-En algún lugar de Escocia-

-Entonces las condiciones del trabajo son:
Que no debo relacionarme con ellos.
Que no puedo hacerles mis propias preguntas, pero debo hacerles las de los demás.
Que ellos no deben saber quién soy.

-Correcto señorita, y le dejaremos elegir su seudónimo con libertad.

-Acepto, esta oportunidad es invaluable-la sonrisa que ella mostraba en ese momento era para retratar, una sonrisa lobuna, de medio lado, que vaticinaba que grandes y divertidas cosas estaban a punto de ocurrir.

-En otro lugar de Escocia-

Harry, Ron, Hermione, Ginny, Luna y Neville estaban entrando al concurrido Gran Comedor en una aparentemente normal noche de su séptimo año. Estas dos parejas y sus dos amigos sí que iban a sorprenderse mucho esa noche, pero no solo ellos, todos los que se hallaban allí también.

-¡BIENVENIDOS! Los estábamos esperando, el Trío de Oro, y veo que llegan también con los miembros faltantes del Ejercito de Dumbledore ¿me equivoco?-la chica que los había sorprendido hablando por un micrófono y acercándose a una velocidad sorprendente a las puertas por donde acababan de entrar era rubia y de ojos azules, de estatura baja, no mediría más que un metro cincuenta sin sus tacos, tenía su pelo largo hasta la cintura y una piel asombrosamente blanca, vestía lo que parecía ser un vestido muggle, corto y verde esmeralda, de fiesta. Mirando los rasgos de su cara se pondría notar que tenía un cierto parecido con Luna, pero su apariencia cuidada, y el remplazo de su mirada soñadora por una curiosa y una sonrisa pícara que parecía decir "se algo que tú no" absorbía cualquier rastro de similitud que los ojos de los presentes pudieran notar.

-¿Quién eres?-Harry cambio su mirada perpleja por una acusadora.

-Um, veo que vas directo al grano ¿eh, Harry Potter? Pues no te puedo decir quién soy, pero sí que vine a hacer aquí. Llámame Lunática.-y le tendió la mano, la extraña joven que se ve se había ganado su apodo honradamente, le tendió la mano a Harry Potter, el salvador del mundo mágico. Por dentro estaba que gritaba de euforia, pero lo sabía disimular, las clases de actuación de algo le sirvieron, se ve.

-¿Lunática?-Hermione habló en tu tono alto, agudo, casi histérico-¿Y qué rayos está haciendo aquí?

-Pues eso es lo que iba a explicar en cuanto llegaran, pero primero siéntense.-dijo nuestra Rubia, en un tono sereno.

Harry y sus amigos poco dispuestos estaban a seguir las órdenes de esta extraña desconocida, salvo Luna, que con una sonrisa enigmática se sentó en la mesa de Ravenclaw.

Viendo que ellos no mostraban señales de hacerlo, una poderosa animaga se propuso a intervenir.

-Alumnos, por favor, tomen asiento y guarden silencio. Vamos a escuchar lo que nuestra sorpresiva invitada tiene para decir-habló la directora McGonnagal por medio de un sonorus.

Nuestra "invitada", haciendo resonar sus zapatos de tacón por todo el Gran Comedor, camino lentamente hacia el atril delante de la mesa de los profesores, como si fuera la dueña del lugar y se apoyó con un brazo en el atril, que le llegaba hasta el cuello, desde un costado.

-Imagino que se preguntaran que estoy haciendo aquí, pues les diré, soy la anfitriona del nuevo éxito de la televisión mágica ¡Un Anormal Programa de Entrevistas a lo Muggle!

Y tan pronto como lo dijo, de la nada apareció una gran pantalla de televisión, visible desde todo el lugar, mostraba tres veces Gran Comedor, con diferentes personas, salvo por una. Lunática estaba parada allí, haciendo lo mismo en cada pantalla, sonriendo de manera lobuna.

-En el mismo lugar de Escocia, en otro momento-

-Así como pueden ver en la pantalla, querido público, estoy en el Gran Comedor del Instituto Hogwarts de Magia y Hechicería, pero, a pesar de estar en el mismo lugar, no estoy en el mismo momento. Amigos ¡que estoy con las tres generaciones!

James estaba perplejo ¿pero cómo no estarlo? Se supone que estaban en medio de la guerra... ¿¡Y aparece esta linda chica a decirles que están en un programa de televisión!?¿¡Que rayos era la televisión?! No malinterpreten, le parecía sumamente divertida la idea ¿y quiénes serían los chicos de otros tiempos? ¿estarían sus hijos allí? ¿habría tenido hijos con Lily? pero... ¿que acaso no podría entrevistarlos luego de acabar con Voldemort?

-¡Genial!-escucho exclamar a Sirius detrás de él, conociéndolo, seguramente pensaba solo en que la chica era bonita.

-bla bla bla Escocia, en oootro momento-

Esto era raro, desde que la bonita chica rubia los recibió diciendo "¡BIENVENIDOS! Los estábamos esperando, el Trío de Plata..." Albus noto lo raro de la situación ¿cómo sabía esta chica como se llamaban él y sus amigos a sí mismos cuando estaban solos? Ella no le daba buena espina, a James seguro lo engañaba, era guapa y él seguro intentaría conquistarla, pero a Albus no, averiguaría de qué se trataba todo esto.

Al parecer Scorpius noto su inquietud y su semblante serio porque se acercó a él, puso una mano en el hombro y le dijo por lo bajo:

-Albus, relájate, seguro esto es algo divertido. Mira allá-señalo la pantalla-¿soy el único que nota que esos son nuestros padres de jóvenes?

Y Albus lo noto, en la pantalla aparecía su padre, notablemente más joven y con la expresión que seguro llevaba él mismo en el rostro: confusión y seriedad. También, en otro lado de la misma pantalla, aparecían los que, gracias a un montón de fotos viejas, pudo reconocer como sus abuelos.

-En las tres pantallas-

-Ahora amigos, dejemos a nuestros chicos comer, que seguro tienen hambre, volvemos del corte cuando terminen. Recuerden enviar sus lechuzas con sus preguntas para nuestros amigos-hizo un ademán abarcando los tres comedores-a "Lunática", ellas sabrán donde encontrarme.

Y, dando un guiño a una cámara invisible ubicada en el techo, desapareció.