Carlisle descubre un antídoto
Hacía frío, yo miraba por la ventana esperando que él llegara, de repente vi un volvo afuera de mi casa, había llegado. Bajé inmediatamente a abrirle la puerta de entrada. Su aliento me dejó paralizada al decirme
–Hola Bella ¿cómo estás?- El como siempre de dio cuenta de mi corazón a mil por hora y se rió.
-Bien Edward, gracias.
Levanté mis tobillos para que mis labios se juntaran con los suyos. En un momento sonó el teléfono y fui a contestar, del otro lado de la línea se oyó a alguien que dijo así:
– Hola Bella ¿Te parece si te voy a buscar para dar un paseo o estás con tu chupasangre?
- A, hola Jake. Mmm..... si está aquí, pero ¿te parece si lo dejamos para otro día?- esperé a que dijera que si, ya que Edward miraba a que ya colgara.
- Si otro día está bien, espero que tu vampiro te deje y no nos moleste.
-¡Jacob! No hables así, bueno nos vemos otro día.
Edward me miraba mientras jugaba con mi cabello y me dijo- Parece que ya lo perdonaste, que rápido.
-Si, no puedo estar enojada con mi mejor amigo por mucho tiempo y por algo que no tiene mayor importancia.
- Bueno, ¿Charlie no esta cierto?- puso cara de que fuera así-
- Pues no, salió con sus amigos por todo el fin de semana.
- Mmm... Pues entonces no sabrá que me rapté a su hija para ir a casa y estar juntos ¿verdad?
- Pues ¡claro que no!, a no ser que su hija pida el rescate, pero eso no sucederá así que no sabrá.
- Bien entonces ¿te gustaría que fuéramos a ver a Carlisle y después a recorrer el bosque? Ya no hay ningún peligro.
- Está bien, vamos.
Edward me abrió la puerta del copiloto y nos fuimos a su casa.
