-Somos iguales tu y yo –la muchacha hizo una pausa para mirarle a los ojos- por favor… estoy completamente sola y tu…tu eres el único que puede entenderme –los ojos de la muchacha se empañaron, una imagen que rara vez podía admirarse en su rostro siempre tan taciturno y lejano- quédate conmigo –suplicó agarrando con fuerza la mano del muchacho que la observaba en silencio.

Las gotas de lluvia recorrían sus cabellos y mojaba sus ropas, pero nada parecía importar, el tiempo se detuvo mientras el sonido de las gotas al caer continuaba.

-…quédate conmigo…


~*Fruits Basket*~


Después del encuentro con Akito, yo, Tohru Honda, aun sigo viviendo en casa de Kyo, Shigure y Yuki. Todo es como antes o incluso mejor, cada uno vamos mejorando en los pequeños problemas que teníamos antes de conocernos y me alegro mucho de haberlos conocido. Hemos pasado por muchísimas cosas juntos y…cada vez siento que estamos más unidos. Kyo y Yuki ya no se pelean tan a menudo. Yuki ya se ha integrado mucho más en el instituto, ya tiene un grupo de amigos con los que pasa el rato. Kyo es mucho más amable con la gente, es una persona realmente increíble, he descubierto algunas cosas sobre él, cosas no muy buenas, pero aun así quiero seguir estando a su lado. He descubierto que esta familia está llena de misterios y problemas internos, pero es apasionante descubrirlos e intentar solucionarlos. Sin embargo, hubo algo que ocurrió antes de empezar las vacaciones…

Un fuerte ruido en la habitación de Kyo me había despertado en mitad de la noche, me levanté y en el pasillo vi a Yuki, que también había ido a ver qué ocurría.
-¿Qué has hecho esta vez, gato est…? –se quedó en silencio al ver en el interior de la habitación-…¿q-qué haces aquí?
Me asomé a la habitación con curiosidad y me sorprendí ante la visión de aquella chica. Aparentaba ser algo mayor que ellos, al menos en aquel preciso instante. Era alta, delgada, de piel algo más oscura que la de ía rasgos claramente occidentales y su pelo oscuro con mechas claras, largo, ondulado y revuelto le daba un aire salvaje a sus tristes ojos amarillentos. Desvió su mirada hacia Kyo que observaba a la chica con aire serio y preocupado. Ella apenas se movió, estaba allí de pie, con los ojos llenos de lágrimas y una pose salvaje, como si hubiera corrido a través del bosque durante toda la noche.
-Kyo…-murmuró con una voz dulce pero a la vez penetrante y firme antes de perder el equilibrio.
Yuki dio un paso al frente pero Kyo fue más rápido y corrió hacia ella para abrazarla antes de que cayera al suelo. Tohru no pudo reprimir un grito de advertencia antes del contacto entre ambos, se llevó una gran sorpresa al darse cuenta de que no solo Kyo no se había transformado al tocar a la chica sino que además la abrazaba como si tratara de protegerla de todo…
-Creo que será mejor que les dejemos solos…-dijo Yuki cerrando la puerta del cuarto del gato.
-¿Qué? Pero…esa chica…
-Estará bien, no te preocupes –sonrió- vuelve a la cama, mañana te lo explicaremos todo.
-Esta bien…-suspiró Tohru no sin antes mirar instintivamente de nuevo hacia la habitación del gato
¿Quién sería esa chica?...

Aquella mañana no se habló de ella, fue como si no hubiera pasado nada la noche anterior y yo no pregunté nada al respecto ya qe parecía algo grave. Kyo se levantó como si no hubiera dormido en toda la noche y se mantuvo callado casi todo el día…

Pero aquello había pasado hacía mucho, antes del verano. Hoy volvemos a clase después de unas largas vacaciones que he pasado junto a mi abuelo en un hotel cercano a la cuidad, me lo he pasado muy bien, pero ahora me tengo que concentrar de nuevo en los estudios y sacar buenas notas para cumplir la promesa que le hice a mi madre…ya solo me queda un año...