Bueno, este es mi segundo fic. Poca gente creo que me conoce, no lo sé. Este fic es sobre mi video juego favorito: The Legend Of Zelda: Ocarina Of Time. Aquí también voy a aplicar lo de, si no hay 5 reviews, no hay actualización. Espero les guste. ATTE: linktloz.

El poder de la Trifuerza.

En un tiempo donde había una tierra, océano y por supuesto nada de vida, sobre este caótico mundo de Hyrule descendieron tres diosas de la tierra dorada. Din, la diosa del poder, con su fuerza y sus flameantes manos cultivó el terreno y creó la tierra roja. Nayru, la diosa de la sabiduría esparció su conocimiento a la tierra dándole al mundo su ley y su luz. Finalmente, Farore, la diosa del coraje con su rico corazón dio vida a aquellos que protegerían la ley del mundo. Cuando las tres diosas terminaron su labor, regresaron a los cielos dejando atrás el Triángulo Sagrado de la Tierra Dorada, La Trifuerza, y ese lugar se convirtió sagrado.

Para proteger la Trifuerza de los malignos los siete sabios construyeron un templo y la sellaron tras La Puerta del Tiempo. Solo aquel que colecte las tres piedras espirituales, se parará en el altar del Templo y deberá tocar la Canción del Tiempo con la Ocarina del Tiempo. De hacerlo entonces la puerta se abrirá.

Capítulo I

Encuentro Fortuito

-Sigo sin creer que en verdad ella lo haya olvidado todo. Después de que me regresó a mi tiempo, me llevó a antes de conocerla y ya han pasado los siete años que creí perdidos- este joven era Link, un joven de ojos azules, cabello rubio y una túnica verde junto con un gorro del mismo color a juego de su traje. Unas botas de piel y unos guanteletes cafés de piel que protegían sus manos al lanzar flechas con el arco que traía. Portaba una espada, al parecer ya un poco antigua y no tardaría en romperse; unos meses tal vez aguantaría, aunque no negaba que extrañaba su antiguo sable; portaba también un escudo de metal ya usado. Montaba en su yegua de color cedrón y cabellos blancos de nombre Epona. El seguían sin creer que ella lo había olvidado todo…

Castillo de Hyrule.

-Gracias por invitarme, Zelda - dijo una joven de cabellos y ojos castaños. Portaba una túnica azul, la cual apretaba a su esbelto cuerpo con un cinturón de piel, y unas botas de piel, perfectas para una larga caminata. En su espalda se encontraba una espada, al parecer casi nueva; portaba una pequeña mochila, un cajac y un arco. Esta joven se veía muy fuerte para tener 17 años. En sus manos llevaba unos guanteletes cafés de piel. Su nombre, Annia Espabarán, pero sus personas cercanas solían llamarla Anny.

-No hay porque amiga – contestó una joven con un vestido muy fino y elegante de color rosa, con una tiara dorada en su cabeza, cabello rubio y ojos de un tono azul rey que le daban un toque de la realeza. Ella era la princesa Zelda, la próxima gobernante de la bella tierra de Hyrule- hacía mucho que no nos veíamos Anny- comentó la bella princesa

- Ha pasado ya un año desde que me fui, ¿no?- preguntó Anny

- Si, pero…- continuó a hablar Zelda con un tono de voz muy alegre- ¡Vamos! ¿Qué esperas, entra subamos a que dejes algunas de tus cosa en mi habitación y muéstrame que compraste en el Valle Gerudo.

- Claro – contestó con un tono de voz muy maduro. Ambas jóvenes entraron al interior del inmenso castillo y llegaron a la habitación de la joven princesa. Anny se quitó la espada, el cajac, el arco, sus guanteletes y el gorro que traía en su cabeza. Estos dos últimos los guardo en la pequeña mochila. Anny al quitarse el gorro se logró distinguir una pequeña coleta. Su cabello no era largo; le llegaba a los hombros y aunque se recogiera el cabello en la coleta, unos mechones caían en su rostro. Anny jamás dejaba sola la pequeña mochila, así que, antes de dejar la habitación la tomó y siguió a Zelda

Anny y Zelda salieron a un bello jardín que se encontraba en la parte trasera del castillo. Zelda comenzó la conversación como acostumbraba – he escuchado que en el Valle Gerudo venden muchos instrumentos de alta calidad, ¿es cierto eso?

- Pues has escuchado bien- contestó la joven castaña mientras sacaba de su mochila un par de pequeñas ocarinas de color café queriendo llegar al color rojo- una es para ti

-¿En verdad? ¡Gracias Anny! ¡Es muy hermosa!- decía Zelda alegremente mientras tomaba el pequeño instrumento- me hubiera gustado ir cuando me invitaste

-A mi también. Que mal que al final tu padre dijo que no

-Si… cambiando de tema, dime, ¿tu papá ya está bien?- Anny al escuchar la pregunta de la joven princesa cambió su semblante alegre por uno lleno de tristeza y dolor, y sus ojos se comenzaron a nublar un poco y de una manera muy triste le contestó:

-Cada día empeora su salud. Hoy en la mañana el doctor me dijo que si no consigo una medicina llamada "Medicina Zora" pronto él, podría…

-¿Podría qué, Anny? – le preguntó Zelda a la chica que se estaba guardando todo el dolor en su corazón, ya que su orgullo no le permitía llorar enfrente de una persona.

-Morir…- Zelda quedó impactada y quedó con los ojos enormemente abiertos y con un semblante de preocupación

-¿Dónde puedes conseguirla? Sabes que si necesitas dinero yo te podría…- Anny le interrumpió antes de que Zelda terminara la frase: - El dinero no es el problema, si no que la persona no sé donde vive, y si no encuentro la dirección del profesor… no quiero ni saber que pasaría. Sabía que me debí quedar hace un año…- Zelda estaba impactada. Anny no aguantó más su dolor y una lágrima salió del ojo derecho de la joven castaña.

Zelda sintió un dolor en su corazón al recordar que su madre de Anny murió cuando tan solo ella tenía 8 años, y ahora perdería a su padre. –Lo lamento tanto Anny, pero- continuó con un tono de voz entusiasta- no olvides que tu mejor amiga, o sea yo, soy la princesa de Hyrule. Solo dime el nombre de ese profesor y te daré la localización exacta de donde vive. Anny estaba a punto de comenzar a llorar en verdad cuando escuchó las alentadoras palabras de su querida y única amiga. Zelda se acercó a Anny para abrazarla, mientras que la joven castaña le dio las gracias.

Las circunstancias y tal vez el destino las había unido aunque eran completamente diferentes, una princesa de alta clase, y una joven que era diferente a las demás con un nivel social no muy alto. Nadie sabía por que se llevaban tan bien pero eso es algo de lo que se enterarán después.

Link cabalgaba sin rumbo alguno sobre Epona, cuando paró en la entrada de Kakariko- hace mucho que no vengo, además, ya tengo hambre. Veamos- sacó una pequeña bolsita pequeña de dinero- tengo, mmm, 16, 21, 26, 35 rupias; no me alcanza para mucho. No debí comprar esa poción, me vio la cara ese tipo… ya me las pagará. Que suerte en verdad tienes Epona. Bueno, pero al menos espero que me alcance para comprar algo de comer.- soltó un suspiro mientras entraba a Kakariko; al entrar a la villa ató a Epona a un árbol cerca del pasto para que pudiera comer.

Llegó a una posada de la villa; entró y la señora que atendían se acercó a Link, quién le dijo: -disculpe… ¿Qué podría comprar para comer con 35 rupias?

-Pues, no mucho. Al parecer no has comido bien estos días, ¿verdad?- Link sonrió observando que aquella señora se había percatado del estado en el que se encontraba.

-Tal vez un pedazo de pan- se escuchó la voz de un hombre que salía de la cocina- y tal vez un poco de…-el hombre no pudo terminar la frase, ya que comenzó a darle un ataque de tos y comenzó a caer al piso. Link se levantó para poder ayudar al hombre.

-Cariño, el doctor te dijo que te mantuvieras en cama, no sabemos si puedes empeorar- le dijo la señora, que al parecer era su esposa. Link puso uno de los brazos del hombre en su hombro para ayudar a levantarlo

-¡Papá!- se escuchó el grito de una joven entrando a la posada con una canasta de comida que al parecer rondaba los 19 ó 20 años.- ¿estás bien? ¿Por qué eres tan necio y te quede en tu cuarto, por favor, ayúdame a llevar a mi padre a su cuarto- esto último lo dijo dirigiéndose a Link. Llevaron al hombre a una habitación y después Link salió de la posada; la chica observó que Link ya se iba- ¡Disculpa!- lo llamó, a lo que Link esperó a que la joven llegara- lamento lo de hacen un momento, te pedí ayuda como si nada.- La chica era de cabello negro largo con ojos color miel, su tez era blanca y era un poco más baja que Link, portaba un vestido no muy largo de color blanco

-no te preocupes, bien dice la gente, haz el bien sin mirar a quién, ¿no?

-Si, es cierto. Por cierto, mi nombre es Maple, ¿cuál es el tuyo?

-Soy Link- contestó Link ya más tranquilo después del alboroto que había ocurrido en la posada

-Nunca había escuchado tal nombre. Disculpa, ¿de pura casualidad no sabes de quién es ese caballo, es peligroso que lo dejen ahí. Alguien lo podría robar

-Ella es Epona, es mía.

-Ah. Es muy linda. Oye Link, ¿quieres comer algo? Desde hace rato se te ve en la cara que tienes hambre, así que, la casa invita- terminó de decir Maple mientras le guiñaba el ojo

- Está bien, muchas gracias

La noche comenzaba a llegar al castillo, y las dos jóvenes entrarían pronto al castillo de nuevo

-No hay nada mejor que ver el atardecer y el amanecer, ¿no crees?- preguntó Anny a la joven princesa

-Puedo decir que el atardecer lo veo a diario, pero siempre me despierto después del amanecer.- contestó Zelda

-Sabes, allá en el Valle Gerudo- comenzó a recordar Anny el tiempo que vivió en el Valle Gerudo por un entrenamiento- no usan reloj ni nada parecido; ellas se guían por el sol. Cuando el sol terminaba de salir, las actividades iniciaban. La Gerudo Nabooru, fue mi tutora, se sorprendió el primer día del entrenamiento que cuando llegó yo ya estaba lista para iniciar; y cuando el sol ya se estaba ocultando me dijo que el entrenamiento de aquel día había terminado. Me dirigí a donde estaban mis cosas junto con mi campamento. AL ocultarse por completo el sol, encendí una pequeña fogata y escuché como alguien se acercaba, y pude ver a Nabooru.

-¿A qué fue, Anny?- preguntó con un poco de intriga Zelda

-Me preguntó la razón por la que estaba despierta esa mañana tan temprano- continuó relatando la joven castaña- y le conté que siempre me levantaba temprano ya que mi padre y yo éramos herreros. Después se sentó a mi lado y me comentó, que unos meses antes de que yo llegara, estuvo ahí un joven hylian que parecía de mi edad, portaba una túnica verde y me dijo que él es el único hombre entrenado en ese lugar, eso me sorprendió bastante

-Y a quien no.- dijo Zelda. Ambas jóvenes se pusieron de pie y regresaron a la habitación de la princesa; al parecer, la joven castaña se quedaría a dormir en el castillo.

Zelda inició una nueva conversación mientras se encaminaba a dejar la pequeña mochila de Anny para poder cenar- ¿Recuerdas la razón por la qué te pedí que vinieras hoy?

-Claro, quieres saber si nuestro sueño es el mismo y si en verdad es profético, además que querías volver a verme después de todo un años, ¿no?

-No sé como lo haces, pero si, esa es la razón.- Anny sonrió de esa manera madura y al final Zelda dijo- ¿te parece si ya vamos a cenar?

-¡Claro!- contestó Anny alegremente

Si se preguntan algo, como, ¿por qué Anny es así, ¿de dónde es ella? O algo parecido, aquí les traigo la repuesta:

La Familia de Anny era originaria de la lejana tierra de Labrynnia, pero hace cerca de 150 años su familia llegó a Hyrule, donde una de sus antepasadas logró salvar a Hyrule de la destrucción. Con este suceso, su familia se hizo famosa, pero, la fortuna que se les había concedido fue mal usada por descendientes de la joven heroína, llevando a la familia a la miseria, hasta la generación de Anny. El padre Anny había logrado crear unas espadas ligeras que eran casi irrompibles, pero no pudo realizar los últimos experimentos para crear unas irrompibles y ligeras al hacer atacado por la extraña enfermedad que se propagaba lentamente. Tal vez no resolví por ahora todas las dudas, pero, conforme avance la historia se enterarán.

Continuemos con las dos jóvenes.

-Hace mucho que no estaba en el palacio- dijo Anny contemplando el alrededor

-Y mucho, hasta Centella te extraño, pero siempre que le decía de las cartas que me mandabas, se ponía contenta de nuevo- contó Zelda con alegría

-Valla que me extrañaron las dos, pero al menos no estuviste sola

-Si. Vamos, que ya es tarde- Anny asintió y siguió a la joven princesa por los grandes pasillos del castillo. Anny tomó guardó algunas cosas en la pequeña mochila; soltó su cabello de la pequeña coleta dejándolo suelto, haciendo ver que el cabello le llegaba a los hombros. Al voltear observó como Zelda ponía unas colchas y unas sábanas del lado de la pared de la habitación junto con un cojín. Zelda se dirigió a una pequeña habitación donde guardaban su ropa. Anny supuso que iría por su pijama.

-La habitación de Zel es mas grande de lo que recordaba- dijo Anny mientras se recostaba en el lugar que su amiga le había puesto.

Zelda regresó donde se encontraba Anny, pero ahora portaba un camisón blanco con detalles en azul y en rosa. Anny observaba la ventana que estaba en aquella pared. Anny se había quitado la túnica azul, que estaba doblada junto a sus cosas, lo único que se le veía era una playera blanca ajustada, junto con unos shorts cortos, que también estaban muy justo a su piel, pero no por eso no se veían bien. Sus botas estaban junto a su túnica también.

-Ahora puedo darme cuenta que encanta observar la Luna- interrumpió la joven princesa los pensamientos de la joven castaña

-Pues sí- confesó Anny- me hace sentir distinta y me hace reflexionar muchas cosas

-Comprendo- el silencio se hizo presente y Zelda decidió volver a iniciar la conversación mientras Anny se recostaba, y Zelda se dirigía a su cama- ¿Recuerdas como nos conocimos?

-Como olvidarlo, creo que fue el mejor día de mi vida en aquel entonces, hace 7 años

---------------------------------------------------------FLASH BACK-------------------------------------------------

-No puedo creer que ahora hasta a los niños también les cobren los impuestos, este reino va de mal en peor- le decía una mujer muy afligida a otra

-Sí, esto está llegando a los límites

-¡SUÉLTEME!- gritaba una pequeña niña de al parecer 10 años de edad, cabellos y ojos castaños, portaba un túnica azul, una pequeñas botas y una pequeña espada

-No hasta que pagues el impuesto por tu espada, además, una niña no debería portar este tipo de cosas- le decía un soldado intentando quitarle su espada

-Déjenla, yo les pagaré, ¿sí?- dijo una pequeña niña de cabello rubio y ojos azules, con un vestido color blanco que le llegaba hasta las rodillas y portaba un pequeño suéter igual amarillo. Soltaron a la niña castaña, la otra niña la tomo de la mano mientras le dejaba al soldado dinero

-¡¿200 RUPÍAS!- gritó el soldado cuando se le entregó la gran rupia dorada.

-Muchas gracias, creo que te debo mucho dinero- dijo la joven castaña después de que se habían alejado lo suficiente de los soldados

-No te preocupes por pagarme, no hay ningún problema- contestó la niña rubia

-Pero, ¿tus padres no se molestarán?- preguntó la castaña a lo que la otra pequeña negó con la cabeza- si tu lo dices… por cierto, soy Anny, ¿cuál es tu nombre?

-¿Te molesta si te lo digo al final del día?- concluyó la pequeña niña rubia (N/a: supongo saben quién es, ¿no, ya que si no saben luego les digo)

-Pues, no hay problema- contestó de una manera alegre Anny

Las dos niñas estuvieron toda la tarde en distintos lugares jugando, comprando algunas cosas y más. Casi al final de la tarde fuero a un juego del tiro al blanco donde valla que demostraba Anny una buena puntería. Al salir del juego, observaron que la noche cayó en Hyrule

-Creo que ya debería irme- dijo la pequeña niña rubia de una manera triste- y te prometí que al finalizar este día, te diría mi nombre- Anny la vio de una manera dulce para darle la confianza a la pequeña de que podía confiar en ella, no importara quién fuera- yo soy Zelda, la princesa de Hyrule- Anny al escuchar el nombre de la niña se quedó impactada

-N-no puedo creerlo- contestó aún muy sorprendida Anny

-En verdad Anny, me divertí mucho hoy, me gustaría que pudiéramos jugar otro día

-Pero, si eres la princesa, no podrías estar escapándote del castillo todo el tiempo, ¿no crees?

-Pero yo puedo darte un pase de entrada al castillo, así podríamos vernos siempre. Tómalo y no lo pierdas- le dijo entregándole un pequeño papel con el sello de la familia real- Nos vemos mañana, ¿si?

-Está bien, amiga- dijo Anny haciendo sonreír a la pequeña princesa.

----------------------------------------------FIN FLASH BACK------------------------------

-¿Y qué hacías cuando yo estaba en clases? No creo que te quedaras de pie fuera de la biblioteca sin hacer nada.- preguntó la princesa

-Pues entraba a la biblioteca y me quedaba leyendo, los libros de aquí son más completos y hay muchos más que en la biblioteca de la ciudad- contestó la joven castaña, y después soltó un bostezo, dando a entender que ya estaba cansada. Las dos decidieron darse las buenas noches y comenzaron a conciliar el sueño.

Aquella noche la mente de Anny le mostró el mismo sueño una vez más. Las puertas del castillo se abrían y un caballo negro salía, montado por un hombre de armadura negra y una persona que llevaba en el caballo que era secuestrada por aquel hombre. Comenzaba a llover y cuando entraba a las tierras de la pequeña ciudad unos soldados la forzaban a entrar al gran castillo que aún seguían en pie, mientras un joven que no identifico en el momento intentaba ayudarla. Una profecía tal vez, solo el tiempo y el destino lo decidirían…

La mañana se hizo presente en Hyrule. Zelda despertó y busco con la mirada a su amiga. Observó que donde Anny había dormido estaban las sábanas y la pequeña colcha dobladas, la espada y la pequeña mochila juntos en un rincón.

Las ropas de Anny no se encontraban, fue cuando el sonido de ocarina llegó a sus oídos. Salió de la habitación y preguntó a los sirvientes si la habían visto y le contestaron que salió de la habitación temprano por la mañana y se dirigió a la terraza más alta del castillo. Zelda comenzó a subir las escaleras y cada vez el sonido que producía aquella ocarina le era familiar; la identificó, era una canción que ellas habían escrito cuando tan solo tenían 12 años. Paró de tocar, y al voltear, se encontró con los ojos de su amiga. Anny se encontraba en el borde de la terraza sentada, así que bajo para acercarse a su amiga

-¿Tan temprano tocando la ocarina?- preguntó Zelda una vez que Anny estuvo junto a ella, a lo que Anny asintió- ¿me podrías contar que soñaste anoche?- preguntó Zelda a la joven castaña

-Lo mismo de siempre- contestó Anny con un tono serio y le contó lo que había soñado las últimas noches

-Entonces creo que también tienes sueños proféticos- comentó Zelda

-¿Tu crees?- dijo Anny un poco asustada alo que Zelda asintió. Zelda le dijo a Anny que se iría a cambiar, se dio la media vuelta y se fue. Anny se volvió a quedar sola, y comenzó a tocar otra melodía, no era la misma alegre que estaba tocando hace unos minutos, ahora esta sonaba mucho más triste.

Concluyó la melodía y creyó que lo mejor era volver donde su enfermo padre, después de todo ella le prometió a su padre llegar pronto a casa, y otra de las cualidad de Anny es que ella siempre cumplía una promesa.

Tocó la puerta de la habitación de la princesa y no hubo respuesta; entró y vio como no había nadie. Abrió su mochila y sacó un cuadernillo con el dibujo de la Trifuerza atravesado por una espada en la portada; ese era el símbolo de la familia de Anny, ese símbolo alguna vez fue respetado. Hacía mucho Anny prometió que ese símbolo sería respetado de nuevo y haría famosa a su familia, y ella sería primer caballero, ese era su sueño y esperaba cumplirlo algún día.

Arrancó un hoja, sacó una pluma y un pequeño tintero que también llevaba (N/a: Creo que lleva de todo, nada más le falta llevar, la cocina, el refrigerador, ¿no, XD Fue broma ¿eh?), dejándole una nota a la princesa:

"Zel: Nos vemos luego, tengo algo importante que hacer, cuídate mucho. Anny."

Dejó la nota sobre la cama de la princesa. Tomó sus cosas y se fue.

Zelda salió de la gran habitación donde guardaba sus ropas y cuando buscó a Anny, se percató que sus cosas no estaban y en su cama logró ver la nota y la leyó. Comprendió que se había ido a ver su padre y que él la necesitaba. Después comenzó a pedir que buscaran donde vivía aquel profesor.

Pasó una cerca de una semana y se veían muy poco a consecuencia de que Anny quería estar con su padre el mayor tiempo posible.

Era de noche y Anny veía a su padre dormir; ella evitaba alejarse de su lado; en eso, la puerta de su casa sonó, y al abrir se sorprendió mucho- ¿¡Zelda! ¿Qué pasa? ¿A qué viniste?- preguntó Anny muy sorprendida

-Traigo buenas noticias, saben donde vive el profesor Hederick Sapón. Mañana partirán unos soldados a…- Anny le interrumpió
-No- yo iré. ¿Dónde es? Ya me has hecho demasiado por mí, ahora yo haré esto por mi cuenta.
-Vive en el Lago Hylia- contestó la bella princesa de una manera muy triste
-Entonces, partiré al alba- Zelda asintió y salió casi corriendo. No quería que su amiga se fuera de nuevo…

Estaba casi amaneciendo, pero aún se encontraba un poco oscuro. Anny se estaba despidiéndose de su padre- hija, cuando esté mejor te prometo que a tu espada le pondremos juntos, el símbolo de nuestra familia- Anny tomó dulcemente la mano de su padre y lo abrazó dándole las gracias. Se despidió del doctor que ahora vivía en la pequeña casa; tomó su espada y su pequeña mochila lista para irse. Estaba esperando que la puerta se abriera, cuando escuchó que alguien la llamaba. Era Zelda que venía montada en una hermosa yegua de color amarillo con la cola blanca y ojos azules, parecidos a los de su dueña. Ella era Centella.

Zelda desmontó y se acercó a Anny, tomó su mano y colocó en ella las riendas de la yegua- quiero que te quedes con Centella- dijo Zelda
-Pero, Zel, tu la has cuidado desde hace muchos años además de que le tienes cariño
-Es por eso que quiero que conozca Hyrule a tu lado- comentó Zelda con una alegría claramente fingida
-¿Estás segura?- Anny aún dudaba que le entregara a la primera amiga de Zelda tuvo
-Completamente.- Zelda volteó donde su yegua y bajó un par de cosas de la bella criatura. -Creo que en un viaje como este podrías necesitar esto- dijo la bella princesa entregándole un escudo de metal que tenía grabados los símbolos de la familia real y el de la familia de Anny. También le dio una pequeña piedra con un detalle en rojo brillando en el centro- quería dártelos para tu cumpleaños, pero, creo que ahora los vas a necesitar.
-Gracias- contestó Anny. La puerta comenzó a abrirse al fin. Anny se puso el escudo de metal y guardó la piedra entre sus cosas.

Montó la bella yegua y salió lo más rápido que pudo de las tierras del castillo de Hyrule, junto con el viento de finales de invierno en su rostro.

Continuó todo el día cabalgando deteniéndose en un par de ocasiones para tomar agua. En el cielo se veía que anochecía pronto, y comenzó a voltear en busca de un lugar para acampar y que Centella como ella descansaran. Tanta era su distracción que…

-¡ALTO CENTELLA!- gritó Anny asustada
-¡DETENTE EPONA!- escuchó una voz masculina. Ambos caballos no lograron detenerse completamente y chocaron, haciendo caer al joven que iba en el otro caballo. Anny desmontó de inmediato para ayudar al desconocido
-Lo lamento, ¿te encuentras bien?- le preguntó al muchacho
-Si, tranquila, no me paso nada- el joven se puso de pie, haciendo que Anny se viera un poco más baja que él. El muchacho portaba una túnica muy similar a la de ella, pero la de él era verde, unos guanteletes en sus manos, botas de piel, cabello rubio y ojos azules. Las orejas lo delataban como un hylian al igual que ella (N/a: supongo saben quien es, ¿no?)- yo tampoco te vi hasta que escuché una voz, es de noche y no se ve absolutamente nada. Estaba por ir hacia ese riachuelo para pasar la noche- comentó el joven
-Yo también me dirigía hacia allá- contestó ella
-Oye, ¿y qué haces sola por aquí? Es peligroso que estés sola, más con un caballo tan fino como el que traes y mucho más con los bandidos que están sueltos
-Se cuidarme sola, he estado en muchos lugares, y un viaje al Lago Hylia no pienso que sea peligro
-¿Vas al lago?- preguntó intrigado el joven.
-Sí, es lo que te acabo de decir, ¿por qué?
-Porque yo también, podríamos ir juntos y sería un poco menos peligroso, ¿te parece?- Anny asintió con un poco de desconfianza hacia el joven desconocido- mi nombre es Link, ¿puedo saber el tuyo?
-Annia Espabarán- contestó ella
-Es demasiado formal ese nombre, ¿no?
-Entonces llámame Anny, así me dicen por donde yo vivo.
-Muy bien, Anny.

Ambos jóvenes pusieron su pequeño campamento y encendieron una pequeña fogata. Anny le dio un poco de comida que ella traía en su mochila a Link, cuando Link inició la conversación:
-Dime, ¿a qué vas al lago Hylia?- preguntó él
-A comprar una medicina- contestó mientras se quitaba el escudo que la princesa le había obsequiado esa mañana
-Yo también. Disculpa, ¿puedo ver tu escudo?- preguntó él al creer reconocer el símbolo de la familia real en este
-Claro- contestó la joven castaña entregándole el escudo
-Eres acaso caballero o algo parecido para portar el símbolo de la familia real en tu escudo, y, ¿qué es este otro símbolo, nunca lo había visto
- El símbolo de abajo es el de mi familia, antes mi familia era muy conocida, pero, como te darás cuenta ya no lo es, y respecto a tu primera pregunta, no, no soy caballero, pero no sabes como quisiera, es mi sueño, ¿por qué?
-No por nada.- ella decidió continuar con la conversación
-¿En dónde vives?- preguntó ella a lo que el muchacho contestó con un no- ¿entonces como vives?- volvió a preguntar
-Viajando. Tuve un hogar, pero, me alejé ya que me sentí rechazado por los demás
-Sé lo que se siente…- Anny se puso de pie, le dio las buenas noches a Link, y se fue a dormir.
Link se quedó dolo- Navi, como te extraño, amiga…

El sol comenzaba a salir, y una melodía comenzó a sonar, una tonada alegre; tan bella era la melodía que incluso algunas aves acompañaban la tonada.

Link despertó con el sonar de la melodía y buscó a Anny, sin éxito.
Volteo donde las cosas de Anny se encontraban, y para su sorpresa, las cosas de la joven estaban guardadas y acomodadas en la yegua amarilla. Link siguió el sonido de la tonada y reconoció el sonido del instrumento, una ocarina. Anny concluyó la bella melodía y escuchó un aplauso. Volteó donde Link; Anny se puso de pie y se acercó a su nuevo compañero de viaje.

-Creo que tienes talento con la ocarina- comentó él cuando estaban juntos
-¿Tu crees?- Link asintió- ¿te parece si nos vamos? Falta un buen tramo
-sí, vámonos para llegar pronto
Ambos motaron en sus respectivas yeguas y continuaron su viaje hacia el lago Hylia.

-------------------------------------------FIN CAPÍTULO I-----------------------------------------

Bueno, este es mi primer capítulo, puede parecer un poco aburrido, pero esperen a que avancemos, les prometo que cada capítulo será más interesante que el anterior. No lo olviden, si no hay 5 reviews, no hay actualización. BYE!