N/A: Bueno, este es mi primer Fic, no tengo mucho que decir, solo que la historia principal es de ElijahxOC. Elijah es mi personaje preferido de TVD y en español no hay ningún fic de el D:

Este cap es para presentar a este personaje que no conocemos y espero sea de su agrado.

No me gusta demasiado mi forma de redactar, asi que si tienen consejos y criticas, bienvenidos sean, voy a intentar que el OC no sea Sue. Y cualquier otro tipo de consejo tambien es aceptado

Espero que lo disfruten n.n


—Care… no puedo seguir con esto — Decía una voz irritada mientras acariciaba el negro pelaje de su gata.

—Vamos Sophie, no puedes dejarme ahora, tengo que preparar el Miss Mystic Falls de este año — La rubia la regañaba con la mirada. —Ademas… ahora que Elena es vampiro, las cosas están bastante mal, no quiero que te vayas.

—A eso me refiero, estoy harta del tema de vampiros, hombre lobos, cazadores, dopplemierdas, no por ti, pero quien me dice que alguno de ellos no me succionará la sangre de las venas, ¿Que me dices de Klaus?, mira en lo que se ha convertido este aburrido pueblo.

Ella era la prima de Caroline, más que prima era como su hermana, vivía en la ciudad y con frecuencia venía de visita, pero el último año no había aparecido, según ella por la universidad.

Tenía 19 años, rizos café caían hasta debajo de sus hombros, sus ojos marrones, casi negros, contrastaban con su blanca piel.

Caroline se paró frente a ella con los brazos cruzados —Han pasado meses y no te ha ocurrido nada— decía clavando sus ojos azules en los de ella.

—Porque me he mantenido al margen… igual me encanta este pueblucho— la miró de reojo con una sonrisa.

Caroline esbozó la mayor de sus sonrisas y negó con la cabeza. —Te odio— gritó mientras la abrazaba.


Aquí estoy, otra vez dejándome convencer por mi prima para quedarme en este pueblo, debo admitirlo, me encanta la vida de pueblo y antes este era mi segundo hogar.

Volví, con mi gata, cuando me enteré de la muerte de mi tío Bill, el hermano de mi madre. Fue un golpe duro para Caroline, aunque ella es fuerte, tan segura de si misma, tan hermosa. La quiero como a una hermana.

Me he quedado desde entonces en su casa, las cosas no están de lo mejor en mi familia y no me molesto en absoluto alejarme, pero claro, los extraño.

Care, por su parte no tardó ni una semana en contarme el tema de los vampiros, y con un extenso "resumen" de la historia y lo que había pasado en Mystic Falls. No creí nada, hasta que ella misma me lo demostró. Si, me asusté, pero luego me creí dentro de Crepúsculo, excepto que los vampiros no brillan, tienen deseos de matarte y no pueden engendrar un monstruo que coma las entrañas de su madre.

En fin, amo la música, toco la guitarra y la viola, estudiaba zoología pero este año lo dejé, tal vez lo retome en un futuro, en cuanto al trabajo, me siento una carga para mi tía, aunque ella no lo acepte, pero cada vez que tengo la oportunidad de ganar algo de dinero la aprovecho.


—Bueno, celebremos yendo de compras — decía con gran entusiasmo Caroline.

—Siempre tienes una buena excusa para ir de compras— dejo salir una pequeña risa. —Igual, solo voy a acompañarte, no tengo dinero… y no, ni lo pienses, no vas a pagarme nada.

La rubía alzó una ceja y se cruzó de brazos. —Sophie Eve Burke, no permitiré que vayas de compras conmigo y no me dejes comprar nada para ti.

—Entonces me temo que no podré ir…

Sabía que Caroline era la persona más testaruda que conocía y que no iba a dar su brazo a torcer hasta conseguir lo que quería.

—… bueno, solo algo barato

Caroline sonrío triunfante y tomó las llaves del auto. —Ok, vámonos— su sonrisa podría alegrar cualquier cosa.

Fueron hacia esa calle que tanto amaba Caroline, todo el largo eran tiendas de ropa de todo tipo, y algunas de zapatos.

—Bueno, necesitamos vestido para el evento

—Care… que te dije acerca de dinero?

Pero la rubia simplemente la ignoró y caminó directo a una boutique muy elegante, Sophie simplemente la siguió, ¿Qué más podía hacer? Era tan testaruda.

El lugar era hermoso, de un blanco puro las paredes y un lustroso piso de madera oscura. Todo estaba decorado con telas de diferentes colores, infinidad de vestidos y trajes por todos lados. SI alguien tenía una gala definitivamente este era al lugar que debía acudir.

Cuando Sophie se dio cuenta su prima la tenía más de diez vestidos en sus brazos.—Ten, estos son los que más me gustaron para ti— le tendió los vestido que apenas podía agarrar.

—¿Qué esperas? Pruébatelos!

Sophie se dirigió hacia el probador y cada vestido que pasaba lo admiraba, todos le encantaban de alguna u otra forma. Pero Caroline tenía alguna objeción con cada uno de ellos.

Se había puesto un encantador vestido azul, iba al cuerpo y tenía alguna que otra pedrería en el cuello.

—Car cariño, ¿Me ayudas con la cremallera?— preguntó mientras salía del probador buscándola. Unas manos sujetaron el vestido y levantaron el cierre con delicadeza.

—No lo vas a creer, encontré el vestido perfecto— Caroline tenía puesto un hermoso vestido que le llegaba a mitad del muslo, dorado con algunos detalles en negro y venía dando saltitos, cuando se frenó en seco. Sophie la miró confundida.

—¿Que rayos estas haciendo?!— frunció el ceño y abrió la boca. Sophie se giró lentamente y se encontró con unos ojos azules y una media sonrisa que conocía bastante bien.

—¿Cuál es el problema?, estaba en apuros porque la barbie vampiro no podía ayudarla y le preste una mano, bueno… dos— soltó una risa con un poco de sorna.

—Aléjate de mi prima Damon Salvatore!

—Tranquila rizitos de oro, solo estaba aquí para comprar— levanto las manos en son de paz. —Pero quizás, tu prima quiera acompañarme esta noche a la ciudad, este pueblo no tiene una noche muy activa, y creo que deberías comprar el que tienes puesto.

Sophie sabía muy bien de quien se trataba Damon Salvatore, pero el tipo era endemoniadamente atractivo, su prima le había advertido sobre el, pero la estaba invitando a salir, que tan malo sería?. Salir de la seguridad de Mystic Falls con un vampiro asesino enamorado de una doppelganger vampiro.

—Acepto— dijo sin más. —En cuanto al vestido, llevaré el rojo

Caroline abrió su boca haciendo una cara dramática, mientras Damon volvió a sonreir.— pasaré a las diez por ti, no es nada formal— salió de la tienda mientras recogía unas bolsas.

—¿Te has vuelto loca?, hace unas horas tenías miedo y ahora saldrás con Damon, el vampiro mas bueno e inocente de Mystic Falls

—Por lo menos no bailé con Klaus, vale, paga eso y vamos a casa, ya tenemos zapatos.

Caroline bufó y salió de la tienda con el ceño fruncido, Sophie la seguía cargando las bolsas.

Cuando llegaron a casa, la rubia contestó el teléfono —Hola... si… de acuerdo… te veré allá.— colgó.— Debo ir a ver al comité, el evento es en dos días, pero estaré aquí antes de que te vayas.

—Claro, adiós— dijo con una sonrisa, mientras Caroline le lanzaba una mirada de represaría.

Como de costumbre su tía no estaba en casa, esa mujer vivía para el trabajo, subió las escaleras y se dirigía a su habitación para dejar las cosas cuando un maullido atrajo su atención, su gata Julie la miraba con un semblante interrogante.

Suspiró mientras la alzaba en brazos—Saldré con Damon, estoy un poco aterrada, pero el tipo es tan atractivo, maldito libido.

Dejó las cosas y a la gata sobre la cama, y se dirigió al baño.

Se desvistió y abrió la ducha, el agua tibia cayendo por su cuerpo la relajaba, comenzó a pensar en que había hecho y se arrepintió, ¿Por qué había accedido? El tipo era arrogante, infantil y asquerosamente sexy, ella no era una hueca ninfómana, un hombre como objeto sexual no era lo que buscaba. Siempre había soñado con el príncipe azul y encantador de los cuentos de hadas, algo que ella creía que nunca iba a conseguir "Solo será una distracción, esta enamorado de Elena, como todos, además es una mierda" se lo repetía una y otra vez.

Salió del baño envuelta en una toalla y comenzó a hurgar en su clóset, buscando algo adecuado, al final, se decidió por un short tiro alto negro y una blusa sin mangas verde aqua. En los pies se puso unos zapatos de tacón alto negros, quería esperar a Caroline para que la maquillara, ella lo único que conocía era el delineador y rímel.

Se miró al espejo y se agradaba, hacía tanto que no salía con un chico y se río frente a su reflejo, su pelo suelte húmedo, no sabía que hacer con el, y lo dejó asi.

Aún faltaba una hora, y Care todavía no llegaba… ya no sabía que hacer, así que tomo su viola y comenzó a tocar, era una melodía triste, con un aire celta, la había compuesto un compañero antes de que ella se vaya, sonrío al recordarlo "Siempre ha tenido talento".

La puerta se abrió y en menos de un instante una apresurada Caroline se encontraba frente a ella.—Llegué a tiempo— sonrío dulcemente mirándola.

—Necesito ayuda con el maquillaje

—Menos mal que lo dices, si no nunca me hubiese enterado. Manos a la obra!

No entendía como le podía gustar organizar y arreglar todo a su prima, ella era tan desordenada y con frecuencia espontánea, siempre que planeaba algo le salía mal.

Caroline terminó rápido, un maquillaje bastante ligero para la noche.

—No quiero que parezcas una zorra

Sophie enarcó una ceja. —Si tu lo dices..

—Estás hermosa, ven aquí— Caroline la abrazó con fuerza, parecía una madre, Sophie no sabía porque era tan protectora, pero correspondió con gusto su abrazo, sin saber porque los ojos de ambas se llenaron de lagrimas.

—DING DONG!

—Acaso no puede tocar el timbre?— Caroline estaba molesta, Damon era tan infantil. —Ten cuidado Sophie— su mirada tenía un tanto de súplica.

—Estaré bien, además, tengo tu collar de verbena— Señaló el collar que le había dado Elena a su prima

—DING DONG!— se volvió a escuchar y las chicas bajaron, Caroline con furia en los ojos.

—Eres tan idiota que no puedes tocar un timbre?— la puerta se abrió de golpe, el hombre se encontraba vestido como siempre, un jean negro acompañado de una camisa negra.

Damon la ignoró completamente y sonrió hacia Sophie.—¿Nos vamos?— preguntó con inocencia.

Sophie se colocó al lado de Damon y este paso su brazo por su cintura. Caroline lo fulminó con la mirada.

—Adios Care— arrastró las palabras, era mayor que ella no tenía porque preocuparse.

Damon la guió hasta el coche y abrió la puerta mostrando algo de cortesía. Una vez dentro del coche Sophie borró su sonrisa— A mi no me engañas, no soy ninguna chiquilla estúpida, que eso te quede claro

—Vamos a divertirnos entonces— sonrío de lado y puso en marcha su Camaro.