Nota: ¡Fluff! Puro fluff Basado en la escena del primer beso de Haru y Rin! Lean, y dejen reviews, pleasee :D
Haru la observó unos instanes mientras ella leía uno de sus cuadernos.
El muchacho apoyó su codo sobre el respaldo del sillón y descansó su rostro sobre su mano. Rin era tan hermosa... Era en lo único que podía pensar. Cada vez que la veía sentía las sensaciones más raras y lindas que una perosna podía sentir: le daban ganas de abrazarla y no soltarla nunca, de acariciar su piel de porcelana, de escapar a su lado a algún lugar muy lejano (¿Las estrellas, quizás?), y nunca volver.
Y, sobre no todo pero sí muchas cosas, hacía rato que había alcanzado su misma altura.
Rin levantó momentáneamente su vista, pero al ver que Haru la estaba mirando tan intensamente volvió a dirigir sus ojos hacia sus estudios.
Él se enojaría. Akito sin duda pegaría el grito en el cielo. Bajo otras cinrcunstancias, la situación le hubiese parecido grave. Pero tratnadose de Rin...Hatsuharu perdía toda razón o sentido.
-Rin...- soltó finalmente. Por alguna extraña razón, no se sentía tan nervioso como pensó que se sentiría.
La aludida clavó sus ojos negros en los de Haru.
-Besémonos- completó.
La morocha se enderezó en su lugar sobresaltada. De pronto su corazón saltaba de felicidad, y de miedo.
-¿P-por qué?- titubeó Rin.
-Porque nos amamos- repuso él, simplemente.
Es que era así de simple. Se amaban, y era obvio. Hacían lo imposible para verse todos los días, paseaban juntos, pensaban en el otro constantemente; cuando se miraban a los ojos tenían arranques de pasión, la cual forzadamente intentaban tranquilizar. Pero ya no más. Era suficiente para Haru, el cual sabía que lo era para ella también.
-A-akito...- balbuceó Rin, casi con lágrimas en sus ojos. Era como si ya hubiese aceptado la propuesta de Haru, la cual ella sabía qeu no sería capaz de rechazar.
-Rin- Haru se acercó aún más a ella, quedando casi pegado a su cuerpo -No te preocupes por eso. No se enterará nadie.
-H-haru.
-Rin- susurró su nombre con tanta delicadeza, con tanta súplica, que hasta asustó un poco -Besémonos.
Se miraron a los ojos solo unos segundos.
Entonces, fue como si el corazón de Haru intentara salirse por su boca al ver que Rin inclinaba dudosamente su rostro hacia el suyo.
Sin pensarlo dos veces (probablemente no lo pensó ni una vez) posó sus manos sobre la cintura de Rin y acarició sus labios contra su boca. Lo que comenzó con un primer contacto tentativo, al instante se liberó y RIn le devovlió el abrazo, mientras el beso se profundizaba más y más. Ninguno de los dos pensó que besar podía llegar a ser tan expresivo.
Cuando Haru se apartó, creyó que podía ahogarse en ella ese mismo instante. Un ligero ruborcito recorrió las mejillas de Isuzu. Tenía un nudo en el estómago.
Ese fue su primer beso. El primer paso a algo que ninguno de los dos imaginó que podían llegar a conseguir: eterno amor.
