QUEDATE CONMIGO
Por Mary Martín
Capítulo 1
INFIEL
Ninguno de los dos supo explicarse cómo es que habían terminado en una situación así. Ahora estaban juntos como si el tiempo no hubiera pasado para ellos dos. ¿Cuanto había sido? ¿Cinco años acaso? Tal vez seis en que estuvieron distanciados, realmente no importaba porque seguían sintiendo exactamente lo mismo cada vez que se miraban, cada que se besaban como ahora.
Todo empezó con un simple encuentro fortuito en aquella empedrada calle junto al parque hace apenas unas horas. Ni ella ni él lo habían planeado, solamente pasó... pero no debió pasar.
Ella quizá no estaba plenamente consiente de lo que hacía o de las consecuencias que podría traer este encuentro casual. Y es que todo había pasado tan rápido como si el destino hubiera planeado el día y la hora en que iban a coincidir. Hace un rato se le atravesó en su camino... literalmente ya que terminó chocando con ella de lo encarrerado que estaba ya que llevaba mucha prisa por llegar a cierto lugar.
– Discúlpeme, señorita... fue mi culpa... – completamente apenado trata de ayudarla a incorporarse. De momento no le pudo ver el rostro ya que unos rubios mechones lo ocultaban, se agacha para cerciorarse de que no se haya hecho daño.
– ¡Auch! ¡Eso duele! – se quejó tocándose la cadera ya que cayó sentada
– Lo siento – al fin la abraza un poco para incorporarla... y entonces fue que sucedió
– A ver si te fijas por donde... vas... – dijo sin terminar la frase ya que se quedó totalmente asombrada al reconocer quien era el apuesto muchacho que aún la rodeaba con sus fuertes brazos – No... no puede ser... – se miraron unos instantes no pudiéndose creer que estaban uno frente al otro. Shun estaba más alto y fuerte, conservaba esa mirada tierna a pesar de los años y su voz... ¡Dioses! su voz ahora era tan profunda y varonil, pero sin dejar de sonar a él, perfecta combinación que la cautivaba todavía más. Vestía una camisa azul claro con las mangas hasta los codos, pantalones de mezclilla azules deslavados y unos tenis rojos que contrastaban perfecto. Iba a decir algo pero él se le adelantó.
– ¿June? – dijo él igual de asombrado. Era imposible no fijarse en ella, estaba hermosa con esa blusa roja de tirantes algo escotado a su parecer, unos shorts de mezclilla que dejaban apreciar sus delineadas piernas y sandalias blancas que combinaban maravillosamente – ¡No lo puedo creer! ¡Eres tú! – Sin titubear la estrechó aún más entre sus brazos. Ella recostó la cabeza en su pecho y le acarició suavemente la espalda como para cerciorarse de que fuera real.
Estuvieron así unos minutos en los que sus corazones desbordaban felicidad por este encuentro inesperado. Había pasado tanto tiempo desde la última vez que estuvieron juntos que ahora parecían estar dentro de un hermoso sueño. Sinceramente se sentía extraño, como si fuera lo más normal del mundo y sin embargo parecía irreal.
Él amablemente la invitó a la habitación que había rentado para estar cómodos y poder platicar tranquilamente. June al principio se mostró renuente por algún motivo que él hasta entonces ignoraba. Pero no pudo decirle que no a esa hermosa sonrisa que él le regalaba. Fue así que la guió hasta su motocicleta que había dejado estacionada cerca de ahí, afortunadamente llevaba un casco extra.
– ¡Wow! ¡Que bonita! – dijo pasando una mano por el frío metal. Era una moto tipo chopper color azul con plateado que tenía un símbolo extrañamente familiar en el tanque de gas – No sabia que te gustaran las motos.
– ¿Bromeas? ¡Me encantan! Ella me ha llevado a recorrer muchos lugares hermosos, ha sido mi compañera todos estos años en que he estado si ti – dijo con una melancolía que la enterneció. Pero él se dio cuenta de lo que dijo y rápidamente trató de componer el asunto – quiero decir... desde que dejamos de vernos... ¿Nos vamos ya?...
Se trepó en la moto colocándose el casco para que ella no notara lo colorado que se puso y luego le puso el otro a ella que no buscaba como abrocharlo hasta que él le ayudó. Al fin se subió un tanto temerosa ya que nunca había viajado en moto. Enrojeció súbitamente cuando él le dijo que debía sujetarse de su cintura para que estuviera más segura. Como que no queriendo obedeció mecánicamente, sintiendo cómo se le erizaba la piel al tenerlo tan cerca. ¿Qué rayos le pasaba? ¿Cómo es que un acto tan impersonal como ese le estaba provocando un millón de dudas en la cabeza? ¿Que tenía Shun que a pesar del tiempo aún le hacía sentir esas mariposas en el estómago? No supo encontrarle respuesta a eso, prefirió entonces disfrutar del paseo y de la cercanía con él. Todo hubiera estado perfecto de no ser porque empezó a llover a cántaros, afortunadamente ya estaban muy cerca. Él se estacionó bajo techo y tomándola de la mano, corrieron hasta el vestíbulo para estar a salvo del agua. Subieron al depa de Shun tiritando de frío por la mojada que se dieron. Inmediatamente prendió la calefacción mientras le ofrecía una toalla para secarse. Se sintió terrible al verla temblar.
– Perdóname, June, si hubiera venido a más velocidad no nos habríamos mojado.
– Tranquilo, esto no es tu culpa – le sonrió para que se calmara pues tenia una cara de angustia que no podía con ella – sólo es agua, no pasa nada. – Él le devolvió el gesto no muy convencido.
– Déjame ayudarte.
Tomó otra toalla y comenzó a secarle el rostro muy delicadamente apartando de él unos mechones de cabello. Luego se siguió con sus brazos. June sentía su corazón por demás acelerado, su cercanía y su tacto eran tan agradables que por un momento deseo que las cosas fueran diferentes y que nunca se hubieran separado.
– Ponte esto – le extiende una camisa blanca de manga larga – me temo que te quedarà algo grande pero no tenia planeado quedarme mucho tiempo por lo que no traje más que una muda de ropa asi que la puedes usar mientras se seca tu ropa y yo me pondré esto jeans en lo que voy de compras. Espero no te moleste.
– No te preocupes, gracias. – le sonrie pero luego se pone bastante nerviosa por su proceder.
Como si fuera lo más natural del mundo, Shun se empieza a quitar la camisa empapada delante de ella. June no pudo evitar sonrojarse a màs no poder, dirigió la mirada a otro lado ya que la imagen del chico se le hacía demasiado tentadora y muy dificil de resistir.
– ¿Qué? – pregunto extrañado ya que la notó algo incómoda, se le olvidó el detalle de que ya no eran novios y no era correcto estar así delante de ella – Discúlpame, pero como te comenté no tengo otra camisa que ponerme – se excusó.
– Esta bien, lo eniendo... – ¡Cielos! Que guapo estaba Shun. ¿Por qué rayos aceptó venir a su departamento? Lo que menos necesitaba en ese momento era revivir algo que ya había dado por terminado. Debía salir de ahi lo mas pronto posible.
– ¿Me prestas tu baño para poder cambiarme?
– Claro, esta por allá. – haciendo un ademán.
Se apresuró a cambiarse para salir corriendo por la puerta o hasta por la ventana de ser necesario. Sólo que eso no se pudo porque la lluvia arreció y debía esperar a que pasara. No pudo más que resignarse. Se sentó junto a Shun en la alfombra mientras bebían café caliente.
Y así entre anécdotas y risas, entre roces accidentales y miradas profundas, comenzaron a sentir que realmente nunca se apagó ese fuego que hace tiempo hubo entre los dos. Pasaron un par de horas así, estaban tan entretenidos que a Shun hasta se le olvidó que alguien lo estaba esperando. Y June por más que sabía que se estaba metiendo en terreno peligroso, no podía simplemente apartarse de él, lo había extrañado muchísimo.
– June, creo que nunca te pedí perdón... – ella lo mira confundida.
Hasta ahora se habían contado casi todo lo que habían hecho en estos últimos años en que estuvieron separados, de sus aciertos y sus errores, de sus aventuras y desamores, riendo de las locuras que pudieron llegar a hacer en su joven y corta vida; pero ahora él la miraba con algo de melancolía.
– Shun...
– No tienes idea del infierno que ha sido mi vida desde que no estás conmigo – le acaricia la mejilla mientras le ofrece una mirada tierna pero llena de tristeza. – En serio, perdóname por lo que pasó aquella vez... – June no sabía que hacer, por más que trataba, simplemente no podía apartarse como era lo correcto. Lo vio acercarse a su rostro con la mirada fija en sus labios. Estaban tan cerca el uno del otro que casi podían tocarse. – Perdón... – Cerró los ojos un momento sintiendo cómo sus labios se rozaban... pero no debía ser así...
– Espera... – viróel rostro y luego se incorporó logrando que él hiciera lo mismo. Se reprochó por haberse dejado llevar en ese momento. Ella le daba la espalda.
– ¿Te enfadaste conmigo? – dijo cabizbajo.
– No, Shun, sabes bien que no podría – se volteó en su dirección y le tomó la barbilla para que la mirara, pero ese fue un gran error ya que nuevamente quedó cautivada por su hermosa mirada – Es sólo que... me tomó tanto tiempo aprender a vivir sin ti que ahora que te he vuelto a encontrar no se qué es lo que debo de sentir – se sinceró.
– Lo entiendo, pero... solo hay una cosa, solo una que necesito que me respondas, por mas duro que sea lo necesito oír de ti – Ella lo mira con mucha tristeza pues imaginaba cual era esa pregunta – ¿Por qué dejaste de amarme? – dijo con voz quebrada después de unos segundos de silencio en los que reunió valor para pronunciar esa palabras.
– Shun, yo...
Pero ya no dijo nada, las palabras no le salían, solamente se volteó dispuesta a salir de ahí pero esta vez él la detuvo abrazándola por detrás, rodeando su cintura. Sintió una corriente eléctrica recorrer cada fibra de su ser al sentir el calor de su cuerpo pegado al suyo.
– No te vayas, por favor – le susurró al oído. June se estremeció al sentir su cálido aliento, tenía que salir de ahí antes de cometer una locura, pero Shun se lo estaba haciendo muy difícil – necesito escucharlo... lo necesito para convencerme al fin de que ya te perdí y que el nosotros no volverá a existir jamás.
– Shun, te lo suplico, dejame ir – coloca sus manos sobre las de él tratando de librarse sin mucho afán.
– Así lo haré, pero antes de que vuelvas a marcharte de mi vida, por favor, dímelo
Se le partió el corazón al escuchar su voz quebrada pues se notaba que hacía un gran esfuerzo para que no lo viera llorar, no quería derrumbarse delante de ella... pero no era necesario sentir la humedad de sus lágrimas, no era necesario ver el dolor reflejado en sus hermosos ojos esmeraldas para descifrar lo que sentía... no lo era ya que su corazón estaba sintiendo exactamente lo mismo.
– June, aunque me duela en lo más profundo de mi alma... sólo dilo...
– ¡No puedo! – gritó soltándose de su abrazo y enfrentando su mirada al fin – No te puedo responderte por qué deje de amarte ¡No puedo! por la simple y sencilla razón de que todavía... todavía te amo... – dijo con los ojos húmedos mientras observaba la mirada de asombro del muchacho – te amo pero...
Intentó explicar, sin embargo Shun no le dio tiempo de continuar ya que se le acercó decidido, le tomó la cara entre las manos y comenzó a besarla casi con desesperación. June le correspondía torpemente ya que la había tomado por sorpresa y no alcanzaba a vislumbrar la magnitud de lo que estaba pasando. Se sentía tan rico tener los labios de Shun entre los suyos que se le nublaba hasta razón. Siguieron así por varios minutos hasta que él abandono sus labios para comenzar a besar su cuello sin dejar de acariciarla, eso fue más de lo que ella podía soportar, estaba demasiado excitada por sus caricias, de sus labios escapaban unos leves gemidos que encendían más el fuego que se había desatado en la habitación.
– Detente... – alcanzó a susurrar aunque su cuerpo le pedía todo lo contrario. Shun continuó acariciándola mientras su boca se dirigía hacia su hombro el cual lamió con suavidad despues de hacer a un lado la tela que lo cubría. – Espera... por favor… – En ese momento sintió que no podría contenerse más y que terminaría entregándose a él si no hacía algo – Espera… ¡Shun! – coloca ambas manos en el pecho de él y lo empuja para apartarlo un poco.
Él estaba algo asustado por lo que acababa de hacer, no midió las consecuencias de sus actos y ahora ella estaba molesta y con mucha razón. Murmuró una disculpa mientras intentaba calmarse pero era claro que había cometido un error muy grande.
– Esto esta mal – Él la miró un tanto confundido mientras respiraba agitadamente como ella.
– June, te amo... algo tan hermoso como lo que siento por ti no puede tener nada de malo.
– Tú no entiendes... ¡Esto está mal! – Shun frunció el ceño ya que volvió a usar específicamente esa expresión.
– Pero ¿Por qué? – suplicó respuesta ya que toda ella y ese beso le demostraban que sentía todo lo contrario de lo que decía.
– Porque... tu y yo ya no somos novios – intentaba explicarse sin decir algo que pudiera lastimarlo – decidimos ser sólo amigos hace mucho tiempo y ahora yo...
– ¿Amigos? – la interrumpió un tanto enfadado por el término que usó para referirse a ellos – sabes que tú y yo somos mucho más que eso... dime que no sentiste absolutamente nada cuando te besé y te juro que no lo volveré a hacer...
Ella estaba totalmente desesperada, no quería lastimarlo pero tenía algo que decirle lo antes posible... aunque por dentro se muriera de ganas de estar con él sin importar las consecuencias. Iba a responderle algo cuando de pronto su celular sonó.
– Tengo que irme – dijo distraídamente mientras revisaba un mensaje. Buscó su ropa mojada, se puso sus short y se dispuso a salir.
– No te vayas, aún tenemos que hablar de esto – intentó detenerla tapándole el paso.
– No puedo, por favor déjame salir – replicó enojada, Shun suspiró derrotado y se apartó.
– Déjame llevarte al menos. – suplicó pues no queria que se fuera de nueva cuenta de su vida.
– Estaré bien. No te preocupes… adiós… – le dijo sin mirarlo. Él se quedó parado unos instantes ante la puerta cerrada sintiéndose tonto por haberse dejado llevar por sus impulsos.
– ¡Dios! ¿Qué hice?
Las horas pasaron más lento de lo normal para él. Ya en la noche, y después de enviar una disculpa, se dirigió a casa de su hermano al cual había venido a visitar y que es a donde se dirigía antes de toparse con June. Ikki siempre había sido muy hermético en cuanto a demostrar sus sentimientos por lo que, a pesar de que habían pasado años desde la última vez que se vieron, sólo le puso la mano en el hombro a modo de saludo, más sabía que por dentro su corazón rebozaba de felicidad. El mayor iba a servir la cena por lo que él decidió descansar un rato.
Se recostó en la desordenada cama de su hermano, poniendo los brazos detrás de la cabeza. Cerró los ojos unos momentos mientras repasaba una y otra vez lo sucedido con June esa mañana. No entendía por qué ella lo rechazaba, juraría que había sentido amor de su parte cuando la besó, no podía estar equivocado. Entonces ¿Por qué lo trataba así?. Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando una voz resonó en sus oídos.
– ¡Ikki! ¿Cuantas veces tengo que decirte que no tires la ropa al suelo? ¿Crees que el cesto sólo esta de adorno o que te...?
Se interrumpió al notar que quien estaba recostado ahí no era Ikki. Alzó la vista sólo para toparse con esos ojos esmeraldas que la miraban igual o más sorprendido aún. Sintió su corazón detenerse un instante y contuvo la respiración. Shun por su parte se incorporó un poco sosteniéndose en sus codos, mirándola confundido.
– Shun... ¿Qué haces aquí? – palideció de sólo pensar en lo que podría pasar ahora.
– Lo mismo iba a preguntarte... – se levantó por completo e intentó acercarse logrando únicamente que June retrocediera – ¿Cómo es que conoces a mi hermano? – al oír esa palabra, dejó caer la ropa que cargaba para llevarse una mano al corazón.
– Dijiste... ¿hermano?...
– June ¿Qué pasa? ¿Estás bien? – preguntó preocupado porque se veía muy pálida.
– No... no puede ser... – negando levemente con la cabeza.
Fue entonces que entró Ikki a la habitación y notó la tensión en el ambiente. Se quedó parado mirándolos alternadamente sintiéndose completamente ignorado pues cada uno estaba concentrado en el otro. Lo atribuyó a que se le olvidó el detalle de mencionarle a Shun que tendrían compañía y que ella había encontrado un extraño en la habitación y se preguntaba quien rayos era.
– Veo que ya conociste a mi novia, hermanito...
Apenas escuchó esa palabra sintió como se le helaba toda la sangre del cuerpo y se estrujaba su corazón, miró a Ikki un momento para ver si no era una broma lo que acababa de decir y luego arrastró la mirada hacia donde estaba June que no se atrevió a mirarlo a los ojos.
– Tú... ¿Novia?...
– Creo que debí mencionártelo antes de que vinieras, espero que no te moleste que nos acompañe a cenar... ¿Está todo bien?... ¿June? – mirándolos con extrañeza, más que nada a ella que se notaba muy agitada pues su respiración era errática. Shun, al entender lo que estaba pasando, se sintió morir – ¿Qué pasa, hermano? – acercándose a él. Hizo el intento de ponerle una mano en el hombro pero el menor instintivamente lo evitó.
– Nada, Ikki... es sólo que... tengo que irme… – sentía que el aire le faltaba, esto era demasiado para él.
– Pero si acabas de llegar – replicó.
– Perdóname pero hubo una emergencia y la tengo que atender. Además, veo que estás ocupado así que volveré en otro momento, con permiso – dirigiéndose a ella con frialdad aunque haciendo una reverencia por costumbre.
– Espera ¡Shun! – dijo ella sin pensarlo, no quería que se fuera así sin poder hablarle antes. Él sintió un escalofrío al escucharla, se detuvo pero sin voltear a verla. Ikki se sorprendió cuando ella lo nombró, no entendía que pasaba.
– ¿Se conocen? – preguntó desconcertado. Shun pareció pensarlo un poco pero al fin respondió tratando de que su voz sonara lo mas normal posible y que no notara que sus ojos empezaban a llenarse de lágrimas.
– No, hermano... no la conozco.
Continuará…
Hoy empiezo una nueva aventura con este fic, espero que sea de su agrado. Lamento profundamente si alguien llegó hasta esta linea y sintió deseos de ahorcarme por el Ikki x June, iba a ponerlo como advertencia pero de ser así no iba a tener el impacto deseado, sorry.
¿Qué fue lo que pasó entre Shun y June para que hayan terminado su relación hace tiempo? ¿Cómo conoció June a Ikki y por qué terminaron siendo pareja? ¿Shun peleará por su amor a pesar de tener que enfrentarse a su propio hermano o se dará por vencido con tal de verlo feliz a él? ¿Todos estarán pensado "por qué rayos me lo preguntas si tú lo estás escribiendo"? Y si hay alguien que lo pensó, pues sí, más adelante habrá escenas lemon algo fuertes, único género que en mis 11 años de fanficker no he escrito y a ver cómo me sale.
Todo comentario es bienvenido y respetado.
Gracias por seguir leyendo mis historias.
