Disclaimer: Los personajes, y la trama de éstos, son originales de Maria Gripe.
No era la primera vez que sucedía. Aunque, aún así, recordaba cual fue la primera vez, que comenzó todo.
Estaba tranquilamente en su habitación, en aquel peculiar castillo, casi a punto de que darse dormida, aunque aún cavilando sobre su actual situación. Ahora Carolin no era su hermana, si no era Carl, su hermano. Y eso sólo hacía que Berta dudase de la verdadera naturaleza de… Carolin, por que, al fin y al cabo, Carl no era más que una creación de ella.
Sus ojos ya estaban a punto de cerrarse en forma definitiva, cuando escuchó el crujido de la puerta abrirse. Sus ojos se abrieron con algo de brusquedad, siendo aquélla su primera reacción.
"¿Carolin…?" Atinó a decir Berta, pues ella, su supuesta hermana, era la única que la podría visitar a esas horas.
"¿Quién más podría ser?"
Y ahí estaba Carolin, vestida con un pijama para hombres, y con su cabello corto, no podía más que asemejarse a un chico guapo. Frunció ligeramente el ceño. ¿Acaso Carolin no se daba cuenta de las consecuencias de sus actos? ¿Acaso ella no se daba cuenta que tenía a medio Rosenvaga, detrás de ella, incluyendo a chicas?
Pero no, Carolin no se daba cuenta de ello, o al menos, así parecía serlo.
Berta estaba a punto de decirle algo a ella, cuando la misma Carolin se acostó a su lado, y se arropó con la frazada.
"No me podía quedar dormida." Confesó, acurrucándose al lado de la otra chica.
Berta quedó en silencio; Obviamente, no podía echar a Carolin de su cuarto, aún cuando estaban un tanto molesta con ella, debido a lo poco responsable que era con los sentimientos de la demás gente.
"Berta…"
"¿Si?"
"¿Somos amigas, cierto?"
Berta, nuevamente calló. Y es que era raro, siempre Carolin insistía que eran hermanas, y de pronto sale con que si son amigas o no, obviado el hecho de la posibilidad de poseer la misma sangre.
¿O era que realmente ella y Carolin, no era parientes? Todo el mundo lo cuestionaba, incluso Berta misma lo hacía. Y no era la primera vez que se lo preguntaba, pues, conociendo (o desconociendo) a Carolin, era ella lo suficiente astuta para fingir el papel, ¡cómo actriz que era!, de ser su hermana. Aparte Carolin no se parecía mucho a su padre, por no decir que el parentesco era nulo…
"Sí." Respondió al fin Berta, secamente. "¿Pero no qué somos hermanas? ¿No importa más eso, si somos amigas o no?"
Carolin se acercó más a Berta, estando sus cuerpos casi complemente prendados uno del otro.
"A veces, no me basta con ser tu hermana." Susurró Carolin a Berta, posando sus labios en el cuello de la otra chica.
Y Berta quedó helada, no pudiendo evitar recordar al militar atractivo, que ella tanto observaba desde su casa. Pero Carolin era diferente…
"Pero lo somos." Dijo Berta, con voz algo temblorosa.
Fue entonces, y sin previo aviso, cuando Carolin quedó encima de Berta, y posó, esta vez, sus labios en los de la otra chica.
Berta abrió la boca, de la sorpresa que tuvo, lo que sólo hizo que Carolin profundizara el beso. Y sin quererlo, un gemido escapó de la boca de la menor de ambas. Un ola de placer invadió se apoderó cerca del vientre de Berta, siendo esa emoción totalmente desconocida.
Y así como rápido la besó, Carolin desprendió sus labios de la boca de Berta. La respiración de Berta, no pudo más que estar agitada. Quedó petrificada, por algunos minutos.
¿Qué había sido todo eso?
Estaba a punto de hablar, cuando encontró a Carolin durmiendo plácidamente a su lado, con su mano abrazando de manera posesiva su cintura.
Un calor y tranquilidad invadieron su cuerpo.
Y fue cuando a Berta tampoco le bastó, con sólo ser (supuestas) hermanas.
