente, no podía esperar menos de alguien como tu.- Sabia que esto no era una buena idea, ella siempre tendía a lanzarme indirectas para molestarme, disfrutaba sacando de quicio a los chicos, pero este no era el momento apropiado para ello, por lo que me arroje sobre ella, olvidando todos mis modales, y golpeando su rostro como si fuese cualquier otro chico.
Ella no tardo en responder, golpeándome en mi estomago, yo la sujete firmemente por los hombros arrastrándola conmigo al suelo, allí ninguno de los dos cedía terreno, ni se apartaba del otro, luchábamos como iguales, hasta que el cansancio nos consumió.
Sin desearlo estaba sobre ella mirándola a pocos centímetros de su rostro, ella me miraba enojada por llorar en toda la pelea, -. Sabia que eras un llorica pero esto es el colmo.- argumento molesta mientras yo empañaba su rostro con mis lágrimas.
Ella guardo silencio mientras me escuchaba llorar, sin desearlo, había descargado toda mi furia sobre ella, y ahora solo me quedaba el dolor, algo que parece no puede irse fácilmente.
-.MALDICION SE QUE ESTAS ENAMORADO… PERO.- No se que fue lo que ocurrió en ese instante, cuando abrí mis ojos, su rostro estaba ligeramente iluminado por la luz del amanecer naciente.
Ella simplemente guardo silencio mientras observaba la misma situación con el mío, tal vez la lucha nos volvió extremadamente sensibles, me separe de ella ligeramente para recibir un abrazo de su parte. Al parecer sabía por lo que estaba pasando, más que nadie más, ya que ella tenía que De-comisionar a todos sus conocidos.
Guarde silencio mientras por alguna razón, ambos sollozábamos en silencio, ya no nos quedaban fuerzas para luchar, solo nuestros sentimientos a flor de piel. Nos alejamos un poco al ver que estuvimos mucho tiempo unidos el uno al otro. Ella miro el reloj y se levanto lentamente, dentro de poco tiempo tenería que ir a la base para los preparativos.
Yo me levante enojado conmigo mismo, había atacado a un camarada en un momento de flaqueo, realmente merecía ser de-comisionado. Le mire al rostro directamente, guardando silencio al verle mas detalladamente.
Por alguna razón que desconocí, mi corazón dio un salto, y junto a ella me acerque lentamente. Al final aun sin creerlo, cuando el sol estaba ya casi por salir, yo Nigel Uno… estaba besando a Fanny… mejor conocida como numero 86.
Nos separamos de inmediato al escuchar el primer sonido suburbano, señal de que todos estaban despertando para seguir su rutina diaria. No podíamos creer aun que esto había sucedido, simplemente guardamos silencio y cada uno tomo su camino.
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Estaba nervioso y adolorido, en estos momentos estoy sentado en la mesa junto a número 5, que me mira incrédula ante mi condición. No pude evitar recordar lo ocurrido esta mañana al llegar de la casa de Fanny.
-. NIGEL, NUMERO 5 QUIERE SABER PORQUE ESTAS EN TAN MAL ESTADO.- al escuchar su voz no pude evitar saltar del susto, me había capturado entrando a mi habitación hecho un desastre.
-. Es que…caminaba dormido y… me caí por las escaleras… jeje.- sabia que no podía mentirle a mi mejor amiga. Pero tenia que intentarlo al menos.
Ella me miro fijamente, mientras se quitaba la gorra para mirarme mejor a los ojos, -. Nigel… tenemos que hablar, en serio… antes de que numero 5 olvide todo acerca de esto.- mire su rostro por un instante, pensé en negarme, pero ella tenia razón, pronto olvidaría toda esta situación así que no había nada de malo conversar una ultima vez antes de que "eso" ocurra.
Ambos nos sentamos en el balcón de la casa del árbol, ya había amanecido por lo que era probable todos estuviesen a estas alturas prontos a despertar. Ella trataba mis heridas con gentileza mientras yo simplemente intentaba no mirarle a la cara… aun estando con ella no podía dejar de recordar lo que paso hace una hora, y como la misma escena había estado repitiéndose en mi cabeza una y otra vez.
Ella alzo mi rostro violentamente, le desagradaba que estuviese cabizbajo, no era yo mismo, fue allí cuando noto mi sonrojo. Por lo que soltó mi rostro casi de inmediato, yo volví bajar mi rostro mientras ella se alejaba dos pasos de mí.
-. Nigel… ¿hay algo que quieras decirme?- comento en voz baja mientras ocultaba su rostro del mío. Era extraño en ella. Y yo no tuve el valor de decirle lo que pensaba… Corrí el riesgo y decidí crear una convincente mentira, probablemente si comentaba algo, terminaríamos cometiendo una locura, e hiriendo en el proceso a un amigo.
-. ¡No Abby! no lo creo, ya todo esta dicho… solo queda esperar lo inevitable.- ella volteo bruscamente hacia mi, y pude notarlo, en sus ojos pude leer que deseaba decirme, me imploraba perdonarla, incluso me pedía gritar a los cuatro vientos una afirmación para corresponder su sentimiento, pero en mi corazón solo podía imaginarme a numero 2 sufriendo el mismo martirio que anoche había y aun estoy sufriendo.
-. Abby, por favor, se lo que deseas escuchar, pero no podemos traicionar a Hoagie de esta manera.- agregue con lagrimas en mis ojos, después de todo, aun con este dolor deseaba gritarle lo mas fuerte que podía lo que sentía por ella. -. Yo solo lamento no haber tenido el valor de decirlo mucho antes…. Mucho antes de que esto ocurriera.- ella guardo silencio, sus ojos se humedecieron y me abrazo por un corto plazo.
Se separo de mi y se fue corriendo del lugar, sabia lo que había hecho, a pesar de todo, le había respondido lo que tanto deseaba. Al final solo pude decirle lo que sentía cuando teníamos que separarnos.
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Ella soplo las velas, y un silencio fúnebre lleno el lugar, sumado a los sonoros llantos de Kuki, que debilitaban aun más el ambiente, no podíamos soportarlo mas… sobretodo yo.
No pude evitar derramar mis lágrimas cuando ella me observo fijamente, sonrió alegre mientras gritaba a los cuatro vientos…. KIDS NEXT DOOR FOREVER… corriendo a la maquina sin mirar atrás.
Flaquee e intente detenerla, pero fue allí que observe el rostro de 86, ella me miraba de medio lado, mientras me veía llorar a duras penas, quizás ahora entendía el porque deseaba ser de-comisionado. Me volví a sentar cuando la luz se hizo brillante y de la cámara emergía una gran cantidad de humo de blancuzco color.
Sonreí por lo que había ocurrido, ya no había vuelta atrás, me dirigí a la cámara solo para ver como Abigail emergía usando un mp3 al igual que Maurice… era lógico… amaba la música por sobretodas las cosas. Me pregunto como saldría yo después de entrar, pero 86 me detuvo en seco, asustándome en el acto.
-. Acompáñala hasta su casa.- comento mientras apagaba la maquina a su cargo, dándome una pequeña sonrisa mientras se dirigía en la dirección opuesta.
Obedecí, regresándole la sonrisa, al final simplemente lleve a Abigail a su casa, en todo el camino no hizo mas que ignorarme… Por alguna razón me miraba de vez en cuando, preguntaba porque lloraba.
Yo solo respondía que era la emoción del momento, y me volvía a ignorar… al final fue recibida muy a mi pesar por Cree… que saltaba de alegría y burla ante mi depresión. Era obvio que había estado esperando a este momento y por mucho tiempo, por lo que me separo rápidamente de ella.
Me hirió aun mas que Abigail miro con indiferencia el maltrato… simplemente ignoro las burlas de su hermana para conmigo y entro en la casa. Me fui de allí de inmediato, sino Cree lo pagaría seriamente.
Al llegar a la base lunar me dirigí directamente a la oficina de 86, era hora de que hablásemos seriamente de lo que había ocurrido en su casa.
Continuara…
