Capítulo 1: Una sorpresa inesperada.

-Disclaimer: Ranma ½ no me pertenece, le pertenece a Rumiko Takahashi.

Ranma ^ 2

Aclaración: Historia que inicia a partir del penúltimo capítulo del anime, con sus obvias diferencias para justificar los acontecimientos próximos. No se tomará en cuenta acontecimientos posteriores del manga, pero si uno que otro de las ovas. Notas del autor al final del capítulo.

Posdata: Lecturas así: "". Pensamientos así: ("").

-Akane. – Se escuchaba a la distancia. – Akane…

-Mamá. – Hablaba casi en un susurro la anterior nombrada. – ¡Mamá!

Un recuerdo, un sueño. Vago, pero lo suficientemente claro e ilustrativo, para que aquella niña, Akane Tendo, identificará a la voz e imagen que la llamaba.

Paso a paso, respiración a respiración, suspiro a suspiro, la chica convertida en niña se acercaba a la figura materna; que probablemente le hizo mucha falta en su crecimiento. Y sin pensarlo, se lanzó a sus brazos, recibido ese cariño que solo una madre puede dar.

Un día soleado, con cielo despejado. Su familia reunida y ella en el centro de todo. Un recuerdo feliz.

Pero, era solo eso, un recuerdo transformado en un sueño, y de los sueños se tiene que despertar.

Poco a poco abrió sus ojos, mostrando lágrimas en el proceso. No quería despertar de aquél sueño que tanta felicidad le mostró, sin embargo, ya era hora de despertar, y por más que quisiera posponerlo era imposible.

Se incorporó sobre su cama, poco entusiasta, para luego soltar un largo y necesario suspiró.

-Akane. – Llamaban al otro lado de la puerta.

-Pasa Kasumi. – Autorizo la chica. Pocos segundos fueron necesarios para que la hermana mayor de la prometida de Ranma Saotome ingresará a su habitación.

-El desayuno está listo, por favor baja. – Comento mostrando una sonrisa, esa sonrisa tan característica suya.

-Sí, ya bajo. – Anuncio. Su hermana se limitó a dedicarle una sonrisa, para luego retirarse. – Bueno, hoy tenemos que irla a ver.

-a-

El resto del día transcurrió más movido de lo normal. Akane Tendo había informado a la familia sobre el sueño que había tenido, y como este la hizo sentir.

Por supuesto, esto lo informo luego de haber ido a dejarle; acompañada de su familia, claveles. Ella sabía que su madre los amaba, la conocía tan bien pese haber convivido muy poco.

El tiempo pasó volando, y con el recordar a la madre de las hijas Tendo surgió un nuevo tema de conversación en las familias que habitaban la casa. Más en específico, reavivó unas dudas que se tenían respecto a Ranma, ¿Dónde está su madre? Siendo esa la pregunta principal.

-Y Ranma… ¿qué recuerdas de tú mamá? – Cuestiono Akane.

-Bueno, para ser sincero no recuerdo nada sobre ella. – Indico el chico. – ¿Tú recuerdas algo, papá?

El mayor de los Saotome, al ver la situación en la que se encontraba, hizo lo que mejor sabía hacer para salir de los problemas: transformarse en un panfleto. Y así lo hizo.

-¡Siempre es lo mismo contigo, papá! – Reclamo Ranma. Su padre transformado en panda se limitó a asistir ligeramente. – Dime… ¿qué fue de ella?

-No lo recuerdo. - Mostró su letrero para responderte ante la pregunta del su hijo.

-¡¿Qué?! ¡No puedes estar hablando en serio! – Exclamó un enojado Ranma.

-Es en serio, ni siquiera recuerdo su nombre. – Volvió a expresarse Genma a través de sus típicos letreros. – Deja el tema por la paz.

-¡Cómo quieres que lo deje de lado si no me das dato de ella!

-Pues porque no se nada, ya se me olvido.

¡Pum! Una patada sencilla, pero efectiva, directo al rostro de su padre convertido en panda. Siendo sinceros, Ranma no era un chico de mucha paciencia.

-Sí, seguramente nos abandonó. – Dedujo el chico capaz de convertirse en mujer. Debido a este comentario, las hermanas Tendo empezaron a especular, sobre si la afirmación de Ranma era verdad o no.

Y así siguió transcurriendo el día, dejando al joven Saotome con más dudas que respuestas. Su madre, que hace ya un largo tiempo que no pensaba en ella.

Intrigado por sus dudas, el heredero del dojo Tendo avanzaba despreocupado por encima de las rejillas que separaban a la calle del rio; como casi siempre suele hacerlo, a tal punto que no leyó un letrero con una claro advertencia: "en reparación".

-No, no, no. – Suplicaba a la suerte el chico mientras trataba de mantener el equilibrio. – No… ¡Ah!

Splash, agua por aquí, agua, por allá. Y con ello, Ranma se había vuelto a convertir en mujer.

-Demonios. – Maldecía a su suerte el joven Saotome.

-Pequeña, ¿te encuentras bien? – Le cuestionaron desde la orilla.

La ahora chica alzo la mirada, para localizar a la persona autora de esa pregunta. Una señora, no tan joven, pero tampoco tan crecida. Amable a simple vista y con una linda sonrisa.

-¿Te ayudo a subir? – Le volvió a cuestionar mientras extendía un objeto cubierto entre un manto color café. – Anda, sujétate. - Ranma asistió tímidamente, para luego incorporarse y sujetar aquel objeto…

Lamentablemente, para él o ¿ella?, las cosas no siempre resultan como él quisiera.

Mientras trataba de subir, en el proceso, no calculo su fuerza, y con ello volvió a caer al agua, arrastrando a aquella amable señora con él.

-Lo siento mucho, señora. – Se disculpó mientras tomaba una de las sandalias de la mayor, y se la devolvía, entre sonrisas nerviosas.

-No te preocupes, yo también tuve la culpa. – Anunciaba con una sonrisa, mientras acariciaba la cabeza del chico transformado en chica. – No calcule bien mi peso, y me creí más fuerte de lo que soy. – La mujer, tan amable, tan sonriente tomo sus cosas y empezó a alejarse, dejando solo a nuestro protagonista. – Adiós, que estés bien. Me esperan, no debo de hacer esperar a mis acompañantes.

-("Que señora más amable") – Pensó para sí mismo mientras observaba a aquella amable señora irse.

-a-

-¡Ya llegue! – Anunciaba casi en un grito Ranma, a la par que ingresaba a la vivienda de los Tendo, con los zapatos en la mano, dispuesta a dejarlos en su lugar correspondiente.

-¡AH! – Se escuchaban gritos que indicaban una prisa enorme. ¿El origen? Lo averiguo en cuanto la persona causante de aquellos gritos bajo de una singular manera las escaleras… su padre era el causante.

-¿Papá? – Cuestiono con intriga mientras observaba el cuerpo inerte de su padre.

-¡Rápido, Ranma, tenemos que irnos! – Exclamo el mayor de los Saotome mientras dejaba de lado su estado de reposo, cargando a Ranma en el proceso y llevándolo nuevamente a las afuera de la casa Tendo.

-¡¿Papá?! – Cuestiono casi incrédulo sin poder hacer nada. - ¡Espera! ¡¿A dónde vamos?!

-No hay tiempo para explicaciones. – Indico mientras continuaba con su carrera.

-¿Cómo de que no? – Cuestiono el padre de las chicas Tendo mientras pisaba la sandalia de Genma, causando que este perdiera el equilibrio y terminara en el suelo junto a su hijo. – Lo menos que puede hacer es darnos una explicación, no puede marcharse así como a sí, señor Saotome.

La caída fue tal, que del impacto el mayor de los Saotome dejo escapar una tarjeta postal, una tarjeta postal con ciertas revelaciones que cambiarían la vida de Ranma…

-a-

"Estimado señor Tendo, quiero informarle que iremos a visitarlos. Un saludo de Nodoka Aiori"

-En cuanto leyó esta tarjeta postal se puso como loco. – Señalo Nabiki.

-Al menos debes decirnos el porqué, tío Genma. – Indico Kasumi.

-¡Escúcheme, Tendo! – Suplicaba al borde de la desesperación Genma Saotome. - ¡Perdóneme! Pero por favor… ¡deje que me vaya! ¡Se lo ruego! No puedo explicarlo ahora, ¡solo déjenos ir!

-Oiga, Saotome, no tiene que ponerse así. – Comento un despreocupado Soun Tendo. – Si hay algún problema podemos resolverlo todos juntos.

-¡No hay nada que ustedes puedan hacer! – Señalo. - ¡Excepto dejarnos ir! ¡Es un asunto de vida o muerte! Por favor…

-Nodoka… es un nombre de mujer, ¿cierto? – Decía Nabiki.

-Si. – Comento Akane. – Dinos quien es, tío Genma.

-¡Ash! Está bien, les voy a decir quién es. – Indico un ya resignado Genma.

-Anda. – Ordeno directamente Ranma; convertido en hombre, mientras sujetaba a su padre de su traje de entrenamiento, y lo elevaba hacia él. – Dime quien es, seguro que le robaste algo, seguro comiste y huiste sin pagar.

-Oye… ¿qué estas insinuando? – Cuestiono con un tono de indignación el mayor de los Saotome.

-Lo que todos sabemos. – Señalo mientras lo arrojaba al suelo. – Eres un pillo con un historial muy negro, papá.

-Como te atreves a hablarme así. – Indico con indignación Genma Saotome.

-¡Ya sé! ¡Viene a cobrarte una deuda! – Propuso Nabiki.

-Si… O tal vez el tío Genma abuso de la hospitalidad de la señorita Nodoka. – Propuso Kasumi.

-O fue a su restaurante y huyo sin pagar la cuenta. – Propuso Akane.

-¡Aiñ! ¡No es nada por el estilo! – Exclamo el hombre capaz de convertirse en panda.

-¿Entonces? – Cuestiono Ranma de manera muy directa y seria.

-Ella es… ella es… ¡ella y Ranma son!..

-¿Yo qué? ¿Ella y yo qué?

-¿Hay alguien en casa? – Se escuchó en la entrada de la misma.

-¡Hay! – Grito con terror Genma Saotome mientras trataba de ocultarse con una almohada. – Ella es… ¡Ella es tu madre!

-¡¿Ehh?! – Cuestionaron al mismo todos los presentes.

-Saotome, ¿qué fue lo que dijo? – Cuestiono Soun Tendo.

-Sí, repite lo que dijiste. – Exigió Ranma mientras sujetaba a su padre de su traje de entrenamiento.

-¿Es su esposa?

-Y no solo ella, la tarjeta dice "iremos" así que… supongo que también vienen sus hermanos…

-¡¿Ehh?!

-a-

Hace tiempo que no salía de casa, pero claro, no era aficionado de salir de la misma. Prefería quedarse en la misma, a hacer todo tipo de cosas antes de salir a la luz del sol. Y no es que fuera un antisocial, bueno, probablemente sí lo era; pero eso le daba igual, simplemente no era su estilo estar entre tanta gente.

Pero esta vez la ocasión lo ameritaba, porque, según su madre, al fin pudieron localizar el paradero de su padre y hermano.

¿Hace cuánto que no lo ve? Fue una de las preguntas que se cruzaron por su mente en cuanto se enteró de ello; claro que a los pocos minutos se dio cuenta de su error, pues los había separado desde niños. Por supuesto, que este reencuentro no sería feliz del todo debido a ciertas condiciones establecidas en un contrato hace ya un largo tiempo.

-Gennosuke. – Le llamaba una voz femenil; activa y alegre. – Oye, oye, ¿qué piensas hacer en cuanto lo topes de frente?

-No lo sé… Yo… yo… no lo he pensado aún. – Admitió con un poco de vergüenza.

-Vamos, hermano, podrás demostrar que eres más fuerte que él. – Trataba de animarle la chica. – Uno, dos, tres y ¡pum! ¡Victoria total!

-Eso es más que claro, Sayaka. – Indico el chico. – Sin embargo, no voy a subestimarlo, es de nuestra familia después de todo, y fue entrenado personalmente por nuestro padre. Por supuesto que yo tampoco perdí el tiempo

-¡Lo sé! – Exclamaba mientras estiraba los brazos hacia el cielo. – Pere, oye, oye, ¿no te emociona el encuentro? Porque a mí sí aunque… ¿pensara que hablo mucho como la mayoría? Claro que lo hago, pero es uno de mis mejores rasgos, aunque me gustaría callarme a veces. En ocasiones suelo decir cosas de más, como esa vez en el circo, o cuando ingresamos al concurso de peleas callejeras de los bajos barrios sin el permiso de mamá para ganar un poco de dinero o cuando…

-Guarda silencio, idiota. – Indico nervioso el chico mientras tapaba la boca de su hermana

-Sayaka, hija mía. – Hablaba la madre de los dos jóvenes. – ¿Cuándo fue que ocurrió eso?

El aura de peligro se percibía en el ambiente

-Ehh… este. – Trataba de encontrar justificación la chica. - ¿Lo olvide?

-Gennosuke. – Ahora se dirigía al chico. – Hijo mío, sabes que tú y yo no tenemos secretos, dime cuando fue que ocurrió.

-Bueno. – Tosía ligeramente el chico, tratando de mantener la compostura. – En mi defensa debo de decir que fue idea de Sayaka.

-¡¿Qué estás diciendo, idiota?! – Le reclamo la chica.

-Es de mala educación interrumpir la conversación de la gente, hermanita. – Le comento el chico. La chica hizo un puchero debido al comentario de su hermano – En fin, como decía. Fue idea de Sayaka, claro que yo también tengo responsabilidad por haber aceptado su idea sin vacilar. Por supuesto, madre, esto lo hicimos con toda la buena intención. Ganando ganaríamos una cantidad considerable de dinero, el cual ocuparíamos para sustentar ciertos gastos del hogar.

-¿Y qué fue lo qué paso con ese dinero?

-Eso es lo gracioso de todo eso, jaja... – Explicaba el chico mientras soltaba ligeras sonrisas nerviosas. – Luego de una persecución que duro hasta no sé qué altas horas de noche, debido a que los otros equipos participantes no estaban conformes con el hecho de que el equipo conformado por nosotros dos saliese victorioso, el dinero… si el dinero… ¡Lo perdimos!

-¡¿Ehh?! - Se sobresaltó la madre de los chicos.

-Gennosuke dijo que podíamos aumentar las ganancias apostando en carreras de caballos. – Explico Sayaka. – Así que al día siguiente fuimos muy animadamente a llevar acabo la idea de Gennosuke de apostar. El resultado, por supuesto, fue una pérdida total. Se perdió todo, hasta el último centavo.

-Creí tener un buen ojo para eso. – Hablaba cabizbajo el chico.

-Lo peor es que te hice caso. – Indico la chica. – Algo en mi cabeza me decía: "Es mala idea, nunca han salido los resultados esperados en cada apuesta que ha llevado acabo Gennosuke". – Esto con voz chillona. – Pero otra voz me decía: "¡Deja que tu hermano apueste!" – Esto con voz grave.

-Oye, si sabes que soy malo para las apuestas al azar debiste haber apostado tú. – Le reclamo su hermano.

-Sí, también me lo llegue a plantear, pero así yo hubiera tenido que cargar con más responsabilidad y no estaba dispuesto a ello. – Explicaba Sayaka. – Además, la cara que pones cuando algo no sale bien no tiene precio, h-e-r-m-a-n-o.

-¡Esa cara no es muy común! Soy el mejor en todo lo que hago, ¡el mejor!

-Por eso tenía que aprovechar el momento. – Indicaba la chica. – Era perfecto, además, ¿el mejor? Esa arrogancia tuya será tu perdición. ¡Ya viste lo que ocurrió en las carreras de caballos!

-No es arrogancia, cuando eres excepcional. – Hablaba de manera presumida. – Además, ese asunto ya es de tiempo atrás. Un año para ser exacto.

-¿Pues cuando me lo pensaban contar? – Cuestionaba, mientras trataba de mantener la calma, la madre de ambos chicos. – Hermano y hermana tragaron saliva lentamente, debía elegir sabiamente sus palabras.

-Bueno… se supone que era un secreto de hermanos. – Indicaba Gennosuke con un poco de vergüenza. – No pensábamos decirte nada porque sabemos que no te gusta que pelemos para ganar dinero. – Suspiro. – Necesitábamos el dinero para ayudarte con ciertos gastos del hogar, ya que tú básicamente cargas con el peso de los tres…

-Además de que pensábamos comprarte algo bonito por tu cumpleaños. – Señalo Sayaka. – Era una manera de agradecerte por todo lo que has hecho tu sola por nosotros dos…

Nodoka, la aún esposa de Genma Saotome, quedo atónita ante las palabras de sus hijos. Si, era cierto, ella trabajaba bastante duro para mantener a Gennosuke y Sayaka. Claro que el mantener a tres personas era complicado, por eso mismo no tenían grandes lujos y por ello su hogar no era muy grande. Sin embargo ella nunca pensó que, su hija e hija, fueran capaces de hacer algo así.

-Escuchen, Gennosuke, Sayaka. No quiero que vuelvan a hacer algo así. – Decía Nodoka Saotome. – Estoy consciente que nuestra situación económica no es la mejor, pero es estable. Me alaga mucho que piensen de esa manera para ayudarme, y no para comprar cosas incensarías como en el pasado. – Sayaka mostro una mueca nerviosa debido al comentario de su madre. – Pero es mi deber darles lo más que pueda, y enseñarles a valorar ello. Sé que no nos sobra bastante como para comprar cosas "lujosas", pero sé que nunca les ha faltado de comer. Así que por favor, no vuelvan a hacer algo así, deben de centrarse en sus objetivos, ambos, y dejarme a mí el resto.

-Mamá. – Hablan al mismo los dos hermanos, consternados por las palabras de su madre.

-No lo volveremos a hacer. – Hablaba Gennosuke, mientras abrazaba a su madre, seguida de su hermana. – Lo prometo.

-Sí, es una promesa. – De igual manera Sayaka.

-Gracias chicos, gracias por entender. Significa mucho para mí. – Destaco Nodoka, a la par que rompía el abrazo. – Bueno, nos esperan, sería una lástima dejarlos esperar. – Nuevamente en tono alegre, mientras retomaba la marcha.

-¡Si! – Exclamaron de igual manera ambos hermanos, mientras extendían su brazo derecho hacia arriba, embonando una sonrisa.

-Bueno, esto va a nuestro historial junto con lo del circo. Aunque de allí nos echaron. – Indicaba Sayaka, como siempre, hablando de más. – No entiendo por qué si hacíamos bien nuestro trabajo.

-Oh… no sé, tal vez tus constantes peleas fueron la causa. – Le decía en tono sarcástico su hermano.

-O tal vez tu actitud de quererte hacer el importante. – Le reclamaba su hermana. – Mírenme, soy Gennosuke, no trabajo en equipo. – Le molestaba mientras hacia una imitación de su hermano, moviendo los hombros de manera chistosa.

-Guarda silencio, idiota, además, yo no hablo ni me muevo así.

-Lo estás haciendo justo ahora. – Señalo Sayaka seguido de un guiño.

El chico la observo seriamente, mientras que su hermana le mostraba una sonrisa confiada. Pronto, empezó a soltar pequeñas risas, para luego empezar a carcajear, seguido de Sayaka. Si, al menos su hermana le ayudaba a cambiar su estado de humor, y podía cambiar por completo el ambiente.

Sin embargo, en su mente rondaban otros pensamientos.

-("Debo vencerlo a como dé lugar") – Pensaba Gennosuke. – "Por mi madre y mi hermana debo hacerlo".

-a-

Luego de una cómica escena en donde la voz que llamaba a la puerta no era Nodoka sino una repartidora de comida, la familia de los Tendo y la otra parte de la familia Saotome habían empezado a aclarar dudas sobre lo que estaría próximo a venir.

Por supuesto que el asunto le cayó como un balde de agua fría a Ranma, que aún no podía creer en la noticia sobre que su madre; acompañada de sus hermanos, vendría a verlos

-Veré a mi mamá. – Hablaba aún con sorpresa Ranma, mientras sostenía la postal.

-Felicidades, Ranma. – Hablo una muy feliz Akane.

Y allí estaba, aislándose de todo, en entrada trasera de la casa, observando el pequeño estanque en el jardín, meditando sobre la noticia que acaba de caer sobre él.

Como buena prometida, Akane no dejo esto pasar de lado, y fue a hacerle compañía. Incluso los chicos duros como Ranma necesitaban de un consejo de vez en cuando.

-Ranma. – Le llamaba Akane mientras se sentaba a su lado. – Debes de estar feliz, ¿no? Poder ver a tu mamá y a tus hermanos.

-La verdad no sé qué pensar. – Admitía el chico. – Ha sido tan repentino. Ya ni siquiera recuerdo como eran…

-No importa. – Hablaba de manera tierna Akane. – Ahora lo vas a saber. – Dicho esto sujeto la mano del chico, sorprendiéndolo y sonrojándolo al mismo tiempo. – Además, no estás solo para afrontar esto. Yo estaré contigo, en todo momento…

-Akane…

-a-

-Y aquí es. – Indicaba Nodoka Saotome mientras se posicionaba frente al templo, al lado de sus dos hijos.

-Es un buen sitio. – Admitió Sayaka. – Incluso siento un poco de envidia.

-Sayaka. – Le llamaba la atención su madre. - ¿Otra vez hablando de más?

-Lo siento, lo siento, ¡lo siento! – Rápidamente se disculpaba la chica. – Esta vez hable sin pensar.

-Como sea. – Hablo luego de dar un suspiro. – ¿Qué piensas, Gennosuke?

-Que ha llevado una buena vida. – Comento de manera seria. – En fin, supongo que está bien. ¡Sayaka!

-¡Señor, si señor! – Saludaba al momento la chica.

-Quiero causar una impresión de dominio, se supone que seré su oponente, así que entrare en plan presumido, serio y de pocas palabras para dar esa impresión. No hables de más, ¿está bien?

-Pero siempre has sido de pocas palabras con las personas. – Le molestaba su hermana. – Pero está bien, no hablare de la vez que te perdiste en el mercado, o cuando una película de terror te dio tanto miedo que no dormiste en toda una noche, o cuando…

-¡Sayaka! – Grito un muy desesperado Gennosuke, si, su hermana lo podía sacar de quicio.

-De acuerdo, de acuerdo, será a como tú quieras, hermano. – Acepto la chica.

-Bien niños, entremos.

-a-

-Hola, buenas tardes.- Se escuchó en la entrada principal de la casa, interrumpiendo con el momento de Akane y Ranma.

-Hola. – Saludaba Kasumi con su habitual tono de amabilidad.

-Ranma. – Se mostraba una feliz Akane mientras se incorporaba, dejando de sujetar la mano de Ranma por eso mismo. Poco después salió del lugar, alegremente.

Ranma observaba, con un poco de temor el partir de su prometida; una de tantas, no sabía cómo reaccionar. ¿Qué opinarían de él? ¿Cómo serán sus hermanos? ¿Cómo será su madre?

Mientras se hacía estas preguntas, a su lado, su padre llego, poniendo la mano sobre su hombro.

-Escucha, Ranma. – Decía Genma. – Sé que es difícil tener a alguien como yo por padre, y te lo parecerá aún más luego de… ¡Al agua!

-¡¿Ahh?!

-¡Lo siento mucho!

Splash, nuevamente cayeron al agua, transformándose por causas ya conocidas.

-¡Papá! – Le reclamaba Ranma transformado en mujer mientras lo sujetaba. - ¿Se puede saber por qué hiciste eso?

El padre de Ranma trato de hablar, pero al ser panda poco o más bien nada era entendible.

-¿Qué clase de locura es esta? Y… ¿Y por qué...? Ah… - Ranma, vio interrumpidos sus reclamos al notar un letrero de su padre.

-"Cierra la boca, ya te lo dije, lo siento. – Expresaba su pesar el padre de Ranma.

-a-

-Buenas tardes, me dijeron que el señor Saotome y su hijo Ranma viven aquí. – Hablaba con Amabilidad Nodoka Saotome mientras continuaba sosteniendo aquel "paquete".

-Bienvenida a su casa. – Expresaba su amabilidad Soun Tendo.

-("Así que ella… es la mamá de Ranma"). – Pensaba Akane.

-Es… la señora del rio. – Hablaba en voz baja Ranma, expectante por lo que ocurriera a continuación.

-Gracias. – Agradecía mientras mostraba una sonrisa y avanzaba hacia el interior del hogar Tendo la aún esposa de Genma Saotome. – Chicos, no sean tímidos, pasen.

-No es que seamos tímidos, mamá. – Hablaba Sayaka mientras entraba a la casa de los Tendo. – Estábamos terminado unos ajustes, ¿no es así, hermano?

-Cómo sea. – Se mostraba de manera sería y callada Gennosuke. – Mi nombre es Gennosuke, Gennosuke Saotome, y ella es mi hermana menor, Sayaka Saotome.

-Mucho gusto. – Hablaba la chica Saotome mientras hacia una pequeña reverencia.

-("Así que ellos son los hermanos de Ranma"). – Pensaba Akane. – ("Espera, ¡¿Ranma tiene un hermana?!")

-El y ella son… ¿Mis hermanos? – Cuestionaba en voz baja Ranma.

Una chica, unos cuantos años menor que él. A simple vista alegre, con una sonrisa muy grande. A simpe vista se podría decir que era una niña alegre. Ojos del mismo color que los suyos, pero con el color de cabello de su madre, siendo un cabello bastante largo, haciendo una trenza con el mismo. Vistiendo unos Leggins rosas, que le llegaban a la altura de los talones, sandalias color crema, una ombliguera de manga larga color rosa y unas muñequeras del mismo color.

Por su parte el chico, a simple vista se le veía como alguien serio; aunque esa era la imagen que quería transmitir en ese momento. Era básicamente como Ranma, más bien era Ranma. Con el cabello largo y atado en una cola de caballo, vestido con kosode azul con un largo haori blanco en la parte superior. Con sandalias cafés y hakama oscuro.

Hermano y hermana siguieron por detrás a su madre, dispuestos a conocer al hermano que nunca tuvieron la oportunidad de conocer.

Un pez salto sobre el agua, para luego retornar a la misma. La familia Tendo y parte de la familia Saotome estaban reunidas en la mesa, para hablar sobre los asuntos que trajo a la señora Nodoka y a sus hijos a este momento.

-¿Dónde están el señor Saotome y su hijo? – Cuestiono Nodoka, con una ligera sonrisa. El compañero de entrenamiento de Genma Saotome, Soun Tendo, tosió ligeramente, para luego componer su postura a una totalmente seria.

-Ah… si, sucede que ellos… por el momento no… por ahora se encuentran de viaje. Lo siento mucho.

Este comentario desanimo ligeramente a la mayor de los Saotome, mismo caso que la chica que la acompañaba. Por su parte el chico se limitó a bufar ligeramente, para luego mover la cabeza de un lado a otro, en clara señal de decepción y desaprobación.

-("Siempre será lo mismo con esos dos") – Pensaba Gennosuke.

Por su parte, en el patio…

-¿Quieres decirme porque no quieres que los conozca? – Cuestionaba un molesto Ranma, aun convertido en mujer.

-Ya lo sabrás. – Señalo en uno de sus letreros el padre del chico.

-Quiero saberlo, así que dímelo, ¿en verdad no son nuestra familia?

-Ya te dije que si son. – Nuevamente con sus letreros, a la par que negaba con su garra.

Esto, más que tranquilizar a Ranma, hizo que se enojara por completo, soltando un golpe a la cabeza del panda.

-No me digas mentiras, ¿Cómo voy a creer que una mujer tan linda como ella se fijara en alguien como tú?

-Ve al chico. – Indico Genma. – Es básicamente tú, son gemelos, pero si no me crees.

Una foto, una imagen que nunca había visto. Era su padre, acompañado de la señora del rio, cada uno sosteniendo a un bebe. Era el… y su hermano. Se veían felices, muy felices.

-Mamá…

Y regresando a la reunión…

-Entonces, señora Saotome. – Hablaba Kasumi. – Si el tío Genma y Ranma se marcharon de su lado… ¿qué fue lo que los separo?

-Es una larga historia… Los hemos estado esperando por mucho tiempo. – Contesto sin vacilar.

-Pero… habrá sido muy duro para usted. – Decía Soun Tendo.

-Si… pero tenía a Sayaka y Gennosuke… aun así…

-Sí, diga. – Sugirió Akane.

-Fue muy duro el hecho de que se llevara a Ranma de mi lado, creí que moriría, pero no podía dejar solos a Sayaka y Gennosuke…

-Flash Back-

Una imagen que a cualquier familia no le gustaría ver reinaba en la casa de los Saotome. El padre, sujetando a uno de los gemelos, que lloraba inconsolablemente, mismo caso que su hermano, que se limitaba a observar desde el suelo de la habitación, y la madre, suplicando que no se llevara a su hijo.

-Espera… por favor espera. – Suplicaba Nodoka mientras sostenida a su esposo de su traje de entrenamiento.

-No lo hagas más difícil… - Indicaba un Genma, tratando de hacerse el duro.

-No, no te lleves a Ranma, no te lleves a uno de los tres.

-Entiende, debes aceptarlo. – Señalaba Genma mientras soltaba una ligera patada, derribando a la pobre señora Saotome. Gennosuke empezó a llorar más fuerte, debido a ello, y se acercó a su madre a gatas, buscando ayudarla. – Perdóname, Nodoka.

-No, no, no. – Hablaba entre lágrimas la esposa del mayor de los Saotome. - ¡¿Por qué?!

-Escúchame, Nodoka, Ranma ha demostrado ser el más fuerte de los dos gemelos, y es por ello que será el heredero del arte marcial de la secta Saotome.

-Sí, eso ya lo sabía. – Hablaba con tristeza la señora Saotome, mientras sostenida a Gennosuke entre sus brazos, tratando de consolarlo.

-Para que pueda llegar a ser el maestro, que está destinado a ser tengo que apartarlo de una madre que pueda distraerlo. – Dicho esto le entrego a Ranma y, acción seguida, se inclinó ante su esposa, en señal de petición. – Lo hago por el bien del niño, entiéndelo, por favor…

-¿Por el bien de Ranma?

-Fin Flash Back-

-Tenía que dejarlo ir. - Señalaba una triste Nodoka, mientras secaba sus lágrimas con un pañuelo.

-Entiendo. – Hablo Soun Tendo. – Así que dejo que Genma se llevara a Ranma…

-Debió ser muy duro para usted. – Indico Nabiki.

-Sí, así fue… pero confiaba en mi esposo…

Por la curiosidad, de saber las razones por las que fue separado de su madre, Ranma se acercó aún más y, con ello, su padre. Al escuchar el relato de su madre el joven heredero del dojo Tendo quiso salir, a la vista de su familia, importándole poco las razones de su padre.

Tomo una tetera, con el agua lo suficientemente caliente como para que se transformara nuevamente en hombre, vacío el contenido sobre su cabeza, y termino por soltar un suspiro. Estaba listo.

-No sé qué es lo habrás echo para preferir esconderte, pero yo no pienso hacerlo también. – Hablo con determinación Ranma. Su padre solo pudo limitar a soltar un "rugido", si, su hijo le haría caso.

-Sin embargo. – Retomaba la conversación Nodoka. – Antes de que mi esposo partiera, hizo un juramento, a mí y a nuestros hijos, para poder consolarme, y asegurar el futuro de nuestros hijos.

-¿Un juramento? – Cuestiono el padre de las chicas Tendo. Todos los presentes; excepto los hermanos de Ranma, observaron sorprendidos las declaraciones hechas. – ¿Qué juramento?

-Pues…

-¡Déjame en paz, papá! ¡Ya basta! – Se oía en el patio trasero.

-¡Oh, escuche a un muchacho! – Hablaba esperanzada Nodoka Saotome, saliendo hacia fuera, acompañada de los Tendo.

-Supongo que ya decidieron salir de su escondite, ¿no crees, Gennosuke? – Hablaba Sayaka. – Por cierto. – Susurrándole al oído a su hermano. – En cuanto ganes, según el trato, todos los derechos de Ranma pasan a ser tuyos…

-No estés muy confiada, Sayaka. – De la misma manera. – No sé si ganare. Pero si, así quedo prestablecido el trato.

-Ranma. – Buscaba con la mirada la mayor de los Saotome, pero solo se topó con un panda y con la chica que había ayudado antes. – Vaya, eres tú de nuevo.

-Ah. – Se quejaba Ranma, otra vez convertido en mujer, debido a lo brusco que fue su padre para transformarlo nuevamente en chica. – No pienso seguir soportando tus torpezas. – Esto después de haberse recuperado, y haberle dado un golpe al panda.

-No es propio de una señorita expresarse de ese modo. – Señalaba Nodoka Saotome mientras sacudía el polvo a Ranma. - ¡Resulta que yo no soy una…!

Genma Saotome, al ver el peligro inminente que la declaración de Ranma traería, se abalanzó sobre su hijo transformado en mujer, sujetando los extremos de su boca y jalándolos, para evitar que dijera una palabra más.

-Vaya, parece que al final no eran ellos. – Hablaba expectante Gennosuke. – Aunque…

-Esa chica se me hace familiar, bastante familiar. – Le robo las palabras de la boca a su hermano, Sayaka. – Hmm… Sus facciones… no sé. ¿No será a alguien que estafamos?

-No hables de más, idiota. – Le regaño en voz baja. – Como sea. – En tono normal. – Siento, que la he visto antes…

-Bueno. – Interrumpió Akane. - ¿Por qué no nos dice la promesa que le hizo el tío Genma?

-Si claro.

-Flash Back-

-Te quiero prometer, que si no consigo que Ranma sea todo un hombre a los 16… sino es todo un hombre, si llegara a fracasar en ello… te juro que él y yo daremos la vida. Tu misma podrás quitárnosla, si así lo deseas.

-Por lo que veo, estás dispuesto a todo. – Señalo Nodoka.

-Fin Flash Back-

La revelación, cayó como un balde de agua fría sobre Ranma. Y no solo sobre él. Akane, su familia también lo sintieron así.

-¿Quitarle la vida… ella… a los dos? – Cuestionaba con Temer Akane y compañía.

Ranma y su padre estaban ciertamente asustados, más que nada porque en este momento no era todo un hombre, sino todo lo contrario.

-La última vez que supe de ellos estaban en china… espero que hayan regresado con bien… se lo peligroso que pueden ser los estanques de Jusenkyo…

-("Si ella supiera"). – Pensaba Soun Tendo.

-Oiga, señora, tranquilícese porque no estará hablando en serio, ¿verdad? – Cuestiono con cierto nerviosismo Akane.

-Toma. – Hablaba por la espalda de Nodoka Saotome, Ranma, mientras le jalaba uno de sus cachetes a su padre convertido en panda.

-Uhh… ¿Akane, verdad? – Cuestiono Sayaka. Akane asistió en afirmación a su pregunta. – Bueno, cuando se trata de una promesa de esa formalidad madre se lo suele tomar muy en serio… y cuando digo en serio es porque es así… Recuerdo que así paso cuando Gennosuke y yo hicimos un trato formal con ella, en el que indicábamos que no volveríamos a pelear en la escuela, y si lo volvíamos a hacer nos quedaríamos a dormir en el techo de la casa por una semana… Por supuesto que hubo un punto en el que lo rompimos, lo peor es que era invierno y unos días antes de salir de vacaciones… No tuvo piedad pero, oye, oye, en nuestra defensa debo decir que ellos empezaron, me quitaron mi comida, ¡mi comida!

-¿Entonces está hablando en serio?

Dicho esto, Nodoka Saotome mostro lo que la manta café está cubriendo. Una katana, que dejo sorprendidos a los presentes en la habitación; menos a sus hijos ya que estos sabían de ello, y haciendo que Ranma y su padre retrocedieran ligeramente debido al miedo.

-¡Y allí esta! ¡Tomándolo en serio! – Señalo con entusiasmo Sayaka.

Pocos segundos después, la mayor de los Saotome desenfundo la katana, y, en un acto de torpeza, se le fue de las manos, clavándose a unos centímetros de donde estaba Ranma y su padre, asustándolos más.

-¿Entonces… usted si sería capaz de…? – Cuestionaba con temor Akane.

-Flash Back-

-Aquí tienes, yo ya puse mi juramento. – Señalaba Genma. – Ahora Ranma, también tú tienes que firmar. – Comentaba mientras llenaba de tinta la mano del niño.

Ranma, en ese entonces un inocente niño, firmo, inocente de las consecuencias que eso traería a futuro.

-Ranma… mi niño tan valiente…

-Ma… mamá. – Hablaba con Gennosuke, mientras observaba el contrato…

-Pero, ¿qué hay de Gennosuke y Sayaka? – Cuestiono Nodoka.

-También es mi hijo, e hija… es injusto para ellos, pero te voy a pedir que los entrenes. – Indicaba Genma. – Busca la manera en la que sean fuertes. Ranma es el heredero del combate libre Saotome, y para demostrar que está listo debe de derrotar a sus hermanos cuando llegue el día, al menos a Gennosuke. Dudo que se enfrente a Sayaka por el hecho de que es mujer… si va a ser todo un hombre la caballerosidad va incluida, pero aun así entrénala.

-¿Y qué hay para Gennosuke si gana? – Cuestiono de inmediato. – Lo has subestimado porque no ha demostrado las mismas habilidades que Ranma.

-Hay un acuerdo con un viajo amigo. Una de sus hijas será prometida de Ranma y heredera su dojo. Si Gennosuke gana todos los derechos de Ranma serán suyos, esposa, dojo, todo…

-Fin Flash Back-

-Bueno, eso último suena muy típico de Saotome. – Comento un molesto Soun Tendo.

-Así que finalmente acabe de entenderlo. – Retomaba la conversación Nodoka. – Como esposa de un maestro en artes marciales debía vivir a su altura. Si Ranma no se convertía en el hombre perfecto que su padre me había jurado tendría que honrar su juramento. Es por eso que cargo conmigo esta katana, no puedo fallarle a Genma, el confió en mi esta importante misión, y no lo defraudare. – Dicho esto volvió a enfundar el objeto contundente.

Ranma; y su padre, estaban muertos de miedo, porque en verdad podrían perder la vida. Por su parte, la familia Tendo soltaba risas nerviosas… poco más podían hacer.

Pronto, el silencio reino por completo, y luego de que Kasumi les ofreciera otra taza de té a sus invitados, Ranma y su padre decidieron acompañar en la mesa.

-Pero… – Rompió el silencio Nodoka. – Tenía tantas ganas de ver a mi Ranma, aunque sea un momento.

-Bueno. – Hablaba Ranma. – Emm… Yo…

-Por cierto, tú no me has dicho tu nombre, ¿Cómo te llamas?

-Yo… bueno… me llamo… ¡Yo soy!

-("No cometas una tontería Ranma") – Pensaban Genma y toda la familia Tendo al ver la determinación de Ranma.

-Yo me llamo Ranko, señora. – Hablaba con voz afeminada Ranma, con tal de disimular. – Soy prima de Akane y sus hermanas.

-"Por poco cometes un error" – Ponía en uno de sus letreros su padre.

-("Ranko…"). – Pensaba Gennosuke. – ("Creo que entiendo ahora todo").

-Oh, así que eres Ranko, tienes un muy bonito nombre. – Destaca Nodoka con alegría.

-Shim. – Decía "Ranko" con voz tierna.

-No creo que estén dispuesto a morir, Akane. – Le comentaba Nabiki a la antes nombrada. Akane asistió con el mismo gesto que Ranma.

El día pasó rápido luego de ello. Por un lado, los mayores de la casa conversaban, mientras que por el otro, Nabiki y Akane platicaban sobre lo tontos que fueron a ocultarse de esa manera.

En otra situación, Ranma y Genma tomaban un baño, y luego de que Ranma le reclamara a su padre sobre el porqué prometió eso y posteriormente la interrupción por parte de Nodoka al llevarles toallas. Si, definitivamente tendrían mucha suerte sino se iba y no se daba cuenta.

Por su lado, ambos hermanos conversaban sobre algo que les había llamado la atención.

-No digas tonterías, hermano. – Comentaba Sayaka. – Ella es Ranko, no Ranma. Ella es chica, no chico.

-Es lógico si lo piensas. – Propuso el chico. – Fueron a los estanques de Jusenkyo y callo en uno que lo convierte en chica. Incluso no se esforzó en ponerse otro nombre.

-Bueno, sí, tiene lógica. – Admitía la chica. – Pero no tenemos pruebas como para decirle a mamá. Si lo observamos puede que demostremos tu proposición.

-No le diremos nada. – Descarto de inmediato la idea Gennosuke. – Si descubre que es mujer, entonces lo mataría, lo sabes ¿verdad?

-Sí, tienes razón. Se supone que debe ser todo un hombre, y puede que sea toda una mujer. – Hablo nerviosa.

-No hables de más sobre esto, Sayaka. – Le pidió su hermano. – Si el muere y no lo derroto, no podré ganar todo a lo que tiene derecho y, con ello, no podré darles a ti y a mamá un mejor lugar.

-¿Entonces que propones? – Cuestiono Sayaka.

-Rétalo. – Sugirió Gennosuke. – Se supone que él es una chica, así que será un duelo de chica contra chica. Así mediremos su nivel. Es lo único que podemos hacer.

-Bueno. – Acepto de inmediato Sayaka. – Si gano me debes comprar algo bonito.

-Sí, sí, sí. – Hablaba despreocupado el chico. – Provócalo para que acepte, es muy temperamental por lo que alcance a ver hoy.

-a-

-¿Piensas estar así en toda su estancia? – Le cuestionaba Akane a Ranma.

-No tengo de otra. – Respondía Ranma. – No es que me agrade la idea, pero no queda otra salida.

-Tal vez si le dices la verdad ella entienda. – Sugirió Akane.

-Pero si es el caso contrario estaría mandándome al matadero. – Admitia Ranma. – Y a un tengo muchas cosas por vivir. Ese tonto de mi padre… si no hubiera prometido eso… si no me hubiera llevado a entrenar a esos estanques… ¡hay! Como me enoja, él es el causante de todas mis desgracias

-Tranquilo Ranma, mi familia y yo estamos dispuestos a ayudarlos… Vamos a resolver esto.

-Gracias, en verdad gracias Akane.

De no ser por el apoyo de Akane, Ranma, ya hubiera caído en la desesperación hace un buen rato.

-Se puede. – Llamaron desde el otro lado de la puerta una voz femenina que recién conocieron hoy.

-Claro. – Indico Akane. – Pasa, Sayaka.

No tomo más de dos segundos para que la chica, hermana de Ranma y Gennosuke, ingresara.

-Ranko, Akane. Estuve pensándolo y… bueno, creo que podemos ser grandes amigas. – Indicaba Sayaka mientras tomaba asiento junto a las chicas; bueno chica y chico transformado en chica.

-¿Por qué lo dices? – Cuestiono Akane.

-Bueno, porque somos chicas, no nos llevamos mucho de edad y tenemos muchas cosas en común. Las artes marciales por ejemplo.

-Así, tú también las practicas. – Hablo sin muchas ganas Ranma.

-Claro, además tenemos huesos… que son 253 cosas en común, dos ojos, una nariz, boca, senos… De hecho creo que tenemos muchas cosas en común.

-Ya entendimos tu punto. – Hablaba Ranma. – Y si, tienes mucha razón.

-Claro, gracias por reconocerlo. – Hablaba una feliz Sayaka. – Y… ¿Quién es la prometida de mi hermano? – Cuestiono con picaría.

-Bueno… eso. – Hablaba nerviosa "Ranko". – Es… ¡Akane!

-¿En serio, Akane? – Volvía a cuestionar con picaría. - ¿Ven? ¡Ya hablamos como amigas!

-Si… yo soy su prometida.

-Interesante, y dime, ¿es todo un hombre?

-Umm. – Pensó que contestar Akane, esto puso nerviosa a Ranko. – Si, se podría decir que sí. Algo arrogante, a veces poco caballeroso, a veces sin sentido de caballerosidad, pero es un buen hombre.

Golpes directos a la moral, que Ranma no podía reclamar.

-Pues yo no pienso eso, y no es porque no lo conozca. – Señalo Sayaka mientras se acostaba en el suelo.

-¿Por qué lo dices, Sayaka? – Trato de defender su orgullo Ranma.

-Tengo una teoría, para mí que Papá y Ranma recibieron la postal, pero por el miedo a demostrar a no era el hombre que le prometieron a Mamá huyo… eso y el saber que no podría con Gennosuke, él hubiera barrido el piso con Ranma. Huyendo protegía su vida y sus bienes.

-¡¿De qué estás hablando?! – Reclamaba una muy molesta Ranko. - ¡Ranma Saotome es todo un hombre!

-¿Y por qué no está aquí?

-¡Por qué esta en un viaje de entrenamiento!

-¿Entonces se dio cuenta que con su nivel actual no tendría oportunidad contra Gennosuke y se fue a entrenar? O peor aún, ¿contra mí?

-¡No es por eso! – Si, Ranma era muy orgulloso. – Él puede derrotarte a ti y a tu hermano

-¿Quién me puede demostrar eso?

-¡Yo misma! – Proponía Ranko. – Mi nivel es muy similar al de Ranma.

-Bien, entonces vamos al dojo y demuéstrame de que estas hecha.

-Perfecto.

Dicho todo esto, Sayaka salió de la habitación de Akane, con dirección al dojo, dejando a una muy molesta Ranko atrás.

-Como se atreve… le demostrare quien soy.

-Oye, Ranma. – Le hablaba Akane. – No creo que sea buena idea.

-Ya vera, nadie se burla de esa manera de Ranma Saotome.

-a-

La noticia del encuentro se esparció rápidamente por toda la casa, y allí estaban, tanto la familia Tendo como Saotome.

Ambas chicas estaban frente a frente, observándose de manera desafiante.

-Bien, iré en serio, así que no te límites. – Le provocaba Sayaka.

-Luego no andes llorando cuando te gane, niña. – Destaco Ranko.

-Sayaka, no lastimes mucho a Ranko. – Hablaba la madre de los Saotome.

-Pueden empezar. – Indico Soun.

-¡Aquí voy! – Gritaba eufórica Ranko mientras se lanzaba el ataque,

-No me conseguirás dar ni un golpe. – Indicaba Sayaka de manera burlona.

-¡Eso ya lo veremos! ¡Toma esto! – Dicho esto soltó una patada, que Sayaka logro esquivar con facilidad, haciendo piruetas y volteretas. - ¿Qué diablos?

-Eres buena, no lo dudo. – Señalaba Sayaka. – Si, eres más fuerte que yo, pero no por eso mejor.

-Tu… ¡Deja de hablar de esa manera!

Golpe tras golpe, patada tras patada, Ranma trataba de conectar, pero no tenía éxito. Sayaka esquivaba con ayuda de su gran agilidad.

-¿Cómo es que consigue eso? – Cuestionaba incrédula Akane. – Ranm… Ranko es muy rápida.

-Sayaka trabajo en un circo junto conmigo. – Comentaba Gennosuke. – Hacia todo tipo de piruetas y acrobacias. Era tan buena que la añadió a su estilo de combate. Ella pelea jugando con el oponente. No es muy fuerte físicamente hablando, pero tiene una técnica que puede definirla como la ganadora en cuanto el rival abra por completo su defensa.

-Increible. – Destacaba Soun.

-Deja de huir. – Indicaba una ya molesta Ranko.

-¿Por qué? ¡Así es mi estilo de combate!

-Tu… ya me canse, ¡el truco de las castañas!

-Y esto se acabó. – Señalo Gennosuke.

-("Mi oportunidad") – Pensó rápidamente Sayaka.

Ranko hizo uso de una de sus mejores técnicas, atacando de manera rápida a Sayaka que, por más ágil que fuera, sin embargo, la velocidad no es lo mismo que fuerza.

Haciendo uso de la poca fuerza que tenía, Sayaka desvió los ataque de Ranma hacia arriba, desprotegiéndolo por completo, para luego…

-Tomo esto, ¡el truco del escorpión! – Anuncio la menor de los hermanos Saotome. Pronto ella empezó a golpear una secuencia de puntos de presión sobre el brazo y abdomen de Ranma, inmovilizando su brazo y restándole velocidad.

-Mi brazo… no puedo moverlo.

-Es el truco del escorpión, lo llamo así porque solo necesito tocar puntos de presión con mis dedos para bloquear tu chi, justo como un escorpión, ¿entiendes? Porque un escorpios ataca con su cola y… bueno, creo que si lo entiendes.

-Vas a pagar. – Anuncio mientras se lanzaba nuevamente al ataque, aunque esta vez más lento.

-Es inútil. – Anunciaba mientras esquivaba y nuevamente atacaba, esta vez sobre su pierna derecha.

Ranma no pudo mantener el equilibrio y cayó al suelo. Ya no se podía parar, por más que lo intentaba no podía.

-El encuentro termino. – Anuncio Soun. – La ganadora es Sayaka. – Nadie de los Tendo lo podía creer, Ranma perdió, de verdad perdió.

Humillado, justo así se sentía. Por su parte la chica se acercó a él, y le susurró al oído:

-Bueno, si así es el nivel de mi hermano no tiene oportunidad contra Gennosuke, él tiene un nivel mayor al mío. Espero que combatamos después, R-a-n-m-a. – Dicho esto se incorporó para darle un ligero guiño. – Tranquilo, no diré nada.

-Espera, regrésame mi movilidad. – Le pido Ranko.

-Regresara en unos minutos, mientras dile a tu panda que te ayude.

Y bueno, un primer capítulo en el que abarcamos bastantes cosas. Me hace mucha ilusión este proyecto, y espero que lo disfruten tanto como yo al escribirlo.

La historia está pensada para ser de 15 a 20 capítulos, espero que podamos llegar hasta los 20, de verdad.

Gracias de corazón por leer. Comente si les ha gustado, y también sugerencias, eso me ayudaría a mejorar.

Nos vemos pronto. ;)