La remota ciudad de Holly Springs no recordaba haber tenido un comienzo de otoño tan caluroso como aquel desde hacía al menos diez años atrás en el tiempo.

El inclemente sol resplandecía en lo más alto haciendo brillar tejados, jardines y fachadas cuya belleza única hacía resaltar su histórico valor.

El inicio de las clases pronto sería una realidad y atrás quedaría un largo y extenuante verano para los jóvenes del instituto Holly Springs.

Aparcado fuera del garaje junto a la casa, un sedan rojo permanecía con el maletero abierto. En el suelo junto a él, amontonadas varias cajas se mantenían a la espera de ser trasladadas al interior de la recién estrenada casa.

Clarke Griffin suspiró pasándose la mano por la frente al tiempo que se inclinaba para recoger del suelo una pequeña botella de agua a medio beber ojeando las pocas cajas que quedaban por descargar en el maletero.

Bellamy que esta arreglando el coche de su hermana Octavia justo en la acera de enfrente, hace rato que se fija en ella.

Clarke que terminó de beber un largo trago, cerró la botella y la dejó de nuevo en el suelo antes de llevarse la mano a la cara apartándose los rubios mechones que habían escapado de la alta coleta que llevaba hecha.

Bellamy que se fijó en que se inclinaba nuevamente sobre el montón de cajas para coger una de lo más pesada, finalmente cogió un trapo limpiándose las manos de grasa y se decidió a cruzar la calle.

—¿Necesitas ayuda? —elevó la voz Bellamy al tiempo que alcanzaba su acera.

Clarke que estaba tan concentrada en que no se le cayese la caja se sobresaltó tanto al oír aquella voz, que tropezó y la caja se le resbaló de las manos cayendo al suelo. Sus ojos se abrieron de golpe al ver como buena parte de su ropa, y de su ropa interior se desperdigaba por la acera.

—¡Oh dios!

Bellamy que se apresuro a agacharse para ayudarla alcanzó a recoger un par de bragas y un sujetador y medio sonriéndose hizo un gesto medio en broma.

—Si que he debido causarte buena impresión, pero... —observando entre sus dedos caer la prenda ante sus ojos divertido—. ¿No vas muy rápido?...

Clarke que recogía las prendas lo más deprisa que podía se fijó en él y alargó la mano arrancándole el sujetador de la mano.

—No esperaba que alguien apareciese por detrás y mucho menos que me hablase —se justificó ella tratando de devolver las prendas a la caja.

—Podría hacerte otras cosas por detrás pero aún no hemos tenido ni la primera cita y sería un poco indecoroso —bromeó él al verla sonrojarse algo nerviosa—. Es una broma, lo sabes, ¿no?...

Dejando escapar una pequeña risita Bellamy se le acercó.

—No eres de por aquí, ¿verdad?... —preguntó a la chica con cierto descaro.

Clarke que apartó la mirada un tanto incomoda se agachó recogiendo torpemente un par de calcetines rosas de Hello Kitty y una camiseta azul cielo que había ido a parar cerca de la rueda del coche.

—No, soy nueva en la ciudad.

—Eso me parecía —se medió sonrió él alargando la mano—. Soy Bellamy, Bellamy Blake vivo en la casa de enfrente. Perdona, lo de antes no pretendía asustarte y lo de entrarte de esa forma ha sido... vamos ha sido toda una estupidez... yo...

Bellamy que cayó en la cuenta de como había sonado eso se apresuro a corregirse rápidamente.

—Oh, no... no pienses mal... no es que no me parezcas atractiva ni nada de eso, más bien todo lo contrario... —se excusó rápidamente con fluidez—. Estás... estás buena que te cagas todo hay que decirlo pero...

Clarke que fue abrieron más los ojos por momentos no sabiendo ni donde meterse sintió sus mejillas enrojecer ligeramente más que antes.

—No lo estoy arreglando, ¿verdad?...—preguntó Bellamy algo frustrado.

—La verdad es que no mucho, no... —musitó ella entrecortadamente.

Abigail que atravesaba el umbral de la puerta en aquel instante trataba de sacar la suciedad de sus manos.

—Clarke, he tenido que hacer hueco en tu habitación porque... —deteniéndose al ver a aquel desconocido allí con su sobrina—. No cabía nada más...

Bellamy que se descubrió algo pillado en falta hizo un torpe gesto a modo de saludo.

—Ho...hola soy Bellamy Blake, vivo en la casa de...

—¿Enfrente? —dijo Abigail haciendo un gesto con la cabeza hacia el otro lado de la calle medio sonriente—. Lo sé, llevas toda la mañana entrando y saliendo de la casa. Parece que tienes muchos problemas con tu coche, me pregunto qué te habrá distraído...

La mirada cómplice que Abby le dedico a Clarke hizo que sus mejillas enrojeciesen aún más.

—Oh no, no yo... solo la he visto con las cajas y he creído oportuno ayudarla porque... eh...

—Era una broma, tranquilo... —se sonrió Abigail al verle de aquella forma.

—Una broma, claro... —se sonrió de lo más nervioso él haciendo un torpe gesto—. En realidad no es mi coche el que tiene problemas, es el de mi hermana. Si quiero que deje de estar de morros he de arreglárselo antes de que comiencen las clases, especialmente porque fuí yo quien me lo cargué. He visto a su hija con las cajas y...

—Abby no es mi madre...—repuso Clarke más rápido de lo que le hubiese gustado antes de darse cuenta de que estaba metiendo quizás un poco la pata—. En... en realidad es mi...

—Soy su tia, Abigail Griffin... —le saludo ella estrechándole la mano a Bellamy con media sonrisa.

—Bellamy ha sido muy amable ofreciéndose a ayudarme...—se sonrió un poco nerviosa Clarke haciendo un gesto—. Se me ha caído y...

—Estoy segura de que su ayuda ha sido de lo más desinteresada, ¿verdad que si, Bellamy? —se sonrió Abigail al tiempo que se acercaba a una de las cajas para cogerla, dándole una miradita cómplice y de advertencia a ambos antes de dirigirse de nuevo a la casa.

—En... en realidad yo... —no tuvo tiempo a explicarse porque Abigail se perdió dentro de la casa—. Bueno la verdad es que te he visto y... quizás... bueno tal vez... no se... me preguntaba si te apetecería venirte luego a tomar algo conmigo y con Octavia al centro, Octavia es mi hermana, tranquila... si quieres una cita conmigo aún hay esperanza... —se explicó rápidamente haciendo un poco el payaso.

Clarke que se tuvo que medio sonreír porque el pobre no daba ni una hizo un gesto algo dudosa.

—Ehm... si, claro... ¿por qué no?...

En ese mismo instante, por la acera se aproximaba una chica con el rostro idéntico a Clarke solo que su cabello en lugar de ser rubio como los rayos del sol, era negro con mechones azules. Y en lugar de llevar un chándal gris claro y una camiseta blanca a juego con las deportivas como Clarke, iba enfundada en unos pantalones ajustados y purpuras, llevaba botas altas y negras de tacon y una camiseta de asillas azul eléctrico. Sus manos iban cubiertas con guantes de rejilla negros hasta casi llegar al codo y llevaba una bolsa oscura y sucia algo parcheada al hombro consigo.

—Así que es así, ¿no?... —preguntó Eliza escrutando ampliamente la fachada.

Clarke que se disponía a preguntarle sobre la edad suya y de su hermana a Bellamy, escuchó aquella voz y volviendo la cabeza una sonrisa llena de ventura y esperanza lleno su cara.

"Oh dios, estaba allí. Estaba allí..."

—Si, es... es aquí... Abby está... bueno ella está dentro... arriba creo.. —corrigiéndose torpemente al darse cuenta de la forma en la que inconscientemente seguía mirándola algo fascinada—. Oh, que... que maleducada soy, perdona... él... él es Bellamy vive enfrente y...

Eliza que le echo un rápido vistazo al chico hizo un gesto antes de dejar caer de mala gana la bolsa al suelo.

—Bien por ti, campeón... —dijo fijándose ahora en todas las cajas que permanecían apiladas junto al coche.

Clarke que se fijó en la bolsa y en como ella contemplaba las cajas, pareció incomodarse un poco pero aún así le sonrió nerviosa.

—Creía que... bueno, creía que tía Abby te recogería a las seis en la estación...

—Voy en autobús solita desde los siete años, Clarke no necesito tantas atenciones... —contestó Eliza fijándose ahora en la grasa en la camiseta de Bellamy y en el coche a lo lejos—. Buen coche, ¿es tuyo?...

Bellamy que se había quedado un poco a cuadros por todo aquel amor fraternal entre ambas hermana, reaccionó algo tenso sonriéndose brevemente.

—De mi hermana, es... realmente es un vejestorio...—señaló con un gesto apresurándose a aclarar—. El coche, claro no mi hermana...

Octavia que salía al umbral de la casa de enfrente en aquellos momentos se frotó los ojos aún algo adormilada, viendo el coche con el capo abierto y algunas piezas regadas por el suelo. Llevaba un pijama corto y el cabello largo y oscuro tan solo sujeto por una oscura diadema.

—¡Bellamy!

—Pues menudo motor gasta, ¿no? —se sonrió Eliza traviesamente con segundas echándole un buen vistazo de arriba a abajo a Bellamy antes de escuchar a Octavia llamarle una segunda vez enfadada—. Deberías ir, Xena te reclama...

Clarke que se fijó en la forma en la que Bellamy se quedaba embobado sonriéndole a Eliza, no supo siquiera donde meterse.

—Le decía a tu hermana, que tal vez os apetezca veniros después al centro. Os presentaré a algunos amigos, seguro que os caen muy bien... —sonriéndose un poco escuchando a Octavia despotricar sobre su coche a lo lejos—. ¿Qué me decís? ¿Os apetece?...

—¿Sabes?... —murmuró Clarke con un quedo gesto señalando hacia atrás con el pulgar donde la casa—. He... he de desempacar aún muchas cosas, mejor otro día...

—Oh es una pena, porque seguro que les ibas a caer muy bien... —dijo Bellamy con un gesto algo desenfadado sonriéndole.

Eliza que se cruzo de brazos observando un tanto sagaz y divertida a una y a otro pareció de lo más interesada en la conversación.

Bellamy que suspiró escuchó a Octavia llamarle al tiempo que cruzaba la carretera y puso los ojos en blanco.

—No se de donde has sacado ese timbre de voz pero cada vez lo soporto menos, Octavia...

—¿Por qué siguen todas esas piezas en el suelo? —protestó ella algo molesta con él—. No puedo creerlo, Bell... ¿acaso no lo vas a tener listo para hoy?...

—Hago lo que puedo, no sé hacer milagros O...

—A la vista está... —farfulló ella con un gesto antes de volver la mirada hacia las chicas sin haberse fijado antes que estaban allí—. Oh, hola... yo... yo soy Octavia, su...

—¿Hermana? —apostilló Eliza con media sonrisita traviesa dándole un buen repaso—. Bonitos pómulos ahora sé de donde saca tanta belleza tu hermano...

Octavia que se quedo un tanto sorprendida se vio interrumpida por Clarke que se apresuró a presentarse amablemente.

—Es un placer conocerte, Octavia, yo soy Clarke y ella es...

Eliza que elevó ligeramente una ceja al oírla insegura le dedicó una miradita.

—¿Aún recuerdas como me llamo? —le espetó ella apartando la vista hacia los hermanos con media sonrisa antes de pasar de Clarke por completo—. Yo soy Eliza, encantada de conocerte... —a Octavia antes de posar sus ojos en Bellamy sonriéndose pícaramente—. Y encantadisima de conocerte a ti...

Octavia que por poco se ahoga con aquel descaro se quedo un tanto parada, viendo a su hermano sonreír como un verdadero y embobado idiota.

—¿Eliza?... —preguntó Abby en voz alta a la vez que salía de la casa para ayudar con las otras cajas viéndola allí—. ¡Oh dios mio! ¿No decías que tu autobús llegaba a las seis?... —mirando angustiada su reloj por si se había despistado pero aún faltaban dos horas y media para ello.

—Estoy aquí, ¿no? —repuso Eliza alzando una ceja con desdén antes de fijarse en Bellamy—. Cuenta conmigo para lo del centro...

Clarke que se sonrojó ligeramente hizo un gesto algo tímido hacia Bellamy y Octavia.

—Seguro que ya teníais vuestros planes, no tenéis porque veros en la obligación de invitarnos ni...

—Oh tranquila, no es ninguna obligación... —dijo Octavia intentando ser amable con una sonrisa a Clarke—. Ahora mismo sois lo más interesante que le ha pasado en las últimas semanas a este pueblo así que por favor, venid...

—Bueno, está bien... —murmuró Clarke medio sonriéndose un poco—. Si somos lo más interesante que ha pasado en mucho tiempo deberíamos de haceros un favor he ir, ¿no?...

Octavia que se sonrió ante la broma se fijó en como Eliza radiografiaba a Bellamy sin cortarse un pelo aunque su hermano tampoco es que se cortara bastante.

—Sería muy trágico el perderme asistir... —se sonrió Eliza con un pícaro gesto.

—Estupendo, nos vemos después...—musitó Octavia empujando a Bellamy para apartarlo de aquella devoradora de chicos como fuese.

Eliza que dejo escapar una risita por lo bajito se volvió recogiendo su bolsa del suelo disponiéndose a dirigirse y entrar en la casa.

Abigail que cogió dos cajas se puso en pie y la miró con preocupación.

—Deberías haberme llamado, ¿y si te hubiese pasado algo?...

—Si me hubiese pasado algo, te hubieses enterado... —contestó ella pasando sin más por al lado de las cajas con un despota gesto.

—Pero espera... —dijo Abigail fijándose fugazmente en la calle—. ¿Y el resto de tus cosas? ¿cuándo van a traerlas?..

Eliza que estaba a punto de entrar en la casa se detuvo al oírla volviéndose a mirarla.

—Estás son todas mis cosas, Abby... —repuso ella elevando una ceja con una sonrisita evidente—. Yo no vengo con accesorios como la "Barbie"...—fijándose en su hermana a lo lejos antes de entrar—. Estaré arriba..

Clarke que tragó lentamente no pudo evitar apartar la mirada, todas las cajas que ya habían metido y todas las que quedaban por meter que contenían todo lo que tenía suyo en la vida y todo lo que Eliza tenía en la suya cabía en una misera bolsa de viaje...

El estomago se le encogió de solo pensarlo pero sintió como Abigail dejaba las cajas en el suelo y se le acercaba.

—Así que nuevos amigos, es estupendo... —intentó animarla ella acariciándole el pelo con ternura—. ¿No crees?...

Aquello desde luego no iba a ser nada fácil, pero todas iban a tener que poner de su parte para que funcionase a la perfección.

No quedaba otra...

Continuara...