-¡Nooooo!
Era muy temprano, para ser exactos eran 7:00 de la mañana. El sol entraba levemente por la ventana de la habitación de Battler, la cual ahora también le pertenecía a Beato quien estaba haciendo un berrinche por no querer que Battler fuera a la casa de un amigo, lo cual era extraño teniendo en cuenta la hora.
-¡Vamos Beato, suéltame! - Battler se encontraba luchando para que Beato se soltara de su cintura también sorprendido de la fuerza tenían los pequeños brazos de ella.
-¡Muuu…no quiero! - la escena en si era bizarra, Battler parado con beato abrazada a su cintura arrastrando las rodillas en la áspera y fría alfombra roja - ¿Por qué no quieres quedarte conmigo?
-Es porque eh estado toda la semana contigo.
-Eres cruel….-Beato soltó a Battler para cruzarse de brazos y empezar a decir cualquier clase de insultos que se le vinieran a la mente, para luego empezar a llorar.
Battler al ver esto no supo muy bien qué hacer, pero aun así ya sabía con sus muchas experiencias con Beato. La brazo suavemente, una de sus manos en la pálida espalda de ella y la otra en su pequeña y curvilínea cintura.
-Vamos Beato, no llores.
-¡CALLATE CALLATE! - a pesar de estar sumamente enojada hundió su cabeza en el pecho de Battler para que el no la viera llorar.
Pasaron unos minutos, Battler haba decidido no salir ya que aun seguía abrasando a Beato en el frio piso de su habitación. A él nunca le había gustado verla llorar ni sufrir por él, el ya le había causado demasiado daño en estos últimos años. La cabecita con cabello dorado de Beatrice no se movía, tal vez se había quedado dormida, después de todo ella era muy buena para dormir por ende decidió hablarle para ver si estaba dormida.
-Beato ¿estás dormida? - hablo en un tono dulce y suave en el caso de que estuviera dormida para no despertarla.
-¿ah, que pasa Battler? - levando su cabeza para ver el rostro de Battler.
-Nada, solo quería ver si te habías quedado dormida - se extendió una torpe sonrisa en su rostro y llevo una de sus manos a las mejillas de Beato - Te vez muy linda con las mejillas sonrojadas, pero no me gusta que sea porque estas llorando, y menos que llores por mi culpa.
-Esta vez te voy a perdonar - se acerco al rostro de Batller para darle un beso en las mejillas y abrazarlo por el cuello.
-Kikiki espero entonces que me perdones muchas veces más.
Beso los dulces labios de Beato y rodeo sus brazos alrededor de ella para poder llevarla a la cama y poder hacerla suya una vez más. Sus besos fueron bajando por su largo cuello hasta llegar a los hombros para morder suavemente su blanca y perfecta piel sin hacerle daño.
-No muerdas tan fuerte - su voz era baja y entrecortada, pero lo suficientemente alta para que Battler la escuchara.
-Lo ciento.
El al escuchar los lindos gemidos de ella se preocupo de las zonas en donde ella sintiera mas placer, después de todo el en este momento solo se preocuparía de Beato. Y así continuaron toda la mañana con el sol entrando por la ventana, para luego quedar dulcemente abrazados entre las blancas sabanas.
