Él me miraba con esos profundos ojos negros, tan inexpresivos como siempre, no dejaban saber lo que él pensaba, lo que él sentía, tal vez conmigo era diferente, yo si podía al menos sentir todo lo que mi hermano quería y sentía. A veces estaba seguro que lograba a leer su mente; en ese instante recordé cuando era pequeño y me la pasaba todo el tiempo con él, Itachi siempre me cuidaba, me preotegía y siempre estuve enamorado de ese amor que él me daba. Desde el día en que nos separabamos lo buscaba no por otra cosa más que su tacto, quería tocarlo, quería sentirlo de nuevo...

En este momento me siento asustado, ¿cómo es posible que aún tenga este lazo con Itachi?, siempre me lo preguntaba pero más ahora que me daba cuenta que yo lo sigo amando, nunca podría dejar de amar a mi hermano pasara lo que pasara, eso es lo que sentí en ese momento; en el momento en que vi a Itachi e intenté matarle, aunque en el fondo quería preguntarle por que me había dejado, aunque mi corazón estaba a punto de destrozarse y mis ojos estaban resistiendo las ganas de llorar; solamente los cerré por una milésima de segundo e Itachi ya estaba frente a mi, sintiendo mi muy exhaltada respiración.

-¿Qué te pasa Sasuke?-me preguntó, en su voz logré notar una lejana preocupación...

No contesté, lo único que pude sentir fueron unas manos acercarse a mi, unos brazos rodeando todo mi cuerpo, dejé de sentirme inseguro, solo, sentía el calor de Itachi rodear mi cuerpo proporcionandome una sensación de felicidad que no sentía desde hace años.

-Te extrañé-susurró Itachi, al momento en que lo escuché senti como los latidos de mi corazón se aceleraban, casi podía jurar que el corazón se me salía.

Dejé que Itachi me tocara, dejé que me viera llorar, si era con él no me importaba nada; unas gotas de agua mojaron mi rostro e Itachi se alejó de mi, estaba lloviendo. Él me miró y sonrió muy delicadamente, una sonrisa que casi no se daba a notar.

-Ita...-a punto de pronunciar su nombre él acercó sus suaves y rosados labios a los míos provocando un roce entre nuestras labios, Itachi comenzó a alejarse de mi, pero yo no lo dejé, lo jalé de los brazos y lo obligué a acercase a mi, le di un beso, no me importaron los lazos de sangre, no me importaron nuestros sexos, lo único que quería era besarlo, en ese momento sentí como el hueco de mi corazón se iba, casi como si hubiera vuelto a la vida después de haber estado muerto por muchos años.

Me separé de Itachi cuando sentí que me estaba excediendo con el beso, no quería hacer de está adicción, por que claramente sentía que Itachi era una adicción para mi, un veneno; solamente miré algo avergonzado a Itachi que me miraba con sus ojos negros.

-Itachi, te amo-le dije mientras rodeaba su cuerpo con mis brazos, sentía tranquilidad de nuevo, ese calor que extrañé por tantos años...