Caminaba con ese chico por los pasillos del instituto, y pese a ello, no te hacía gracia. No te gustaba verle con él, para extraña razón tuya; quizás porque la sonrisa que formaba en su rostro te reconcomía por dentro.
Suspiraste, un poco cansada, y decidiste perderte por los casilleros, intentando buscar una mirada amiga. Pero solamente eras capaz de mirarles a los dos. Y de que la ira te reconcomiese por dentro.
Le odiabas.
A ella también la odiabas.
Suspiraste, sonriendo un poco cuando te encontraste con Quinn Fabray por los pasillos. Siempre la habías admirado, pero en esos momentos no era capaz de sonsacarte ni siquiera una sonrisa. Ni siquiera sus maravillosos consejos.
Sonreíste, disimulando, aunque te costaba disimular. Siempre te había costado. Y por esa misma razón, decidiste fingir, interrumpir ese momento e insultarle descaradamente.
Era mejor eso que nada.
Y por primera vez, maldijiste a Marley.
