Lo hice en el teléfono, no tenía nada de sueño y he procrastinado revisar el capítulo de Orange Jersey, juro que hoy lo actualizo.
Esto era basura, completa y absoluta basura. Él no había hecho absolutamente nada para merecer este castigo tan vergonzoso. No, claro que no, la culpa era de Dios y todos los demás, pero jamás de él.
Era culpa de su madre, estaba seguro, la zorra siempre estaba ahí para arruinarle las cosas a último minuto y joderlo duro en el trasero. Por eso había estado tan feliz de saber de su terrible situación, le daba hasta asco recordar cómo es que se había puesto a saltar de alegría y empezar a parlotear con cosas asquerosas de las que no quería saber. Eran por esas razones que su madre estaba como segunda en su lista de las personas más odiadas, justo después de Kyle.
Y hablando del judío de mierda, el también tenía toda la culpa de lo que estaba ocurriendo.
Si no fuera un entrometido de mierda no le hubiera seguido hasta el baño. Si no fuera un chismoso de mierda no le hubiera preguntado que pasaba y se hubiera apartado de sus asuntos. Si hubiera sido un buen judío se hubiera quedado callado.
Si no fuera un Alfa, jamás podría haber olido el leve rastro de su celo.
Claro, Kyle había sido quien terminó por llevarlo a la enfermería después de que, ante muchas alertas que decidió ignorar, había combinado sus supresores con otros medicamentos, creando un bloqueo de funcionamiento para el primero de estos. Pero ahora por eso el judío sabía que él era un Omega, y ahora toda la maldita escuela debería saberlo, y todo el puto pueblo.
Eric Cartman, el nazi del pueblo, el chico más manipulador con quién nadie quería meterse en su mal lado ni por accidente por temor de que volviera a sus familiares un rico chili (a pesar de que llevaba años sin cometer algo de ese calibre), era un asqueroso y sumiso omega.
Eric arrugó la nariz, completamente asqueado de recordar su biología y se envolvió entre las mantas de su cama. A estas también las odiaba, estaban impregnadas de su aroma, el cual en estos momentos podía oler mil veces mejor y era asqueroso.
Le habían dado un semana. La enfermera le advirtió de que gracias a su «chiste» con las medicinas ahora los supresores no harían efecto, estos no funcionaban adecuadamente una vez se iniciaba el celo, a menos de que quisiera tener ciclos jodidos e irregulares. La directora fue avisada de la «situación» y se le dió el tiempo que fuera necesario para que su ciclo pasará sin mucho problema.
Miró a su reloj, este marcando apenas las 9 de la mañana. No quería hacer nada, solo morir de alguna y tener la esperanza de poder renacer como lo hacia Kenny, con la variación de que al menos pudiera renacer en un Alfa, o al menos en un soso beta.
Todo era mejor a estar sufriendo con la calentura de una puta en celo por tres días y detectar prácticamente todo olor existente en el mundo.
El gordo se re acomodo mejor en su cama, apretando la almohada contra su rostro. Su olor neutral (gracias a que había sido lavada recientemente) le traía confort, así al menos no tenía que oler toda la intensidad de su propia escencia o imaginar un olor más agradable.
Uno a un tipo de incienso que sólo había olido en un solo lugar. Más fuerte, combinado con otro más indescriptible, pero siempre juntos...
Naturalmente, ahora todo estaba contra él. Sintió una humedad crecer entre sus piernas, al igual que una incomodidad general sobre su pijama y su piel.
Resopló, mucho más mortificado que antes.
Cómo odiaba a Kyle en ese momento.
Eric siendo el Omega y bottom en general es mi gusto culposo, y no hay suficiente contenido así.
