Wolassssss XD Akari Akaku presentándose con una nueva historia =°w°=

Dedicado especialmente a mi one-chan LERO TAMA.

FELIZ CUMPLEAÑOOOOOOOOOOOOS~ XD!

D . Gray - man no me pertenece sino Lavi saldría más seguido ¬¬


=°w°= =°w°= =°w°=


Por equivocación

Capítulo 1 - Lo grandioso es que pude conocerte

Una linda joven de 24 años, cabello largo por la cintura sujeto con dos prendedores a cada costado, vestida con una falda corta y saco rosa, una blusa blanca y unas zapatillas con listones hasta las rodillas llega a la recepción de un hermoso restaurante.

-Buenas tardes. Bienvenida señorita ¿mesa para uno?

-Buenas tardes. Tengo una reservación, gracias.

-¿A nombre de quién?

-Allen Walker.

-Un momento por favor -revisando en la computadora- por aquí por favor.

La joven es guiada por el local hasta llegar a una mesa al fondo.

-¡Lenalee! -se levanta un joven albino de unos 23 años para abrazar a la recién llegada.

-¡Hola Allen, que gusto me da verte de nuevo! -correspondiendo el gesto.

-Por favor toma asiento -ayudándola con la silla.

-Gracias.

El menor toma su lugar quedando frente a ella.

-¿Y qué tal tu viaje? No puedo creer que ya haya pasado un año, realmente sentí que fue más -contento.

-Así es, ya un año. Todo estuvo bien. Aprendí muchas cosas -contenta.

-Komui sigue en China ¿verdad?

-Je je sí, muy a su pesar. El proyecto finaliza en dos semanas y su presencia era obligatoria.

-¿Y piensas seguir los pasos de tu hermano?

-Buenas tardes -anunció una hermosa mesera de cabello rubio quebrado debajo de la cintura- mi nombre es Lala y los atenderé esta tarde -entregándoles el menú y colocando los cubiertos- regresaré en un momento para tomar su orden -con una leve inclinación.

-Gracias -responden ambos.

-Mmm... ¿Qué probaré el día de hoy?

-Allen siempre terminas ordenando todo el menú -con una ligera risita.

-Eso lo sé -sin inmutarse- estoy pensando en el orden en que comeré.

-... Ya veo -soltó con una gotera en la frente.

Después de la deliciosa comida decidieron pasear en un parque no muy lejano de ahí para continuar platicando.

-Ja ja ja, ustedes siempre llevándose tan bien -riendo divertida.

-¡Eso no es cierto! -molesto- si ese Bakanda no me causara problemas mi vida sería mucho mejor -cruzándose de brazos.

-¿Y qué tal se encuentra Tikky? Se me hace raro el que no te venga a buscar o haya llamado.

-… -deteniéndose, dejando caer sus brazos a los costados. Baja su rostro y sus ojos son ocultos por su cabello.

-¿Allen? -preocupada- ¿Por qué pelearon esta vez?

-… Terminamos -severo.

-¿¡Cómo! -asombrada. Mira a su alrededor- vamos -tomándolo de la mano y guiándolo a una banca para tomar asiento y hablar con mayor tranquilidad.

- ¿Hace cuánto sucedió eso? -preguntando con cautela. Allen siempre hablaba con ella sobre Tikky, de hecho cuando el moreno se le declaró fue la primera en saberlo ya que le pidió ayuda para disipar su confusión. Su amigo amaba al mayor y este adoraba en extremo al albino. No podía creer que su relación haya terminado, debió haber sido por algo grave.

-Hace dos días -sin levantar la mirada aún.

-Allen -lo abrazó protectoramente- ¿por qué no me lo comentaste?

-No quería arruinar nuestro encuentro con algo sin sentido.

-¡Claro que es importante! -obligándolo a mirarla- somos amigos y jamás pensaría que algo relacionado contigo sea insignificante, no vuelvas a decirlo.

-Muchas gracias Lenalee.

-... -la peliverde guardó silencio, no deseaba obligarlo a tratar el tema.

-… dos años -desviando la mirada- ¿cómo pudo tirar a la basura dos años?... y-yo -quebrándosele la voz- ...lo amo tanto Lena -dejando que las lágrimas salieran.

-...

-¿Por qué Lena? ¿Acaso sólo fui un juguete para él? ¿Ya termino se usarme? ¿Acaso lo aburrí? -aferrándose a la peliverde.

-… -mirándolo comprensivamente pero sin decir nada.

-Él... me engañó -sollozando- fui a su casa después del trabajo, quería darle una sorpresa... él... lo estaba haciendo con alguien más... ese... sin vergüenza... se atrevió a pedirme un trío... detesto que me haya hecho esto -resentido- … sin embargo … no puedo dejar de amarlo -afligido, llorando con mayor intensidad.

La china solo acariciaba su cabeza y no dejó de abrazarlo hasta que el pequeño se tranquilizó.

=°w°= =°w°= =°w°=

-¿En serio estás bien? puedo quedarme, no hay ningún problema -comentaba la peliverde desde el interior de un taxi.

-Descuida, ahora me siento mejor -esbozando una sonrisa.

-Mentiroso.

-Je je -riendo nervioso.

-Bien pero vendré mañana a visitarte.

-Será un placer.

El taxi se pone en marcha. Hasta que el albino lo pierde de vista entra al edificio. Sube hasta el tercer piso por las escaleras con parsimonia.

-Nyaa -lo recibe un hermoso y gordo gato de pelaje amarillo y franjas un poco más oscuras.

-Hola Timcanpy. Estoy en casa.

-Nyaan -frota su cuerpo entre sus piernas.

-Je je, enseguida te doy de comer.

Ve como el minino devora su comida. Las lágrimas brotan en silencio.

-Nyaa -el pequeño se acerca a su amo y lame su mejilla, consolándolo.

-Gracias Tim -abrazándolo.

Al rato lo suelta y se acuesta en su cama sin poder detener esas lágrimas. Sin poder olvidar lo feliz que era.

Dos horas después.

Ding dong

Silencio.

Ding dong

-… -se limpia el rostro. Ve su imagen ante el espejo, se acomoda el cabello con los dedos y apresura a abrir.

-Lenalee te dije que... -detuvo su explicación al no ver a la china.

-…

-¿Puedo ayudarle en algo? -al ver que el joven pelirrojo frente a él se quedó estático.

-Y-yo... -no podía articular palabra alguna. Estaba totalmente embelesado ante la imagen de la persona que lo recibió.

-¿Si? -animándolo a continuar, ladeando un poco la cabeza. Su aspecto era singular: tenía un ojo cubierto por un parche negro, su cabello era sujeto por una bandana oscura. Estaba vestido con un saco negro con detalles en rojo y pedrería fina, un pantalón blanco, botas negras hasta la rodilla y una gran bufanda naranja- no recuerdo haber visto un local con semejante uniforme-se esforzaba por recordar. Aunque lo que más llamó su atención fue el color de su ojo. De un intenso verde, muy parecido al de las esmeraldas.

-… -el joven frente así, más bajo que él por unos centímetros, cabello platinado largo, sujeto por la nuca, el resto del cabello reposaba en su pecho, una piel tan nívea y perfecta y una curiosa marca surcándole el lado izquierdo de su rostro. Era hermoso. Su corazón se estrujó al observar con atención sus platinados orbes- ha estado llorando ¿Quién sería capaz de lastimar a tan hermoso ángel?

Dio un paso hacia delante. El pequeño retrocedió instintivamente. No por miedo sino como reflejo. Después de entrar cerró la puerta con el pie, dejando caer al tiempo la caja que llevaba. Tomó el rostro con ambas manos, se acercó con lentitud y lo besó como jamás había besado a alguien.

El albino se paralizó por la sorpresa. Ese desconocido lo estaba besando. Las lágrimas brotaron de nuevo. Lo estaba besando con tanta ternura. Debía detenerlo, después de todo era un extraño. No supo en qué momento rodeó su cuello y correspondió el beso. Se sentía tan dolido, triste y solo. Solo por una vez en la vida se dejaría llevar sin pensar en las consecuencias ¿Qué tan malo podría ser?

Se separaron para tomar aire, el pequeño seguía llorando, un lindo carmín teñía sus mejillas. El ojiesmeralda besó con dulzura todo su rostro: frente, nariz, mejillas, ojos y por último le dio un casto beso.

-No llores -limpiando con suavidad sus lágrimas.

-... -confundido- ¿por qué...? ¡No! -negándose a razonar. Tomó al joven de la mano y lo condujo en silencio a su habitación.

El cuarto era amplio: al fondo se encontraba la cama con una mesita de noche en cada lado, a la izquierda un gran ventanal con unas finas cortinas. Enfrente una pared repleta de libros y frente a la cama un escritorio.

El albino se giró para verle a los ojos.

-Por favor -casi en tono suplicante.

Eso lo encendió y sin resistirse más lo besó con frenesí. Sus manos recorrieron su cuerpo, explorando. El albino se colgó de su cuello pegando su cuerpo.

-Oh -gruñó el pelirrojo por tal acercamiento. Estaba desesperado por verlo desnudo así que no perdió tiempo en desvestirlo. Su desesperación era tal que algunos botones se desprendieron y desgarró partes de las prendas. Al terminar lo cargó y con sumo cuidado lo recostó en la cama.

Se colocó sobre él y lo miró fijamente. Allen estaba muy sonrojado pero cuando vio la mirada llena de deseo en su ojo visible su color le hizo competencia al cabello de ese desconocido.

Se besaron nuevamente, el albino profundizó el beso tomándolo de la nuca, sus lenguas juguetearon un rato y exploraron la cavidad del otro sin pudor. Las hábiles manos del ojiesmeralda recorrieron ese cuerpo con tanto afán, queriendo memorizar cada centímetro de esa blanca piel. Cada detalle. Cada curva.

Saboreó ese fino cuello con deleite mientras masajeaba ese par de botoncitos rosas.

-Ahh- gimió el pequeño- mmm... -cerró sus ojos concentrándose en el placer que sentía.

Pronto su boca sustituyó una de sus manos. Lamió y dio pequeños mordiscos hasta que el pezón se puso rígido. Le dio atención al otro succionándolo y saboreándolo.

-Nnnn... -suspiraba.

Descendió poco a poco dejando un camino de saliva, probando ávidamente esa deliciosa piel, dejando cardenales en la cintura y estómago. Jugueteó un rato con su ombligo y descendió. Se desvió en la cadera, besando el interior de los muslos, cerca de su miembro, evitando tocarlo.

El albino apretó las sábanas, estaba ansioso porque hiciera más que besarlo. Ya quería sentirlo dentro de sí.

El mayor se alejó para observar desde un mejor ángulo y la visión lo hizo sonreír de medio lado.

-Mmm... -protestó el albino entreabriendo sus ojos.

-Je je -tomó al joven de las muñecas y las levantó sobre su cabeza, juntando de nuevo sus labios, recargando su peso y frotando descaradamente su dura erección con la contraria.

Los jadeos fueron sofocados por el beso. Al estar expuesto el roce de la ropa contra su piel lo excitó de sobremanera. Hizo el amago de soltarse pero el pelirrojo no se lo permitió.

Sujetó ambas muñecas con su mano y sin dejar de besarlo retiró su bufanda con la cual lo ató a los barrotes de la cabecera.

El albino no lucia sorprendido. El visitante se sintió un poco desilusionado. Atacó con ferocidad su cuello, sus manos siguieron recorriendo ese sensual cuerpo. El albino solo suspiraba y dejaba salir pequeños jadeos. Descendió a la parte más sensible del joven y lamió con tanta tranquilidad su miembro erecto de la base hasta la punta, como si disfrutase una paleta y deseara que durara eternamente. Rato después lo envolvió por completo con su boca.

El albino se retorció de placer y gimió sin control. Como premio por esa linda respuesta el pelirrojo se empeñó más en su trabajo: succionó y dio pequeños mordiscos al tiempo que masajeaba los testículos.

-Ah... más... más -pedía entrecortadamente el joven, tensando su cuerpo, arqueando la espalda- más rápido -se sentía espléndido, le estaban dando la mamada de su vida. El mayor sonrió para sí. Introdujo el miembro de nuevo en su boca deslizando hacia arriba y abajo con rapidez.

-Nnn... ¡aaah! -gimió alcanzando el clímax, corriéndose en la boca del otro.

Sintió moverse al otro y entreabrió sus ojos para observarlo.

-Delicioso -retiró un poco de la semilla del albino de su rostro con los dedos y los lamió, todo bajo la atenta mirada del joven quien se sonrojó y encendió de nuevo.

-Vaya ¿todavía no estás satisfecho? -presionando la punta con su dedo índice.

-Mmm... -sintiendo placer con esa suave presión.

El pelirrojo lo besa cortamente.

-Eso me alegra mucho -acercándose a su oído y susurrando seductoramente- ahora pon mucha atención.

Se quita botas y calcetas. Se pone de pie en la cama y con sensualidad comienza a desvestirse. Primero el saco, luego la bandana; bailando al ritmo de una melodía inexistente, mirando al albino con tanto deseo.

El menor lo miraba boquiabierto, intentaba inútilmente zafarse. Ese joven era increíblemente sexy, ya no soportaba solo mirar, lo deseaba y con urgencia.

-Uuuh -suspiró el albino cuando el joven estaba únicamente en su sexy y muy ajustada ropa interior. El bulto entre sus piernas era enorme, el solo imaginárselo en su interior... era delicioso.

Al notar la mirada fija en su miembro bajó un poco su trusa mostrando un poco de piel.

Abrió sus ojos tanto como pudo para no perder ningún detalle e intentó con más fuerza desatarse. Tragó saliva. El pelirrojo se estaba divirtiendo a lo grande, bajó otro poco de su prenda pero su erección no permitía que la prenda se deslizara con facilidad.

El albino gruñó, estaba ansioso -ya quítatela de una maldita vez -gritaba desesperadamente en su interior.

Como si su pensamiento hubiese sido escuchado la ropa cayó hasta detenerse contra la cama. Abrió más los ojos, si es que era posible, por la impresión. Era enorme. Un pequeño escalofrío recorrió su espalda, sintiendo un poco de miedo por tal extensión.

Con el ego por los cielos por tal reacción el ojiesmeralda meneó un poco la cadera y notó como al albino pareció salirle humo por las orejas y ponerse completamente rojo.

Se puso en cuatro y con movimientos felinos se fue acercando al joven atado en la cama. Lamió sus labios, su lóbulo izquierdo y prosiguió a saborear de nueva cuenta se cuello.

La desesperación aumentó así que el ojiplateado con sus piernas rodeó la cintura provocando que sus erecciones chocaran.

-Aaaah -gimieron al unísono.

-Mmmm... con tal invitación como podría resistirme más -con la voz ronca por el deseo. Desató al joven y se besaron con intensidad.

-Nnnn... -al sentir un dedo en su entrada.

-Mira lo mojado que estás.

-... -desviando la mirada.

Introdujo el segundo metiéndolo y sacándolo con cierta facilidad.

-Ba... ba-basta... -pronunciando con dificultad.

-¿? -confundido.

Las miradas se encontraron.

-Te quiero dentro ¡Ahora! -ordenando con la mirada cargada de lujuria.

-... -asombrado- como desees -besándolo- pero tengo un grandiosa idea- separándose un poco. Obligó al otro a sentarse y lo separó de la cabecera. Colocó algunas almohadas, se sentó y se puso cómodo.

-Ven -con sonrisa lobuna e invitándolo con el dedo índice.

El albino no se hizo del rogar, se arrodillo colocando sus piernas a los costados y acomodó el duro miembro en su entrada. El pelirrojo desató la fina cinta que sujetaba ese platinado cabello. El cual se escurrió como una fina lluvia por ese esbelto cuerpo. Se relamió los labios.

-Ahh -jadeó sonoramente al penetrarse por completo y de una sola vez -descansó sus manos y cabeza en los hombros del pelirrojo.

-Con esta ya van dos veces que te corres.

El albino comenzó a subir con lentitud.

-¿Y todavía quieres más? pero que pervertido eres -tomándolo del mentón y succionando su labio inferior, mordiéndolo con suavidad.

Al separarse el menor se apoyó en sus hombros para aumentar la velocidad.

-No tan rápido -sujetándolo de la cintura para reducir los movimientos.

-Déjame -protestando con un puchero.

-No -ayudándolo a subir y ejerciendo más presión al descender para que su miembro lo penetrara con mayor profundidad.

-Oooh -gimiendo.

-¿No crees que es más placentero así?

-Mmm... si -dejándose guiar.

Continuaron unos minutos más hasta que el pelirrojo en un movimiento rápido recostó al joven sin salir de él.

-Eres tan exquisito, tan estrecho -besándolo con lascivia.

-Mmmm... la tienes tan grande y amm... tan dura -entrelazando sus manos al rededor de su cuello- más... más rápido -rogando, nublado por el deseo.

Extasiado, obedece al pequeño. Aumenta el ritmo de sus estocadas. El albino envuelve sus pernas en su cintura para profundizar aún más. El pelirrojo lo penetró con más fuerza.

-Nnnn... ahí... de nuevo... con más fuerza -al sentir que lo tocó en un punto sensible.

-¿Así? -repitiendo la acción.

-Aah si, más... más -sintiendo un mayor placer.

-Mmmm... -saboreando su cuello de nueva cuenta. Entrelazó los dedos de su mano izquierda con el menor que la aferró con fuerzas mientras que la otra comenzó a masturbarlo.

-Más, más -implorando a gritos. La cabeza le daba vueltas jamás sintió algo así con Tikky. Siempre fue él quien tenía que complacerlo, hacer lo que le pidiera, aunque tiempo después al final la mayoría de las veces se sintiera insatisfecho.

-Me co-corro... -arañando la amplia espalda con su mano libre.

-Adelante, no te contengas -aumentando la velocidad de su mano.

-¡Ah! -alcanzando el orgasmo

-Mmm... -sintiendo como su miembro era aprisionado por la pequeña entrada, corriéndose en su interior.

Exhausto salió con delicadeza, dejándose caer a un costado. El ojiplateado con las fuerzas restantes los cubrió con la sábana y se pegó a él tanto como pudo. Feliz el pelirrojo apartó el cabello de su rostro, besó su cicatriz y lo abrazó posesivamente.

Cuando el sueño lo estaba venciendo no se pudo contener.

-Creo que me he enamorado de ti... Yuu -con voz traviesa.

-... ¿Yuu? -con un tic en el ojo.

-¿Acaso no eres Kanda Yuu? - mirándolo interrogativo.

-¡No! mi nombre es Allen Walker -molesto con chapitas e inflando las mejillas.

-¿No es este el departamento 35? -incrédulo

-¡No! es el 33.

-Pero la placa de la puerta… -sin creérselo.

-Las pusieron ayer en la tarde pero se han equivocado -con una enorme venita en la frente.

-Así que me equivoqué de cliente... -pensativo, hablando más para sí que comentándolo.

-¿Cliente? -ladeando la cabeza, no entendiendo.

-Bueno, no importa -restándole importancia al asunto encogiendo sus hombros.

-¿? -sin comprender.

-Lo grandioso es que pude conocerte -con una amplia sonrisa y mirada tierna.

-… -se sonroja.

-Descansemos un poco -robándole un beso- ¿te parece bien? -con tono amoroso.

-Si -sonriéndole encantadoramente.

-¡Oh! -lo abraza con fuerzas- será mejor ya dormirnos -nervioso con un notorio carmesí.

-No lo creo -besando su cuello.

-Mmm... -excitándose de nuevo.

-Al parecer el único pervertido aquí eres tu-lamiéndolo y sujetando con firmeza el erecto miembro entre su mano.

-Nnn -cerrando con fuerza los ojos.

-Ahora es mi turno de torturarte -divertido, bajando y subiendo con lentitud.

-Que ángel tan travieso -besándose con pasión.

Comenzando de nuevo. Disfrutando toda la noche. Explorándose sin descanso hasta quedar satisfechos... por el momento… hasta el próximo encuentro... si es que logran resistirse.

...


=°w°= =°w°= =°w°=


Espero les haya gustado, acepto todo tipo de reclamaciones, amenazas, o felicitaciones. Por qué no? je je je.

Por favor jitomatazos no, mejor pastelazos y si son de chocolate mejor je je je.