Destinos Unidos 3

"Este es el fin".

Imágenes del pasado, emociones, experiencias, todo agolpándose. Recuerdos felices y tenebrosos, la felicidad, y el peligro… la muerte al acecho.

Ojos rojos en la noche, una monstruosa figura alzándose entre la penumbra… una silueta abandonando una isla en llamas mientras un bote se acerca. Fue la última imagen que tuvimos de aquel ser tan malvado, de quien creímos no volver a saber.

Pero… estábamos equivocados…

En medio de Estados Unidos, nervioso, el general muerde ansiosamente la punta de un lápiz. Cómo, cuándo, y más importante: ¿qué había pasado en la isla RockFort? Había él leído más de un informe indicando que el sitio no estaba desierto, sino que tenía todas las características de un sector que hasta hace poco había sido habitado. Pero, ¿cómo era eso posible? ¿No había habido una alerta de radiación? ¿No estaba aquella isla abandonada, y prohibido el acceso a ella por el peligro? Nada tenía sentido, y quería dejar de pensar en las infinitas posibilidades que se le venían a la mente, algunas más coherentes que otras.

Simplemente, era incapaz de hacerlo. El asunto había sido grave, y tanto él como un gran número de empleados militares pudieron haber perdido su empleo, o tanto peor, pues ninguno de los "grandes jefes" se explicaba cómo había tecnología tan avanzada en la isla… y que ningún humano hubiese estado en ella… habían interrogado al marine Vargas, mas él sólo sostuvo que fue "maniatado y mantenido como rehén". La otra parte no la creyó nadie: "Fueron perros, señor, perros… esos que dicen ¡guau! Y comen comida que huele muy mal". La declaración en sí parecía un chiste… pero, en medio de este asunto tan loco, incluso eso podría tener un poco de verdad, según creía el general.

Soldado.-¡Señor, nos acercamos a la base! -exclamó el conductor, sacando al general de sus cavilaciones.-

General.-Gracias Norm… descanse. –ordenó una vez se hubo detenido el vehículo, bajando de un salto.- Bien, señores… -miró de reojo al grupo tanto de soldados como de científicos que habían venido a recibirle.- ¿Cuál es el daño?

Científico.-Viendo que nadie iba a contestar, se preparó.- Señor… yo… hay algo que tiene que ver… -le salió apenas la voz, en un hilillo ahogado y agudo.-

General.-Retirado del complejo, ¿verdad? –examinó con la mirada al hombre. Era joven, no tendría más de 24 años. "Y eso es oportuno" pensó el General, pues mientras más joven, más crédulo se era, al menos así lo consideraba él. Después de todo, la respuesta al incidente podría ser la más increíble. –No me respondas, muchacho… sólo llévame allá.

Científico.-Sorprendido, asintió con la cabeza rápidamente, sin girar sólo para no darle la espalda a su interlocutor.- Sígame, es por aquí… -giró sobre sí mismo ahora sí, y comenzó una rápida caminata hacia la entrada de la base, con paso irregular y nervioso. El General volvió a sumirse en sus pensamientos.- Hemos investigado e investigado, y aún no sabemos qué es… pensamos… que no fue construido por alguien de este país. –murmuró pensativo el joven, tecleando algo en el panel junto a las gruesas puertas blindadas.- Pues no es tecnología que conozca nadie… -volvió a girarse, sin notar ni él ni el General que estaba hablándole. Este se estrelló con el muchacho, quien dio un paso atrás, sumamente confundido. Lo interrogó tanto con la mirada como con la voz.- ¿Está usted bien, señor?...

General.-Eh, sí, sí, tranquilo muchacho… necesito algo de beber… un té o algo así. –asintió con la cabeza, avergonzado del estrellón.-

Mientras tanto, a lo lejos sobre una colina, una imponente figura cubierta por un manto roto, negro como la noche y ondulante como el viento, observaba lo que sucedía. Había recorrido una gran distancia para llegar hasta allí, pero sin duda todo iba… según lo planeado. Un soldado lo avistó, sin embargo no supo reconocer lo que era. No tuvo tiempo pues la figura, con un rápido movimiento, se esfumó.

Soldado.-Oye Mike… ¿viste eso? –señaló con su rifle la dirección.-

Mike.-No hombre, ¿qué era? ¿Una ardilla? –rió suavemente, mas su buen humor no lo compartió su compañero. Se encontraban en un sector oculto y altamente restringido… una figura con ese tamaño tan grande seguramente pertenecía a un humano. "Algún fisgón, o un espía" pensó.- Tiene que haber sido un tipo que anda fisgoneando… iré a revisar, ¿vale? –Mike hizo un gesto de asentimiento, y siguió en su lugar.-

Soldado.-Avanzó hasta la reja, electrificada, y echó un vistazo rápido. Definitivamente era el sitio donde vio aquella figura, sin embargo ya no estaba allí. No podía haberse escondido… no en un plano tan abierto como una meseta de tierra. Se rascó la cabeza.- ¿Dónde te metiste, viejo?... –"Quizá fue un fantasma"… ¡Qué va! Un fantasma no andaría en una base militar… ¿para qué lo haría?- Ni idea. –se halló hablando solo tras decir algo ininteligible.- Mejor vuelvo ya… y dejo de hablar solo. –sonrió con debilidad, llegando junto a su compañero nuevamente. Ya habían pasado unos minutos desde que el General había entrado.-

Mike.-¿Volviste tan pronto? ¿Encontraste al ninja? –se burló, riendo nuevamente.- Vamos Dale, estás demasiado paranoico hoy.

Dale.-Jeje eso dirás tú… a algunos nos gusta hacer bien nuestro trabajo. –sonrió y no le dio tiempo a su compañero de responder, pues con rapidez se aproximó a la pared, recargándose contra ella. Bajo la luz de un foco, se podía apreciar bien su fisonomía: Alto, de cabello rubio y ojos marrones, de 45 años, era bastante bien parecido, y aparentaba menos edad.- Eso me recuerda… me debes un café, viejo, perdiste nuestra apuesta. –sonrió.-

Mike.-Y que lo digas… quién iba a pensar que tu equipo iba a ganar… con lo malos que son. –sonrió al mismo tiempo que Dale, sólo que este cambió su expresión a una de molestia, con una pronunciada mueca de la boca.- Oh vamos… no es para que te pongas así…

…Y de súbito, ambos oyeron algo metálico acercándose… golpeando la cerca que delimitaba el ingreso al sector… se voltearon, poniendo sus armas en alto listas para el fuego… un rugido los descolocó a ambos.

El mal estaba de vuelta una vez más.

Científico.-…Y por eso aún no tenemos información de qué es o cómo funciona. –le señaló al General un curioso artefacto: de forma esférica, de aproximadamente un metro de largo, alto y ancho, tenía un led con una tenue luz azulina, que parpadeaba intermitentemente.- Pensamos que es un tipo de recipiente, pero aún no ha llegado la autorización para abrirlo… así que estamos atascados con esto aquí.

General.-Contempló pensativo el misterioso artefacto, rascándose el mentón. No era como nada que hubiera visto antes… y eso era mucho considerando cuántas cosas había tenido oportunidad de conocer aquel hombre.- No me da buena espina… ¿desde cuándo aparecen estas cosas en islas abandonadas?... Y ya que estamos… ¿desde cuándo hay bombas que estallan solas en un complejo que nadie ha habitado en tres años?... Es absurdo…

Científico.-Señor, si me permite… -se aclaró la garganta, carraspeando.- Quizá… haya sido un tipo de intervención terrorista…

No pudo seguir hablando pues las luces del cuarto súbitamente se tornaron de un color rojo profundo, acompañadas de una prolongada alarma… una que nunca antes había tenido que ser utilizada en la base… una alarma de intrusión… de violación de perímetro.

Científico.-¿Qué rayos?... –miró a sus colegas, los que simplemente avanzaron con un nudo en la garganta, hacia el artefacto. Estaba conectado a varios cables que lo sostenían en su lugar, en el aire.- ¿Desde cuándo falla así el sistema?...

Pero no era una falla, sin duda. El General lo sabía, y por un instante deseó no haber asistido a la base justo esa noche. Ahora le quedaba claro que eran terroristas de algún grupo internacional, que habían vuelto por su "juguetito". Y sin embargo, a pesar de la convicción con que esa idea llegó a su mente, estaba muy equivocado… pues al otro lado, en la entrada, Mike y Dale corrían tras el intruso… sólo que se movía tan rápido, que apenas podía verse.

Dale.-¡Maldito! ¡Ven aquí! –"No dispares aún… aún no puedes" pensó, mientras atrás de él Mike tomaba su radio dando la alerta. Puso el rifle en posición de fuego, pues ya el intruso había cruzado el sector A-2, pasando a ser oficialmente una amenaza para la seguridad e integridad de los trabajadores y todo visitante en sí. Le era difícil correr con el rifle en posición, pero no tenía opción. Un solo segundo de descanso podía significar que se le fuera el tiro… y es que la imponente figura que atravesaba pasillos enteros en un parpadear de ojos, era el primer intruso que había tenido la base en toda su historia. Era un peligro mayor, aún cuando no le hubieran identificado todavía.- ¡Mike! ¡Mike, cúbreme! –se lanzó a correr tan rápido como podía, ya sin importarle apuntar… alcanzaría al sujeto y lo tumbaría… así incluso se ahorraría el tener que disparar contra él.- ¿Y esos refuerzos?... –Mike no pudo responder pues apenas podía seguir tras de su compañero a su ritmo… aunque no fue necesaria respuesta alguna: Al doblar una esquina, vio a tres de sus amigos correr en dirección contraria a él. Habían atrapado al intruso, que ahora se había convertido de pronto en una masa negra, difusa… "¡¿Qué tipo de camuflaje es este?! ¡Apenas puedo ver esa cosa!"- ¡Hey! ¡Alto!

X.-La figura se detuvo, mas esa no fue la sorpresa más grande… sino que… ¿estaba viendo bien?... No era humano… o no lo parecía… de gran tamaño, cubierto por una especie de capa negra, se mantenía de pie pero en una posición extraña… como inclinada… ¿acaso podría ser… un lobo?... ¿En serio, un lobo?... un gruñido áspero se oyó…

Dale.-Pero qué demonios es eso… -le apuntó, cuando aquella cosa giró la cabeza… tenía pelaje… era como un lobo, pero muy grande. Algo le cubría parte del rostro, mas Dale no pudo identificar qué era. Sintió miedo. A diferencia de él mismo, su dedo no dudó, y jaló el gatillo… mas no acertó… antes de que pudiera darse cuenta, el intruso se había "desvanecido" de su vista… uno de sus compañeros cayó al piso al otro lado del pasillo, gritando. La bala lo había alcanzado, al parecer en un pie… pero, ¡¿cómo?! ¡Era imposible! -¡Derek!

Uno de los dos soldados restantes se giró sobre sí mismo, como si lo hubieran sujetado con una correa… azotándose su rostro contra la pared de metal… cayó inconsciente, soltando su arma. El último de los tres refuerzos, dio un alarido de terror y sorpresa… interrumpido de súbito por una "nube negrusca" que se vio por un segundo sobre su rostro, impactándolo de algún modo… perdió pie y cayó atrás, no inconsciente, pero en estado de shock.

Dale permaneció temblando. ¿Qué había sucedido hace un segundo?... Dirigió la mirada hacia el final del pasillo… y al forzar un poco la vista, pudo ver finalmente al causante: Un lobo... ya no era una creencia, ahora estaba seguro de ello… un lobo más alto que la mitad de una persona cualquiera… sus garras brillaban con la luz del techo, y contempló horrorizado el soldado cómo aquel anormal can ponía una pata sobre la cabeza de su compañero choqueado. Era tan grande como su rostro, y el filo de sus garras se podía notar desde lejos… otra vez, ¿qué sucedía? ¿Estaba soñando?... No tuvo tiempo de pensar pues tan pronto como vio a su compañero en peligro (¿de qué?) ya estaba corriendo nuevamente… su dedo jaló el gatillo una vez hubo llegado junto a él, sin embargo no hubo disparo.

Como en cámara lenta, vio con horror cómo su arma se cortaba en dos, un perfecto corte diagonal… quedó con poco más que la mitad del mango en la mano… mientras la pólvora se derramaba en el piso, rebotando el sector restante del rifle. Quedó alelado, soltando el mango como con resignación.

Dale.-Tragó saliva, notando cómo un ojo rojizo y horrible se clavaba en él a través de las dioptrías negras. Aquella cosa, estaba mirándole. Ya no era un sueño… no era una fantasía ni una pesadilla… estaba de pie, siendo observado por… ¿por qué?... No lo sabía… pero aquel ojo sembró el terror en él… un escalofrío recorrió su espalda mientras murmuraba.- ¿Q-Qué… qué eres tú?...

X.-Sólo emitió un gutural gruñido, aplastando la cabeza del soldado. No lo mató, pero la presión sin duda le había dejado profundamente inconsciente, tal como a los otros dos. Prácticamente, pareció decir algo… o eso le pareció a Dale… aunque sólo hubiese oído un gruñido. Y tras esa extraña respuesta, cargó contra el último soldado restante, propinándole tal tacleada que este incluso llegó a sentir como si sus costillas se hubieran hundido por un segundo… desplomándose de espaldas, con grandes dificultades para respirar.-

X P.O.V.

X.-Miré al humano, que aún con el golpe seguía con sus ojos sobre mí. Trataba de levantarse, pero era inútil. No lo iba a conseguir por sí mismo, al menos hasta dentro de unas horas.- Considérate afortunado… -me volteé y seguí mi camino, avanzando entre los otros tres soldados. Revisé con la mirada a los caídos, mas ninguno era de los que necesitaba. "Habrá que causar más alboroto entonces." Tomé el rifle de uno de los caídos y apoyé la culata en mi hombro, abriendo fuego reiteradas veces. Era sólo cuestión de tiempo para que llegaran otros y con mejor armamento. Ellos mismos habrían de conducirse a su aniquilación, sin saberlo.-

Soldado.-¡Es aquí, formación defensiva! –exclamó un soldado de voz aguda y chillona. Observé su sombra proyectarse en el rincón del pasillo, justo donde estaba la vuelta de este.- Tirar a matar… ¿entendido?

Tan pronto como apareció, con su arma en alto, arrojé el rifle que sostenía con mi pata hacia su rodilla, la que crujió un segundo, estando el hombre al siguiente en el piso, gritando. Me acerqué a él, sosteniendo con dos dedos el arma de fuego con la que me apuntaba. Estaba pálido. Presioné la pistola con leve fuerza, retorciendo el cañón, esparciendo la pólvora en el piso. Luego, noqueé al sujeto usando la misma culata del arma, golpeándolo dos veces en el rostro.

X.-A matar… por suerte para ti, no valen mi tiempo para eso. –arrojé el arma, al mismo tiempo que dos soldados más llegaban. Uno de ellos, cargaba armamento más pesado: Una escopeta de calibre grueso, y varias granadas en el cinturón. Divisé de inmediato la explosiva, soltando al otro hombre.-

Soldado 2.-Miró estupefacto a su compañero, temblando.- ¿L-Lo… lo hizo esa cosa?...

Soldado 3.-Sí… hay que matarle ya… -alzó la escopeta, mas antes de que pudiera abrir fuego, ya su compañero había caído. Le rompí ambas piernas de una patada, aunque sin matarlo.- Oh no… -nervioso, tanteó con sus dedos el cinturón, buscando una granada. Rápidamente, salté contra él, tacleándolo, dejándolo tirado de espaldas… trató de arrastrarse para alcanzar el cuchillo de su compañero, aún gritando… lo dejé hacerlo, pero quitándole el cinturón con las granadas. Me sería útil, en un minuto.- C-Canalla… te voy a matar… ghh…

X.-Sin darle importancia alguna al hombre herido, conté mentalmente. "Seis… cinco… cuatro… tres… dos… uno-

Una alarma ululó a lo largo de la base. Doblé la esquina sin demora, viendo al final del pasillo una enorme entrada metálica redonda, la que estaba siendo sellada por una gruesa compuerta doble. Antes del cierre, pude notar dentro la mirada de un hombre aterrado.

X.-Temen a lo que no pueden comprender ni enfrentar… tal como siempre. –salté en el aire, pateando un muro del pasillo para tomar altura. Esquivé la estocada que el soldado pretendía darme en el cuello con suma facilidad, prediciendo lo que haría. Al verme sobre él, miró hacia arriba, incrédulo. Simplemente caí con una pata directo sobre su cabeza, golpeándolo con tal fuerza que el casco verde oscuro que portaba se hizo pedazos, desplomándose como un enorme muñeco de trapo, sangrante. De todos modos, un humano en sí no era tanto más útil que uno de esos muñecos. -Por tu bien, espera que te atiendan pronto. –me enfrenté a la compuerta, avanzando hacia ella con paso lento y seguro. Todo había salido como lo había planeado.- Bien… un último paso… y la cuenta regresiva comenzará. –me levanté sobre las patas traseras… y, con fuerza, empuñé una de las delanteras. –Ya es hora…

Narrador P.O.V.

General.-¿Y resistirá?... Juraría que vi algo del otro lado… -murmuró inspeccionando con la mirada al científico en jefe que había venido para explicarme qué demonios habíamos encontrado en la isla. El tipo simplemente le devolvió la mirada, sin responder por un momento. Impaciente, dio un paso hacia él, y sólo entonces contestó, aclarándose la garganta.-

Científico.-Resistirá, general, usted no se preocupe por eso. Ya alerté a los escuadrones de defensa, y vienen en camino. Será cosa de tiempo para que lleguen y acaben con los intrusos. –A pesar de su tono de voz firme y seguro, el general notó un atisbo de vacilación en sus ojos. Era de esos típicos sujetos de bata blanca y anteojos grandes, preocupados de examinar hasta el último milímetro de lo que fuera que les llegara entre las manos… uno de esos típicos sujetos que podrían estar en medio de una guerra, y aún querer preocuparse de cosas sin importancia.-

General.-No entiendes lo que sucede aquí… dime, ¿cuántas veces ha pasado esto? ¿Cuántas veces ha habido una violación de perímetro tan grave? ¿Eh? –notó su rostro enrojecer, sintiendo un fuerte calor por la ira que comenzaba a llenarlo.-

Científico.-Miró a su interlocutor con una calma impresionante e irritante, sonriendo.- Varias veces. Es más común de lo que cree, general… y confíe en mí cuando le digo que aquí sabemos lo que hacemos.

General.-Pues claro, me da mucha confianza el que me llamen para mostrarme esta… esta… cosa… sin saber bien qué es… ¿y qué tal si es radiactivo? Podríamos estar todos envenenados ya… -el científico negó con la mano, sonriendo.-

Científico.-Es protocolo, señor… no traeríamos a alguien aquí si esto fuese peligroso.

General.-Quizá el dispositivo ese no lo sea, pero, ¿y ellos? –señaló la compuerta… y como para apoyar su afirmación, se oyeron varios disparos desde el otro lado. Cesaron abruptamente, dando paso a gritos de dolor… los que con una rapidez casi igual a la que hizo desaparecer los disparos, los gritos dejaron de oírse.- Creo… que tuvimos que sacar esta cosa cuando pudimos…

El científico, que había conservado una calma sobrenatural, estaba ahora sentado en el piso, pálido. Los gritos del otro lado no vaticinaban nada bueno, sin duda… y eso hasta él lo sabía. Estaban acorralados. Eso supuso pues nadie le dijo que había otra salida, y de haber sido así, ya todos habrían sido evacuados.

Simplemente traguó saliva, quitándose la gorra. Los guardias de seguridad que se hallaban en el sitio se agruparon, apuntando a la puerta. Lentamente, llegó a sus oídos el sonido de metal cortándose… como si fuera raspado y retorcido luego.

General.-No se van a llevar esta cosa tan fácil… terroristas inmundos… -apretó los dientes, esperando que de súbito volaran la compuerta… pero, en vez de eso, vio… ¿realmente… estaba viendo bien?... Vio cómo algo penetraba la compuerta… abriendo un agujero en ella… y no parecía humano… más bien, la pata de algún animal era lo que se asomaba… o, al menos eso parecía. -¿Pero, qué rayos?...

La cosa aquella de pronto fue cubierta de balas por parte de los guardias, cuya habilidad con las armas no pareció muy efectiva… pues, la pata seguía allí… retirándose con lentitud, dejando un hueco en la compuerta, no muy grande. ¿Qué estaba pasando?... ¿Acaso estarían disfrazados aquellos terroristas?, se preguntó el general, preocupado.

Pero no hubo tiempo de pensar. Aún sin salir de su asombro, vio algo pequeño y redondo caer dentro de la sala repentinamente… rodando hasta quedar a unos metros de él. ¿Podría ser…?

Guardia.-¡AL SUELO! –exclamó, lanzándose contra el general, cayendo ambos fuertemente de costado. Iba a levantarse, cuando detonó. Era nada más y nada menos que una granada… la que de algún modo, había conseguido llegar a la base que proveía energía al artefacto rescatado de la isla. La explosión fue brutal, pues al haber aterrizado justo allí, volaron trozos de metal y cables quemados por doquier, prendiendo en llamas las prendas del guardia. Al parecer estaba inconsciente, por lo que actuando lo más rápido que podía, sacudió su chaqueta con la mano, apagando el fuego, antes de que se propagara.-

General.-Tosió, intentando levantarse. No podía, y es que notó que un trozo de metal había herido su pierna, no profundamente, pero lo suficiente para que no pudiera apoyarla.- Maldición… agh… -se arrastró hacia la máquina, que colgaba ahora de dos gruesos cables, despidiendo chispas.- Sobre… mi cadáver…

Y entonces, la compuerta voló en pedazos… la silueta se acercó entre las llamas… borrosa. El general oía aquel típico pitido que aparecía tras haber estado expuesto a una explosión a un ruido fuerte a poca distancia. Estiró su mano hacia ella… como intentando detenerla. Notó entre el humo, lo que parecía una… no… dos luces rojas… aproximándose. Dejó su mano caer sobre el arma del otro guardia, que se lamentaba tirado unos dos metros más allá. Iba a levantarla, cuando sentí los huesos de su mano doler como nunca… casi como si fuesen a estallar en cualquier segundo.

Las luces rojas se clavaron en él… y entonces vio… que su mano la presionaba una pata… con garras afiladas y enormes… no podía moverla.

General.-Tragué saliva, "por última vez"… -¿Q-Qué… eres tú?... –tosí… sintiendo la alarma contra incendios accionarse… empapándome levemente.-

X.-Simplemente, y con un rápido movimiento, dejó caer frente a él algo… una especie de papel, con algo escrito. Luego, se acercó al dispositivo que aún chispeaba, oscilando la capa con la que se cubría-

Con sus últimas fuerzas, levantó el papel. "Soy el futuro". Sólo esas tres palabras. Esta vez levantó la mirada… viendo a aquella cosa "teclear" algo en el dispositivo… en él, aparecieron varios números… iniciando una cuenta atrás. Eran días. Días, ¿para qué? El general no lo sabía, y estaba ya tan débil que apenas podía mantenerse consciente. Aquel ser frente a él, finalmente dijo algo… mas el hombre sólo oyó una especie de murmuro mezclado con un ladrido.

X.-Ya es hora de que vuelvan a temer…

Esbozó una siniestra sonrisa en las sombras que ocultaban su rostro. Y con un rápido y seguro movimiento, arrancó el dispositivo de sus soportes… sumiéndolo todo en la oscuridad.

-Al día siguiente. Los Ángeles, 17:00 PM.-

La luz del sol ya bañaba toda la ciudad, y así era desde hace un buen rato… pues era la hora en que todo el mundo quiere pasear en el parque, llevar a sus mascotas, y estar con amigos, sin miedo a que el implacable sol pudiera arruinar los planes para pasarlo bien.

Y claro, así era también para cierto grupo de animales que se divertía a lo grande, jugando cerca de un pequeño bosque.

Corrían, saltaban, ladraban (y maullaban) con alegría, gozando del día cálido que los acompañaba, y de la brisa que prevenía un descanso por mucho calor. Eran lo que podría llamarse "héroes", pues en cierto modo, habían prevenido que el mundo cayera en caos en el pasado, ya dos veces. Y a pesar de sus grandes aventuras y vivencias, los malos recuerdos comenzaban a quedar atrás una vez más, dejando espacio para la felicidad y la tranquilidad para llenar sus corazones. Y todos ellos, la aceptaban con gran alegría.

En especial, cierto Pastor Suizo, cierta gatita aventurera, y cierto hámster rechoncho y divertido. Sólo faltaba el pequeño que llenaba las vidas del Pastor y la gatita, Scott, quien no se encontraba con ellos por estar durmiendo en casa.

Bolt P.O.V.

Bolt.-Vaya, suponía que eras más rápida, Mittens. –dije con una sonrisa, corriendo con el pañito rojo en el hocico. Mittens corría tras de mí, intentando darme alcance.-

Mittens.-¿Ah sí, cachorro? –sonrió, acelerando para ponerse junto a mí –Pues… ¡yo creía lo mismo de ti! –ágilmente, pasó por debajo de mi cuerpo con rapidez, quitándome el pañito con su cola, empezando a correr en dirección opuesta- ¿Vas a dar la vuelta al mundo, Bolty? –sonrió, corriendo más rápido aún, alejándose.-

Bolt.-Si por ti tuviera que hacerlo, sabes que yo-no pude terminar la frase. Una esbelta loba de pelaje azul y figura atractiva pasó junto a mí, pateando el piso con un saltito… lanzándome tierra al rostro.- ¡Augh! –sacudí la cabeza, escupiendo- ¡Jean!

Jean.-Oh, p-perdona Bolt… no era mi intención… -sonrió un poco avergonzada, mientras Chris corría rápidamente aprovechando la distracción que había causado, alejándose de ella.- ¡Oye! ¡Eso es trampa! –exclamó, yendo tras de él nuevamente. Reí con suavidad, volteando para ir con Mittens.-

Jugábamos un juego que a Mittens se le había ocurrido: Perseguir tu pareja. Consistía en, tal como el nombre lo decía, perseguir y atrapar a quien amábamos para quitarle un pañito que debía llevar, y al hacerlo, él o ella (en mi caso ella), nos perseguía para repetir el proceso, a la inversa. Así pues, Chris seguía a Jean, Bobby a Esmeralda, Rhino a Michelle, y yo a Mittens. Luna y Blazter usualmente no jugaban con nosotros este juego, pues él no tenía pareja, y Luna no podía traer a su novio porque era demasiado tímido para jugar con nosotros. Con suerte lo había visto una o dos veces, pero sin duda pensaba que era alguien agradable.

Bobby.-Es una suerte que haya amanecido un día tan bueno… odio cuando se nubla o llueve, apenas podemos jugar y hacer algo juntos. –se ajustó el pañuelo rojo que llevaba atado al cuello, sonriendo, mientras Esmeralda se acostaba a su lado, dándole un suave beso en el costado.-

Esmeralda.-Tú lo has dicho querido… además, agradezco mucho la brisa. Es muy refrescante, ¿no?

Rhino.-Lo es, sip… -se aproximó, jadeando un poco, con Michelle siguiéndole de cerca.-

Michelle.-Y aún con este día tan bonito no puedes escapar de mí, súper comilón. –le besó la mejilla, haciendo que el hámster se sonrojara. Mittens y yo nos miramos un momento y reímos con suavidad.-

Rhino.-¡Oye! Es… por el calor. Absorbe mis poderes. Algún día encontraré el modo de hacerme inmune… ¡y entonces caerás, mi feroz enemigo! –dio un salto, agitando el puño hacia el cielo, hacia el sol.-

Luna.-arrancó una flor del piso, sonriente, mirándola con detención.-Pues, quizá deberías esperar a que sea más tarde, y oscurezca un poco…

Chris.-llegó corriendo junto a nosotros, al parecer Jean sí lo había atrapado después de todo. Noté extrañado que no traía sus anteojos.-No podrías ganarle al sol, Rhino, tendrías que viajar casi 149.600.000 kilómetros de distancia… y además, el núcleo está a casi quince millones de grados centígrados… te sugiero que lleves mucho bloqueador y un par de anteojos oscuros…

Michelle.-Bueno, en verdad no te verías nada mal un poco más bronceado, guapo. –lo codeó suavemente, sonriendo. Él la correspondió y le dio un fugaz beso en los labios.-

Bolt.-abracé a Mittens con una pata, observando que ya no jugábamos, y nuestros amigos habían conformado ya un círculo para poder conversar.-Aún así es mucho calor, Rhino, quizás deberías buscar otro modo.

Chris.-Ejem, técnicamente no estás aplicando bien el término, Bolt… -se sentó, aclarándose la garganta.-

Mittens.-Oh no… aquí vamos de nuevo. –suspiró, girando los ojos y acurrucándose en mí.-

Chris.-Temperatura es una magnitud escalar relacionada con la energía interna de un sistema termodinámico, Bolt, mientras que calor es la transferencia de energía térmica de un cuerpo a otro. Además –Jean lo abrazó, interrumpiéndolo.-

Jean.-Besó su oreja, frotando su mejilla contra la de él.-Ya amor, entendimos a lo que te refieres… -lamió su mejilla, haciéndolo sonrojarse mucho… mientras, con lentitud, le colocó sus anteojos, que al parecer le había quitado al atraparlo. -Además no pareces un cerebrito sin tus gafas.

Chris.-Jeje, gracias por… ¿el cumplido? –nos miró. Mittens se encogió de hombros. Yo simplemente la seguí, imitando el gesto.-

Rhino.-Bueno, bueno, como sea… no iré a pelear con él así como así… obviamente iré de noche. Soy brillante, ¿no creen? –puso sus patas en su estómago, riendo.-

Michelle.-Suspiró.-Es tan triste…

Miramos a Rhino, y sólo para fastidiarlo un poco, negamos con la cabeza.

Rhino.-Hey, no me miren así… -se sentó, rascándose la cabeza, avergonzado.-

Bolt.-Tranquilo amigo, algún día podrás hacerle frente. –le guiñé un ojo, riendo.-

Rhino.-Con Bolt el Súper Perro de mi lado, ¡puedo vencer a quien sea! ¡Gracias, Bolt! –me abrazó una pata, feliz. Sonreí bastante, abrazándolo suave y levemente con mi otra pata.-

Bolt.-De nada Rhino, después de todo, para eso están los amigos.-agité con suavidad la cola, mientras Mittens se acurrucaba un poco en mi pecho, ronroneando tiernamente.-

Mittens.-Sí, y también para despertarte cantando terrible a la mitad de la noche. –tosió entrecortadamente, murmurando entre dientes.- Rhino…

Todos rieron, incluso Rhino. Tras un rato, volvió con Michelle, sentándose ambos. Así estuvimos conversando un buen rato, disfrutando de la compañía mutua, así como yo el calor de Mittens, y la suavidad de su pelaje. Besé su cabeza mientras ella frotaba la suya bajo mi mentón, ronroneando. Era feliz, sin duda alguna. Lo tenía todo, y realmente me alegraba de no haber sabido de Feuer Jr. en un buen tiempo. "Quizá se olvidó de nosotros", pienso a veces, y realmente me parece una buena opción, posible, y beneficiosa.

Chris.-Ante un chiste muy bueno de Rhino, terminó de reír tras unos segundos, luego nos miró dando un suave bostezo. –Chicos, quizá deberíamos volver ya… saben que nuestras personas vuelven en… una media hora, más o menos. –Jean bajó las orejas, dando un suave suspiro.-

Bolt.-Tienes razón… cielo… -bajé la mirada, hacia Mittens. Ella sonrió y se separó de mí con lentitud, estirándose.- ¿Qué crees tú?

Mittens.-Pienso que tenemos que volver, Bolt… -movió su cola lentamente, crujiendo un poco su cuerpo al estirarse. –Auch… r-recuerda que Penny no sabe que estamos saliendo mientras está en la escuela… ya nos hemos "perdido" varias veces, y una más no le haría ninguna gracia.

Rhino.-Suspiró.-A veces quisiera perderme más seguido… -acarició la pata de Michelle, quien sonrojada, besó su mejilla.-

Michelle.-Lo sé, mi hamstercito… pero no pueden quedarse tanto tiempo… o su dueña podría tomar medidas más drásticas con ustedes…

Chris.-Sí… Juliette ya me amenazó con ponerme correa si me vuelvo a perder… -suspiró. –Y la verdad es que prefiero verte al menos un ratito de lunes a viernes, que no verte nunca… -se giró, sosteniendo la pata de Jean con la suya, besándola suavemente. Ella asintió.-

Jean.-Sabes que pienso igual, Chris… te amo. –lo abrazó con una pata por el cuello, cerrando los ojos. Él la abrazó de igual manera, besando su frente.-

Chris.-Vendré a verte mañana a primera hora, ¿sí? –acarició su mejilla, mientras Rhino atrás de él, bailaba en círculos, cantando una canción romántica con un tono muy desafinado. Apenas logré contener la risa.-

Jean.-Sí… te quiero Chris… ha-hasta mañana. –acarició su mejilla, moviendo suavemente la cola.-

Chris era mi mejor amigo junto a Rhino, y la verdad me conmovía la forma en que llevaba su relación amorosa con Jean. Ella, por ser una loba, no podía andar por la calle, y por eso vivía en el cuartel de la S.A.F.P.A, con Esmeralda y su hermano Blazter, quien ese día se había quedado en casa. Chris y ella se veían de lunes a viernes en el horario en que sus personas trabajaban, pues tenían libre el fin de semana, y volvía a casa siempre antes de que ellas regresaran, para que no sospecharan que él salía de casa casi todos los días. Era un sistema algo sacrificado, pero podía notar en su mirada al hablar de ella, que la amaba con todo su ser… tal como yo amaba a mi gatita Mittens.

Bolt.-Bien… nos veremos mañana chicos… gracias por todo, y… bueno, nos vemos mañana. –sonreí despidiéndome mientras Bobby le decía algo a Esmeralda al oído, corriendo junto a nosotros luego.- ¿Todo bien?...

Bobby.-Sí, sí, no te preocupes… todo está bien. –sonriente asintió con la cabeza, para reafirmar su respuesta. Esmeralda, Jean, y Michelle nos observaron hasta que empezamos a descender por la colina, y luego comenzaron a retirarse también, hacia el edificio que se veía a la distancia.-Estoy tan feliz de tenerla, Bolt… es mi media naranja… y la amo… creo, que de no ser por lo que hice por Blazter, no la habría conocido. –suspiró soñadoramente, trotando junto a nosotros.-

Bolt.-Lo sé Bobby, hacen una buena pareja en verdad. –lo miré sonriendo, mientras nuestras siluetas iban haciéndose más grandes en el piso… indicando que el sol comenzaba ya a ocultarse.-

Mittens.-Igual que nosotros, Bolty. –lamió mi mejilla largamente, acariciando mi cola levemente con la suya mientras caminábamos. La atraje un poco a mí con una pata, pegando nuestras mejillas, con un ojo cerrado.-

Bolt.-Y que lo digas, Mittens… no podría tener a alguien mejor, jamás… porque tú… eres la mejor. –toqué su mejilla sonriendo, haciéndola sonrojarse. "Qué tierna se ve así" pensé alegre, avanzando con paso lento y tranquilo.-

Chris.-nos observó un momento con una sonrisa. –Me alegro que se lleven tan bien, chicos… pero, les sugiero que nos demos prisa… llevamos un poco de retraso.

Todos asentimos, acelerando un poco… lo que nos obligó a Mittens y a mí a guardar algo de distancia para no tropezar.

Rhino.-Iba dando saltitos, pensativo… cuando de pronto dijo –Oigan, ¿qué creen que pueda ser un buen regalo para Michelle?... Quisiera darle algo especial… para que me recuerde todos los días.

Chris.-Pensó un momento, mirando hacia el cielo… luego contestó. –Bueno, algo especial… podría ser algo que tú mismo hayas hecho, Rhino… como un anillo… porque muchas veces el regalo más valioso no es aquel que costó más dinero, sino el que hace de aquí. –tocó su propio pecho con un dedo.-

Todos los miramos un rato, en silencio.

Chris.-…Y sí, ya sé que soné cursi. ¿Contentos?

Mittens.-Sí. Contentos. Pero, fuera de broma, no es una mala idea Rhino… si quieres, puedo ayudarte un poco cuando lleguemos a casa.

Rhino.-¿En serio, gata?... Wow… te lo agradezco mucho, jeje.

Mittens.-Claro, descuida… pero, con una condición. –lo miró profundamente, mientras me abrazaba con suavidad.-

Rhino.-¿Una condición? ¿Qué condición? –ladeó la cabeza.-

Mittens.-Suspiró.-Por favor, deja de cantar como Bon Jovi a la mitad de la noche…

-Veinte minutos más tarde-

Bolt.-Buenas noches chicos, que descansen. –me despedí con la pata de Bobby y Chris, que sonrieron y me regresaron el gesto, entrando a su hogar por un agujero en la reja, apenas visible para quien supiera que estaba allí. Conformado por un barrote roto, al forzarlo un poco daba la impresión de estar bien, por lo que Bobby y Chris no habían tenido problemas para aparentar que no salían de casa. Yo por mi parte, usaba el mismo sistema, aunque a veces el barrote se salía por completo, y nos veíamos forzados a volver a colocarlo. No era una tarea difícil, pero sí tomaba su tiempo.-Bueno, llegamos… y creo que Penny aún no… qué bien, jeje. –besé a Mittens, abriendo un poco el barrote para que ella entrara. Rhino lo hizo, con un poco de ayuda de mi parte.-

Cruzando la reja, ya era tarea fácil entrar a casa, pues la puerta para perros siempre estaba abierta. Entramos usándola como siempre… y antes de que pudiéramos despedirnos, Rhino se había ya instalado en el sofá, para ver televisión. Su panorama favorito, de cada noche.

Bolt.-Vaya si es todo un adicto a la caja mágica, ¿verdad amor?

Mittens.-Yo creo que el término le queda… ya sabes… pequeño. –rió, besándome la mejilla.- Es como un ciclo… porque es tan redondo como él, jaja. –esta vez yo lamí su mejilla, riendo.-

Bolt.-Tienes razón en ambas cosas amor… pero, si él es feliz así, entonces tenemos que apoyarlo. –la ayudé a subir con delicadeza las escaleras. Ambos llegamos de un salto sobre la cama de Penny, listos para dormir… junto a nuestro pequeño.-

Scott estaba acurrucado, abrazando un cojín de Freddy la Ardilla que Penny tenía desde que era pequeña. Ambos lo observamos largamente, sonriendo. Estaba creciendo, pero aún era nuestro cachorrito… siempre iba a serlo. Mittens se acostó con cuidado junto a él, abrazándolo con sus patas, y besando su cabeza. Scott ronroneó suavemente, haciéndose ovillo en su pecho. Yo, sonriente, me acosté tras de Mittens, abrazándolos a ambos.

Bolt.-Creo que fue una buena idea dejarlo dormir amor… de lo contrario nosotros no habríamos podido dormir en la noche. –tosí un poco, sonrojado.-

Mittens.-Sí… jugó tanto en la mañana, que yo sabía que dormiría todo el día… si lo llevábamos a jugar más aún, habría querido jugar en la noche también…

Bolt.-Vaya si es enérgico, ¿verdad?... –besé la cabeza del pequeño, que hizo un tierno sonidito, aún dormido.-

Mittens.-O duerme todo el día, o juega todo el día… verdaderamente, tiene parte de ambos, ¿no te parece, Bolt? –se acurrucó más a mí, besando yo su cabeza.-

Bolt.-Por supuesto amor… ahora, creo que deberíamos descansar un poco… Scott despertará temprano, y querrá jugar entonces…

Mittens.-Lamió mi nariz, mirándome profundamente a los ojos. –¿Tengo que recordarte que eres tú quien juega con él en la mañana?

Bolt.-Tenías que mencionarlo, gatita tramposa… -sonreí.-

Mittens.-Siempre voy un paso adelante, Bolty… después de todo, aún eres mi cachorro loco. –cerró los ojos, bostezando con suavidad.-

Bolt.-Buenas noches, Mittens… que descanses… -besé su frente, my feliz… mientras acariciaba las patitas de nuestro hijo.-

Mittens.-Buenas noches, orejón… hasta mañana… -me besó tiernamente, cayendo profundamente dormida en mis patas.-

Bolt.-Buenas noches, Mittens… te amo. –apoyé mi cabeza sobre la de ella, sonriente.-

Mittens.-Hey, Bolt… -susurró. –Yo también te amo…

Tras oír su cálida y dulce voz por última vez, finalmente dejé el sueño llenarme… miré por la ventana la luna en todo su esplendor, brillando e iluminándonos. "Penny se atrasó hoy", me dije… mas no me detuve mucho tiempo a pensarlo. Le entregarían sus calificaciones ese día tras salir de la escuela, y seguramente su madre iba a llevarla a cenar para celebrar.

Con eso ya aclarado en mi mente, lentamente cerré los ojos, acurrucando a mi amada familia… esperando anhelante un nuevo día. Y así, sumido en el cálido lecho de quienes más me importaban, finalmente me dormí, en el mismo mundo de paz que gozaba desde hace tiempo, y que esperaba… durara para siempre.

-Chapter´s End-

Bueno amigos y lectores, este es el fin del primer capítulo de Destinos Unidos 3, que anticipo cerrará la trilogía de esta historia. Agradezco personalmente a todos quienes se dieron el tiempo de leer hasta aquí, y más aún a aquellos que han seguido esta historia desde sus inicios.
Ahora, para quienes hayan leído este capítulo y tengan dudas, lamento decirles que es lo más natural… los nombres y situaciones que puedan dejarlos confundidos, deben su procedencia a las dos partes anteriores de este fic, y, para aquellos que quieran conocer la historia completa hasta este punto, les sugiero que lean Destinos Unidos 1 y 2, para comprender bien la historia… y lo que está por venir.

Con eso dicho, se despide (y este ya es como mi sello personal n.n), deseándoles lo mejor una vez más, Xixh4n-Cris.

PD: No olviden sus reviews, por favor. Cada opinión y comentario es bienvenido para saber cómo va progresando esta historia, en sus palabras.

PD2: Un saludo cordial a mis amigos Diego, Carlo, Julio, Pablo, Milo y Alex. Gracias por todo, y espero echarle un ojo pronto a sus fics.