Historia original de Happymode.
N.T: Como verán he decidido traducir este maravilloso fic KoreaXChina, pareja a la cual amo y no pierdo la esperanza de encontrar a más fans. Debido a que el tiempo no está de mi parte no podré subir el segundo capítulo muy pronto, pero sería de mucha ayuda contar con su ayuda y comentarios. Es mi primera traducción y como ya saben Hetalia ni esta historia me pertenecen.
N.A: He estado pensando en esta historia por un rato, pero nunca tuve el tiempo de empezarla. Será corta, máximo cuatro capítulos, creo…. Por favor, review. Necesito saber si están interesados en esto o no. Gracias :)
Yao siempre pensó que era demasiado viejo como para esperar que las guerras terminaran fácilmente. Ha visto la muerte, ha sentido el dolor en sus huesos, ha sido traicionado, ha ganado y perdido tantas veces que la esperanza que esta locura terminaría se había desvanecido gota a gota, en cada lágrima que derramó.
Pero, no obstante, se maldice a sí mismo por ser sólo una nación, pero también un humano, y hay algo dentro de él, una voz que le dice que mantenga la esperanza. Yao la ha tenido desde entonces, incluso si es poca, cuando de nuevo comenzaban las noticias de una guerra haciendo romper su corazón.
Yao piensa una vez más que es demasiado viejo para creer.
Todavía tiene esperanza.
Y Yao entonces espera que la guerra pudiera finalmente terminar, tras todo el dolor y la sangre, que todos pudieran entenderse. Que tras un tiempo de sanación, reirían juntos de nuevo, molestándose y fastidiándose el uno al otro, reuniones internacionales en las que nadie tuviera de qué preocuparse, hablándose, susurrándose, besándose…
Yao ha visto tantas cosas que piensa que soportará todo lo que venga. Pero él no puede predecir eso.
Él debería pero no lo hace. Debería haberlo sabido, se dice a sí mismo. Es la guerra después de todo.
Corea del Sur está siendo ocupada. La bandera arde. Muerte.
Im Yong Soo…
La guerra termina.
"No podemos encontrarlo, China…"
Corea del Sur tiene otro nombre, otra bandera, otro país gobierna sobre él.
"No podemos encontrarlo, China…"
Y repentinamente Im Yong Soo no está en ningún lado en que pueda ser encontrado. Él desaparece como polvo.
Yao está luchando para mantenerse lúcido cuando le llegan las noticias. Todo su cuerpo está adolorido, él está sangrando, pero todavía tiene la fuerza para preguntar si todo estaba bien. Quién había ganado, quién había perdido, ¿acaso importaba? Todos están sangrando.
"No podemos encontrarlo, China…"
La guerra termina y ya no hay más Corea del Sur.
Esto le toma años a Yao sanar, pero al final se siente mejor, también su gente comienza a andar por sí misma. El mundo parece entenderse una vez más, pero esa voz dentro de la cabeza de Yao ya no vuelve a hablarle. Está tratando de decirle algo, pero Yao no entiende su silencio.
Pasan años y Yong Soo no está en ningún lado en que pueda ser encontrado. China cree que se ha escondido en algún lado, esperando la oportunidad perfecta para reclamar lo que era suyo. China sabe que él es demasiado fuerte para desaparecer así. China lo esperaba.
Las Cumbres Mundiales comienzan de nuevo. Todos empiezan a discutir otra vez sobre tonterías y cuando alguien camina detrás de él, Yao abruptamente voltea, preparado para pelear y mantener las manos de ese alguien lejos, pero no hay nadie que se atreva a tocarlo.
"No hay nadie ahí, China-san…" dice Japón, y Yao, sin parpadear, gira hacia Kiku y dice:
"Lo sé, aru…"
Pero Japón sabe también lo que China teme.
Yao ha visto a muchas naciones desaparecer y debería sentirse aliviado, se dice a sí mismo. Para qué, no sabe. Se sienta en las Cumbres Mundiales, escucha a Alemania, América, a quien sea quien quiera hablar, y se encuentra a sí mismo preguntándose, mirando directamente a donde él se solía sentar. Pero a su derecha sólo está Japón, o Taiwán, o Rusia, o Francia, o cualquiera que no sea él y China repentinamente nota que extraña a Yong Soo.
"Lo extraño…" susurra China manteniendo la esperanza, pero Corea no aparece detrás de la puerta. China espera pero nadie exclama "¡Sabía que yo te gustaba, hermano mayor!"
Los años pasan.
Y de pronto Yao decide que es demasiado viejo como para esperar más.
