Unos avisos aclaratorios ANTES DE QUE SIGAN LEYENDO:

Cuando empecé a escribir esta historia, yo todavía no había visto todos los episodios de la serie TMNT 2012… por lo tanto este fanfic no concuerda con muchas cosas de la trama de la serie ;(

Y ésas cosas son:

Karai todavía no entró en razón sobre quién es su verdadero padre y sigue del lado de Destructor.

Leatherhead no se perdió en la dimensión X durante el episodio "TCRI" y ahora vive con las tortugas en la alcantarilla.

Abril y Casey son oficialmente novios.

Temporalmente, ésta historia se ubica tiempo después del episodio "WORMQUAKE!"… justo después de que a TigerClaw se lo comiera una babosa gigante extraterrestre.

¿Siguen ahí después de todas éstas condiciones? O.o

Genial! Entonces sean bienvenidos y espero que les guste ^/^

Capítulo 1

_ ¡Maldito seas! ¡Acabaré contigo! _rugió Leo a pesar de estar acorralado.

Su hermano Raphael estaba inconsciente, sepultado debajo de una pila de escombros y ladrillos. Donatello y LH habían desaparecido...

Y Mickey… el pobre de Mickey…

_ ¡Atrás…! ¡TOMA ESTO! _gritó Leonardo, embistiendo contra la ardilla mutante con sus brillantes y afiladas katanas.

La monstruosa criatura atrapó el arma entre sus fauces y las quebró con los dientes, ante la mirada atónita de Leo; luego le propinó un golpe que lo hizo estrellarse contra la pared del fondo.

Leo aterrizó sobre un charco de agua sucia de alcantarilla, mientras la ardilla mutante se acercaba otra vez a él para darle el golpe final…

"Mickey… Perdóname Mickey…" fue el último pensamiento de Leo al ver a su rival mutante acercándose a él.

"Perdóname hermanito… Te fallé… Les fallé a todos…"

_ ¡BOYAKASHAAAAA! _Mickey apareció de la nada para darle una buena patada a la horrible criatura_ ¿Me extrañaste ardillita?

Leatherhead apareció detrás de él, llevando a un desmayado Donatello sobre los hombros. Luego de dejar a al muchacho en el suelo, se abalanzó rugiendo ferozmente sobre la ardilla mutante.

Como el cocodrilo no tardó mucho en poner la situación bajo control, Mickey fue a socorrer a su hermano mayor:

_ ¡Leo! ¡¿Cómo te encuentras…?! _quiso saber el menor, levantando a su hermano del piso.

Leonardo no podía creerlo… ¡Mickey estaba bien!

_ ¡Hermanito…! _el ojiazul lo atrapó entre sus brazos y lo estrechó con las pocas fuerzas que le quedaban_ ¡Estás bien! ¡Estás a salvo…!

Michelangelo se sonrojó un poco ante esa muestra de amor tan repentina y aparentemente fuera de contexto…

Pero aun así sonrió:

_ Sí, estoy bien, gracias Leo… _el menor le dio unas palmaditas en el hombro.

_ ¿Pero cómo es posible? Yo vi como ésa ardilla gigante te devoraba… _Leo aún no podía quitarse ésa horrible imagen de la cabeza_ Lo vi con mis propios ojos…

_ Pues sí, la reina ardilla-mutante me comió… pero logré escapar. _Mickey hizo una mueca de asco_ No quiero entrar en detalles…

Leonardo aún se encontraba un poco pasmado. En su mente no paraba de reprocharse el no haber podido proteger a Mickey… y de repente su más pequeño, dulce y más frágil hermano le salvaba el pellejo.

Sin embargo Mickey interpretó la mirada atónita de Leo como un pedido de explicaciones:

_ Lo sé. Es de locos que esas cosas hayan sobrevivido aquí abajo y se hayan reproducido hasta poblar toda la alcantarilla… _Mickey le alcanzó una de sus espadas_ ¡Pero no te preocupes! ¡LH y yo controlamos la situación y matamos a la ardilla reina mutante! ¡Así que no habrá más problemas con ellas!

Antes de que Leo pudiese procesar del todo lo que su hermano menor le estaba narrando, Raphael salió de debajo de los escombros:

_ Eso es genial, Mickey, pero… ¿¡Qué tal si me ayudan a salir de aquí quieren…?! _se quejó al ver que nadie movía un dedo para sacarlo de allí.

Michelangelo se aseguró de que Leo pudiera mantenerse en pie antes de ir con Raph;

_ Tranquilo, Raphie. Tu caparazón y tu cabeza son tan duros como los ladrillos que te aplastaron… _se burló_ ¡Así que no veo por qué estás tan impaciente!

El considerable tamaño de Leatherhead le permitió acabar con la ardilla en poco tiempo… y regresar junto a Mickey y sus hermanos:

_ ¡Bien hecho amigo mío! _el menor de los hermanos le obsequió un gran abrazo_ Gracias por tu ayuda, Leatherhead… ¡Eres genial!

_ No fue nada… _respondió LH con su voz rasposa y gutural_ ¿Quieres que cargue a Donatello de regreso…?

Raphael se le adelantó y tomó a su inconsciente hermano en brazos antes que el cocodrilo;

_ Será mejor que yo lo cargue… _declaró_ Donatello ya tuvo bastantes emociones por hoy como para que también lo sujetes por la cara…

Mickey frunció el ceño ante la actitud de su hermano:

_ ¡LH ya no hace eso! ¡No tienes por qué tratarlo así y menos luego de que nos ayudara a vencer a las ardillas! _le gritó, pero Raph ya pasaba de él y se alejaba.

_ Mickey… _LH le tocó un hombro_ No importa…

_ ¡Sí importa…! ¡No es justo que Rapha te trate así! _protestó Michelangelo.

_ Les llevará tiempo a tus hermanos confiar de nuevo en mí… _murmuró el cocodrilo_ Por ahora me basta con saber que tú sí confías…

Mickey iba a protestar algo más, pero entonces se oyeron los quejidos de dolor de Leonardo…

_ Hmnnf… Bien… Hablaré con él después… _se resignó_ Ahora iré a ayudar a Leo…

El ojiazul estaba muy herido. Enfrentar solo a una horda de ardillas asesinas le había costado una terrible herida en la pierna y apenas podía mantenerse en pie.

Mickey ayudó a su hermano a subir a los hombros del cocodrilo aunque éste se resistiera al principio;

_ Confía en mí, Leo. _le pidió el menor_ No puedes caminar por ahora… Permite que LH te lleve de regreso, por favor…

Leo suspiró, y por primera vez el hermano mayor obedeció al hermano más pequeño;

_ Vámonos a casa, entonces… _aprobó el mayor, sonriendo dulcemente a su joven hermano.

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Más tarde en el laboratorio de Donatello…

La tortuga con la bandana púrpura abrió los ojos lentamente…

_ ¿En dónde… estoy…? _murmuró Donatello entrecerrando los ojos_ ¡Las ardillas! ¡LAS ARDILLAS MUTANTES ESTÁN….!

Michelangelo le dio un gran abrazo, junto con algunas palmaditas en la cabeza:

_ Tranquilo, D… Ya estás a salvo en casa… _le informó, manteniéndolo entre sus brazos.

_ ¿Qué pasó…? _Donatello aún estaba exaltado_ Ésas cosas casi nos devoran a los cuatro…

_ Sí, lo sé… ¡Fue una locura! ¡Pero LH nos ayudó y le pateamos el trasero a esas cosas!

Mickey le relató la versión corta de los hechos a su hermano, que aún no podía creer que su atolondrado hermano menor hubiera salvado el día:

_ Entonces… Tú nos salvaste a todos… _concluyó el más alto, bajando de la camilla donde lo había dejado Raphael.

_ No sería la primera vez… _declaró el de ojos claros, haciéndose el ofendido_ ¡No sé por qué a todos le cuesta tanto creer que puedo salvar el día de vez en cuando…!

Donatello se apresuró a abrazarlo, antes de que siguiera quejándose:

_ Muchas gracias, Mickey… _Donnie le besó la frente cariñosamente_ ¡Eres mi héroe!

Mickey se sonrojó ligeramente, pero correspondió el abrazo que su hermano le daba con el mismo entusiasmo:

_ Me alegra que estés despierto, D… Me asusté mucho cuando esa ardilla te noqueó… _confesó.

_ Hehe… Bueno, ya podemos estar tranquilos…

_ Y ahora que LH probó que es de los buenos, ¡se quedará a vivir con nosotros por más tiempo! _celebró la tortuga con pecas.

Pero a Donatello no le hacía gracia lo que acababa de escuchar…

_ Mickeeeeey…

_ ¡Lo sé! ¡Lo sé! ¡Tengo que hablarlo primero con Splinter! _rió el más joven_ En fin, ahora que estás despierto… ¿Te importaría revisarme esto?

Michelangelo levantó el brazo derecho y le enseñó a Donnie su codo, rodeado de piel roja e inflamada:

_ Creo que tengo urticaria en donde me mordió esa ardilla…

Donatello lo soltó y se apartó con una mueca de asco;

_ E-eso parece… _luego de recuperarse de la impresión, tomó su bracito entre sus manos y lo examinó más de cerca_ No luce bien… Creo que tendré que ponerte una inyección…

Mickey tragó saliva al verlo tomar una jeringa del botiquín. Cuando se acercó otra vez a él, trató de hacerse el valiente ofreciéndole su brazo izquierdo para el pinchazo:

_ No. Adivina… _Donnie le hizo un gesto para indicarle que se subiera a la camilla.

_ Hmnp… _Mickey se subió resignado a la camilla, y se colocó boca abajo_ Salvo el día y como recompensa obtengo una inyección en el trasero… ¿Qué no hay justicia en el mundo?

_ Ya, no seas llorón… Sólo es un piquetito… _trató de darle ánimos Donatello_ Levanta un poco las caderas. Así, muy bien…

El menor de los dos echó mano a la pequeña almohada que tenía al alcance, y la abrazó.

Aún estaba tibia por estar debajo de Donatello tanto rato… y en otros tiempos… a Mickey le hubiese gustado mucho tener en su poder algo tibio y con el olor de su hermano favorito para abrazar…

Pero en el presente, lo único que le interesaba era que el pinchazo no doliera más de la cuenta:

_ ¡Ouchie! _Mickey protestó cuando la aguja dio con el sitio equivocado_ ¡Ten cuidado!

_ Perdona, estaba distraído… _se disculpó Donnie.

_ Vaya forma de pedirle disculpas a un paciente… _refunfuñó el de la máscara anaranjada_ ¡No me dibujes una carita feliz con los pinchazos! ¿Quieres?

_ No me lo facilitas si te pones tan nervioso… _se defendió el doctor_ ¡Afloja los músculos!

_ ¡Mmmhhnp! _Mickey ocultó su sonrojada cara en la almohada y emitió un gruñido de mortificación.

Cuando vio que su paciente estaba dispuesto a cooperar otra vez, Donatello volvió a concentrarse en su tarea… o algo así…

La verdad era que la inyección podía colocarse tranquilamente en cualquiera de los dos brazos… pero el mayor había preferido tener el redondo traserito de Mickey en primer plano y al alcance de las manos…

"Soy un pervertido…" admitió para sí mismo el mayor, disfrutando en grande la dulce visión de su hermanito "ofreciéndole" su trasero…

_ Aquí voy… _le anunció tomando su colita inquieta entre los dedos para apartarla_ Procura relajarte…

Mickey no contestó, y sólo emitió un sollozo bajito cuando Donatello lo pinchó otra vez, ésta vez acertando el lugar.

_ Ya está… ¿No fue tan terrible o sí? _Donnie le acarició un poco su colita, la cual aún mantenía entre sus dedos.

_ No… pero aun así dolió… _insistió el menor tratando de levantarse_ ¡Ouch… Ouch…! ¡Duele en donde me pinchaste, Donnie!

_ Ufff… _Donatello dio vuelta los ojos y se fue a buscar un par de banditas protectoras, las cuales puso formando una "X" en el trasero de Mickey_ ¿Mejor? No me digas que no te han causado peores dolores mientras peleamos…

_ Sí, pero es distinto… _Mickey puso ojos de perrito_ Yo confiaba en ti para que no me lastimaras, D…

Donatello se sonrojó, a pesar de saber que su hermano estaba actuando como siempre…

"Es tan lindo… " Pensó mientras se inclinaba frente a él, quedando cara a cara con su hermano.

_ Pues te diré qué… ¡Te merecías ése pinchazo extra! _declaró, siguiéndole el juego del teatrito.

_ ¿Qué? ¿¡Por qué dices eso…?!

_ Porque… Porque antes de que LH llegara estábamos todo el día juntos… _confesó Donatello_ Y ahora apenas tienes tiempo para mí…

Mickey se sorprendió muchísimo al oír ésa declaración de la boca de su hermano:

_ Donnie… Lo siento mucho, de veras… _dijo_ Pero cuidar de LH es un trabajo de tiempo completo… Sabes que no puedo…

Donatello apartó la mirada, avergonzado de sí mismo.

¿Qué objeto tenía hacerle esos reclamos a Mickey?

No podía evitar cuidar de Leatherhead… tenía que hacerlo si quería que su amigo se quedara en las alcantarillas con él…

Y después de todo, a Mickey no le venía mal tener algunas responsabilidades…

_ Tienes razón, perdona. _le dijo_ A veces olvido que ya no eres el más pequeño de la casa…

_ No. Ahora el más "pequeño de la casa" es un cocodrilo gigante… _bromeó el menor_ Pero quiero lograr que todos confíen en él como yo lo hago… LH me necesita más que nunca…

_ Es cierto… ¡Oh, y respecto a eso! _Donatello fue a buscar algo de entre su pila de cosas e inventos a medio armar_ Tengo una sorpresa para ti… ¿Quieres ver para qué eran los botones que instalé por toda la casa?

Donatello sacó un brillante CD y se lo enseñó a Mickey, quien sonrió ampliamente:

_ ¡Claro que sí! _Michelangelo se levantó de un salto, ignorando su trasero dolorido_ ¡Siento como si hubiesen pasado años desde la última vez que probé alguno de tus inventos…!

_ Sientes eso porque es la pura verdad, Mickey… _le reprochó Donnie por última vez.

Los dos hermanos salieron al pasillo, donde estaba uno de los muchos botones que el mayor había instalado por toda la casa.

Luego de poner el misterioso CD en el reproductor, Donatello le permitió a Mickey hacer los honores…

_ Adelante. _lo invitó con un gesto_ Sé que te gusta presionar botones, así que…

Mickey se apresuró a pulsar el botón grande y rojo –justo como le gustaban- y comenzó a oírse música por toda la alcantarilla…

El menor de los dos reconoció la melodía:

_ ¡Es la canción favorita de Leatherhead! _exclamó con una gran sonrisa.

_ Así es… Leí por ahí que la música calma a las fieras… _comentó el intelectual, pero al ver que Mickey le dedicaba una mirada de reproche se retractó_ ¡No quiero decir que LH sea una fiera…!

_ Ajá, claro…

_ Esto es solo por si pierde el control alguna vez y quieres calmarlo sin usar la fuerza… _se explicó_ ¿Si me entiendes, verdad?

_ Claro que sí… _Mickey dejó la cara de reproche y volvió a presionar el botón para detener la música_ Sabes… Cuidar de Leatherhead me ha dado mucho en que pensar…

_ ¿Sobre qué?

_ Sobre lo mucho que se esfuerza Leo para mantenernos a raya a los tres… ¡No tenía idea de lo difícil que es! ¡Ni de cuantos problemas puedes tener si haces mal las cosas! _dijo el menor_ Creo que… le debo a Leonardo una gran disculpa por todas las veces que no lo obedecí y nos puse en riesgo a todos…

Donatello sonrió y le acarició la cabeza:

_ ¿Qué es lo gracioso? _quiso saber Mickey_ ¡Estoy hablando 100% en serio!

_ Es que… es raro oírte hablar así… _admitió el más alto_ ¡Te oyes tan adulto y como que no combina con el resto de tu imagen!

_ ¡Argh! _Michelangelo levantó los brazos al cielo en un gesto teatral_ ¡Nadie en ésta casa me toma en serio!

_ ¡Porque te la pasas haciendo payasadas…! _se burló Donatello_ Pero de todas formas, creo que Leo apreciaría que le dijeras lo que piensas… lo hará sentir muy bien.

_ Sí… ¡Lo haré! ¡Se lo diré! _prometió el menor_ Pero tendré que esperar a que salga de meditar… y eso lleva un rato.

_ Tal vez podrías ir a ver a tú bebé y averiguar qué otras canciones le gustan… _sugirió Donatello en tono de broma.

_ ¡Eso es! Averiguaré los gustos musicales de LH y le prepararé un CD de mezclados tan genial…. ¡que nunca querrá irse de las alcantarillas! _aseguró dando saltitos_ ¡Eres el mejor de los mejores, Donnie!

Quiso darle un abrazo a Donatello, pero tomó demasiado impulso y ambos se chocaron las cabezas por accidente. Comenzaron a reír y luego de un rato el mayor le tomó la cara entre las manos y besó su frente con dulzura…

_ ¡Nos vemos después, Donnie! _se despidió el menor para después salir corriendo a contarle del invento a su amigo Leatherhead.

Donatello lo observó alejarse. Aún sonreía cuando Mickey dobló en una esquina y desapareció de su vista… pero ese estado de bienestar no le duró mucho.

_ Oye, mi trasero también está herido… _la burlona voz de Raphael se oyó a sus espaldas_ ¿Por qué no me lo besas?

El más intelectual de los dos emitió un pesado suspiro y puso su mejor cara de fastidio:

_ ¿Te digo algo? Creo que desperdicias tu sarcasmo conmigo… _comentó en un tono áspero_ Si lo usaras contra el Shredder lo harías sentir tan mal, que ya habríamos derrotado al clan del pie hace tiempo…

Raphael lo observó entrar al laboratorio. Lo siguió y se recargó contra la puerta de entrada sin quitarle la mirada de encima;

_ Y tú desperdicias tu tiempo y tu inteligencia tratando de reconquistar a Mickey… _sentenció sin mucha delicadeza.

_ No tengo idea de qué hablas… _lo ignoró el de bandana púrpura.

_ Le diste un beso en la frente y ni siquiera se mosqueó… _señaló el de bandana roja_ Yo creo que no tiene demasiado "interés amoroso" en ti…

_ ¡Para tu información, Mickey se toma a la ligera cualquier gesto de afecto porque es una persona especialmente cariñosa! ¡Con todos nosotros! _aseguró el intelectual_ No como tú, que espantas a todos a tu alrededor con ése mal carácter que tienes…

Raphael frunció el ceño y apretó los dientes. Sabía que si respondía alguna de sus groserías habituales le estaría dando la razón a Donatello:

_ Sé que no quieres escuchar lo que te estoy diciendo, pero Mickey perdió el interés en ti hace mucho... _le aseguró_ No creo que puedas volver a conquistarlo. Ya perdiste mucho tiempo yendo detrás de Abril…

"Sí, y me sirvió de mucho…" se reprochó mentalmente Donnie. Toda su adolescencia peleando por la mano de la hermosa Abril para nada… toda su recompensa fue un corazón roto.

Y Mickey había estado enamorado de él todo ese tiempo…

Qué ciego y qué tonto había sido…

Pero no quería ni tenía por qué discutir algo de esto con el testarudo de Raphael. Alguien tan tosco y rudo como él no entendía nada sobre sentimientos y menos sobre romance.

Donatello revolvió el botiquín de primeros auxilios y sacó una tableta de analgésicos:

_ Tómate dos de éstos y otro más en la mañana… _le indicó, dando por terminada la conversación.

Raph alargó la mano y tomó los medicamentos;

_ ¿A mí no me haces el numerito del "doctor pervertido"…? _preguntó con un claro tono de burla.

Donatello sintió que se le inflamaba una vena en la frente. ¡Raphael los había estado espiando!

¿Desde cuándo era tan endemoniadamente metiche…?

_ No. _respondió con frialdad_ Para ti solo tengo analgésicos y una fuerte dosis de "vete al demonio"…

Luego le cerró la puerta del laboratorio en las narices.

_ ¿¡Sí sabes que se me cayó una pared encima, o no?! _le recordó, a los gritos_ ¡Estas minúsculas cosas no van a aliviarme ni la mitad del dolor…!

_ Buenas noches, Raph. _siguió ignorándolo Donatello.

_ ¡Mnhhp! _Raphael pateó la puerta del laboratorio y luego se alejó refunfuñando.

Se tomó el par de analgésicos con resignación y luego fue a hacer algunas sesiones de levantamiento de pesas... como lo hacía cada vez que Donatello lo rechazaba.

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Al mismo tiempo en uno de los muchos bares de la ciudad de Nueva York…

La doctora Ángela Bennet entró al lugar y se sentó junto a la barra. Llevaba un abrigo que escondía la habitual bata blanca de trabajo, y el cabello recogido con un broche.

A los habituales clientes del lugar les sorprendió ver a una dama por allí, pero pronto volvieron a sus actividades… beber y jugar billar.

Ángela permaneció sentada. El cantinero le preguntó si bebería algo, y ella pidió un vaso de ron con cola;

_ Y póngale una sombrillita, si no es molestia… _le pidió al cantinero, quien se encogió de hombros y cumplió sus deseos sin protestar.

La doctora ni siquiera tocó la bebida, y el cristal comenzó a llenarse de gotitas de humedad que chorreaban sobre la servilleta cuando un extraño se sentó a su lado…

Ni siquiera se miraron a la cara, pero sin embargo él alargó el brazo y se apropió del vaso de ron para luego darle un sorbo;

_ Todavía recuerdas que me gusta el ron con cola… _se alegró Jack Kurtzman_ Y hasta pediste que le pongan una sombrillita, qué detalle tan encantador…

_ Sólo quería que me distinguieras en medio de la gente… _se explicó la doctora, levemente sonrojada con el cumplido.

_ Te hubiera reconocido de todos modos… eres la única mujer que hay por aquí. _le señaló el detective_ Y reconocería tu rizada cabellera en donde fuese, querida…

_ Basta, Jack… Te cité aquí por negocios… _la doctora se quitó los lentes y los limpió un poco con la manga de su abrigo.

Luego abrió el bolso que descansaba sobre sus rodillas y buscó algo dentro…

_ Toma. Aquí está toda la información que te prometí… _dijo, alargándole un pequeño disco a Jack_ Con esto podrás empezar a investigar…

Jack tomó el disco y lo guardó entre sus ropas:

_ ¿De qué se trata…?

_ Es de la clínica para la cual trabajo… _a Ángela comenzaron a temblarle las manos, así que las ocultó en el abrigo_ Se trata de una terapia de sueño para pacientes con insomnio, pero creo que hay algo más…

_ ¿Algo más? _quiso saber Jack_ Necesito que me digas todo lo que sabes, Ángela… para poder ayudarte.

_ Creo que están usando el dispositivo que desarrollé para inducir el sueño con otros fines… _abrevió simplemente la mujer_ Es sólo un presentimiento… tal vez esté equivocada, pero no quiero seguir con la duda un minuto más. O me volveré loca…

Jack asintió y le pasó una tarjeta de presentación. Ángela la aceptó y emitió una risita;

_ Ya tengo tu número, Jack… _le recordó_ ¿Lo olvidaste?

_ Sí, lo sé. _el detective se rascó el mentón, nervioso_ Sólo quería parecerte profesional… e importante.

Ángela guardó la tarjeta en su bolso, y le dedicó una dulce sonrisa:

_ ¿Cómo has estado Jack? _preguntó_ ¿Muchos extraterrestres que perseguir en tu vida…?

_ Muchos… y mutantes también… _sonrió Jack_ Ni te imaginas cuántos…

Ella rio, más relajada. El detective sabía que Ángela no le creía una palabra… pero aun así era refrescante admitir en voz alta que se la pasaba investigando extraterrestres y mutantes.

_ Sé que ésta clase de trabajos no son lo tuyo… todo lo que no sea paranormal o extraterrestre te aburre terriblemente.

_ No importa. Lo haré de todas formas…

_ Te pagaré.

_ De ninguna manera… Hago esto porque somos amigos, Ángela. _insistió Jack_ Así que no insistas…

Ángela le dedicó una última sonrisa y se acomodó mejor su abrigo. Se bajó del banquillo de taberna con toda la gracia que pudo y dejó un beso en la mejilla rasposa de Jack;

_ Cuídate, Jack… _le pidió_ Estaremos en contacto…

_ También tú, querida… _ se despidió el detective de pelo cano_ Ten cuidado…

La observó alejarse. El abrigo era largo pero aun así dejaba ver los delgados tobillos de la doctora subidos a los tacones de charol rojos…

Ángela estaba obsesionada con su trabajo.

Jack estaba obsesionado con espiar a los Kraang.

"Sólo somos un par de viejos locos que se encuentran de vez en cuando a pasar un buen rato…" pensó Jack, sonriendo mientras apuraba su vaso de ron.

Sacó el pequeño disco de memoria de su bolsillo y lo observó. Al parecer le esperaba un largo y aburrido trabajo sin extraterrestres ni emociones… pero todo fuera por amor.

Lo que el detective no se imaginó… era que los Kraang estaban por demás involucrados en este asunto.

::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::: CONTINUARÁ ::::::::::::::