Capítulo I: Aburrimiento.

Lily avanzaba rápidamente por los pasillos esquivando un par alumnos con habilidad, a pesar de ir cargada de cosas hasta el mentón. Su increíble prisa no tenía otra posible razón que huir de algo. No, No había visto el grim como su condenado tío abuelo Billius, más bien una banshee...

— ¡Lily!— sus ojos se cerraron con fastidio cuando una mano la alcanzó y la tomó del hombro haciéndola frenar en seco.

Se giró lentamente para ver los ojos celestes de su prima. Dominique.

— Estoy apurada Nique. — Le aseguró con una voz que no daba pie a objeciones.

— No es cierto, además es sábado. –Le respondió ella, claro que había olvidado que se enfrentaba a la peor y más testaruda de sus primas.

— Que tú no hagas nada el sábado no significa que…

— ¡Por Merlín! sabes que te escondes detrás de todos esos calderos porque no quieres ayudarme — Exclamó señalándolos como si su simple presencia la ofendiera.

Lily suspiró ¿Qué sentido tenía negarlo?

— Sabes que no vas a hacerme cambiar de opinión.— Explicó con su voz más convincente. Aquel que usaba siempre su madre cuando sus hijos se ponían insistentes.

Dominique le sonrió con picardía, con una expresión que le hizo recordar a su hermano James.

— No. No me parece una buena idea. — volvió a expresar rogando que su forma terminante de decirlo le hiciera hacer entender a Dominique que no accedería.

— Vamos Lily, ¿Dónde está tu sentido de la aventura? Rose ya accedió a hacerlo. — ella se acercó y le quitó uno de los calderos de las manos con despreocupación.

— ¡Cuidado! llevo una poción ahí — Dominique bajó el caldero con cuidado y se limpió las manos contra el doblés de su túnica.

— ¿Cómo demonios hiciste para convencer a Rose?— Lily estaba intrigada.

— Lily si supieras… ella esta tan aburrida como yo. Su novio es un coñazo soporífero. No me extraña que quiera un poco más de acción en su vida. — Suspiró pensativa— Rose podría hacerlo mucho mejor.

— Adam es majo…

— Si claro… — resopló ella, dando a entender que no estaba de acuerdo— ¡Es el presidente del club de gobstons Lily!, La vida de Rose debería estar cargada de conversaciones intelectualmente elevadas o como segunda opción de hombres que exuden sexo en su mirada y hagan tambalear su mundo. No de las conversaciones letárgicas sobre la asociación nacional de gobstons que la somete Adam.

— Sigo creyendo que no es buena idea. ¡Sacaste esa información de un diario Nique!— exclamó exasperada, su prima por momentos carecía de lógica.

Dominique dejó escapar un lento suspiro, y elevó sus ojos buscando las palabras.

— Era el diario de mi bisabuela. Una increíble y reconocida Veela. Deberíamos aprovechar esta oportunidad y utilizar su sabiduría para…

— Por favor, tu problema es que eres fanática de esa Lavender Brown y sus libros rosas. — La cortó Lily, conocía muy bien a su prima.

— Los cuales deberías leer por cierto. — Le aseguró por enésima vez— A ti también te hace falta más acción en tu vida, y no estoy hablando de Quiddicht. Dime, ¿Hace cuánto que no te das el lote con alguien?

Lily enrojeció. Una terrible herencia familiar que le impedía avergonzarse con dignidad. Y no solo su rostro sino su cuello, orejas… seguro que hasta el interior de sus rodillas se enrojecían, no que lo hubiera comprobado o algo.

— Vamos Lily, mi prima favorita— ella la miró aguantando impaciente los intentos para nada disimulados de adulación, Dominique tenía demasiadas cualidades para el arte dramático — ¡Quítanos de esta horrible situación! Creo que si paso otro San Valentín teniendo citas desastrosas me hago lesbiana. El año pasado soporté mi san Valentín besándome con Brandon Davies… ¡nunca fui besada tan desagradablemente como esa vez! parecía que había metido los labios en una de las aspiradoras muggle que usa tía Hermione.

Lily tomó el caldero de peltre de la mano de su prima y lo colocó sobre la pila de objetos que sostenía, apretándolo con su barbilla para que no se cayera. Se giró dando por terminada la conversación y enfiló nuevamente para el pasillo.

Dominique suspiró enfadada, ¡Maldita Lily cabezota!, llevaba una semana persiguiéndola para convencerla, primero con todos los beneficios posibles, luego sutiles amenazas… había llegado el momento de usar su última carta.

— Supongo entonces que no te importa que Frank comenzara a salir con Melanie Townshend.

— ¿Qué?— Lily se giró y el caldero de peltre cayó de sus manos fuera de su control desparramando su contenido por el suelo.

Dominique sonrió con tristeza. No sabía hasta qué punto le iba a afectar esto y le dolía utilizar esta información para manipularla, pero sus instintos no la habían traicionado y como decía su padre: situaciones desesperadas requieren acciones desesperadas.

— Al parecer se lo pidió ayer— Lily tenía los ojos abiertos de sorpresa y sus labios se torcieron en decepción. — bueno como te decía la poción de mi bisabuela dice que traerá un romance de novela a tu vida, lleno de acción, adversidades pero tan fuerte como para superarlo todo. Ahora la poción no crea amor, sólo modifica el entorno para que encuentres un romance épico. ¿Vamos Lily quien no puede querer algo así en su vida?

Lily se veía insegura. Sus ojos se cerraron más tiempo de lo normal, intentando mantener la calma.

— ¿Prefieres mirar como Frank se da el lote con Townshend mientras tú te escondes detrás de tus calderos? ¿Es que no tienes un poco de curiosidad para saborear un amor que mueva tu mundo?

— No me escondo en mis calderos— Gruño desanimada. Su voz perdiendo la fuerza anterior.

Dominique la evaluó, sus cejas se levantaron con incredulidad antes de contestarle.

— ¡Lo estás haciendo ahora! Mírate, te escapas de mí y de la posibilidad de utilizar este conocimiento, ¿es que nunca viste lo genial que son las novelas rosas? ¿No deseas enamorarte con esa pasión desmedida? Si no quieres leer a Lavender Brown deberías al menos tomar un libro de Tomas Hardy, Jane Austen, las hermanas Brönte…

— No es eso y gracias, pero no necesito una poción para enamorarme.

— ¿Qué temes? ¿Qué tomar esta poción te haga tener un romance épico con alguien que no sea Longbottom? Lily no sucederá nada con nadie que no quieras independientemente de la poción. Lo que pase está en tu poder. — su prima movía sus manos exasperada.

La muchacha optó por buscar su caldero en vez de contestar. Evitando mirarla a los ojos.

— Sólo crearemos un escenario para impulsar el amor… — continuó Nique — la poción no crea el amor, sabes que eso es imposible para cualquier magia. Ahora sino lo intentas sé que te quedarás mirando con ojos tristes mientras se besa con esa tonta. ¿Qué tienes que perder?

La aludida sacudió la cabeza y lanzó un sonido de enfado. Le molestaba no haberse enterado de esto. En el verano había tenido la sensación que Frank sentía algo por ella. Algo que no tenía nada que ver con el cariño de un familiar o amigo. ¿Cómo superas a alguien con quien ni siquiera has salido? Era patético.

No podía creer lo que estaba a punto de hacer, debía estar loca. Pero ¿a quién podía engañar?, vivir un amor intenso no puede ser algo malo ¿o si? Por lo menos era mejor que pasarse el día deprimida mirando al amor de su vida con otra… no pensaba convertirse en uno de esos locos stalkers que persiguen a alguien aunque no los quieran.

— ¿Para qué me necesitas? –le preguntó dejándose caer en la tentación.

— ¡Esa es la Lily que me gusta!— se emocionó su prima— necesitamos que le robes el mapa a Albus y tus habilidades para pociones por su puesto.

Su boca se torció en un amago de sonrisa, al menos su parte del plan era pan comido. Quitarle el mapa a Albus nunca fue un problema para ella, exceptuando obviamente que su hermano pertenecía a la casa Slytherin y entrar requería algunos trucos. Pero Dominique también era Slytherin y en este caso su cómplice.

— Necesito la contraseña.— Le pidió, dejando todas las cosas que sostenía en los brazos en el alfeizar de una ventana.

— Malpolon monspessulanus.

La miró confundida unos instantes, ¿Quién demonios hacia las contraseñas del Slytherin?

— Voy a necesitar escribir eso.— no había forma que lo recordara con exactitud.

— Mejor te acompaño y luego nos desviamos hacia el cuarto de Albus. Sera más fácil que si vas invisible.

Lily la miró con desconfianza, Nique no era la mejor compañera de aventuras, llamaba mucho la atención y solía meter la pata.

— Espera, tengo que llevar mis cosas a la sala común…— intentó excusarse para evitarse la molestia de llevarla como compañera.

— Nadie va a robarse tus libros y calderos, además es sábado. Todos están en el lago disfrutando del aire libre, como personas normales.— Le dijo agarrando sus cosas y dejándolas en el suelo sin ningún tipo de cuidado.

Lily suspiró derrotada y limpió el desastre que había hecho en suelo con un rápido fregoteo. Ahí se iban sus avances de la poción de invisibilidad.

— Bien, bien, vamos ahora que seguro Albus está dando vueltas por ahí.— La tomó del brazo y se la llevo casi a rastras.

— ¿Qué hacías con ellos por cierto? Nunca fuiste el tipo estudioso. — Nique señalo la pila de objetos que se encontraba a sus espaldas.

— Los usaba para esconderme de ti. — Explicó la pelirroja.

— ¿Realmente creíste que era suficiente?— se burló su prima levantando una ceja tan alto que se perdía en su flequillo.

Lily decidió ignorar su actitud. Vivir con James le había enseñado a elegir muy bien sus batallas y saber cuáles estaban destinadas a perder.

— Más o menos, tío George me encargó mejorar sus chicles de invisibilidad, creí que si lograba mejorar la receta podía escapar de ti. Además creo que estoy muy cerca, el principal problema es que son chicles, estoy probando con distintos tipos de dulces: caramelos, bombones y palitos dulces.

— ¿Trabajas para el tío George? ¿Es así como conseguiste ese dinero en vacaciones? — pregunto con la sorpresa tiñendo su tono de voz.

— Sí, pero no le digas a la abuela Molly, creo que es capaz de desheredarlo.— Explicó Lily sonriendo.

— ¡Lily! Siempre logras sorprenderme. A veces eres peor que James.— dijo riendo.

— ¿Yo? Eres tú la que siempre logra salirse con la suya. ¡Mírame! Accediendo a hacer esa poción de locos que encontraste en un diario, para vivir como en una novela rosa. ¡Ni siquiera me gusta el género!

Dominique le chistó. Estaban a pocos metros de la entrada de Slytherin.

— Si nos haces quedarnos aquí entre las sombras espiando, es como llevar un letrero amarillo diciendo: "voy a hacer una travesura". — explicó Lily mientras Dominique la empujaba hacia las sombras.

— Bien actúa con normalidad. — respondió acomodándose el cabello rubio con suavidad.

Lily no le dijo que la actuaba como un auror espiando era ella. Se mordió el labio antes de replicarle y la siguió aún preguntándose como mierda hacia Nique para siempre lograr lo que se proponía.

Aquella no era la primera vez que Lily entraba a la sala común de Slytherin, allí no era bienvenida. Los Slytherins eran entre otras cosas muy protectores de su entorno, sus secretos y su privacidad y ella era una intrusa allí y para peor una Gryffindor.

Sin embargo debía admitir que la sala era una belleza, la luz verdosa que iluminaba las paredes, los exquisitos tapices con hazañas de Slytherins medievales, los sillones de aspecto regio y casi aristocrático. Si no fuera por el frío que hacía en las mazmorras y la falta de esa calidez hogareña, podría gustarle un poco más.

La sala se encontraba prácticamente vacía. Solo unos tres alumnos las vieron ingresar. Por desgracia Jude Jacknife era uno de ellos. El joven bateador del equipo de Slytherin, por alguna razón desconocida para ella, la detestaba. Princesa mimada era lo mínimo con lo que la atacaba durante clases y en los partidos la bludger estaba siempre dirigida hacia ella.

— ¿Qué haces con ella aquí?— Explotó enojado el muchacho señalando a Lily como si se tratara de un dementor. ¿Es que nadie le había dicho que señalar era de mala educación?

Dominique se acomodó el cabello y le dirigió una mirada de superioridad. Oh Lily conocía esa mirada y no le deseaba a nadie ser el receptor de ella.

— Piérdete Jacknife. Es asunto de los prefectos.— Lily miró a su prima. Su aspecto angelical y su boca no parecían en sintonía. Tal vez eran sus genes de veela la que la hacían temible cuando se enojaba. Era como una especie de aura negra e invisible que crecía a su alrededor.

— No puede estar aquí, es contra las reglas.— A Lily siempre le sorprendía la extensión del odio del muchacho hacia ella. ¿Qué demonios le pasaba a ese energúmeno? Suponía que ser la estrella del equipo de Gryffindor le había hecho ganar varios enemigos, pero Jacknife lo llevaba a otro nivel.

— A callar, si continuas molestando te juro que te pondré detención y me asegurare que sea la más desagradable que pueda imaginar— El rostro macabro de Dominique se acercó a Jude para intimidarlo y al parecer funcionó, todos conocían la reputación de Nique.

¡Ja!, verla a Dominique en modo Slytherin siempre era de temer.

— No puedes hacer eso... le diré a Malfoy.

— Adelante, dile que todo esto es por la hermana de su mejor amigo.— lo incentivó girándose para dejarle en claro que la conversación había terminado.

Lily la siguió sin mirar atrás, podía sentir la ira que emana Jacknife como si fuera una corriente de calor dirigiéndose hacia su espalda.

Avanzaron varios metros antes de cambiar hacia el pasillo de las habitaciones masculinas. Tanto Lily como Dominique conocían la habitación de Albus, asique no dudaron en entrar rápidamente.

— Todo tan ordenado… es casi sospechoso. — observó Lily. Las camas y la ropa, los baúles y los materiales ordenados como si recién llegaran a Hogwarts.

— ¿Qué es sospechoso?

— Este impoluto orden y limpieza.

— ¿Los elfos no limpian las habitaciones de Gryffindor?

— Si lo hacen pero no dura mucho tiempo…— explico quitando un mechón rojo de su hombro.

Revisaron con rapidez el baúl de su hermano, prestando especial atención al orden normal de las cosas para evitar sus sospechas, si tenían suerte Albus no notaría la momentánea desaparición del objeto.

Salieron con prisa, para evitar contratiempos— bah, en realidad era porque estaban haciendo algo indebido— y se dirigieron al gran comedor por su desayuno. Rose las estaba esperando ahí completamente nerviosa.

— ¿Lily? Entonces es cierto ¿aceptaste?— preguntó Rose. Estaba desayunando sola en la mesa de Ravenclaw. A Rose nunca se le había hecho fácil tener amigos o ser popular, era tímida y tendía en encerrarse en sí misma y aunque los primeros años muchos niños se sintieron atraídos por la fama de sus padres pronto la dejaron de lado. Ser de Revenclaw muchas veces significaba soledad.

— Sí. — Respondió abatida, aunque en el fondo la idea empezaba a resultarle ligeramente excitante, romper reglas siempre había sido una debilidad familiar.

— ¡No puedo creerlo Lily!— Exclamó su prima con cierto reproche.

— Pero si tú también aceptaste.

— Yo no…— Se miraron con confusión unos segundos.

— ¡Dominique!— reprocharon las dos pelirrojas al notar que habían sido vilmente manipuladas.

— Ah por favor, ella cayó en esa simple trampa porque en el fondo quiere hacerlo, al igual que tú.

— Me mentiste…— Lily entrecerró los ojos planteándose dar marcha atrás con la poción solo para hacerla cabrear.

— He dicho varias veces que no.— aseguró Rose decidida. — tengo novio y lo quiero Dom. No necesito otro... tienes que entenderlo.

— ¿Quién hablo de otro novio? Si tu relación con él es sincera como dices la poción solo la hará más interesante, cómo en "Deep love"— expresó Dominique emocionada— ambas deberían leer esa novela.

— No me gusta Lavender Brown y sus horrorosas heroínas. — Aclaró Rose con firmeza. — Mi relación con Adam no necesita ser más interesante.

— Claro que no… hace meses que no tienen sexo y lo sabes. No te atrae Rose, entiendo que no quieras romperle el corazón.

— ¡Basta! estas muy fuera de línea Dominique — Rose se paró dejando su desayuno, estaba furiosa. — Que seas mi prima no te da el derecho de hablarme así.

— Está bien como quieras. No te necesitamos, lo hacía por ti, estas aburrida de él y sus conversaciones intelectualmente simples.

— Nuestras conversaciones están bien, gracias. No quiero que vuelvan a intentar convencerme.

— Espera que yo no hice nada. — Se quejó Lily ofendida por ser incluida dentro del mismo grupo que Dominique.

— Tú estás aquí con ella, para mi es suficiente.— le reprochó Rose haciendo que Lily se sintiera momentáneamente mal.

— ¿Sabías que Frank tiene una novia oficial Rose?— Dejó caer Dominique con sutileza.

— ¿Qué? ¿Después de este verano que estuvo literalmente babeando por Lily? ¿Y luego de aquello que paso en la cocina?

Lástima llenaron los ojos de Rose.

— Al parecer no fue así, tal vez fue solo un juego para él… quien sabe que pasa por su maldita cabeza. — Lily suspiró... Frank tenía la capacidad para cabrearla y darle dolor de cabeza con solo estar presente, su forma de actuar a su lado le envía señales contradictorias. Por momentos parecía que deseaba besarla y otras huía de ella como si tuviera spattergroit. ¡Habían estado a punto de besarse! si no hubieran por el tío George que los interrumpió sin querer… y luego de una semana en Hogwarts formalizaba una relación con Melanie Townshend.

— ¿Es por esto que planeas hacer esa poción Lily?

— No pienso sufrir mirando como esta con esa esa chica. Tal vez sea lo que necesito. — se encogió de hombros intentando sonar natural y convencida.

— Suena desesperado y peligroso…— Le advirtió Rose. Un mechón enrulado se le salía de la coleta en una dirección extraña.

— ¿Entonces te sumas? –Preguntó Dominique que se había mantenido tranquila y observando el intercambio con paciencia.

— No— les dijo Rose tajante y recordando que se suponía que estaba enojada con ellas tomó sus cosas para salir de allí a pesar de las súplicas de su prima.

— Ya volverá— anunció Dominique luego de unos momentos— no dejará que pasemos por esto solas, se preocupa demasiado.

La sonrisa manipuladora de Dominique hizo que se ganara un golpe en el brazo.

— Tendrás que hacer algo por mí si quieres que siga en esto— explicó Lily, si ella planeaba manipularlas no era la única capaz de jugar ese juego. Dominique necesitaba un poco de su propia medicina.

— No te creo, estás demasiado involucrada para dar marcha atrás. — negó su prima tomando algo de comida del plato abandonado por Rose y untándolo con mantequilla.

— No lo sabes…— expresó levantando ligeramente una ceja mientras tomaba algo de jugo de calabaza— si quieres que continúe en tu juego manipulador deberás hacer mis tareas de historia de la magia, las ganas de evitar eso son más grandes de las que tengo de involucrarme.

Dominique lo sopesó unos segundos antes de responder.

— Bien pero de ahora en adelante me ayudarás activamente a convencer a Rose.

— Trato— sonrió Lily contenta por salirse con la suya.

Dominique también sonrió no había forma que ella pudiera convencer a Rose sin la ayuda de Lily y con respecto a la tarea, se la daría a alguien como castigo apenas pudiera, Lily estaba loca si creía que lo haría ella.

Le sonrió mordiendo su tostada.


— Raíz de Angélica, semillas de anís verde y Tisana— leyó Lily en voz alta— esta poción comparte gran parte de los ingredientes con la amortentia.

— No es amortentia obviamente ya que la beberemos nosotras. — explicó Dominique con tranquilidad. Estaba tarareando una canción mientras limpiaba el caldero que se disponían a usar.

Se hallaban en la sala multipropósito, habían creado su propia mazmorra de pociones allí. Juntar los principales ingredientes y conseguir el espacio había llevado cerca de cuatro días.

Rose se veía preocupada. Había costado convencerla pero allí estaba, ayudando a sus primas como siempre. Lily había sido en gran parte quien había logrado convencerla y es que dejar que sus primas hicieran algo tan peligroso a solas iba en contra de su actitud de osa protectora.

"Estaré ahí para evitar que hagan alguna estupidez" había dicho cuando aceptó a regañadientes.

— ¿Cómo demonios esperas que consigamos un pelo de veela?— exclamó Lily cuando terminó de repasar los ingredientes, la lista era larguísima y muchos solo se podían conseguir por contrabando.

— El mío deberá servir.

— Tú eres un octavo veela— Explicó Lily como si se tratara de una niña pequeña.

— Entonces usaremos ocho y listo.

— Las pociones no funcionan así Nique. — dijo Rose rodando los ojos ante la ineptitud de la Slytherin.

— Pues deberá hacerlo mi bisabuela está muerta.

— Es muy peligroso esto no me gusta nada. — Aclaró Rose por enésima vez, uno de sus pies se movia al compás de su nerviosismo — No lo hagan.

— ¿Por qué no puedes ser una prima normal?— le espetó Dominique. — ¡Pareciera como si carecieras de hormonas Rose!

— ¡Estoy siendo razonable! Arrastraste a Lily aprovechándote que se siente mal, y esto no se ve bien, si continúan tendré que hablar con McGonagall.

— ¿Serías capaz de delatarnos?— Dominique lucía irritada.

— Tienes al menos veinte ingredientes prohibidos ahí, si eso no te dice nada de lo peligrosa que esta poción tendré que hacer algo.

De pronto estalló la pelea y continuaron discutiendo por otro cuarto de hora más. Hasta que lograron cabrear a Lily a tal punto que tuvieron suerte de no ser maldecidas.

Rose logró su cometido y abandonaron la idea de hacer la poción.

Dominique dejo de hablarles por al menos una semana, la poción estaba casi terminada cuando sus primas la traicionaron. Ella no quería resignarse a una vida tan simple y aburrida pero lamentablemente las necesitaba, Rose conseguía las cosas que estaban prohibidas, como premio anual tenía un acceso mucho mayor que ella, ni siquiera robando la capa de los Potter podía conseguirlos todos y Lily era una experta en pociones, tenía un don natural… aún confundiéndose las cantidades o los ingredientes sus pociones siempre quedaban bien.

Dominique no podía entenderlas, ¿Cómo era posible que prefirieran esta realidad a la realidad mejorada que proponía la poción?

Faltaba poco para la primera salida a Hogsmeade y su cumpleaños número diecisiete y ella no tenía a nadie con quien ir. Todas sus compañeras tenían una cita, y modestia aparte ella era mucho más bella que sus compañeras de cuarto. No es que nadie la hubiera invitado pero los pretendientes eran feos o aburridos o muy por debajo de sus expectativas. Se tiró en la cama de su habitación completamente frustrada.

Miró la pila de libros en su mesa de luz, y tomó uno. En la portada aparecía un bello y atractivo joven que tomaba a la bruja por la cintura. ¡Los malditos hombres literarios la habían arruinado para los hombres reales! Llevaba años enamorada de personajes ficticios, asique como una adicta tomó el último libro de Lavender Brown: Catch me. Una historia de una chica de instituto y el guardián de Quiddicht de su colegio. Había salido justo al finalizar el verano, y no había conseguido tiempo de comenzarlo, se sumergió en la historia deseando que su vida fuera al menos la mitad de interesante.

Rose se encontraba en su lugar favorito de la sala común, era un cómodo sillón que poseía según ella la mejor vista, puesto que se veía completamente el bosque y las montañas que circundaban los terrenos de Hogwarts. Se encontraba más tranquila desde que sus primas dejaron atrás la loca idea de realizar esa poción desconocida. Entendía las motivaciones de ambas, Lily estaba dolida y Nique… bueno era Nique, ella rara vez necesitaba alguna razón para hacer locuras.

— ¡Me respondieron Rose!— Una voz masculina la saco de su ensoñación y se sentó frente a ella— Dicen que debo enviarles mi curriculum completo pero pareciera que nadie más aplicó para el puesto. ¿Puedes creerlo?

— Que bien Adam, me alegro mucho por ti. — Lo felicitó Rose antes de besarlo en la mejilla.

Adam continúo hablando de sus planes para ingresar en el ministerio dentro del departamento de juegos y deportes como su padre Marcus Belby. Rose lo miraba hablar animadamente sobre el juego y sus planes para el futuro. Le recordaba a su padre hablando de quiddicht, sólo que el quiddicht sí era interesante.

La chica se mordió el labio, quería a Adam, eran amigos desde siempre. Su único amigo dentro de Ravenclaw y ahora su novio, pero Nique tenía razón en algo y era que por momentos Adam sólo hablaba del maldito juego y eso la exasperaba. Y aunque lo quería muchísimo se preguntaba cómo sería estar con un chico que deseara saber lo que pensaba, lo que quería, con Adam todo eso estaba implícito, se conocían hacía muchos años y hablaban de sus tareas y de cosas banales, las cosas profundas ya habían sido discutidas entre ellos y él respetaba su espacio, no le hacía preguntas fuera de lugar, ni la obligaba a tener conversaciones sobre cosas dolorosas, pero por momentos parecía que solo hablaban de cosas triviales.

Él aceptaba su timidez y sus inseguridades… ambos compartían la desgracia que sus familias eran famosas y que las expectativas los hacían sentir como si la espada de Damocles pendiera sobre ellos. Adam era seguro y eso era lo que más le atraía a Rose.

Lily también se había alejado de sus primas, aprovechaba que George le había encargado aquel trabajo para mantenerse ocupada y evitar pensar en el que no debe ser nombrado… no debería llamarlo así, eso había sido un error pero de todas formas no quería ni pensar en su nombre. Lo había visto besando a Melanie en el pasillo hacia media hora y sentía que algo tan simple como su nombre la sacaría de sus casillas. Ese beso debería haber sido suyo…

Quería golpear a alguien con un bate de Quiddicht. Pero no dejaría que esto la hiciera derrumbarse, su madre estaría muy decepcionada, ella también había perseguido durante años al amor de su vida pero nunca había dejado que la afectara el hecho que su padre era un ciego sin remedio y saliera con otras chicas.

Había crecido escuchando la historia de sus padres y como una tonta pensó que ella y Frank — ¡maldición no debería haberlo nombrado! — estaban destinados de la misma manera. Que él amigo de sus hermanos la vería de la misma forma que su padre la vio a su madre. Lo había amado desde que tenía memoria, pero aunque la atracción entre ellos era palpable él había decidido no ir por ese camino y enredarse con aquella Ravenclaw.

Ella no era su madre, sabia que debía olvidar a Frank, por su propio bien. Se concentró en sus estudios de la poción de invisibilidad, estaba repasando los ingredientes, esto siempre lograba calmarla. Era monótono y aburrido lo suficiente para que su mente dejara de bombardearla con todas clase de pensamientos y sentimientos.

¡Pero oh maldito destino! ¿Qué carajo hacían esos dos besándose entre los estantes de pociones avanzadas? ¡¿Es que la bibliotecaria estaba ciega o algo?! Si no se alejaba de ahí en ese instante temía de lo que sus locos impulsos pudieran obligarla a hacer. El temperamento de su padre se había mezclado con la sangre Weasley en un cóctel explosivo el día que nació.

Respiró hondo y soltó el aire lentamente. No sirvió de nada. Tomó sus libros y papiros y los arrojó a su mochila con violencia, sin importarle que la tinta estuviera fresca o que pudieran rasgarse. Cuando pasó como una furia por la biblioteca casi choca contra su propio hermano.

Los ojos le ardían, un corazón roto dolía como la mierda. Frank y ella habían sido amigos durante años y este verano parecía que tenían algo más, hubieron roces, miradas y comentarios subidos de tono. Simplemente no tenía sentido.

— Hola Lils— la saludó Albus jovial, completamente ignorante de lo que le pasaba. — ¿Estás bien? — preguntó al ver un poco mejor su aspecto.

Lily abrió la boca pero no salió nada de ella y sintió que las lágrimas se agolparon en sus ojos. Fue en ese momento que notó a Malfoy junto a Albus. ¡No quería que la vieran llorar! no podría perdonarse algo así. Ella era fuerte no una debilucha llorona.

Negó con la cabeza y los pasó con rapidez. Necesitaba aire.

Probablemente debería comprar chocolate o alcohol. Un uso verdaderamente sabio para el dinero extra hecho con el tio george. Martini de chocolate, aquí voy.


Cuando pasaron tres semanas de la vuelta a Hogwarts los rumores del romance entre Frank y Melanie seguían frescos y en la boca de todos. Alice su amiga de toda la vida, sabia como se sentía con respecto a su hermano pero el hecho que la mirara con lástima no la ayudaba ni una pisca. Alice podía ser buena amiga como toda Hufflepuff pero las miradas que le enviaba hicieron que Lily se alejara de ella también. ¿Acaso era mucho pedir un poco de apoyo moral sin que le tuvieran pena?

Recurrió a Hugo, pero su primo por mucho que se querían era un desastre con los temas del corazón, los gemelos Scamander lograron animarla un poco con sus locuras pero no quería arruinar sus reuniones semanales con sus asuntos personales asi que decidió mantenerlos ignorantes del hecho, sentía que de esa forma le eran de más ayuda, eran su mejor distracción y arruinar eso le parecía una atrocidad. Roxane y Luis eran demasiado chicos como poder comprender, Vic, Lucy y Molly ya no se encontraban en Hogwarts y James o Fred eran un NO rotundo por supuesto. Eventualmente su despistado hermano Slytherin descubrió lo que pasaba, pero él tampoco era de ayuda y no le quedó otra alternativa que caer en los brazos de Dominique y Rose. Luego de dos semanas que dejaran de lado la idea de la poción volvieron a hablarse como si nunca hubieran peleado.

Cuando sintió que todo iba mejor y que estaba finalmente superando la situación, escuchó una conversación que terminó desencadenando que el infierno se desatara.

Lily sabía que no debería oír conversaciones ajenas, pero cuando escuchó su maldito nombre no pudo resistirse. En realidad había oído a alguien pronunciar "Potter", pero la forma y la entonación le hicieron notar que lo decían con desagrado.

— Frank se siente un poco mal, ya sabes porque son amigos desde pequeños y sus padres se conocen— Melanie Townshend le decía en voz baja a su mejor amiga Beca Davies.

Se encontraban en el patio empedrado hablando por lo bajo. Lily se escondió detrás de la gárgola parlante para escucharlas mejor.

— He visto como los mira, esa chica tiene un aire trastornado a su alrededor.

— Si me pone de los pelos— aseguró Melanie. — pero no hay forma que Frank pudiera fijarse en ella conmigo a su lado…

Beca Davies se rió con fuerza.

¿Acaso estaban hablando de ella? Ella ni siquiera los miraba, huía de cualquier habitación donde se encontrara la pareja, que se besaban sin pudor como anguilas en celo.

— Sera la hija de Harry Potter y cometa Weasley pero es simple y plana como nadie. ¿Has visto como festeja sus puntos en los partidos?

— Si femenidad cero— exclamó negando con la cabeza, con total desaprobación— Frank me ha dicho que ella lo persigue desde hace años.

— Nunca ha tenido novio que yo sepa y la verdad no me extraña tiene mal carácter, como si los chicos fueran por un tipo de mujer que puede golpearlos o hechizarlos… Nadie quiere que la mujer lleve la varita en la relación.

Lily se inclinó para ver un poco mejor los rostros... Ella había tenido novio, ¡más de uno! así era como se hacían los rumores de Hogwarts...¡de la nada misma! ¿y que mierda era eso de llevar la varita? ¿Acaso se habían perdido los últimos cien años de avances hacia la igualdad de género?

— Pero hubieron rumores sobre ella y Frank... hace tiempo. ¿Recuerdas?— hubo cierta malicia en su voz al decir esto, Beca Davies era una amiga cruel.

Melanie movió la mano como si ahuyentara un insecto.

— Eran amigos, Frank le tiene lástima. Me aseguró que no siente nada por ella.

— Oye ¿no deberíamos darle una lección o algo?, ¿dejarle en claro que se mantenga alejada de tu hombre?

— Eso hemos estado haciendo con Frank, nos besamos cuando sabemos que está cerca.

Beca se rió más fuerte.

— Eres malvada Mel. — Dijo entre risas sofocadas con su mano— ¿Fue idea tuya o de Frank?

— Mía por supuesto — dijo ella ofendida— era la única manera que esa mocosa se diera cuenta que no tiene oportunidad y Frank, bueno digamos que me da todo lo que quiero. También he dejado esparcir el rumor que ella me atacó en un pasillo cuando se enteró de nuestro romance. Frank ni si quiera sabe que es mentira.

— Nada como un hombre que todavía no tiene sexo, maleable y completamente ciego— dijo Beca negando con la cabeza divertida.

Lily apretó con puños furiosa, ellos habían estado besándose en sus narices apropósito y esparciendo rumores, es por eso que Frank estaba enojado con ella y se había negado a hablarle y dirigirle la palabra, ¡Ni siquiera la saludaba! creía que había atacado a la perra que tiene de novia. La ira que sentía salió por sus extremidades.

— ¡Oye estas pellizcándome el trasero!— gritó una voz grave con enojo. Lily buscó de donde venía antes de caer que le hablaban a ella. La gárgola parlante se había girado con el ceño fruncido. Las risas y conversaciones del patio se detuvieron.

¡Maldición! la habían descubierto. Lily podía jurar que hasta el viento había frenado para ver el espectáculo.

— Lo siento— Le murmuró arrepentida a la estatua monstruosa. Quitó la mano para ponerla en frente de su cuerpo. La bestia se giró ofendida, moviendo su cola como un felino enojado.

Varios estudiantes se acercaron a ver lo sucedido. Melanie y Beca se unieron también, sus ojos abiertos de sorpresa al verla allí en medio del patio. Melanie froto sus manos nerviosa, claramente no estaban seguras si Lily había logrado escuchar algo.

Ella decidió sacarlas de la ignorancia.

— Melanie, Beca, me ha encantado su conversación— dijo ella con un tono de voz empalagoso que no lograba ocultar su ira contenida.— Pero la próxima vez que hablen en público y yo sea el centro de la misma no duden en llamarme...

— Lo que sea que hablemos no es de tu incumbencia... ¿Qué estabas haciendo allí escondida? espiándonos.— La increpó Melanie con desdén.

— Oh verás— dijo Lily con un tono condescendiente— tú estabas hablando de mí, y la verdad no me ha gustado nada las cosas horribles que has dicho...podría dejarlo pasar pero eh decidido ayudarte, no quieres quedar como una mentirosa ¿o sí?

Los ojos de Melanie y Beca se asustaron al ver la sonrisa de Lily y sacaron sus varitas, pero fue demasiado tarde Lily hechizó a una y luego giró para evitar que un rayo violeta la golpeara, balanceo su varita con suficiencia y maldijo a la otra. Su agilidad como buscadora era muy útil pensó mirando a las chicas que estaban en el suelo, Beca gritaba y se agarraba el pelo con desesperación al ver como se caía de su cabeza. La lengua de Melanie tenía un tamaño desproporcionado en su boca y se salía para fuera babeante.

— Davies tu nuevo estilo te hace muy femenina — Sonrió Lily con prepotencia antes de girarse hacia la otra— Townsheed espero que aprendas a que no puedes inventar rumores sobre mi...esta vez te he ayudado y he cumplido con los rumores, pero la próxima vez créeme que tendrás suerte si conservas lengua.

Varios de los alumnos que se habían agrupado a ver la pelea, aplaudieron. Otros la miraban con desaprobación mientras ayudaban a las Ravenclaw a levantarse y huir de allí.

Lily dejó salir el aire contenido, no había ningún prefecto allí para castigarla. Sonrió ante sus nuevos admiradores. La venganza se sentía genial, tendría que hacer esto más seguido.

— ¡Potter!— El grito enojado corto el ambiente, pero Lily no podía sentirse mal por ello. La profesora Clearwater se acercó a ella con el ceño fruncido. — ¡A mi oficina Ahora!

Lily fue liberada media hora después de un aburridísimo monólogo de la profesora, le dio detención por seis fines de semana de cinco y media de la tarde a doce de la noche. Lily se quejó porque perdería los entrenamientos de quiddicht, pero no hubo caso. La profesora estaba lívida y no quiso escuchar ninguna de sus razones. Repetía las frases ¡Atacando a otros alumnos! y ¡¿Cómo se le ocurre?! Mientras llenaba la planilla de castigo para Lily.

La muchacha salió de allí furiosa, casi tanto como antes. Su venganza ya no era tan dulce ahora que Shakelbolt la mataría por perderse los entrenamientos, tendría suerte si la capitana la dejaba permanecer en el equipo.

En medio de su frustración se alegró por Frank, esos dos bastardos se merecían y ella se merecía algo mejor. Con un andar frenético se dirigió hacia el lugar donde sabía que encontraría a Rose.

— ¡Lily!— la saludó su prima. Se encontraba bajo un inmenso manzano cerca del lago. Tenía varios libros de runas antiguas esparcidos a su alrededor. — ¿estás bien?

— No.— Exclamó desesperada y pasó a contarle lo que había sucedido. Lily había ido allí con un propósito: convencerla de realizar la poción, si lo conseguía estaba segura que lograría acomodar el desastre de sentirse atraída por el capullo de Longbottom.

— ¡Lily como vas a atacarlas asi!— Le espetó Rose, que incluso antes que la muchacha le dijera lo que había hecho se lo imaginaba.

— ¿Qué querías que hiciera? Están esparciendo rumores sobre mí y conspirando con el idiota de Frank para hacerme sentir así.— Lily movia los brazos con frustración.

— ¡Podríamos habernos vengado más inteligentemente Lily! No lo sé, enviarles unos chocolates con veritaserum o una poción de ablandamiento de esfínter. — Exclamó Rose pensativa.

Lily la miró boquiabierta. Rose nunca había sido del tipo rencoroso. Por supuesto que éstas eran ideas mil veces mejores que recurrir a la ira repentina.

— No conocía tu lado malvado Rose— se sorprendió— y como siempre eres una genio, ¿Por qué no se me ocurrió? ¿Por qué se me ocurren cosas mejores luego que ya no puedo hacerlas?— se lamentó Lily agarrándose la cabeza.

— Porque eres propensa a la acción y está bien, yo muchas veces pienso tanto las cosas que termino haciendo nada— Rose la palmeó la espalda. — ¿Vas a pedírmelo no es cierto?

Lily levantó el rostro y la miró fijamente. Sabía que si se lo pedía ella lo haría, Rose era la más compañera de todas sus primas. Lily no entendía por qué no tenía amigas dentro de su casa.

— ¿Lo harías por mí?

— Claro que sí y además he estado pensando y tengo una solución para el problema con el pelo de veela.

Decir que Dominique había puesto el grito en el cielo no era una exageración. La chica había saltado, bailado y obligado a sus primas a unírsele tomándolas de las manos. Estaba más que dispuesta a conocer a su propio Sr. Darcy, basta de novelas, basta de citas frustrantes, basta de besos mediocres, basta de aburrimiento.

Durante los siguientes cinco días se dedicaron tanto a la poción como les permitían las clases. Rose tuvo que usar todos sus recursos y terminó teniendo que aceptar unirse al club de las eminencias. Había evitado al profesor Slughorn durante siete años con una increíble maestría, pero el viejo profesor era un excelente manipulador y ella tuvo que aceptar si quería los permisos para conseguir los ingredientes que les faltaban. Dominique faltó a todas las clases que pudo para avanzar con la poción, por suerte Rose no se había enterado. Lily dedicaba sus tardes y durante toda la semana no tocó ni una de sus tareas. Quería terminar rápido con la poción la semana le estaba resultando insoportable. El rumor de su ataque a Melanie se esparció por el castillo con la rapidez de una snitch, había tenido que dar explicaciones a sus conocidos que se morían por saber si lo había hecho porque estaba celosa de la relación que tenía con Frank.

Incluso el aludido se dignó a dirigirle la palabra.

— Lily, tenemos que hablar. — le dijo con voz dura.

Ella lo miró, sus ojos verdes lucían completamente enojados. Pero estaba loco si ella iba a permitir que la avasallara.

— No quiero hablar contigo.— expresó con frialdad devolviéndole la mirada enojada. Se giró dando por terminada la conversación pero él la agarró por el brazo y tironeó de ella con fuerza.

Lily se zafó completamente indignada. Podía sentir el fuego corriéndole por las venas.

— ¡No vuelvas a hacer eso idiota!— le espetó furiosa, sobándose el brazo. La había lastimado intentando arrastrarla hacia un aula vacía.

El chico cerró la puerta antes de girarse hacia ella, su furia igualando la de ella.

— ¿Qué mierda te traes con Melanie? — le gruñó.

Lily se sentó en un pupitre y adoptó una expresión aburrida. Cruzándose de piernas y encontrando el polvo en suspensión más interesante que su interlocutor.

— ¡No voy a permitirte que sigas con esto! Deja en paz a mi novia.— El chico descargó sus brazos con furia en la mesa de la chica para atraer su atención.

Lily lo miró arqueando una ceja. Y casi se muerde el labio al verlo con el cabello cayendo sobre sus intensos ojos. Su corbata desarreglada y su camisa abierta.

— Hablo en serio Potter. Melanie estuvo en la enfermería por cuatro días y todavía no puede hablar con normalidad.

Ella no aguantó y dejó escapar una sonrisa.

— ¿Crees que es gracioso no es cierto?— Preguntó furioso volviendo a descargar sus puños contra la mesa. Se pasó las manos por el cabello, Lily sabía que estaba controlándose de golpearla o hechizarla. — no puedo creer que me gustaras Lily.

La confesión la sorprendió lo suficiente como para dejar la actuación y bajar la guardia.

— ¿Disculpa?

— ¡Me gustabas!— Le gritó él.

Lily se quedó aturdida. Lo miraba pero no comprendía un carajo de lo que estaba pasando. La habitación parecía moverse. Tal vez era ella la que se movía no estaba segura.

— ¡¿Y por eso te conseguiste una novia?!— El muy capullo se confesaba luego de todos esos años cuando ellos ya estaban muy lejos de tener una relación amistosa. Quería golpearlo por idiota.

— ¿Estas celosa entonces? ¿Es eso no es cierto?— el chico negó con la cabeza. — estás loca Potter. Atacar a mi novia por qué quieres estar en su lugar.

Ella dejó escapar una risa burlona.

— ¿Eso es lo que crees? Pues deberías revisar las fuentes de las que obtienes información. Ella ha estado mintiéndote.

Ahora fue el turno de él de reírse. Lily se encogió ligeramente, él la volvía vulnerable.

— ¿Y crees que confiaría en ti? hubieron testigos, varios alumnos y hasta la profesora Clearwater te vio atacándolas. La historia de Melanie concuerda con la de todos. Ella tiene razón y tú estás loca.

Lily se incorporó poniendo las manos en la mesa, sus rostros a centímetros fulminándose con la mirada.

— Ella hizo correr el rumor que yo la había atacado— Frank le hacía una mueca incrédula en respuesta.— ¡Y la verdad me pareció buena idea, sobre todo después de las cosas horribles que estaban diciendo de mí! Si crees que esto tiene algo que ver contigo es que tienes el ego más grande que vi en mi vida.

— Por favor sabes que te mueres porque te bese, me has seguido todo el verano.— Dijo el acercándose a ella para provocarla.

— ¡Es cierto! Me gustabas pero ahora me doy cuenta que eres un capullo.— le dijo ella dándose cuenta que nunca podría querer a alguien como él. El pareció darse cuenta de la verdad de sus palabras y la miró confundido unos instantes.

Había estado tan seguro que Lily lo amaba que ver la verdad lo había hecho tambalearse, entonces hizo algo que había querido hacer mucho tiempo. Se inclinó hacia ella y tomó sus labios con furia. Ella era de él siempre lo había sido. Desde que tenía memoria.

La atrajo hacia su cuerpo y poseyó sus labios con lujuria contenida. Ella temblaba bajo sus brazos y cedió lentamente al beso. Cuando Frank se sentía en el cielo ella lo hizo golpearse con la realidad. Se separó de él y lo abofeteó con fuerza.

Se tapó la boca para ahogar un sollozó y se fue de allí como si la persiguiera un demonio. No podía creer que él la hubiera besado. Después de todo lo que había pasado, después de todo el tiempo que lo había deseado… Frank se las había ingeniado para arruinar su primer beso, no sólo haciéndolo cuando tenía una novia, sino cuando ella sentía que se estaba olvidando del chico para bien, él había intentado impedirle que ella lo superara. Él quería que ella siguiera besando el piso por él que pasaba aunque no la quisiera como novia. Maldito retorcido.

Sin poder ocultar las lágrimas caminó hacia el séptimo piso dispuesta a continuar con la poción. Algunos alumnos la miraban asombrados al verla en ese estado, ella intentó disimularlo un poco pero las emociones solían superarla y para su maldita suerte se encontró con la peor persona que podía en aquel estado.

— ¿Lily?— su hermano la tomó del brazo con suavidad evitando que continuara con su paso decidido.— ¿Qué te pasó Lily?

La chica se limpió las lágrimas e intentó sonreír a su hermano sin mucho éxito.

— ¿Quién te hizo esto?— preguntó Malfoy a su lado. Lily se sobresaltó al verlo. Detestaba que otras personas la vieran débil.

Negó con la cabeza.

— No es nada.

— ¿Cómo que no es nada? Tú nunca lloras. — su hermano le inspeccionaba el rostro preocupado. Malfoy la inspeccionó también abriendo los ojos al ver el moretón que se estaba formando en su brazo. Ella se bajó la manga para ocultarlo con nerviosismo y suspiró agradecida cuando el no dijo nada a su hermano.

— Lily dime que paso. ¿Alguien te hizo algo?

— No puedo Albus. Lo siento. — dijo ella intentando continuar su camino.

— Tú te quedas aquí hasta que estés bien. — le dijo él con preocupación de hermano mayor. Los ojos verdes de su hermano le resultaban insoportables, asi que apartó de vista y los fijo en Malfoy que miró sus labios con seriedad, ella temió que se vieran hinchados. Él tenía una forma de observarte que ponía nervioso a cualquiera. Sus ojos grises eran fríos y calculadores, como si pudieran ver a través de ti. El chico ese le daba escalofríos y no entendía como era amigo de su hermano.

Lily estaba segura que sabía legeremancia o algo. Nerviosa intentó pensar en algo ridículo y no en el idiota de Frank, y la forma en la que la había obligado a besarlo. Piensa en algo ridículo se dijo a sí misma y se imaginó a su padre bailando en un tutú rosa. Estaba segura que la boca del muchacho se había torcido ligeramente.

Lo miró enojada, ¡él estaba violando su privacidad! Que les pasaba a los hombres, acaso eran todos unos capullos ¿o qué? Pero claro no podía estar segura así que se mordió el labio y no dijo nada.

— Estoy bien.— le aseguró a su hermano. Las lágrimas habían dejado de caer y ella esperaba huir de allí lo más pronto posible.

— ¿Tiene que ver con esa Melanie Townshend?— preguntó Albus, él no la había increpado acerca de su castigo. Ni le había preguntado las razones del ataque.

— No, no tiene que ver con ella. — Aseguró Lily. Tiene que ver con el idiota de su novio que arruinó mi primer beso y me demostró que lo que sentí todos estos años por él es dañino, que solo me alentaba porque quería que alguien elevara su maldito ego… pensó furiosa.— preferiría estar sola.

Su hermano la miró dolido.

— Está bien Lily, pero déjame que me preocupe, tú también lo harías.— le dijo él. Con ambas manos en sus hombros.

Los alumnos que pasaban por allí los miraban interesados. Lily asintió y se despidió apuradamente. Tenía un lugar al que ir y una poción que hacer.

Eso había sido el martes, para el miércoles el rumor que Albus y Malfoy habían enviado a Frank a la enfermería dio lugar a todo tipo de rumores. Algunos aseguraban que Frank la había atacado por enviar a su novia a la enfermería y su hermano la defendió, otros que Frank había sido el novio de Lily y la engaño para salir con Melanie. Ella estaba furiosa con su hermano y Malfoy por entrometerse y el hecho que Malfoy era legeremante estaba casi comprobado. Así que estaba evitando a su hermano y bueno nunca había cruzado muchas palabras con su amigo, por lo que evitando no era la palabra. Sus padres les habían prohibido ser amigos pero su hermano se negó a seguir con el legado de odio de las familias y se hizo su mejor amigo. Lily no entendía la obstinación de Albus.

Rose y Nique, también estaban furiosas con Frank. Ellas habían sido las únicas a las que Lily les confesó lo que en verdad sucedió. Como respuesta a los hechos las tres se esmeraron en avanzar con la poción.

El quinto día desde que habían vuelto a comenzar con la poción la terminaron. Eran pasadas las tres de la mañana del sábado y el cumpleaños de Dominique. El caldero humeaba a los pies de Lily en un color rosa chillón. Lily miraba su reloj y hacia los últimos giros con ceremonia.

Uno en sentido de las agujas del reloj y uno en el sentido contrario.

— Es el mejor regalo de cumpleaños chicas. — Aseguraba por enésima vez la Slytherin.— ¡ Hoy durante mi fiesta en Hogsmeade estoy segura que lo conoceré!

— No sabemos cómo funciona Nique. — le dijo Rose sonriendo con nerviosismo. Mientras tomaba las copas que habían traído para usar. Rose había leído el diario de la bisabuela varias veces para asegurarse de la bondad de la poción. Las explicaciones de los resultados eran más bien metafísicas.

Las tres habían llenado sus copas. Lily podía sentir la emoción pura de Nique y la preocupación aguda de Rose. Ella solo sentía como si fuera a vomitar. Chocaron sus copas.

— ¡Por el amor!— vitoreó Nique. Antes de tomar su poción. Sus primas tardaron un poco más pero la siguieron.

Se miraron unos instantes sintiéndose completamente normales.

— ¿Funcionó?— Preguntó Nique.

— Como saberlo, todavía no pasa nada. — Se rió Lily.

— Hicimos todo bien— aseguró Rose— tendremos que esperar hasta mañana supongo.

— No puedo esperar hasta mañana, es mi cumpleaños y la salida a Hogsmeade. ¡Necesito mi cita!

— Pues suerte tendré poco tiempo para ir a Hogsmeade tengo mi primer castigo de los que serán muchos con Clearwater hoy.— suspiró Lily. Celosa que sus primas tuvieran más oportunidad para divertirse… si solo fuera más calmada y supiera contener su temperamento o su varita. Debería haber priorizado mejor ¡La retrospectiva apestaba!

— Pero es mi cumpleaños y reservé para el bar de Blackbird.

— Lo sé, no planeaba quedar castigada.

— Bueno chicas— . Dijo Rose levantándose y acomodándose la falda.— voy a probar la eficacia de la poción.

Nique sonrió.

— Diviértete con tu enamorado Rose, luego me agradeces— le gritó mientras la chica salía por la puerta.

Lily negó con la cabeza. Y sacó el wiskey de fuego que tenía preparado, lo había envuelto en una bolsa verde y plateada con un moño rojo.

— Feliz cumpleaños Nique. — le dijo entregándole la botella y abrazándola.— espérame para tomarlo contigo en Blackbird me iré antes de las cinco lo único.

— ¡Gracias Lily! Había olvidado que ahora puedo tomar legalmente.

— ¿Cómo vas a olvidarte de eso?

— Pues porque siempre tomé aunque no pudiera supongo — le dijo guiñando un ojo y levantándose también para irse. Dejaron las cosas allí, no había nada más seguro que la sala multipropósito.

Los primos Weasley se dirigían en manada hacia Hogmeade. Hoy era un día importante. Dominique aseguraba que ni la insistente lluvia podría arruinar ese día. Estaba radiante, se había arreglado como nunca y lucía increíble con su vestido, sus botas negras y su trench coat beige.

Sus primos y sus amigos de Hogwarts también se habían arreglado, su cumpleaños se celebraba en el bar de moda Blackbird. James, Fred, Lucy, Molly, Dominique y Teddy también se reunirían con ellos en el bar, luego de salir de sus respectivos trabajos.

Mientras los primos y amigos buscaban una mesa en las tres escobas para comenzar a festejar en el calor del bar con un par de cervezas de mantequilla. Rose les contaba a sus primas que Adam no habida querido asistir porque tenía un trabajo para historia de la magia y luego se reuniría a jugar gobstones con el club.

— Es un capullo. — Sentenció Nique. Lily le pegó duramente con el codo.

— Nique, losé. — Respondió Rose abatida para sorpresa de Lily. — Pensé que saldríamos a divertirnos. Nos la pasamos estudiando, a veces es de lo único que hablamos. Habíamos quedado que saldríamos para tu cumpleaños hace semanas.

Rose estaba desbastada.

— Pensé, pensé que la poción haría que esto mejore ¿saben? Me arreglé durante horas para emparejar mis rulos, pensé que tendríamos sexo hoy… o ayer en la noche.

— Rose tal vez tengas que hablar con él— le aconsejó Lily sabiamente.

— Y dejarlo. — anunció tajante la cumpleañera.

— Pero lo quiero— Les aseguró. — quiero arreglar esto y no sé cómo.

— Habla con él— volvió a decirle Lily.— dile lo que sientes y..

Hugo y los gemelos Scanmader las interrumpieron.

— Ya tenemos la mesa— dijo Hugo empujando a Dominique con alegría. Hoy todos los Wesley estaban animados. Rose se había repuesto y volvió a ser la misma de siempre para no angustiar a Nique y le regalo una hermosa cajita para guardar joyas. Albus se había unido al grupo luego de una hora junto con Malfoy para festejar y le obsequió un libro de Lavender brown. Roxy había cocinado una torta en la que feliz cumpleaños Nique cambiaba de colores. Luis le había regalado unas hebillas para adornar el cabello, los gemelos Scanmader le dieron un micropuff violeta del que Nique se enamoró inmediatamente. Hugo y le compró un set de plumas comestibles sabor de moras. Alice Longbottom le dio un set de cosméticos de wonderwitch. Mientras que sus compañeras de cuarto Ofelia y Emma le habían regalado un gorro y bufanda a juego.

En instantes la mesa de cumpleaños sobrepasaba el bullicio del resto del bar. Varios alumnos se acercaron para felicitar a su prima a lo largo de la tarde.

Lily hablaba emocionada con los gemelos y Alice sobre la nueva investigación de tía Luna sobre las harpías y sobre los planes de los gemelos para el verano.

La tarde marchaba genial pero entonces Frank se acercó a felicitar a Dominique. La aludida lo miro largamente y asintió. Mientras que Rose y Albus lo fulminaban con la mirada. Lily se mordió la lengua y continuó hablando con los gemelos sin darle importancia. Enrojeciéndose al recordar el beso robado.

Sintió como una mirada le taladraba la cabeza pero se negó a girarse. No le daría el gusto.

Cerca de las cinco de la tarde y con varias cervezas de mantequilla encima el grupo se dirigió al bar Blackbird, estaba en la calle principal cerca de la casa de los gritos. Había sido una casa residencial, hoy era un edificio moderno de un modesto empresario. Tenía todo lo que le faltaba al resto de los bares mágicos que era un aire juvenil, había boxes con largas mesas, boxes con asientos y parlantes propios donde podias elegir tu propia música si no te gustaba la que pasaban en el bar. Habia una gran pista de baile y varias barras llenas de jóvenes brujas y magos especializados en tragos novedosos.

— ¿Alguien quiere sangre de troll?— preguntó James al llegar cargando varias jarras con su varita. Dominique se levantó a saludarlo mientras el otro la levantaba del suelo y la hacía girar— ¡Mi pequeña serpiente felicidades!

Victorie, Fred, Teddy , Lucy y Molly los seguían con grandes sonrisas.

— Felicidades por tu mayoría de edad hermanita. — La felicitó Victorie abrazándola apenas James la soltó.

Lily miró la hora, en diez minutos tendría que partir hacia el castillo para su castigo.

— ¿Quién me acompaña a la pista?— anunció Lily decidida a divertirse en sus últimos minutos. La totalidad de las mujeres junto con los gemelos, James y Fred la siguieron, haciendo estragos en la pista. Continuaba sintiendo esa mirada en su espalda, y pensó que si Frank estaba allí bien podría irse al diablo.

Bailó con emoción unos tres temas hasta que el deber la hizo despedirse de todos y volver a retirar sus cosas, seguida por Luis y Roxy, que eran muy pequeños para quedarse toda la noche allí.

En el box reservado para el cumpleaños, Albus y Malfoy agarraban sus cosas para irse también.

— ¿Qué hacen no piensan quedarse? –preguntó Lily confusa.

— Tenemos detención— le informó Albus, teniendo la decencia de lucir al menos un poco culpable.

— Ah por lo de…

— Si. — dijo Malfoy. Lily lo miró intentando hacerle saber que sabía de su legeremancia. Tomó sus cosas y sin esperarlos salió de allí, seguida por unos jadeantes Roxy y Luis. Que no entendían su cambio de actitud.

Por suerte para Lily los perdió de vista. El hecho de tener que irse de la fiesta la había puesto de mal humor, y si sabían lo que les convenía ambos se mantendrían alejados de ella, lo que no esperaba era que la profesora Clearwater decidiera ponerle compañía en su detención.


Primero fue la luz y luego el intenso dolor de cabeza, en realidad le dolía todo… su boca se sentía como la mierda y sabía peor. ¿Qué demonios pasó anoche? La última cosa que recordaba era la cuenta hasta cero para la medianoche y la emoción de tener diecisiete, era legamente mayor, podía hacer lo que le viniera en gana. Había estado bailando con Lily, Rose y las chicas y hablando con algún chico. Luego: ¡Bum!

No recordaba nada más.

Forzó su cerebro con insistencia… recodaba una línea entera de copitas con limón y, además, sal. ¿Era tequila de fuego? ¿Whiskey de fuego? Mejor no indagar el hecho de pensar en alcohol le revolvía el estómago. ¿Qué había estado pensando al beber tanto? La resaca era peor que no recordar nada.

—¿Estás bien? —preguntó una masculina y profunda. Era un linda voz, y le produjo un extraño escalofrío. Su pobre y magullado cuerpo se removió en extraños lugares.

—¿Nique estas bien? —preguntó nuevamente aquella voz...

¡Oh, no! él la conocía, sólo sus conocidos más cercanos la llamaban así ¿Habían dormido juntos? Por una extraña razón no quería abrir los ojos. ¡Ella era la responsable de esto y no sólo por haberse emborrachado sino porque estaba segura que todo esto había sucedido también por la poción!

Extrañamente, aunque había anhelado esto por mucho tiempo Dominique estaba aterrada.

Le tomó tiempo juntar valor y abrir los ojos, estaban es un hostal de Hogmeade, no era la primera vez que iba allí con un chico. Empujó su ahora grasoso cabello rubio a un lado con lentitud. Pero el rostro se encontraba demasiado cerca y lo vio borroso. Golpeó una mano contra su boca porque su aliento tenía que ser horroroso.

—Hola— lo saludó sin saber que más decir. Lentamente, su acompañante se hizo visible y Nique no pudo más que dejar escapar un grito de sorpresa, retrocedió y casi se cae de la cama si él no la hubiera atrapado.

¡Se había acostado con Lysander raro Scamander! ¡No podía ser cierto! Tal vez solo habían dormido pensó con esperanza pero enseguida noto que él estaba desnudo a su lado. Comenzó a sentir el calor ardiente de sus mejillas.

Había visto su pene. No estaba preparada para esto a primera hora de la mañana y con una resaca de los dioses. Lo conocía desde que eran bebés. Él era prácticamente de la familia. Pero estaba muy lejos de ser alguien que ella siquiera se hubiera dignado a mirar... aun estando borracha, para empezar, él era completamente RARO, un año menor que ella, no era popular y tampoco era guapo.

Pero su mente protestó, lo había visto desnudo, tenía un buen cuerpo. Tatuajes de criaturas mágicas cubrían totalmente uno de sus brazos y la mitad de su pecho desnudo. Ni siquiera tenía idea que él estaba tatuado, y su pene era… se sonrojo más cuando su mente voló sobre aquella idea y se sintió incapaz de terminar la frase.

— ¿Pastilla para el dolor de cabeza? —preguntó subiéndose los pantalones y dandole una buena vista de su trasero. Por una horrible razón no pudo apartar la mirada de la forma en que se ceñían sus vaqueros mientras se dirigía al baño. Se sentía asqueada, esto debía ser una broma, ella era hermosa y popular se debería haber despertado con un dios del Quiddicht, o algo así y no con el chico más raro de la historia de Hogwarts. ¡La poción estaba mal hecha y esto era un desastre! ¡Necesitaba a Rose!

—¿Nique? — Preguntó preocupado acercándose a ella, lo que la hizo intranquila puesto que ella seguía desnuda y sólo la tapaba una delicada sábana blanca. —Necesitas agua —Le dijo y le entregó un vaso y una pastilla blanca.

Ella lo tomó contenta por tener algo que hacer. Sus tatuajes estaban muy cerca de ella ahora y la forma que se amoldaban a su piel estaba empezando a marearla aún más.

¿Qué sucedió anoche? pensaba la muchacha con angustia, el parecía recordarlo todo, pero por alguna extraña razón ella prefería no preguntárselo. Tenía miedo de haber tenido sexo con él, aunque dadas las circunstancias era obvio que lo habían hecho... las cenas familiares, las navidades se convertirían en un infierno, él la miraría con sus ojos de chico raro desde la esquina con una expresión de conozco como gritas durante el sexo.

—Deberíamos conseguirte algo para comer —dijo—. ¿Quieres que te pida algunas tostadas, unos waffles o algo?

—No. —El pensamiento de comida no era divertido. Ni siquiera los waffles que eran su comida favorita.

Él se veía inseguro de esto y parecía casi tentado de insistirle.

Dominique negó con la cabeza para dejarle en claro que no había forma que comiera, tenía que salir de ahí esa era su principal prioridad. Tenía miedo a la atracción que le producía el cuerpo semidesnudo de rey de los freaks y su increíble amabilidad, nunca la habían tratado así los chicos con los que follaba. Ninguno se había molestado en ofrecerle traer el desayuno a la cama.

—¿Estas bien? —dijo él nuevamente— Me preocupas. Tienes los ojos desorbitados.

Él se acercó a su cara para examinarla mejor y esto fue demasiado para ella. Él definitivamente olía a sexo.

—¡Aléjate!— dejó escapar ella asustada poniendo sus manos en su pecho para evitar que él se acercara más. Su pecho se sentía más caliente de lo normal y Dominique tuvo que frenar el impulso de contornear sus tatuajes. ¿Qué demonios pasaba con ella?

El retrocedió al instante con un expresión rara en su rostro y alejó sus manos de ella. Se veía muy confundido por su reacción.

—Espera...—susurró abriendo los ojos azules preocupado. — ¿qué es lo que recuerdas?

—Bueno... es confuso.

—Espera un minuto —Le dijo acomodándose el largo cabello con preocupación—. Estás bromeando conmigo.

—No

Su ceño se frunció y su pelo rubio cayó sobre su rostro.

— Tienes que estar jodidamente bromeando. ¿En realidad no te acuerdas? ¿No recuerdas nada, de nada?

—Estaba extremadamente borracha, sino jamás me hubiera liado contigo.— Explicó ella enojada pero aliviada por dejar salir aquello de su pecho.

El Retrocedió físicamente ante eso ligeramente dolido y arrepentido.

—No me di cuenta que estabas tan borracha— explicó el con voz extraña— sino jamás hubiera... tu sabes.

Se dejó caer cerrando los ojos y creyó oírlo maldecir.

—No, no sé — Le respondió ella con dureza, trasladando gran parte de su enfado hacia él.

—No me había dado cuenta de que habías bebido tanto. Quiero decir, sabía que habías bebido un poco, pero... mierda jamás hubiera permitido que pasara lo de anoche si...jamás hubiera...

— ¿Qué me hiciste anoche?— espetó ella completamente mareada por sus explicaciones.

— ¡Te hice mil veces el amor, maldición! —gruñó él enojado que ella no recordara.

Dominique vomitó lo que sea que quedaba dentro de su estómago. Se encogió a un lado de la cama queriendo desaparecer y de pronto lo recordó, podía desaparecerse era una maldita bruja con mayoría de edad.

Lysander la vio desaparecerse tan solo tapada con la sábana blanca. Se agarró la cabeza y maldijo nuevamente pateando la mesa de luz. Esto no podía estar pasando se dijo antes de tomar la ropa de ella junto con su remera y salir de la habitación.


¡Hola! Espero que les gustara,

Este fanfict tendrá algo así de seis capítulos, podría extenderse hasta unos diez, como máximo. Será una historia corta con un estilo un poco más simple y con algo de comedia, aunque siempre me siento más cómoda escribiendo drama.

Para el próximo capítulo, tendremos el resultado de la poción de Lily y Rose. Creo que el personaje para Lily puede adivinarse.

Como verán Dominique no obtuvo exactamente lo que quería o lo que ella esperaba. Creo que el resultado de ella es el más dramático por eso fue el incluido en el primer capítulo.

Espero sus teorías sobre Lily y Rose o sus opiniones sobre Nique y Lysander o sobre el capitulo en general.