Disclamer: El mundo de Harry Potter es propiedad de Jk Rowling.

La noche en que Andrómeda creyó perder todo.

"Nymphadora no seas necia, Remus te pidió que te quedaras aquí con Teddy y conmigo" La miro suplicante mientras que tenía a Teddy en brazos. Nymphadora Tonks tenía la varita en mano, lista para ir a la batalla que había en Hogwarts .

Sabía que su hija no se quedaría aunque suplicara de rodillas, era muy necia eso lo saco de su padre.

"No puedo permitirme perder a Remus mamá, y si me quedo me culparé toda mi vida al saber que no hice nada para salvarlo. Es mi decisión y mi deber. Te prometo que Remus y yo volveremos y seremos una familia maravillosa." Le dio un beso al pequeño Teddy que ahora chupaba su mano. Y dándole un abrazo a su madre.

"No hagas promesas Dora, vuelve... Vuelvan los dos sanos y salvos."

Nymphadora le dio una sonrisa melancólica y se dirigió a la puerta.

"Nymphadora" La chica se dio la vuelta al escuchar a su madre llamándola " Debes de saber que te amo, y que quiero verte cruzar esa puerta cuando termine" Los ojos de Nymphadora se humedecieron y asintió. Abrió la puerta y salió de la casa, enseguida Andrómeda supo que había desaparecido.

Una parte de Andrómeda no puedo evitar sentir que jamás volvería a ver a Nymphadora entrar por esa puerta con su cabello color rosa chillón.

Habían pasado un poco más de dos horas después de que Nymphadora se había ido, Andromeda estaba tratando de dormir al pequeño Teddy. Cuando lo logró lo puso delicadamente en su cuna y salió de la habitación. Bajo a la sala y se sentó en el sofá, esperando a que Nymphadora llegará sana y salva.

No sabía a qué hora exactamente sintió una punzada en el pecho, sabía que significada. No tenía que confirmarlo, su instinto se lo decía. Su pequeña hija, su Dora había muerto.

No podría describir el dolor que Andrómeda sintió en esos momentos, quería gritar, llorar, romper todo. Había perdido a su amado Ted y a su hermosa hija.

Esa noche Andrómeda creyó haber perdido todo. Pero no... Todavía tenía a Teddy.