Terror
Hoy como todas las noches, ese monstruo espió su habitación. Siempre es puntual; 11:30 pm, ni un segundo más, ni un segundo menos.
No era que Kagome fuera una niña miedosa, si lo fuera no se enfrentaría con demonios y ni siquiera con el mismísimo InuYasha. Pero eso era más terrorífico que cualquier otra cosa.
―Quiero dormir. Vete. Quiero dormir. Vete. Quiero dormir.
¿En dónde se metería InuYasha cuando se le necesitaba? Era ya el tercer día que Kagome pasaba en su época, y ella nunca antes había deseado que InuYasha llegara por la ventana y la llevara a rastras al Sengoku como en ese momento. La Miko del futuro se ocultó bajo las mantas, con el corazón palpitando tan fuerte que pensó saldría de su pecho.
Puedes empezar a escucharlo, el cómo lo que sea que estuviera afuera de su cuarto caminaba por el pasillo lentamente; el goteo de un líquido que ella se imaginó como sangre se escuchaba a cada paso; el cómo rozaba los dedos (o garras) contra la pared.
Y de un momento a otro todo quedó en silencio.
Kagome se sentó en la cama con movimientos sumamente lentos, tratando de no hacer crujir los resortes de la cama, pero al parecer la suerte no estaba de su lado, ya que los crujidos pudieron escucharse probablemente a kilómetros de distancia.
La puerta se abrió lentamente y se pudo ver un ojo rojo en la abertura de la puerta. Kagome jadeó.
Sin tener tiempo de escapar una almohada fue tirada directamente a su cara por una Sra. Higurashi recién bañada.
― ¡¿Quién te dijo que podías dormir, Kagome Higurashi?! ¡InuYasha vendrá mañana a recogerte! ¡Ahora sigue estudiando!
― ¡Quiero dormir, mamá!
Sí, porque no hay cosa más terrorífica que las quejas de tu madre sobre el estudio.
Nyaaaaaa, ¿las engañé? :3
Na, no creo. ¿Qué les pareció este pedazo de historia que apareció en mi mente?
Ustedes díganme. Y sigan esperando más historias :3
Me despido:
YCnia ;D
Comentarios, críticas, recomendaciones, felicitaciones, tomatazos o algún consejo son bien recibidos :D
