Advertencia: Me pareció interesante la propuesta de Ragamuffin47 sobre hacer un fic NanakoxYukari aún cuando nunca había tenido una idea parecida antes, así que aquí les presento los resultados de este nuevo shipping en español ¡Luces, cámara, acción!

Relato de un casi romance

Las clases habían terminado de buena manera en el instituto Ryoo, y Nanako Kuroi estaba impaciente por regresar a casa para olvidarse del mundo y conectarse en su ronda habitual de MMORPG, pero al estar finalmente en la calle dos personas muy poco habituales la interceptan.

Konata: ¿Quiere acompañarnos a comprar un manga, sensei?

Nanako: ¿Eh? ¿A qué viene esa invitación, Izumi?- alza una ceja al notar que Miyuki le hacía compañía a Konata- ¿Y qué hace Takara contigo? Espero que no la vayas a utilizar para probar cosplays pervertidos.

Konata: Eso nunca, sensei. La duda ofende, por si no lo sabía- la profesora vuelve a alzar una ceja un poco desconfiada-. Ocurre que le estaba hablando a Miyuki-san sobre un excelentísimo manga que hace poco salió, y entonces se interesó y aceptó venir conmigo a Akiba, pero si usted quiere podemos ir las tres.

Nanako: Entonces creo que voy con ustedes. Si no estás conectada, entonces será muy aburrido el juego en línea por ahora- acomoda su maleta y acompaña a sus dos alumnas.


Akihabara

Las tres viajeras recorren varias tiendas para pasar el rato y comprar algunos mangas, videojuegos o adornos que pudiesen gustarles. No era lo que Kuroi tenía planeado sobre pasar el día, pero el hecho de que Konata fuera la única jugadora que valiera la pena y no estuviera por el próximo par de horas (como mínimo) significaba que podría no valer la pena ir tan pronto a su vivienda. Al menos pudo comprar un bonito llavero que le había llamado la atención y revisó las últimas tendencias en videojuegos, además que regañó un par de veces a Konata cuando trató de convencer a Miyuki de acompañarla en la sección de eroges. Estuvieron allí por casi dos horas que la sensei disfrutó al máximo, y ya estaban en un Maid café tomando lo que más les apetecía (Miyuki tomaba té helado, Nanako un café, y Konata un helado de chocolate).

Miyuki: ...y he ahí la explicación del nombre de Marte, Konata-san- finalizaba su explicación catedrática con total calma.

Nanako: Hay que ver que eres una chica bastante aplicada. Cómo quisiera que cierta personita fuese la mitad de estudiosa.

Konata: Eso no sonó nada bien, sensei- toma ofendida un bocado de su helado, haciendo que Kuroi riera divertida.

Kuroi: Es que es verdad, Izumi. Supongo que así como me invitaste a venir también me deberías invitar para que supervise tus estudios.

Konata: En ese caso creo que no la invito más- Kuroi le da como castigo un coscorrón, y la otaku no ve de otra que sobarse la cabeza.

Miyuki: Se nota que son bastante amigables, Konata-san, Kuroi-sensei.

Nanako: Obvio que sí, y es que tuve las mejores bases para ser una profesora amigable- Konata hacía un puchero mientras se seguía sobando la cabeza, mientras que Nanako la rodeaba confianzudamente con un brazo-. Cuando estaba en secundaria conocí a alguien que me ayudó mucho a tomar el rumbo del estudio, y fue gracias a ella que tuve la vocación de ser educadora.

Konata: ¿Ella? ¿Nos puede contar sobre esa tal "ella", sensei?- las dos colegialas miran con interés a Kuroi, quien empieza a tragar grueso.

Nanako: Rayos, no debí hablar tan a la ligera, pero parece que ya no se puede hacer nada- toma lo que quedaba de su café antes de empezar-. Yo estaba en primaria cuando conocí a esa persona. Ella había terminado la preparatoria, pero estaba teniendo muy serios problemas en la universidad, por lo que tenía que trabajar como profesora suplente para poder pagar todos sus gastos...


Flashback

Una joven y bajita rubia estaba cerca de llegar a su escuela con un manga en sus manos, obviamente sin prestar atención a lo que tenía enfrente. Era inevitable en ese caso que chocara con unos revoltosos que se habían quedado allí para molestar a cualquiera que pasara cerca.

Pandillero 1: ¡Ten más cuidado, enana!- empuja con violencia a la joven rubia, haciéndola caer al suelo.

Pandillero 2: ¿No ven con quién tratamos, amigos? Si hemos escuchado de ella- con crueldad pisa el manga de Nanako y lo arrastra por el piso-. Es nada más y nada menos que Nana-chan, la callada friki de su clase. Siempre quise arrancarle el cabello a esta rarita- agarra con brusquedad el pelo de Nanako y la hala con fuerza.

Nanako: ¡Suéltenme! Les daré mi almuerzo si quieren, pero déjenme tranquila- finalmente la sueltan, pero todavía no la iban a dejar tranquila.

Pandillero 1: ¡Vaya, qué bien que nos ofrezcas tu comida! Pero...- sin previo aviso le da una patada a la rubia y se echa a reír- No creas que con eso te puedes librar de nosotros.

Pandillero 3: Siendo una friki como tú, es seguro que tengas un almuerzo horrible. Es posible que se nos pegue lo tuyo si nos atrevemos a probar un bocado.

Pandillero 2: Ahora creo que podemos continuar en donde nos quedamos, jejeje- vuelve a agarrar el cabello de Nanako y la hala muy bruscamente.

¿?: ¿Qué creen que le están haciendo a esa niña, trío de revoltosos?- la pandilla voltea a ver quién los estaba distrayendo.

Pandillero 3: ¡Mejor vete de aquí si no quieres salir lastimada!- los dos pandilleros que no tenían a Kuroi empiezan a preparar sus puños para arremeter contra la nueva chica.

¿?: Supongo que no les importará entonces que llame a sus padres para decirles sobre lo que ustedes hacen- los pandilleros cambian sus expresiones a una de miedo.

Pandillero 2: ¿A qué te refieres? ¿Acaso eres una nueva profesora?

¿?: Así es, y si no sueltan a la chica, me aseguraré que no vuelvan aquí hasta que tengan una buena charla con sus padres.

Pandillero 1: Mierda, mejor no vamos- se van corriendo de allí dejando a Nanako tirada en el suelo.

La chica misteriosa se dirige presurosa a ver si Nanako estaba bien, y logra comprobar que a pesar de todo no estaba malherida. La nueva sensei se lleva a la enfermería a la pequeña rubia por si acaso fuese necesario darle atención, además que veía que necesitaba respirar un poco después de aquella horrible experiencia.


Enfermería

¿?: ¿Cuál es tu nombre?

Nanako: ¿Eh?

¿?: Pregunté que cuál es tu nombre, jovencita- sonríe ampliamente para darle algo de confianza a Nanako, y resultó que funcionaba.

Nanako: M-me llamo Nanako Kuroi de tercer grado, muchas gracias por ayudarme- responde con un rubor intenso en sus pómulos.

¿?: Me puedes llamar Yukari-sensei. Me alisté hace poco para dar clases aquí como suplente, pero me alegro de llegar justo hoy para ayudarte, Nanako-chan- la pequeña siente cómo el sonrojo de su rostro se intensifica de manera considerable por la manera en que la nueva profesora le había llamado.

De pronto el tiempo se había detenido para los sentidos de Nanako, el corazón le palpitaba con fuerza en su pecho, llegando a creer que en cualquier momento podría escaparse. Se sentía cálida como no recordaba haberlo estado antes, pero también estaba consciente que no sería posible que un sentimiento como ese fuera bien visto ante los ojos de nadie, por lo que prefirió no decir nada sobre ello.

Yukari: ¿Estás bien, Nanako-chan? Parece que tienes fiebre, déjame ver- pega su frente con la de la chiquilla, y esta se pone todavía más roja al ver tan cerca los hermosos ojos de la nueva sensei-. Estás algo caliente, pero no es nada grave. Me alegra que no tengas nada, pero ahora debes ir a clases ¿de acuerdo?

Nanako: S-sí. Muchas gracias por todo, sensei- se levanta con timidez, y con torpeza se va de allí para tomar los apuntes del día.


Fin del flashback

Konata: No te lo puedo creer, sensei- la otaku estaba con los ojos completamente abiertos y sus manos trataban de enterrar los dedos en la lisa mesa-. Siempre estás deprimida por no ser capaz de echarte un novio, y resulta que tu primer amor fue uno yuri. Me has sorprendido completamente, sensei.

Nanako: Es verdad, pero espero que no se te ocurra andar con el chisme por ahí, no vaya a ser que se me pierda el informe que me entregaste ayer y no lo pueda corregir- eso fue un auténtico golpe bajo para Konata, por lo que simplemente asintió.

Miyuki: Etto... Sensei... No es que quiera interrumpirla ni nada de eso, pero...- la pelirrosa estaba roja como un tomate y con nerviosismo jugaba con sus dedos- La chica que usted mencionó es mi madre.

Nanako: Sé que es algo increíble de entender, pero aún era joven y nunca había sentido tanta admiración por... ¿Tu madre, Takara?- a la rubia casi se le salen los ojos, mientras que Konata se tapaba la boca para evitar reírse- Nunca lo había pensado, pero eso explica tu parecido con ella- suspira un poco y aprovecha para pedir esta vez una cerveza-. Entonces la Yukari-sensei que conocí se casó y te tuvo a ti, Takara. Siempre me pregunté qué había sido de ella después que se fue de la escuela.

Konata: ¿Puedes continuar contando sobre tu aventura amorosa con la mamá de Miyuki-san, sensei?- su impertinente frase le ganó un coscorrón de parte de la rubia.

Nanako: No te permito hablar de esa manera de Yukari-sensei, Izumi. No fue tanto un romance- se ruboriza al momento de negar dicho romance-, después de todo nunca le dije lo que sentía en aquel entonces.

Miyuki: ¿Por qué no lo hizo, sensei?

Nanako: Ya les dije que en ese entonces que había mucho más temor a la expresión de esa clase de sentimientos que ahora- mira con algo de picaresca a Miyuki mientras recibía su cerveza y empezaba a darle un sorbo-. Sé que tú y Hiiragi han estado saliendo últimamente, y en lo personal creo que está bien y que su relación es muy bonita y tierna, pero como ya dije, en mis días no era tan simple.

Konata: ¿Por qué no me has dicho que sales con Kagamin? Les hubiese tomado unas cuantas fotos, Miyuki-san- Nanako falla en contener una risotada por la ocurrencia de Konata al punto que casi bota su bebida.

Miyuki: Konata-san, lo que Kuroi-sensei trata de decir es que estoy saliendo con Tsukasa-san, no con Kagami-san- a pesar de lo franca que era su respuesta, era innegable que los nervios la hacían sudar mares por tener que hablar de ello.

Nanako: Puedes decirlo en total confianza, Takara. No vamos a arrancarte los ojos ni nada por el estilo- carraspea un poco para proseguir con su historia-. Como iba diciendo, desde el mismo primer día que la conocí tenía ante mis ojos la primera persona de la que haya enamorado alguna vez...

Konata: Primera y única- otra piña resuena en el cráneo de la otaku.


Flashback

A Nanako le había extrañado no ver una vez más a la nueva e interesante sensei durante las clases, y es que no tenía idea de dónde podría estar. Sabía que era una profesora suplente, y aquello implicaba que podría estar en prácticamente cualquier lugar donde fuese necesaria, y por esa misma razón Nanako deseaba que fuera necesaria allí donde estaba ella. Finalmente terminan las clases y se va caminando de forma autómata a su casa, pero se detiene al ver a Yukari revisando algunos programas que tenían que ver con las clases del semestre. Nanako sonríe ampliamente y va con Yukari, aún cuando no tenía dinero para pagar el autobús.

Nanako: Hola, sensei. Veo que está algo concentrada- mira atentamente los programas que revisaba la pelirrosa.

Yukari: Oh, sí. Tenía que ponerme al día debido a que es apenas mi primer día aquí, así que pedí prestado esto para estudiarlo y saber cómo hacer las suplencias- cierra la enorme carpeta que tenía entre sus brazos al notar que el autobús estaba por llegar- ¿También vas a tomar el transporte, Nanako-chan?- la jovencita Nanako estaba por responder que sí, pero luego cae en cuenta de que no tenía dinero.

Nanako: Lo lamento, sensei, pero creo que debo irme caminando a casa. No tengo dinero para pagar...

Yukari: En ese caso yo pago tu pasaje. No hay de qué preocuparse, Nanako-chan.

A la futura profesora se le sube la sangre al rostro tan rápidamente que casi le estallaba el rostro. La sensei que admiraba apenas conociéndola le ofrecía viajar con ella, era como si la invitasen a algún lado para tener una cita. Sacudió enérgicamente la cabeza para bajarse de aquella fantasiosa nube. Yukari-sensei no era esa clase de personas, era imposible. Simplemente no había una manera de que Nanako pudiese decirle lo que sentía sin que Yukari empezara luego a tratarla con el mismo desprecio que recibía de sus compañeros, y por esa razón tenía miedo. Yukari era la primera persona que la ha tratado bien sin ser de la familia y no podía darse el lujo de perder a alguien tan valioso para ella.


Autobús

La suerte parecía seguir sonriendo a Nanako, pues logró conseguir un espacio para sentarse al lado de su querida sensei. De vez en cuando veía el programa que estaba repasando la chica mayor, y en cierto momento le parece como si estuviese cayendo en somnolencia.

Nanako: ¿Está bien, sensei?- mueve con delicadeza el brazo de Yukari para que pudiera espabilarse.

Yukari: E-estoy bien, Nanako-chan, es sólo que a veces me da algo de sueño cuando leo cosas complicadas como esta- señala algo divertida y nerviosa algunos cuadros programáticos.

Nanako: ¿A usted le cuesta entender el programa? Si quiere puedo ayudarla cuando quiera, sensei- qué tarde se dio cuenta de lo que había dicho, ahora era posible que Yukari se diera cuenta de su secreto.

Yukari: Te lo agradezco bastante, Nanako-chan. Será divertido que me ayudes a estudiar este programa.

¡Bingo! No tenía idea de cómo, pero Nanako al parecer se había ganado el premio gordo. Tal vez si se aventuraba un poco más podría conocer la casa de su sensei.

Nanako: Sensei, la verdad es que mis padres estarán fuera de casa por razón de su trabajo, así que no habrá nadie esperando en casa.

Yukari: Entonces ven a mi casa, Nanako-chan- sí, ese arrebato de sinceridad estaba dando sus resultados-. No quiero que te quedes sola esta noche, y además podría ayudarte con cualquier cosa que no entiendas en tus tareas. De hecho, eres bienvenida para ir a mi casa cada vez que te vayas a quedar sola de noche, y estaré esperando por ti con galletas y quizás tengamos una pijamada.

La pequeña rubia sentía que podría salir flotando de allí en cualquier momento. Yukari le había dicho que era bienvenida para ir a su casa no solo una vez, sino todas las veces que sus padres no fuesen a casa. Era absolutamente maravilloso, Yukari-sensei parecía que tenía la facultad de cumplir sus deseos aún cuando no se los dijera. Realmente iba a disfrutar todo el tiempo que pudiese estar cerca de Yukari, pueda decirle o no sobre sus sentimientos.


Casa de Yukari

Nanako tuvo primero que pasar por su casa para recoger lo que pudiese necesitar esa noche y luego acompañó a la pelirrosa a su morada. Era una casa bastante sencilla y sin muchos adornos, pero a los ojos de la rubia parecía un lugar hermoso, y más aún al saber que allí vivía Yukari. Las dos chicas se dedican a estudiar juntas todo lo concerniente a la escuela, y la mayor saca algunos bocadillos a la mitad de aquella larga y exigente sesión. El complejo programa de clases de la secundaria era realmente interesante para Nanako, quien rápidamente daba señales de entender los horarios, la forma de impartir las clases, cómo corregir los exámenes, qué materiales son más adecuados para dar las clases, y muchas cosas más que la llegaron a tener totalmente absorbida. No sería hasta que se hizo de noche que se detuvo de revisar todos los papeles de Yukari, y cuando lo hizo vio que la pelirrosa ya había preparado la cena.

Nanako: ¡Gracias, sensei! Ya me voy a lavar las manos y enseguida voy a comer- se aleja corriendo al baño sin perder más tiempo.

No tardaría más de dos minutos y ya estaban comiendo juntas. Nanako realmente sentía que estaba teniendo una cita con su admirada, cosa que la llevó a distraer un poco su atención de la comida, y eso le dio algunas dificultades cuando se le caía algo de arroz. Juntas aprovecharon para charlar sobre aquellas cosas que a ambas le gustaban, pero Nanako evitó a como diera lugar decir que su sensei entraba en dicha lista.

Yukari: ¡Mira qué hora es! Tenemos que dormirnos ahora, Nanako-chan, o de lo contrario podríamos llegar tarde mañana a clases- la chica mayor se estira y se va directo al baño para lavarse los dientes, seguida de cerca por la otra.

Ya después de todos los preparativos las dos chicas van a la habitación de Yukari. Hubiese sido la cúspide del sueño de Nanako si hubiesen dormido juntas desde un principio, pero la sensei decide dejar dormir a la rubia en su cama mientras ella se acostaba en un futón que acomodó a un lado de la cama. Al menos la chica mayor llegó a darle un beso en la frente a Nanako antes de acostarse, y por ello la joven rubia tuvo algunos problemas para dar las buenas noches sin tartamudear, pero aún le parecía algo decepcionante tener que estar tan lejos de su querida sensei, así que tuvo una excelente idea.

Ya a horas de la madrugada Nanako despierta algo incómoda por el frío que hacía, producto de su idea de dormir sin las sábanas. Yukari estaba profundamente dormida con sus brazos extendidos y una pierna fuera del futón, parecía una niña crecida de esa manera, y Nanako río un poco ante aquella idea. Se levantó tan silenciosamente como le fue posible y se metió en el futón de Yukari para dormir junto a ella. Era hermoso lo que sentía en ese momento, era como si Yukari le hubiese dicho que la amaba también, no pudo evitar dar un pequeño beso en los labios de ella a causa de ese sentimiento.

Nanako: Se ve muy linda cuando duerme, sensei- dijo en apenas un susurro antes de abrazar estrechamente a la anfitriona y volverse a dormir.


Fin del flasback

Konata: ¿Y por qué no me has dado esa clase de tratos, sensei?- refunfuñaba con algo de enfado infantil, sacando risas de Miyuki y Nanako.

Nanako: Sí claro, y luego de eso vas a querer que te compre todos los videojuegos y doujinshi que quieras. Eso o en pleno salón de profesores me regalas una caja de chocolates y un ramo de flores mientras me declaras tu amor, Izumi, y encima no me extrañaría que esos regalos vinieran forrados en infinidad de stickers de Haruhi- Konata hace un puchero mientras juega con la cuchara de su vaso de helado vacío.

Miyuki: Mi madre debió ser una maravillosa profesora para usted, sensei- Nanako ríe un poco más antes de responder.

Nanako: La verdad es que no. Yukari-sensei era una persona bastante buena y cariñosa conmigo, pero en clases era pésima- las dos estudiantes miran ligeramente boquiabiertas a Nanako-. Siempre cometía errores cuando estaba impartiendo las clases, rompía una tiza tras otra antes de siquiera completar una frase, dejaba caer varias veces en un solo día su texto, los exámenes siempre se le iban volando y yo tenía que auxiliarla. Para ser sincera, Izumi y Takara, la mayor parte de lo que aprendí para llegar hasta aquí no lo aprendí en la universidad cuando decidí estudiar educación, sino haciendo de asistente para ella cada vez que la visitaba. Ella tenía las mejores intenciones para ayudarme si había algo que no entendía, pero era mucho más lo que yo hacía para ayudarla a comprender las clases que debía impartir y organizar las evaluaciones- suspira largamente y bebe otro sorbo de cerveza antes de continuar hablando de Yukari a sus entretenidas alumnas-. A pesar de todo lo que pudiese estar pasando, ella continuaba siendo mi sol en ese entonces. Hasta el último momento en que pude verla no tenía ojos para ver a nadie más, ella era mi amor platónico y disfrutaba cada instante en que podíamos compartir juntas. Nada iba a cambiar, o deseaba que fuese así.

Miyuki: Pero tengo una pregunta, sensei- la rubia mira con atención a su pupila- ¿De verdad le dio a mi madre su primer beso?

Nanako: Es verdad lo que dije, y francamente jamás me he arrepentido de ello- responde con una franca y amplia sonrisa-. No tengo ni idea de si aquel fue el primer beso de mi sensei, pero sí que lo fue para mí, y posiblemente sea el más especial que haya tenido.

Konata: Especialmente porque no ha logrado tener otro, ¿verdad?- otro coscorrón firma Nanako en la peliazul cabeza de la otaku.

Miyuki: ¿Sabe una cosa, sensei? Creo que sí sería el primer beso de mi madre, pues ella me dijo que nunca tuvo ninguna cita o relación romántica como tal hasta que había conocido a mi padre, así que supongo que eso aclararía su duda.

Nanako: Así es, ya aclaró mi duda, y todo gracias a ti, Takara.

Konata: ¿Va a contarnos porqué la madre de Miyuki-san se fue y la dejó botada como un perro?- nuevamente la matadora del árcade recibe un coscorrón de parte de la mayor de las tres.

Nanako: ¡A mí nadie me ha botado! Más bien soy yo quien vota a mis novios si no dan la talla- ninguna de sus dos alumnas cree en nada de lo que fanfarroneaba la sensei, pero luego dejó ese tema de lado para continuar con la historia-. La última vez que estuvimos juntas fue al final del semestre. Lo que llegó a ser el mejor medio año de toda mi vida hasta entonces resultó tener un final que en mi opinión también fue uno de los más trágicos. El despedirme de ella por última vez fue tanto como darle el último adiós a algún pariente cercano muerto.


Flashback

La joven rubia había tenido muchos momentos felices al lado de su amor secreto, pero ya se hacía la idea de que en algún momento debía decirle la verdad a Yukari. Ella había sido absolutamente especial con ella, la había tratado con sinceridad, cariño, amistad e incluso fraternidad, por lo que Nanako ya pensaba que no podía estar ocultándole por siempre su verdad. Estaba pensando en cuándo podría confesarse, tal vez debía hacerlo en un lugar solitario. No tenía ninguna experiencia haciendo eso, ni había visto jamás a ninguno de sus compañeros haciendo este tipo de cosas, mucho menos entre chicas. Iba a ser algo difícil conseguirlo, cuando Yukari finalmente llega y le ofrece una bola de arroz.

Yukari: He estado pasando por aquí y de pronto te encuentro, Nanako-chan- explicaba lo obvio, pero Nanako no le replica nada-. Pensé que tendrías hambre, así que te preparé algunas bolas de arroz.

Nanako: Se lo agradezco, sensei. Usted es la mejor- termina de comerse la comida que había preparado la profesora suplente y luego se sientan juntas en una banca-. Por cierto sensei, hay algo que quisiera decirle- ya había empezado a sonrojarse bastante y los nervios estaban chispeando sin piedad.

Yukari: Qué casualidad, yo también tengo algo muy importante que debo contarte, Nanako-chan.

Nanako sentía que el corazón se estaba hinchando una vez más, pero ahora de un modo más especial que nunca ¿Yukari-sensei también tenía sentimientos hacia ella? Si así era entonces todo sería mejor todavía de lo que ya era, su futuro sin duda iba a ser feliz y haría hasta lo imposible para hacer a su amada sensei tan feliz como ya ella lo había hecho con Nanako. Su mano tímidamente se acerca a la de Yukari para tomarla al momento en que escuchara lo que tanto deseaba. Dirige la mirada más linda e ilusionada a su sueño y amor, acompañada de un tierno rubor propio de las películas románticas.

Nanako: Entonces dígame usted primero, y después yo le digo lo que tenía que decirle, sensei.

Yukari: Nanako-chan- ambas se miraban fijamente a los ojos, y Nanako ya veía cerca la cúspide de su corta vida-. Lo siento mucho, pero no voy a estar aquí para el próximo semestre- de pronto el mundo color de rosa que se había pintado en la cabeza de la tierna rubia se desmorona cual muro de cristal cuando se quiebra de golpe.

Nanako: ¿Qué quiere decir con eso, sensei?- rogaba por lo que más fuera haber escuchado mal a Yukari, y más aún después de todo lo que habían vivido juntas.

Yukari: Ocurre que por razones personales me tengo que mudar y voy a vivir lejos de aquí, por lo que dejaré de enseñar y tampoco seré capaz de verte- posa una mano sobre la cabeza de Nanako, de cuyos ojos empiezan a brotar gruesas lágrimas.

Nanako: ¿Porqué tiene que irse de esa manera, sensei? ¿Acaso no quiere enseñar más aquí? ¿Acaso le parezco fastidiosa?

Yukari: Eso nunca, Nanako-chan- agarra por lo hombros a la rubia y la mira con tristeza-. Contigo a mi lado esta experiencia durante el semestre ha resultado mágica, eres la mejor persona que he conocido y has sido linda conmigo. Créeme que si no tuviera este problema podría estar dándote clases e invitándote a mi casa todos los días, pero ya no es posible que sea así, Nanako-chan- la pequeña no podía contener más el llanto, y Yukari sólo pudo abrazarla para darle consuelo.

Debía ser una pesadilla lo que estaba viviendo. Era imposible que después de un semestre en el que pudo hacer por primera vez una verdadera amiga, de pronto simplemente se iba y la dejaba nuevamente sola ante los despreciables ojos de los demás chicos que la miraban como un bicho raro y las chicas que no la querían cerca de donde ellas estuvieran. Sólo se quedo en los delicados y gentiles brazos de su sensei mientras sentía cómo se iba el valor que había reunido para confesar sus sentimientos a ella. No quería que se fuera, no importaba qué, pero no podía sencillamente seguirla, ni tampoco podía obligarla a ignorar su necesidad de cambiar de aires.

Nanako: Usted es mi única amiga, sensei. No creo que pueda tener a nadie tan cercana como usted. Cómo quisiera poder irme con usted, me gusta cuando estamos en nuestras pijamadas y cuando revisamos juntas los exámenes.

Yukari: Y yo también he disfrutado todo este tiempo contigo- Nanako no se esperaba que Yukari tomara su rostro para besar tiernamente su frente-. La verdad es que yo tampoco he tenido desde hace tiempo a ningún amigo, especialmente desde que empecé la universidad, además que los demás profesores se burlan de mí porque me consideran torpe- saca un pañuelo y seca las lágrimas de su pequeña alumna, aunque ella misma empezaba a sentir ganas de llorar-. Voy a extrañarte bastante, Nanako-chan.

Nanako: Y yo la voy a extrañar, sensei- aprieta tanto como puede su abrazo, como si así fuese a revertir la división en el destino de ambas.

Yukari: ¿Qué era lo que me tenías que decir?

Nanako: N-no es... importante- no le apetecía hablar, sólo quería estar todo el tiempo posible con su amada.

Luego de casi veinte minutos tienen que separarse, Yukari debía presentar su carta de renuncia y Nanako debía asistir nuevamente a clases, pero en ese momento tenía menos ganas que nunca de estar ahí. Sentía que las ganas de vivir la abandonaban poco a poco, y un par de lágrimas cayeron accidentalmente sobre su cuaderno durante las clases.


Salida

Ya habían terminado las clases y Nanako se iba corriendo como loca a la casa de la pelirrosa. Había decidido que si no se iban a volver a ver, al menos debía confesarle sus sentimientos y no lamentarse por no saber qué hubiera pasado si lo hubiese intentado. Toma el autobús y con algo de estrépito paga y se olvida del cambio por correr hacia la casa de Yukari, aún debía haber tiempo antes de que se fuera.

Nanako: "Sensei, esta vez no permitiré que sigas ignorando lo que siento. La amo, la amo con toda la fuerza de mi alma y no se lo pienso esconder nunca más"- era lo único que era capaz de pensar, todo lo demás era sencillamente irrelevante.


Casa de Yukari

Ya era tarde, la casa estaba cerrada con llave y no había vestigio alguno de vida en su interior por más que Nanako gritara el nombre de la que cautivó su corazón y mirara por las ventanas. Empieza a lloviznar sobre ese lugar, y la joven cae de rodillas rendida ante el dolor de saber que su última oportunidad se había ido para siempre. Se quedó llorando quién sabe por cuanto tiempo, pero el llanto no se hace presente. Le dolía tanto que no podría exteriorizarlo por más que gritara, así que no vio el caso de intentarlo.

Nanako: S-s... Sensei...

No quería aceptar que esto fuera real, todo debía ser falso, era una pesadilla, o tal vez una broma cruel. Esperaba despertar y estar nuevamente en su cama, agitarse para vestirse e ir a clases para ver nuevamente a la pelirrosa de la que se había enamorado, o que tal vez apareciera Yukari para decirle que nada de eso estaba pasando en realidad, aún cuando significara enfadarse por un rato con la persona que tanto quería.

Nanako: ¿Donde estás ahora, sensei?- gira su vista al cielo que parecía llorar junto a ella.

A pesar de que las entradas estaban cerradas, la joven rubia trata de hallar alguna manera de entrar a esa casa. Confiaba en que su amada sensei hubiese descuidado algo y dejado atrás cuando se fue, de ser posible alguna pista de dónde sería su próxima residencia, pero nada de eso logra encontrar. Nanako estaba desesperada y desilusionada, era posiblemente el peor día de su vida.

Cuando ya empieza a resignarse y cae en la conclusión de que ella simplemente se fue para siempre, Nanako encuentra por accidente una foto bajo la puerta delantera que le llama la atención. La recoge con algo de curiosidad y le echa un vistazo, y lo que ve hace que las lágrimas corran con mayor fluidez que nunca. Era una foto que se habían tomado ambas juntas cuando una vez fueron a un parque y se habían quedado allí todo el día. La foto contenía una nota tras ella, cosa que Nanako tarda un poco en descubrir, pero al hacerlo no duda en leer.

Un ángel que me acompaña y una amiga en quien puedo confiar.

Jamás creí que podría ver cumplidos esos dos deseos que me han faltado toda mi vida, hasta que encontré a Nanako-chan.

Ojalá podamos volvernos a encontrar algún día. Tú eres quien ha cumplido con mis dos necesidades más importantes, y por eso no puedo evitar quererte como a nadie más en la vida.

Nanako: Yo también... te quiero como nunca he querido a nadie, sensei- mira con una ligera y vaga sonrisa antes de guardar la fotografía en su maletín y abandonar esa casa.

Sale a paso lento de allí y regresa a su casa, pero antes de que aquella casa pudiese desaparecer de su vista, Nanako le dedica una última mirada y suspira por lo que tenía por delante sin Yukari. Era inevitable, sólo podía rogar por que ese encuentro que ambas ansiaban se pudiese dar algún día.


Fin del flashback

Konata: ¿Y se han vuelto a encontrar?- lanza otra pregunta impertinente, pero esta vez la sensei no le responde con un coscorrón, sino que sólo suspira antes de dar su respuesta.

Nanako: Obvio que no, pero lo que sí es cierto es que cuando regresé a casa juré que por aquel amor que le profesaba a Yukari-sensei nunca más volvería a enamorarme de otra chica, y por esa razón he estado buscado novio.

Konata: Misión que aún no ha sido cumplida ¿verdad?- no recibió uno, sino tres golpes para ver si así dejaba sus bromitas.

Miyuki: Eso fue... muy triste, sensei- la intelectual se secaba las lágrimas con un pañuelo color rosa.

Nanako: Lo sé, pero supongo que fue lo mejor que eso ocurriera- Konata y Miyuki miraban extrañados por no entender lo que realmente quería decir la mayor de las tres-. Si Yukari-sensei no se hubiese alejado de mí, es posible que no hubiese aprendido a enfrentar la vida por mi propia cuenta ni cambiado mi forma de ser de aquel entonces- mira fijamente a Konata, y esta hace un puchero al saber a qué se refería-. Por su parte, si Yukari-sensei no se hubiera mudado, Takara jamás hubiese nacido, y hoy en día no habría quien guíe con una mano gentil a ciertas dos cabezas huecas- ríe un poco ante lo último que dijo.

Konata: ¿Y quienes son esas dos cabezas huecas?

Nanako: Obviamente que Hiiragi Tsukasa y tú, Izumi.

Konata: ¡Yo no soy ninguna cabeza hueca!- se cruza de brazos y gira la vista en señal de enfado, pero para Nanako parece más bien algo gracioso.

Miyuki: Tengo una pregunta en cuanto a esto, sensei- la aludida deja de reír para escuchar la pregunta- ¿Aún espera reencontrarse con mi madre?

Esa pregunta había sido inesperada, no importa cómo se le viera. Nanako se queda viendo a Miyuki por un instante que se tornó incómodamente largo, mientras que Konata percibía ese tenso silencio más bien entretenido. La sensei cierra sus ojos finalmente, lanza un pequeño suspiro y luego vuelve a mirar a los ojos de su alumna más lista.

Nanako: La verdad es que sí, nunca dejé de esperar ese momento- se bebe lo que quedaba de cerveza y se pone de pie-. Pero vamos a dejar esa visita para otro día. Estoy algo cansada y quiero viciarme un rato, así que tal vez este fin de semana sí vaya a verla, aunque ya no podría optar por... quiero decir, iría a verla como la amiga que siempre fue para mí, y obviamente... le tendré que contar ese secreto que aún está pendiente.

Miyuki: De acuerdo, sensei. En ese caso le diré a mi madre que usted nos va a visitar, y de ser necesario la ayudaré a hacer las galletas para darle la bienvenida.

Nanako: Gracias, Takara- sonríe ampliamente y acaricia la cabeza de Miyuki antes de tomar la decisión de irse-. Nos vemos mañana en clases, y ayuda a Izumi en lo que puedas con su tarea. Al menos la otra Hiiragi descansará esta noche de darle todas las respuestas.

Konata: Eso fue algo grosero sensei- a pesar de lo que dijo, no parecía ofendida en absoluto, sino que más bien sonreía ligeramente-. Espéreme solo un rato, que voy a tardar un poco más en conectarme.

Nanako: Claro- se termina de ir de allí y desaparece entre un mar de gente que iba y venía.

Miyuki y Konata estaban solas en el maid café sin nada más relevante que hacer, hasta que Konata tiene una idea.

Konata: ¿Crees que tu madre también podría haber estado enamorada de Kuroi-sensei, Miyuki-san?

Miyuki: No lo sé, pero no es imposible aquello- se acomoda los lentes antes de levantarse ambas para regresar a sus casas-. Mi madre una vez me contó que cuando estaba en la universidad no tenía con quien hablar ni nadie quería ser su amigo. Supongo que cuando conoció a Kuroi-sensei se sintió muy feliz de tener a alguien que la quisiera con sinceridad- se limpia una pequeña lágrima al recordar la última parte del relato de Nanako-. Además, aquella foto da mucho que pensar, por lo que si mi madre me dijese que se llegó a enamorar de Kuroi-sensei ya no me extrañaría para nada.

Konata: Sí. Eso fue como el final de Kannazuki no Miko, con la diferencia que ninguna de las dos muere, pero aún así no quedan juntas en ese preciso momento ¿No lo crees así?

Miyuki: Etto... Konata-san, no tengo ni idea de qué anime es ese que me mencionaste.

Konata: No te preocupes, a su debido tiempo lo conocerás, Miyuki-san- ambas chicas salen de Akiba en medio de su animada conversación.


Casa de Nanako

La chica en cuestión tira a un lado su maleta y para otro la corbata antes de ir al refrigerador a sacar otra cerveza para ir directo al ordenador y conectarse. Por arte de casualidad voltea a ver un cuadro que estaba semioculto en la alacena. Lo saca por un momento para ver una foto de una pequeña rubia abrazada con una chica mayor de cabello rosado en un parque. Sonríe de una forma bastante tierna antes de sacar la foto del cuadro para así besarla.

Nanako: Al menos sé que no has sufrido demasiado sin mí, sensei- vuelve a poner la foto en su lugar y lo pone en la alacena, sólo que esta vez lo deja más a la vista como si así estuviese realmente Yukari a su lado-. Nos vemos pronto, hay mucho que quisiera contarle, y mucho que debo agradecerle. A pesar de todo este tiempo... aún la amo, sensei.

Pasa un largo rato en que Nanako se queda viendo la foto como si esperara que le respondiera, pero ya después se va a cumplir con su "compromiso" en su rol del MMORPG, más animada que de costumbre para subir de nivel y lograr las mejores armas posibles antes de que Konata tuviese oportunidad de adelantarse.

CONTINUARÁ...


¿Qué tal quedó el fic? Ya tenía algo de tiempo sin hacer un oneshot así de largo, pero como sea estoy pendiente de los reviews. Este es mi primer fic de marzo, y dentro de poco voy a estar actualizando mi otro fic, así que no hay descanso :v

Hasta otra