deseos de morir
Vivia en un mundo donde la etiqueta era lo más importante que había en la sociedad, eras una persona educada con clase y dinero o no eras nada en la vida. Mis padres ya tenían asegurada mi vida, mi futuro que según ellos debía ser el mejor para que mi nombre y mi apellido quedara escrito en todas las noticias. Habían planeado ya mi casamiento con un joven de familia muy prestigiosa y yo solo apenas tenía quince años. Albert era un joven de de veintitrés años muy bien parecido y con excelentes leyes morales pero él no era el amor de mi vida.
Fueron el número infinito de veces en las que pelee con mis padre por mi boda planeada. Por fuera era una chica muy bien educada con excelentes modales y que aparentaba ser feliz rodeada de tanta tristeza y ambición. Pero por dentro gritaba, quería poder hacer todo lo que en mi vida fuera lo mejor.
—No quiero—le grite a mi madre, cuando ella intento llevarme a la fuerza a mi cita de vestuario.
Nunca antes lo había hecho así que era una completa grosería.
—No seas insolente—me abofeteo la cara y caí de bruces sobre el suelo mojado de la bañera— Albert es un chico muy educado y tu próximo marido..
—…pero yo no lo amo—enfatice tratando de que lea en mis labios la verdad.
Ella no dijo palabra alguna así que me levante tome mi ropa y me dirigí a mi gran y vacía habitación, ni en ese lugar me sentía de lo mas cómoda. Desde pequeña supe que yo no había nacido para ser de esa clase social. Tal vez solo tal vez había nacido en la época equivocada con padre equivocados.
Mi madre como muy a menudo lo hacía me encerró en mi habitación y es por eso que odia ese lugar. Mi largo vestido abultado no me permitía respirar, me lo retire y me quede en ropas menores, la ventana no se podía abrir porque aun tenia las rejas puestas, cuando era chiquita intente salir por la ventana, y casi muero porque no había medido la distancia entre mi ventana y el suelo. Mi padre decidió poner rejas porque en el futuro quisiera hacer lo mismo.
Me sentía tan pesada y tan llena de pesadez, me casaría dentro de dos días y si no quería amarrar mi vida a un hombre que no quería lo mejor que podía hacer era morir.
Y eso era lo que quería hacer en esos momentos. Pero no lo podía hacer ahí ya que hasta muerte me haría casar con Albert y ni en la tumba sería feliz. Tendría que de alguna manera alejarme de ese mundo agobiante,. Tenía una cuchilla de haceros en mi cómoda, y empecé a forcejear nuevamente contra esa rejas tontas que habían en i ventana, ya lo había hecho antes y estas estaban a punto de ceder, y con mi desesperado intento de querer acabar con mi vida estas cederían fácilmente.
La barra de concreto se desprendió fácilmente y dejo un hueco entra cada barra, nunca fui demasiado gruesa para no pasar por ese pequeño y estrecho espacio. Respire con alivio al ver una nueva manera de salir del mundo pero estaba decidida, a acabar con mi vida porque no podría respirar fácilmente si dejaba que todo continuase.
Saque la cabeza y experimente un sensación de desilusión cuando vi la distancia que tenía al suelo, no me mataría lo suficiente.
Salí sin mirar que clase de vida dejaba atrás, escale la pared mientras pequeños pedazos de la tela de mis pantaletas largas quedaban sujetas al contorno de la malla de enredadera. El aire era frio pero no tanto como hubiera deseado para morirme de hipotermia o algo.
Cuando ya toque suelo no lo pensé mas y corrí tenía mis pies descalzos, no estaría muy lejos de llegar al borde del puente que dejaba abajo un gran rio profundo, cuando ya llegue caí en la cuenta que la gran oscuridad hacia que el agua pareciera negra y sin fondo, como una gran callejuela con brillantes destellos de estrellas. Subí el barandal del puente, no había nadie cerca, la calle estaba vacía y juzgar por el cielo pronto llovería.
Quería dejar todo atrás, las ganas de gritar se acumulaban mas a medida que mientras mas deseaba la muerte mas quería saltar. El estomago me volvió a doler, hace mucho tiempo ya que experimento estos dolores tan horribles, como si me acuchillaran por dentro.
—No lo hagas—me dijo una voz, era dulce grave, la voz de un chico.
Me asuste al verlo bajo la tenue luz de la luna, su piel pálida resplandecía con pequeños brillante y sus ojos eran de un rojos muy intenso, su belleza palidecía a cualquier clase social.
—porque no —le rete con la voz rota.
El sonrió ante mi reacción pero seguía a muy poco distancia mía. Alzo su mano en señal de que quería recogerme entre sus brazos para que no saltara.
—solo no lo hagas—me suplico con los brazos aun extendidos. Camino despacio hasta quedar al borde del puente y miro el agua negra—además no creo que el agua te vaya a matar.
Le fulmine con la mirada y trataba de hacer que sus palabras no despegaran mi punto de concentración
—A juzgar por el aire el agua no esta tan fría como para cumplir tu cometido. —me explico con la sonrisa centelleante en su rostro. —ven—extendió su mano ahora más cerca que antes…
No le hice caso y trate de controlar los temblores de mis hombros y el dolor punzante de mi estomago.
—le importaría.
—vale, me voy solo no espero a que esto salga mal. Acompáñeme.
Mis pies tanteaban el suelo asfaltado con la piel fría, el aire acariciaba suavemente mi rostro y el olor de su piel me mareaba aun mas. Tal vez era por lo desorientada que me encontraba pero él me parecía el ser más bello.
Volvió a estirar su mano insistente, pero yo ya estaba a punto de saltar.
De seguro han de pensar que es muy fofo y eso pero asi cominezan simepre mis historias despues se ponen interesantes! espero les guste y sigan la vida de Edlish... ;D asi que espero poder tener el otro capitulo pra el miercoles pero si puedo mas antes lo hare! dejn reviews jajajaja...
PD: si dejan mas de 13 reviews publico el 2 capitulo antes! (maky;D)
