Digimon Caos: La Guerra de los Elegidos
Prólogo:
"En un espacio virtual, conocido como el Digimundo, creado por datos de computadora y ubicado en las redes de comunicaciones del planeta Tierra, habitan criaturas llamadas Digimon que son formas de vida artificial, creadas a partir de bits y piezas perdidas de partes de ordenadores."
- Parece un videojuego interesante - Dijo para sí misma una chica al leer la descripción en la pantalla de la consola portátil que le había prestado un compañero de su escuela. Aunque sin más intención de jugar por ese día, la apago y la puso en su bolsillo para no perderla. Se encontraba sentada junto al pequeño puente peatonal a la orilla del riachuelo que atravesaba la ciudad. Le gustaba ir a ese lugar cuando se sentía un poco decaída y deseaba estar un rato a solas para descansar. Pero se estaba haciendo tarde y tendría que irse pronto, así que se levantó, recogió sus cosas, y antes de marcharse decidió dar una última mirada al tranquilo oleaje de las aguas que pasaban por debajo del puente, y fue en ese momento que una fuerte luz blanca destelló a sus espaldas. Extrañada, la chica se giró rápidamente para ver que había sido eso, pero no pudo ver nada más que la calle vacía y enseguida los árboles y arbustos del parque.
La luz del destello fue demasiado intensa y clara como para haber sido un flash de una cámara o la luz de una linterna, tendría que haber sido otra cosa, y llevada por la curiosidad se dirigió hacia el lugar de donde creía había provenido, pero antes de que cruzara la calle un sonido suave pero lo suficientemente claro llamó su atención, era el sonido de un cascabel que se agitaba furtivamente entre los arbustos que delimitaban el terreno del parque. Primero lo escuchó hacia la izquierda, después al frente y luego hacia la derecha, parecía que lo estuviesen haciendo a propósito para atraerla.
Por un momento la chica creyó que podría tratarse de una broma y decidida a descubrir quién o qué era, cruzó la calle y comenzó a buscar entre los arbustos. Una vez más sonó el cascabel a sus espaldas y pudo distinguir una silueta blanca camuflada entre la hojas. Se acercó silenciosamente y aparto un poco las ramas de algunos arbustos para poder dar un vistazo, pero antes de que pudiese descubrir de que se trataba, algo distrajo su atención por un instante:
-¡Kira! ¿¡En donde estás!? - Era la voz de un chico llamándola.
Y en el mismo instante en el que se giró instintivamente en respuesta a su nombre, el destello volvió a aparecer, pero esta vez estaba segura de que había salido de los arbustos frente a ella, sin perder más tiempo se agachó para revisarlos pero no pudo encontrar nada. Molesta por su esfuerzo en vano decidió olvidarse del asunto, se levantó y salió del parque hacia la calle.
-¡Por aquí, Kotaro!- Le llamó mientras le hacía señas con la mano para llamar su atención al ver que el chico la estaba buscando en el lugar donde había estado antes, cerca del riachuelo junto al pequeño puente.
-¡Ah, allí estas! ¡La abuela te ha estado buscando, será mejor que regresemos rápido o nos pondrá a barrer el patio de nuevo!- Le gritó desde donde estaba. Kira asintió sonriendo y corrió hacia él.
-¿Y qué te pareció el juego que te prestaron?- Le preguntó el chico mientras caminaban.
-Bueno, en realidad aún no lo he probado, apenas si mire la introducción- Le respondió Kira sacando la consola de su bolsillo para mostrárselo.
-Mmm, si no lo quieres jugar...-Kotaro extendió su mano haciendo ademán de quererlo.
-¡Yo no dije eso!- Le interrumpió Kira, sabiendo que desde hace una semana él quería jugarlo, pero el dueño del videojuego decidió prestárselo primero a ella.
-Es solo que hoy estoy cansada, mañana lo probaré- Dijo guardándolo de nuevo en su bolsillo.
-Nah, está bien- Finalmente dijo Kotaro en tono de rendición, seguro podría esperar unas semanas más.
Y así, ambos chicos se fueron caminando por la orilla del riachuelo hacía sus hogares mientras charlaban alegremente, sin darse cuenta de que en ese momento había sido decidido que vivirían una gran aventura, una aventura que pondría a prueba sus habilidades, su valentía y sobre todo su determinación.
Agradezco cualquier duda, crítica (constructiva), observaciones y comentarios.
