Marinette estaba a bordo del barco propiedad de Couffaine. Viendo las olas que chocaban contra la proa, entretanto sus pies se movían sutilmente como el movimiento del agua.
Luka que la miraba desde la lejanía, guitarra en mano. Deja la misma, decidiéndose acercarse a ella.
—¿Me permitirías este baile, Ma-Ma-Marinette?
De inmediato, voltea mirando el dueño de esa proposición. Ella mira la mano de Luka extendida.
—¿Bailar? —cuestiona, toda sonrojada al creer que dijo eso.
Él asiente, en un tranquilo movimiento de cabeza.
—No hay música —deja salir sus palabras atropelladamente, nerviosa de solo pensar en tomar su mano.
—¿No escuchas la música de mi corazón?
Entonces cuestiona y toma su mano. Su zurda libre, la posa en su cintura. Marinette cohibida, mantiene su diestra libre sobre su pecho que late acelerado.
Viendo como su izquierda busca rozar los dedos de Luka. Su cara esta roja mientras la cercanía es inevitable. Sonríe nerviosa y lo mira, sus ojos se entrecierran y se percata de que Luka siempre la estuvo mirando, quien había observado cada uno de sus bellos rasgos faciales. Esos ojos azules lo hipnotizaban, esos labios rosados, que le sonreían. Desciende la cabeza lentamente hasta posar su boca sobre los sorprendidos labios de ella. Al comienzo, fue un inocente beso, un roce para saber si podía navegar por esas aguas misteriosas y cuando se dio cuenta que podía adentrarse a ella, sin correr en riesgo de que se hunda.
El muchacho mordisquea levemente el labio inferior, en consecuencia, Marinette separa sus labios y Luka aprovecha para acariciar con su lengua el labio superior de él, para dar paso a un beso más profundo, más apasionado. Ella parecía querer lo mismo al atraerlo hacia ella, al tener sus manos en su nuca y empujándola donde estaba. Hasta que el beso empieza a llegar a su fin.
En el final, suelta su mano y la abraza más fuerte contra su pecho, la necesitaba más cerca. Marinette apoya el costado de su cara en el pecho de Luka mientras se movían lentamente. Al contrario de sus corazones que latían desenfrenados, sus pies hacían suaves y lentos pasos.
—Puedo escucharla —dice la chica tiempo después.
Sus ojos los mantenía cerrados mientras oía esa hermosa melodía producida por el corazón de Luka. Los labios del aludido, forman una sonrisa, él también escuchaba una música proveniente del corazón de Marinette. Preciosa...
