Holita a todos , ya se ke muchos me han escrito por mis fic, es ke la verdad el mundo me ha superado: mi trabajo, problemas familiares, falta de tiempo, otras aficiones y la falta de creatividad, que tarde o temprano, siempre asola a los creadores de fic me ha hecho atrasarme.

Pero por mientras, ya ke ya estoy que termino otro chap de "corresponsal en Fanelia", les entrego este fic de solo un capitulo, tomenlo como un bonus track que se suma al anteriormente mencionado y del cual sake una ke otra idea para crear "Corresponal...", pronto una ke otra cosilla de este fic saldra mencionado en el, podria decirse que es como un texto complementario jejejejej !.

Gracias a todos los que me escribieron rewies de los otros fanfics, les respondere cuando estos sean publicados

SENTIMIENTOS DE UN SER ALADO

Todo había pasado, cataclismo producto de la explosión de Ios energist había cesado, todo era paz, calma y silencio, ni siquiera el susurrar del viento se escuchaba, el tiempo parecía haberse detenido, así lo quería él, que el tiempo no siguiera corriendo en contra de su suerte, de que no siempre los perseguidos fueran ellos. En veces tenia ganas de no seguir peleando mas, de rendirse o de desaparecer de la faz de Gaea para nunca mas volver, pero había algo en su interior que lo obligaba a seguir con vida: la venganza, el ver derrotado a su propio hermano, verlo pagar por la destrucción de su propio reino, por la infelicidad de su gente y por su propia infelicidad y también un nuevo sentimiento que nacía dentro de él: el amor.

Nada podía hacer, su naturaleza era así, arrebatada y apasionada, insensata, lo dominaban sus instintos y no su racionalidad, tal vez ese era el defecto que más le reprochaba su padre y madre cuando pequeño.

flashback

- No Van, así no, tienes que observar mis movimientos, ves como empuño la espada.

- Sí.

- Entonces, no tienes que tomarla muy fuerte ya que al chocar tu espada con la de tu oponente, la fuerza resultante hará que rebote y acalambre tu mano.

- Pero papá, si no la tomo fuerte se me ira de las manos -decía un pequeño Van de cuatro años de edad, que miraba hacia arriba a su imponente padre el Rey de Fanelia, quien lo miraba a su vez con ternura y cierto rasgo de severidad.

- Para eso tienes que aprender a controlar tu fuerza, aprender nuevos movimientos, posturas y tantas cosas mas, que con el tiempo iras aprendiendo, cuando seas más grande mandare a buscar a Vargas, el te enseñara.

- Pero yo quiero aprender ahora papá, para así ser el general de las tropas de Fanelia y ayudarte a ti en las guerras y en las batallas -decía alegremente mientras con su pequeña espada de madera simulaba darle una estocada mortal a su padre. Gouo se agacho para acariciar su cabello y verse así mismo en los ojos de su pequeño hijo, pensaba en lo parecidos que eran, sin duda era su hijo, -si solo hubieras nacido antes... pensaba, una corazonada le decía que su hijo mayor Folken no seria un buen Rey, con eso no quería decir que era un inútil, al contrario era mucho más inteligente que él y todo su grupo de consejeros juntos, era un hombre de aprender; de estudiar, de leer, de investigar, mas que un samurai como todos querían que fuese; no era malo con la espada, incluso un par de veces le gano en los entrenamientos, pero no tenia ese "algo" que Van había heredado y que en Folken no parecía hacerse presente.

- Eres demasiado impaciente, apenas te puedes tu espada de entrenamiento que mande hacer para ti y ya quieres ser general.

- Eso es algo típico en los Fanel -dijo una voz femenina y serena que interrumpió la conversación que tenían padre e hijo y que los hizo buscarla hasta encontrar su origen, tan dulce y pausada que a ambos alegraba y reconfortaba.

- iiii Mamá !!!!- grito Van.

- Desde hace cuanto que estas aquí.

- Desde hace un momento, observando como practican Kendo.

- y como lo hago mamá, Viste como lo hacia – dijo Van después de haber corrido al lado de su madre y de tirar de su mano insistiendo en su pregunta.

- Bien, pero te falta mucho por aprender para que seas igual que tu padre, tienes que pulir tus defectos y afianzar tus virtudes.

- Porque todo tiene que ser aprender, aprender y aprender.

- Porque así es la vida hijo mío, un constante aprender, nunca debes dejarte guiar totalmente por tus instintos y confiarte, nunca son cien por ciento seguros, a veces nos traicionan y es ahí donde deberás usar tu inteligencia-le aconsejo Gouo mientras se balanceaba tomado de su mano y de la de su madre Varie.

- Como Folken. ..

- Si como tu hermano, pero hay algo de lo que vas a tener que cuidarte mas que de tus instintos -dijo la reina de Fanelia.

- ¿De que? -Pregunto el pequeño príncipe, intrigado al verla cara de su madre que estaba a punto de largarse a reír por lo que iba a decir.

- De enamorarte, porque sé que algún día te enamoraras de una chica y vendrás a decirme que te vas a casar...

- ¿ Y eso es bueno o es malo? -Volvió a preguntar interrumpiendo a su madre aun más intrigado el pequeño.

- Es muy malo Van, las mujeres son criaturas lindas pero peligrosas, que una vez que te atrapan no te sueltan y te hieren de muerte en el corazón- termino de decir Gouo riendo mientras Varie lo miraba enfadada por las descripciones que eI daba de su genero a su pequeño hijo.

- Entonces nunca me voy a enamorar, nunca, nunca- grito el pequeño para después salir corriendo de ahí.

fin del flashback

Que equivocado estaba en aquel entonces, como se habrían reído sus padres de él, aunque no tenia la culpa ya que era muy pequeño ahora sus palabras parecían ser devueltas automáticamente por el viento de los recuerdos.

Ya era tarde, sin darse cuenta esa fémina bonita y malvada ya lo había atrapado aunque no quisiera reconocerlo; estaba ahí, frente a él, recostada en el piso, durmiendo, fatigada por las circunstancias, navegando por sus sueños tal vez; no era para nada malvada, su carácter dulce y tímido delataba su verdadera naturaleza: frágil, indefensa pero valiente y con tanto o más coraje que él.

-Tú eres el ángel de mis sueños -le dijo mientras tomaba de su mano para atraparla y que no cayera al vacío. Después de eso perdió el conocimiento y no había vuelto a despertar; la estrecho entre sus brazos y voló con ella al lugar donde había caído escaflowne. Sentirla cerca de su cuerpo, sentir su cálido respirar, ese suave perfume a frutas que al inhalarlo estremecía cada fibra de su ser adolescente y que no hacia mas que confirmar que estaba dejando de ser un chiquillo, que no solo crecía en sabiduría, inteligencia, avances con la espada y todo tipo de armas entre otras cosas, sino que su cuerpo parecía cobrar vida y reclamarle la falta de cariño y amor, no el amor materno de Varie o el de una amiga como Merle, sino el de una mujer, sensaciones que para él eran nuevas, que confundían su mente y alborotaban todo su ser.

Ni siquiera sabia como se lo diría, tenia mas que claro que no tenia ninguna oportunidad con ella. Allen Schezar se había ganado su corazón y nada podía hacer, tenia esa facilidad con su carácter abierto y un desplante a prueba de todo que derribaba cualquier resistencia femenina, Otomí no fue la excepción; en cambio él era tímido; un tanto retraído y poco dado a las palabras, desde pequeño le dieron a entender que expresar los sentimientos son un símbolo de clara flaqueza, un lujo que nuca pudo darse durante los años de soledad que vivió después de quedar huérfano y ser el pequeño príncipe heredero al trono de Fanelia. ¿Cómo decirle que sentía algo mas que amistad por ella? , que cada día se enamoraba mas mientras ella se enamoraba aun más de Allen, era imposible confesarle sus verdaderos sentimientos, mas fácil era ir a una batalla y ganarla que abrir su corazón y decirle lo que verdaderamente quería gritar a todo pulmón, pero no podía, no se atrevía.

Se acerco y la miro detenidamente, verla como estaba y aunque no sufrió ninguna herida lo hacia sentir culpable, ella se encontraba en un planeta que no conocía, rodeada de extraños, se suponía que tenia que cuidar de ella y cumplir la promesa de regresarla a su hogar haciéndolo lo mejor que podía, irónicamente era Hitomi la que cuidaba mas de él, protegiéndolo de sus posibles muertes, nunca sabría como lo hacia pero siempre estaba ahí en el instante preciso, para evitar lo que en sus pesadillas era inevitable.

Aun así, la seguiría queriendo aunque no le correspondiera y nadie le podría reprocharle el mirarla cuando quisiera en secreto como ahora, era muy bonita, parecía una ninfa como las que salen en los cuentos y leyendas, que con su belleza, gracia y encanto enamoraban a dioses y mortales, despertando todo tipo de deseos como ahora los provocaba Hitomi en él, la recorría con la mirada, deseando que ese momento no acabara. Estiro su mano para tocar su mejilla, comprobando que era igualo más suave que cualquier tela en el mundo, sus largas y finas pestañas parecían abanicos tras los cuales se escondían los mas bellos ojos de color esmeralda y sus labios color rosa entreabiertos, respirando, anhelantes y carnosos, que lo invitaban a ser probados o meramente rozados, producían en él escalofríos de placer que recorrían su espalda, pero nada se comparaba a la reacción que experimento al ver su pecho, de como esas dos suaves formas se insinuaban a través del escote como deseosas de ser vistas por sus ojos, de ser tocadas por su mano, de ser probadas por su boca, de regocijarse con el sabor de la piel que los cubría, no podía evitarlo, la deseaba y amaba como nunca lo había hecho antes, que daría porque ella lo quisiera como quería a Allen, que solo por un día lo amara para así él amarla también en todo el sentido de la palabra, poseerla y que lo posea a él, amarse como las personas que se aman lo hacen, hacerle el amor y decirle una y mil veces que ella fue su primer amor, que desde que la vio en Palas con aquel vestido rosa con faldón y blondas de color blanco los ojos de su alma se abrieron y experimento sensaciones y sentimientos nunca antes conocidos por él, decirle que le disgustaba la manera en que el mercader Mayden la miraba durante la cena que le ofreció el Rey Aston y lo enfurecía aun mas que la haya tratado de secuestrar para su goce personal, que Allen la haya hecho llorar y la manera en que la trataba le hacían hervir la sangre, él jamás le haría eso, jamás la haría sufrir, al contrario, evitaría su sufrimiento a cualquier costo.

Pero a pesar de todo lo que sentía él (y todo su cuerpo), nunca le faltaría el respeto, porque tenia claro que a una mujer ante todo se le respeta, aunque fuese la meretriz mas descarada y miserable se le debía tratar con respeto, así le había enseñado Vargas durante los diez años en que fue su tutor.

flashback

- Lo hace muy bien amo Van, así en poco tiempo mas será un experto en el arte de la esgrima.

- Tu crees Vargas.

- Por supuesto, incluso veo que esta mejor capacitado que su fallecido hermano Folken a los 15 años.

- Pero si solo tengo 12 años, me faltan 3 para alcanzar esa edad.

- y cuando llegue ese día tendrá que cumplir con su prueba de madurez para que sea coronado Rey de Fanelia.

- y lo haré Vargas, no lo dudes, haré aquello que no pudo hacer mi hermano Folken, haré que mis padres se sientan orgullosos de mi, donde quieran que estén.

- El amo Gouo y mi señora Varie se sentirán orgullosos de Usted, también se vera en la obligación de buscar una esposa una vez que haya sido coronado Rey.

Van escucho atentamente lo que su maestro le decía pero no comprendió la ultima parte, tratando de entender, un viejo recuerdo de su niñez vino a su mente y su rostro dejo ver un gesto de desapruebo, dándose cuenta y adivinando lo que pasaba por la cabeza de su señor, Vargas le dijo:

- No están malo casarse amo Van, no lo mire como si fuera el peor de los castigos, al contrario, la mujer no solo viene a llenar ese vacío que uno siente en el corazón, ni a darnos una familia numerosa sino que también a compartir con nosotros nuestras penas y alegrías, es compañera, es amante, es esposa, es madre, son nuestro complemento porque así lo quisieron los dioses, aunque algunas sean caprichosas, pérfidas y malas esposas no todas son así.

- Entonces, ¿Por qué no te casaste?.

- La vida de un soldado y aun más la de un samurai es muy sacrificada, especialmente la mía amo Van, si hubiera contraído matrimonio ella no habría aguantado el ritmo de vida que llevo, lleve y lIevare hasta el día en que me muera.

- Yo también soy un samurai Vargas, y también seré Rey, crees que encuentre a alguien que quiera casarse conmigo -dijo mirando hacia el suelo, sonrosado por la pregunta que le hacia a su tutor y un tanto triste por lo poco que vivieron sus progenitores.

- Tarde o temprano la encontrara, de eso no se preocupe, vea usted mismo a su fallecido padre, él contrajo matrimonio con la reina Varie cuando tenia treinta años y nada ninadie le impidió que fuese feliz mientras vivió.

En eso tenia razón, los pocos años que vivió junto a él siempre lo vio feliz, alegre, protector con su familia, hasta que falleció cuando eltenia 5 años, quedándose huérfano de padre, para después terminar totalmente solo, como estaba en aquellos momentos, Aunque tenia a Vargas y a Merle, no era igual.

- Entonces, no pienso casarme tan pronto -le dijo a su maestro- esperare un tiempo prudente hasta que encuentre a "esa mujer" que quiera ser mi esposa.

- Si es lo que desea amo Van; así será, no soy quien para contradecir sus deseos, pero recuerde, el día en que la encuentre y este seguro de que es la mujer con la que quiere compartir el resto de su vida, tendrá que respetarla, como loha hecho con todas las mujeres que ha conocido en el transcurso de su existencia, la mujer es un ser delicado, sensible y hermoso, tanto física como sicológicamente, tendrá que respetarlas.

- Tanto respeto, tanto cuidado, que complicado es todo eso de estar casado, con razón mi padre se caso tan tarde.

Vargas, solo esbozaba una sonrisa, sabia que su señor aun era un niño, testarudo, un poco retraído, pero de buen corazón, sabia que elegiría bien, que seria un buen samurai y Rey. Se acerco a su pupilo y solo le dio una palmada en la espalda para después seguir con los entrenamientos.

- Pero créame que cuando se enamore entenderá todo lo que le acabo de decir.

fin del flashback

Ahora si podía entender lo que le había dicho Vargas en aquel entonces, mas que entenderlo lo estaba sintiendo en carne propia, por fin había encontrado a la mujer con la que quería compartir su vida, la mujer con la que quería reinar en Fanelia, pero, de que le servia sentir todo este torrente de sentimientos si no eran correspondidos, que haría, estaba en una encrucijada, confesar o no confesarle su sentir a Hitomi.

En eso pensaba mientras la seguía observando cuando ese extraño aparato (a lo que Hitomi llamaba localizador o Viper) que los salvo de una muerte segura en la mina de energist comenzó a sonar, se alejo rápidamente, como si seguir estando cerca de ella agravara aun más su situación e intensificara aun más los deseos que tenia de robarle un beso. La vio despertar y mirar el localizador, escucho un susurro de voz que quería comenzar a llorar después de haber dicho unas cuantas palabras, para encontrar su mirada con la de él, frente a frente, sus bellos ojos verdes lo miraban como si fuera la primera vez que lo veía, como aquella vez en la cancha de atletismo cuando se detuvo en seco frente a él, o cuando lo vio rescatándola de caer en el precipicio unas horas antes.

Hitomi no podía creer lo que veían sus ojos, una que otra pluma caía a su alrededor como si fuera el tímido comienzo de una nevason, pero no era así, frente a ella se encontraba aquel ser alado que en sus sueños la rescataba de caer a un oscuro abismo: era Van, el Rey de Fanelia, el guerrero, el joven samurai, el era su ángel. Sus ojos miraban a los ojos carmesíes de él, como escudriñando la nada, como pidiendo y no solicitando respuesta, porque ya la sabia, Van Slanzar de Fanel era su salvador, su hermoso Ángel de alas blancas ...